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Descripción

La seguridad en una sociedad de creyentes.
Ejemplos prácticos en una sociedad islámica.
Origen de las buenas conductas: la regla de oro en la conducta humana y la conciencia del Juicio de Dios.
La conciencia innata del ser humano

Transcripción

(Saludo en Árabe)

 

            En el nombre de Dios, el clementísimo, el misericordiosísimo, la bendición y la paz sean con los profetas, especialmente con Muhammad y su familia purificada, con Jesús, Moisés y todos los Mensajeros a lo largo de la historia.

 

            Bueno, estamos viendo las consecuencias de la creencia en la resurrección o la negación de la creencia, por supuesto, si yo me siento absolutamente libre, sin que nadie me vigile, yo soy el último poder, no hay un poder sobre mí, yo hago lo que quiero y yo no tendré que rendir cuentas, si yo me ingenio para evitar ser amonestado, castigado, solamente ser premiado porque dispongo de un orden tal que me beneficie, el caso de los faraones, los césares, de modo que yo tenga asegurado una impunidad, por ejemplo, con mucho dinero, comprando jueces, teniendo poder, amenazando a jueces que quieran meterse con mi modus operandi que puede ser mafioso; cuando yo logro las condiciones sociales de una impunidad, si yo no creo en nada trascendente, entonces voy a ser libre, me voy a ver libre a mí mismo de hacer lo que quiera y por supuesto eso es un signo evidente de arrogancia, porque nadie quiere que le hagan a él lo que él hace a los demás si esto es malo, el que roba no le gusta que le roben, el que oprime no le gusta que lo opriman, de modo que si él fuera veraz consigo mismo, si fuera justo consigo mismo, tendría que saber una regla de oro de las religiones, lo que no le gusta que le hagan a él, no se lo hagas al otro, lo que te gustaría que te hagan hacé al otro o hacé al otro lo que te gustaría que te hagan a ti.

 

            Entonces, evidentemente, la persona que hace al otro el mal siendo que no le gusta que se lo hagan a él, es alguien que se pone por encima del otro y desvaloriza al otro y eso es arrogancia; mientras que el humilde qué hace, lo inverso, el humilde eleva lo otro, valora al otro al punto de sacrificarse por el otro, es decir, está dispuesto a soportar cualquier tipo de sacrificio en procura de que el otro, al que valora más que a sí mismo, al que quiere servir, al que quiere ayudar, con el que se compadece, esté mejor. Es un signo humildad y la humildad es un signo de los creyentes porque cuando el creyente o el profeta ayuda al otro, está viendo a Dios en el otro.

 

            Todos se acuerdan, por ejemplo los cristianos, esos pasajes evangélicos donde dice “tuve hambre y no me diste de comer” y le dice la persona a Jesús “¿Y en el Día del Juicio cuándo yo te vi, yo nunca te vi? Dice él, en el pobre, yo estaba con él, cuando el pobre te pidió era yo que te pedía y tú le diste la espalda. Nosotros tenemos un dicho del profeta Muhammad, que dice que cuando un -(...) u otro sucesor del profeta- que dice que cuando alguien te toque la puerta para pedir ayuda, no digas “Ufff, otra vez molestando, dile que no estoy”, no hagas eso porque es un regalo de Dios para ti, de modo que atiéndelo, benefícialo, e incluso el profeta si no tenía nada para dar, porque él lo daba todo en el camino de Dios, entonces atendía a la gente con una sonrisa o la guíaba hacia otro que le podría ayudar, pero nunca se negaba, nunca decía que no, e incluso hay un dicho importante del profeta, con una persona que estaba al servicio del profeta en un momento, le dice “¿cuánto dinero hay?” dijo, nos quedan -por ejemplo-  diremos 10 pesos, 10 dólares, 10 rupias, lo que fuera la plata en ese momento, 10 dirhams (supongamos) y el profeta dijo “no, nos queda lo que dimos, lo que gastamos en el camino de Dios, lo que ayudamos a la gente, eso nos queda, lo que perdimos es lo que nos quedó en casa hoy”; es decir, que lo que uno ayuda en el camino de Dios siempre teniendo en cuenta la resurrección, siempre teniendo en cuenta que Dios ve todo, siempre teniendo en cuenta que el mundo lo gobierna Dios, no aquel que nosotros creemos que lo gobierna.

