El Corán se divide en 114 capítulos. Muchos de ellos son cortos y otros largos. Cada capítulo tiene varios versículos. A los capítulos se les llama en árabe “Sura” y a los versículos “Aya”. Por lo general el nombre que le dan a la aya en español es “Aleya”.
Luego de que los versículos coránicos eran revelados el Profeta (P) los memorizara y luego los transmitía a sus discípulos que también se encargaron de memorizarlos.
Además de memorización del Corán el Profeta (P) contaba con una de serie de compañeros que se les llamaba “Los escribas de la revelación” y se dedicaban a escribir cada aleya que descendía al Profeta (P).
Si bien el Corán fue escrito de forma completa en vida del Profeta (P), la forma de libro entero contabas la tomó luego de la muerte del Profeta (P).
Además de la elocuencia del Corán existen muchas otras dimensiones del milagro del Corán.
El Corán es para los musulmanes la fuente más importante de su conocimiento, ya que por un lado es la palabra de Dios y el milagro del Profeta (P), y por otro lado el Libro guía de todos los hombres.
Si bien la recitación coránica se puede hacer de memoria, sin embargo es muy preferible leer el Corán desde el mismo libro, es decir ver sus versículos, mirar sus letras y palabras y recitarlas.
Cuando se recita el Corán se aconseja hacerlo de tal manera que se cumplan algunos protocolos que ayudan a que la recitación sea más placentera y correcta.
Aquí hablaremos acerca de la algunas normas antes de recitar el Corán.
Dentro del protocolo de la recitación está la purificación, el cepillarse los dientes, el dirigirse hacia la Meca y algunas otras normas.
Del mismo modo que quien lee el Corán deberá tomar en cuenta una serie de normas externas como purificación, el dirigirse a la Meca, etc. Del mismo modo deberá cumplir con ciertas normas internas y espirituales para que su recitación sea fructífera.
Continuamos hablando acerca del monoteísmo. Para mostrar de qué forma se desarrolla la interpretación temática del Islam.