(Saludo en Árabe)
En el nombre de Dios, el clementísimo, el misericordiosísimo, la paz y las bendiciones sean con Muhammad y su familia y con Jesús, Moisés y todos los Profetas a lo largo de la historia.
Estamos viendo la manera de comportarse, de conducirse con El Corán, de cómo leer y recitar El Corán, algunas recomendaciones, habíamos visto mirar las letras, habíamos visto el tener la ablución, habíamos visto el recatarse en la manera de sentarse o dirigirse, no estirar las piernas, no leer acostado, como quien está mirando televisión y lee, o en el baño esas cosas, que hay que tener un sentido de lo que uno está leyendo y qué está leyendo; y otra de las recomendaciones es el Tartil o la recitación pausada, respetando los códigos, las normas de la lectura del árabe, los lugares donde uno debe detenerse, la pronunciación correcta de las letras, (¿...?) recitación Tartil es una recitación pausada, no con una voz melódica muy cantada sino que eso es una forma de recitación más técnica y si se quiere en un punto más elevado, pero Tartil también es importante, esta recitación más pausada, es una recitación importante para la reflexión sobre los versículos coránicos, y la forma de recitación ya de los recitadores tiene que ver con unas técnicas más parecidas a unas melodías de cánticos sin ser cantos, manteniendo sus reglas de lectura pero que apuntan quizás más todavía al corazón, también el Tartil lo puede hacer, pero los otros son con una carga emotiva más grande a la recitación por excelencia.
La cuestión es que esta recitación pausada, que es recomendable también, debe hacerse de acuerdo a las capacidades de cada uno, es decir, debe ser en un correcto árabe pero no necesariamente tiene que ser como los especialistas y los técnicos en recitación, a esos niveles, basta que esté bien pronunciado, que uno no tenga certeza de que lo está haciendo mal porque si tiene certeza uno de que está pronunciando mál las letras debe de corregirse.
Aquí hay un tema que es muy importante para nosotros los occidentales, los que no somos de origen árabe, los que no tenemos esa facilidad de la lengua árabe, muchos dicen que “bueno ¿no es lo mismo leerlo en español? yo lo leo en español, yo no puedo leer el árabe”, si bien leerlo en español es importante como un paso hacia El Corán. El Corán propiamente dicho está en su idioma que es el árabe, las razones por las cuales El Corán está en árabe y Dios se dirige en árabe, al pueblo árabe en primera instancia, pero a todos los pueblos -El Corán tiene un alcance universal- es que, por supuesto, la guía de un Profeta siempre comienza por su entorno, en el caso del mensaje de profetas universales y que va a alcanzar a todos los seres humanos; y uno se puede preguntar ¿Bueno y entonces por qué en árabe, por qué no en mi idioma, por qué esa dificultad, por qué ese privilegio, podemos decir, del árabe en relación al no árabe, porque en definitiva Dios se expresa en su idioma? La respuesta a esto es que si los profetas hubieran sido dejados puestos en libertad, es decir, si los profetas no hubieran sido obstaculizados por los poderes tiránicos de turno, el idioma árabe sería un idioma universal, todos hablaríamos en árabe.
Si el gobierno y la enseñanza del profeta se hubiera expandido en forma natural sin generarle una guerra, un obstáculo, una falta de libertad de expresión, una falta de respeto por los derechos de Dios y de los hombres, una injusticia y una opresión, si hubieran sido las cosas naturales, todos estaríamos hablando al árabe, como por beneficios económicos, técnicos, científicos, muchos hablan en inglés sin que haya una coerción para eso, la gente va a aprender porque tiene muchos beneficios, bueno, si los profetas hubieran expandido su gobierno -y la misión del profeta es universal-, entonces obviamente por los beneficios que tiene el árabe todos lo hubiéramos aprendido; eso número 1, número 2, que la Revelación tiene un orden, la Revelación y el orden en el objetivo de Dios es que todos se benefician de esto y todos aprendan el árabe.
Ahora, por supuesto que el aprendizaje del árabe lleva esfuerzo, lleva tiempo y para algunos está inclusive más allá del alcance de sus propios esfuerzos, no lo logran aprender, otros sí, dependiendo, algunos se esfuerzan y no lo logran, otros se esfuerzan menos y lo logran, de acuerdo a capacidades y demás; pero Dios mira y Dios tendrá en cuenta y Dios juzgará el esfuerzo que cada uno haya hecho en pro o en pos de acercarse a Dios y a su guía
Las razones por las que El Corán se conserva en árabe, las recitaciones coránicas y las oraciones que se hacen, una parte de las oraciones formales (hay oraciones formales e informales) las oraciones a Dios, las súplicas a Dios, que son formales, que son las que enseñan los profetas, que están en El Corán y las informales que son espontáneas, cada uno en su idioma, ambas son necesarias, una no excluye a la otra, las dos, la formal y la informal, la espontánea y la tradicional, ¿por qué? por la sencilla razón de que el Corán es un cordel de Dios, permanente, fijo.
Uno de los milagros del Corán y una de las razones para creer en el Sagrado Corán, es que su lengua sigue vital hoy, si usted agarra cualquier lengua antigua, el griego antiguo, el latín, las lenguas semíticas, el arameo, etcétera, hoy han perdido mucho vigor, no se usan casi o prácticamente como lenguas vivas, sin embargo, el árabe antiguo quedó como lengua viva, se habla en todo el mundo árabe e incluso en muchos no árabes han aprendido el árabe y lo hablan; en segundo lugar, el árabe clásico se distingue del árabe moderno o coloquial, el árabe coloquial es una deformación del clásico y a su vez es una transformación que varía de país a país, de provincia a provincia, de lugar a lugar, de clase social a clase social, etcétera, como ocurre con todos los idiomas, fíjense el español cómo va cambiando a medida que pasa el tiempo, cómo hablan los jóvenes hoy, cómo hablan dos ancianos, cómo hablaban nuestros abuelos, cómo hablaban cien años atrás, cómo habla una clase social y cómo habla otra clase social, cómo habla un sector, un barrio y cómo habla otro barrio.