 

            Esto no debe llevarnos a creer en el fatalismo, “ah bueno, todo lo que sucede Dios lo hace”, no, todo lo que sucede Dios no lo hace, Dios lo permite, que es diferente, es decir nada puede ocurrir sin el permiso de Dios, el permiso de Dios nos dio libertad para probarnos; Dios no quiere que yo robe pero si yo robo, Dios lo autorizó, que lo haya autorizado no quiere decir que lo quiera y que lo haya autorizado no quiere decir que me vaya a preguntar o que me vaya a castigar por haberlo hecho, pero Dios lo autorizó.

 

            Por lo tanto acá hay otro tema que tiene que ver con la sabiduría profunda y es, en una visión superficial, yo robo, me llevo el dinero robado y la persona que es robada queda sin dinero, en una visión superficial -muy típica de los mafiosos y los ladrones- yo gané, yo tuve éxito y él fracasó, él perdió porque se quedó sin dinero; en una mirada más profunda yo perdí porque me llevé un dinero ajeno y me gané un problema y tengo conmigo una maldición y un problema, y él ganó porque esa quita está en la cuenta en el Juicio Final y en el juicio mundanal de parte de Dios es una situación a su favor, él ha sido perjudicado, le ha sido sacado un dinero suyo y eso es algo que va a la cuenta a favor de él ¿en qué sentido? en que él no sacó, en que él padeció y Dios lo permitió, porque podría haberlo impedido ¿no? el ladrón se dirige a robar y Dios le manda un rayo y no roba,  como a veces hace Dios, sin embargo esta vez no hubo rayo y el ladrón lo robó. De modo que acá hay una cuenta entre el robado y Dios, entre Dios y el robado y hay una situación a favor del robado, y entonces Dios dirá “con eso que tú padeciste y yo deje que padezcas. lo hice por tu bien, porque con esa quita de dinero, injusta a ti, yo te perdoné muchos pecados, yo te purifique, te acerque a mí”, etcétera.

 

            No voy a entrar mucho ahora porque sería irme a un tema colateral, pero esto ya es para sabiduría profunda que, vamos a ver, la sabiduría profunda es distinta a las cuestiones superficiales; por eso el creyente no debe desesperar.

 

            Una de las consecuencias de la creencia en Dios en el Día del Juicio, que dijimos están necesariamente vinculadas, es una tranquilidad y una seguridad y un saberse protegido, guiado y acompañado por Dios en todas las circunstancias, aún en aquellas que en principio son aparentemente o son negativas, no aparentemente, son negativas, pero que en una situación profunda, es decir, en lo que tiene que ver con lo que va a suceder, con lo que va a provocar esa situación en el alma de la persona, es positiva.

 

            Ahora, otra cuestión, por ejemplo hay dichos del profeta Muhammad que dice que llegará un tiempo en que una mujer cuando gobierna Dios, cuando gobierna el mensajero de Dios, imaginemos ahora un gobierno de Jesús en el mundo, un gobierno de Muhammad en el mundo, un gobierno de Abraham o de Moisés en el mundo, cuando gobiernan los representantes de Dios -y es una promesa de Dios que Jesús va a volver y va a gobernar este mundo- y Muhammad, el mensajero de Dios, su descendiente al mando, va a venir y va a gobernar el mundo, entonces, en ese entonces, una mujer podrá viajar de Medina a Kufa, de Medina a Bagdad, (...) una mujer podría podría trasladarse de Medina, que es en el centro de Arabia, hacia Irak, no sé cuántos kilómetros hay, 800, 1000, sola, e incluso portando pulseras de oro por fuera, sin que nadie la moleste, es decir, la creencia en Dios trae como consecuencia seguridad, confianza, bienestar, bendiciones, protección, porque yo no le voy a hacer nada a esa mujer que aparentemente es indefensa porque esa mujer está protegida por Dios y si yo la molesto, en una visión superficial me estoy metiendo con una mujer indefensa por lo tanto si quiero abusar y soy fuerte, por supuesto, si soy una persona inconsciente, una persona malévola, abuso, pero ¿por qué? porque tengo una visión superficial de que creo que esa mujer está sola y no está protegida, siendo que está protegida por Dios como cualquier ser. Por lo tanto, si tengo en conciencia de eso, entonces se genera la situación de seguridad.

 

            Recuerdan ustedes, muchos de ustedes no son musulmanes, no conocen quizás del Corán, pero sí conocen de libros sagrados o sí han escuchado alguna vez que llegará el tiempo prometido por Dios a través de los profetas, en que llegará un momento de prosperidad y de fraternidad humana donde el cordero y el lobo convivirán; y esto es el cordero y el lobo humanos, e inclusive el lobo y el cordero animal también, va a haber paz universal, porque el Hombre será señor de la Tierra, pero será señor de la Tierra porque reconocerá a su Señor, al Señor de los Cielos y la Tierra que es Dios y él será representante, que es su máxima dignidad.

 

            Cuando la humanidad esté gobernada de esta manera entonces hasta los animales se van a pacificar y lo que no sucederá más es que el Hombre sea el lobo del Hombre -como decía el filósofo Hawkes- o que el Hombre sea explotador del Hombre -como decía Marx- o que en definitiva el Hombre sea esclavo del Hombre, como algunos sistemas esclavizan a la gente, etcétera, no habrá más pobreza, no habrá más enfermedades, será lo que está descrito como un paraíso terrenal, que no es el paraíso de la otra vida, es un paraíso limitado, finito, donde alguien -en este paraíso terrenal- se enferma y se muere, pero no habrá más disputas ni guerras por dinero y todas esas cuestiones.

 

            La creencia en el Día del Juicio -si Dios quiere- después vamos a continuar, es como tener un policía acompañándolo a uno, pero un policía bueno, no un policía represor sino un policía que uno lo saluda, está todo bien porque se porta bien, y salvo excepciones donde los policías se corrompan -que ese es otro tema- y que necesariamente debería escapar la regla, es decir, si se convierte en regla una sociedad está muy perdida, pero yo creo que no existe la sociedad donde la regla sea el mal, porque se destruye. Cuando decimos que una sociedad es corrupta, en general, vamos a ver los millones de habitantes que tiene o los miles que tenga y los corruptos son pocos en relación a los muchos; pero la regla es tal de la bondad, de la naturalidad, de la bondad de una sociedad, que unos pocos corruptos ya decimos que hay mucha corrupción y esa sociedad corrupta, a pesar de que de un punto de vista numérico siempre van a ser pocos en relación a todos los que no son corruptos en una sociedad.

 

(Despedida en Árabe)

 

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Las consecuencias de la creencia en el Juicio Final

Descripción

Transcripción

La seguridad en una sociedad de creyentes.
Ejemplos prácticos en una sociedad islámica.
Origen de las buenas conductas: la regla de oro en la conducta humana y la conciencia del Juicio de Dios.
La conciencia innata del ser humano

(Saludo en Árabe)

 

            En el nombre de Dios, el clementísimo, el misericordiosísimo, la bendición y la paz sean con los profetas, especialmente con Muhammad y su familia purificada, con Jesús, Moisés y todos los Mensajeros a lo largo de la historia.

 

            Bueno, estamos viendo las consecuencias de la creencia en la resurrección o la negación de la creencia, por supuesto, si yo me siento absolutamente libre, sin que nadie me vigile, yo soy el último poder, no hay un poder sobre mí, yo hago lo que quiero y yo no tendré que rendir cuentas, si yo me ingenio para evitar ser amonestado, castigado, solamente ser premiado porque dispongo de un orden tal que me beneficie, el caso de los faraones, los césares, de modo que yo tenga asegurado una impunidad, por ejemplo, con mucho dinero, comprando jueces, teniendo poder, amenazando a jueces que quieran meterse con mi modus operandi que puede ser mafioso; cuando yo logro las condiciones sociales de una impunidad, si yo no creo en nada trascendente, entonces voy a ser libre, me voy a ver libre a mí mismo de hacer lo que quiera y por supuesto eso es un signo evidente de arrogancia, porque nadie quiere que le hagan a él lo que él hace a los demás si esto es malo, el que roba no le gusta que le roben, el que oprime no le gusta que lo opriman, de modo que si él fuera veraz consigo mismo, si fuera justo consigo mismo, tendría que saber una regla de oro de las religiones, lo que no le gusta que le hagan a él, no se lo hagas al otro, lo que te gustaría que te hagan hacé al otro o hacé al otro lo que te gustaría que te hagan a ti.

 

            Entonces, evidentemente, la persona que hace al otro el mal siendo que no le gusta que se lo hagan a él, es alguien que se pone por encima del otro y desvaloriza al otro y eso es arrogancia; mientras que el humilde qué hace, lo inverso, el humilde eleva lo otro, valora al otro al punto de sacrificarse por el otro, es decir, está dispuesto a soportar cualquier tipo de sacrificio en procura de que el otro, al que valora más que a sí mismo, al que quiere servir, al que quiere ayudar, con el que se compadece, esté mejor. Es un signo humildad y la humildad es un signo de los creyentes porque cuando el creyente o el profeta ayuda al otro, está viendo a Dios en el otro.

 

            Todos se acuerdan, por ejemplo los cristianos, esos pasajes evangélicos donde dice “tuve hambre y no me diste de comer” y le dice la persona a Jesús “¿Y en el Día del Juicio cuándo yo te vi, yo nunca te vi? Dice él, en el pobre, yo estaba con él, cuando el pobre te pidió era yo que te pedía y tú le diste la espalda. Nosotros tenemos un dicho del profeta Muhammad, que dice que cuando un -(...) u otro sucesor del profeta- que dice que cuando alguien te toque la puerta para pedir ayuda, no digas “Ufff, otra vez molestando, dile que no estoy”, no hagas eso porque es un regalo de Dios para ti, de modo que atiéndelo, benefícialo, e incluso el profeta si no tenía nada para dar, porque él lo daba todo en el camino de Dios, entonces atendía a la gente con una sonrisa o la guíaba hacia otro que le podría ayudar, pero nunca se negaba, nunca decía que no, e incluso hay un dicho importante del profeta, con una persona que estaba al servicio del profeta en un momento, le dice “¿cuánto dinero hay?” dijo, nos quedan -por ejemplo-  diremos 10 pesos, 10 dólares, 10 rupias, lo que fuera la plata en ese momento, 10 dirhams (supongamos) y el profeta dijo “no, nos queda lo que dimos, lo que gastamos en el camino de Dios, lo que ayudamos a la gente, eso nos queda, lo que perdimos es lo que nos quedó en casa hoy”; es decir, que lo que uno ayuda en el camino de Dios siempre teniendo en cuenta la resurrección, siempre teniendo en cuenta que Dios ve todo, siempre teniendo en cuenta que el mundo lo gobierna Dios, no aquel que nosotros creemos que lo gobierna.

 

            Esto no debe llevarnos a creer en el fatalismo, “ah bueno, todo lo que sucede Dios lo hace”, no, todo lo que sucede Dios no lo hace, Dios lo permite, que es diferente, es decir nada puede ocurrir sin el permiso de Dios, el permiso de Dios nos dio libertad para probarnos; Dios no quiere que yo robe pero si yo robo, Dios lo autorizó, que lo haya autorizado no quiere decir que lo quiera y que lo haya autorizado no quiere decir que me vaya a preguntar o que me vaya a castigar por haberlo hecho, pero Dios lo autorizó.

 

            Por lo tanto acá hay otro tema que tiene que ver con la sabiduría profunda y es, en una visión superficial, yo robo, me llevo el dinero robado y la persona que es robada queda sin dinero, en una visión superficial -muy típica de los mafiosos y los ladrones- yo gané, yo tuve éxito y él fracasó, él perdió porque se quedó sin dinero; en una mirada más profunda yo perdí porque me llevé un dinero ajeno y me gané un problema y tengo conmigo una maldición y un problema, y él ganó porque esa quita está en la cuenta en el Juicio Final y en el juicio mundanal de parte de Dios es una situación a su favor, él ha sido perjudicado, le ha sido sacado un dinero suyo y eso es algo que va a la cuenta a favor de él ¿en qué sentido? en que él no sacó, en que él padeció y Dios lo permitió, porque podría haberlo impedido ¿no? el ladrón se dirige a robar y Dios le manda un rayo y no roba,  como a veces hace Dios, sin embargo esta vez no hubo rayo y el ladrón lo robó. De modo que acá hay una cuenta entre el robado y Dios, entre Dios y el robado y hay una situación a favor del robado, y entonces Dios dirá “con eso que tú padeciste y yo deje que padezcas. lo hice por tu bien, porque con esa quita de dinero, injusta a ti, yo te perdoné muchos pecados, yo te purifique, te acerque a mí”, etcétera.

 

            No voy a entrar mucho ahora porque sería irme a un tema colateral, pero esto ya es para sabiduría profunda que, vamos a ver, la sabiduría profunda es distinta a las cuestiones superficiales; por eso el creyente no debe desesperar.

 

            Una de las consecuencias de la creencia en Dios en el Día del Juicio, que dijimos están necesariamente vinculadas, es una tranquilidad y una seguridad y un saberse protegido, guiado y acompañado por Dios en todas las circunstancias, aún en aquellas que en principio son aparentemente o son negativas, no aparentemente, son negativas, pero que en una situación profunda, es decir, en lo que tiene que ver con lo que va a suceder, con lo que va a provocar esa situación en el alma de la persona, es positiva.

 

            Ahora, otra cuestión, por ejemplo hay dichos del profeta Muhammad que dice que llegará un tiempo en que una mujer cuando gobierna Dios, cuando gobierna el mensajero de Dios, imaginemos ahora un gobierno de Jesús en el mundo, un gobierno de Muhammad en el mundo, un gobierno de Abraham o de Moisés en el mundo, cuando gobiernan los representantes de Dios -y es una promesa de Dios que Jesús va a volver y va a gobernar este mundo- y Muhammad, el mensajero de Dios, su descendiente al mando, va a venir y va a gobernar el mundo, entonces, en ese entonces, una mujer podrá viajar de Medina a Kufa, de Medina a Bagdad, (...) una mujer podría podría trasladarse de Medina, que es en el centro de Arabia, hacia Irak, no sé cuántos kilómetros hay, 800, 1000, sola, e incluso portando pulseras de oro por fuera, sin que nadie la moleste, es decir, la creencia en Dios trae como consecuencia seguridad, confianza, bienestar, bendiciones, protección, porque yo no le voy a hacer nada a esa mujer que aparentemente es indefensa porque esa mujer está protegida por Dios y si yo la molesto, en una visión superficial me estoy metiendo con una mujer indefensa por lo tanto si quiero abusar y soy fuerte, por supuesto, si soy una persona inconsciente, una persona malévola, abuso, pero ¿por qué? porque tengo una visión superficial de que creo que esa mujer está sola y no está protegida, siendo que está protegida por Dios como cualquier ser. Por lo tanto, si tengo en conciencia de eso, entonces se genera la situación de seguridad.

 

            Recuerdan ustedes, muchos de ustedes no son musulmanes, no conocen quizás del Corán, pero sí conocen de libros sagrados o sí han escuchado alguna vez que llegará el tiempo prometido por Dios a través de los profetas, en que llegará un momento de prosperidad y de fraternidad humana donde el cordero y el lobo convivirán; y esto es el cordero y el lobo humanos, e inclusive el lobo y el cordero animal también, va a haber paz universal, porque el Hombre será señor de la Tierra, pero será señor de la Tierra porque reconocerá a su Señor, al Señor de los Cielos y la Tierra que es Dios y él será representante, que es su máxima dignidad.

 

            Cuando la humanidad esté gobernada de esta manera entonces hasta los animales se van a pacificar y lo que no sucederá más es que el Hombre sea el lobo del Hombre -como decía el filósofo Hawkes- o que el Hombre sea explotador del Hombre -como decía Marx- o que en definitiva el Hombre sea esclavo del Hombre, como algunos sistemas esclavizan a la gente, etcétera, no habrá más pobreza, no habrá más enfermedades, será lo que está descrito como un paraíso terrenal, que no es el paraíso de la otra vida, es un paraíso limitado, finito, donde alguien -en este paraíso terrenal- se enferma y se muere, pero no habrá más disputas ni guerras por dinero y todas esas cuestiones.

 

            La creencia en el Día del Juicio -si Dios quiere- después vamos a continuar, es como tener un policía acompañándolo a uno, pero un policía bueno, no un policía represor sino un policía que uno lo saluda, está todo bien porque se porta bien, y salvo excepciones donde los policías se corrompan -que ese es otro tema- y que necesariamente debería escapar la regla, es decir, si se convierte en regla una sociedad está muy perdida, pero yo creo que no existe la sociedad donde la regla sea el mal, porque se destruye. Cuando decimos que una sociedad es corrupta, en general, vamos a ver los millones de habitantes que tiene o los miles que tenga y los corruptos son pocos en relación a los muchos; pero la regla es tal de la bondad, de la naturalidad, de la bondad de una sociedad, que unos pocos corruptos ya decimos que hay mucha corrupción y esa sociedad corrupta, a pesar de que de un punto de vista numérico siempre van a ser pocos en relación a todos los que no son corruptos en una sociedad.

 

(Despedida en Árabe)

 

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            Fátima tv es un grupo multinacional dedicado a la producción de contenidos basados en enseñanzas religiosas, así como en temas culturales, morales, sociales, históricos, estilo de vida, familia, educación de los hijos, psicología, y filosofía. Estos contenidos se publican en formato de videos, audios o fotografías, revistas y libros electrónicos.

 

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