Es decir, es una cuestión dinámica de una cantidad de transformaciones y cambios y demás, mientras que el árabe que viene de Dios, de la Revelación, tiene un sentido, tiene unos significados, tiene una composición, tiene una conformación, tiene un orden que es extraordinario, que cautiva a los árabes, realmente El Corán es una lectura que está entre la prosa y la poesía, no es ni poesía ni es prosa, no cansa como la prosa, no es meramente poesía sino que es una combinación entre ambas, que es muy elocuente, que es muy bella, que es muy melódica, que es muy armónica y que cautiva realmente a los árabes que como ningún otro pueblo desarrolló la lengua en forma extraordinaria, la elocuencia árabe es famosa y es conocida. Se dice que los árabes dicen a los no árabes “los mudos” que no tienen esa capacidad de elocuencia que tiene el árabe y en esa lengua es que se revela El Corán, que es superior a todas las lenguas, y los más grandes poetas de la época que eran citados por el poder de turno para descalificar al Profeta reconocían que esa recitación del Profeta era absolutamente cautivante y que no era humana, no provenía de un hombre y que nunca habían visto algo tan extraordinario; esto lo decían los mejores poetas que eran traídos para enfrentarlos, así como Moisés en su momento [el faraón] trajo a los magos para derrotarle y él lo derrota con un milagro, o Jesús también vence a toda la medicina de la época resucitando muertos o curando enfermos de nacimiento. Es decir, los milagros de los profetas tienen que ver con aquello más desarrollado en cada época, en cada pueblo, y el milagro muestra justamente el poder sobrenatural sobre el poder terrenal de algunos especialistas en esos rubros, lo mismo pasa con El Corán.
Entonces yo tengo hoy El Corán como fue revelado, sin alteraciones, el único libro sagrado que perdura hasta hoy sin alteración ninguna, sin agregados ni omisiones. Por ejemplo la Biblia, hay una cantidad de Biblias en español, diferentes, la Protestante, la Católica, etcétera, y a su vez el español es una traducción, los originales están en griego pero Jesús hablaba en arameo, es decir, ya hay unos vacíos, unas grietas, una distancia con el idioma original de esa Revelación. Entonces yo hoy tengo el mismo árabe y el mismo Coran que tenía el Profeta, lo leo y es el mismo, por lo tanto puedo llegar a entender porque está abierto el camino a la comprensión y no tiene alteraciones, ni omisiones, ni agregados, ni nada que lo haya deformado o cambiado, por lo tanto tengo todos los caminos abiertos de acuerdo a mi capacidad. Dios entonces premia a aquel que se esfuerza por leer y acepta los errores de aquel que se esfuerza por leer, mientras que puede no aceptar a aquel que lee bien pero que no se preocupa, o que tiene certeza de sus errores y no se preocupa por enmendarlos, no usa su capacidad para aprender, puede aprender cualquier otra cosa, chino, esto o lo otro,lo demás pero cuando llega el momento de la guía de Dios, no le da importancia.
Hay una anécdota muy linda y es sobre un hombre que no era árabe y le dice al Profeta “yo no puedo hacer las súplicas en árabe como hacen ustedes, la recitación me cuesta, enséñame una súplica fácil en árabe de modo que yo pueda dirigirme a Dios” y entonces el profeta le dijo “di lo siguiente, solamente una frase para ti y repítela” (¿...?) Dios mío (¿...?) “Dios mío, tú eres mi Señor” (¿...?) “tú eres mi Señor” (¿...?) “y yo soy tu siervo”, “repite eso y ese es tu recuerdo y eso será aceptado por ti como aquel que dice muchísimas súplicas en árabe, Dios es justo, Dios es misericordioso”, bueno, el hombre se va y empieza a recitar, empieza a decir (¿...?), pero se equivoca y dice (¿...?), se confunde y dice “Dios mío, tú eres mi siervo y yo soy tu Señor” y todo el día está (¿...?). Los ángeles se sorprenden, no saben qué hacer con este hombre, estas cosas que dice, su incredulidad y cómo le va a decir a Dios que es el siervo y él es el Señor, hasta que el ángel Gabriel desciende sobre el profeta y le dice“este hombre que tú has enseñado está diciendo las cosas mal, está cayendo en una incredulidad”, entonces el Profeta lo manda a llamar, le pregunta, este le responde “sí yo lo he dicho como tú me has enseñado” (¿...?) y el Profeta le dice “no, no digas así, di bien como yo te enseñé” (¿...?) “Dios mío tú eres mi Señor y yo soy tu siervo”, no digas más así porque eso es incredulidad. El hombre se puso mal, dijo “Ohhh Dios mío todo lo que dije mal, yo siempre diciendo que tú eras mi siervo y yo tu Señor, Dios mío, es una sola frase y yo me equivoqué, qué voy a hacer y que sé cuánto; desciende nuevamente el arcángel Gabriel sobre el Profeta y le dice “Dios dice que Él acepta la súplica de este hombre, de todas las que hizo, porque Dios mira los corazones, no mira los errores”, dice concretamente (¿...?) “Dios ve vuestros corazones”, sabe lo que quería decir este siervo, sabe que este siervo estaba lleno de amor y de reconocimiento a Dios y de humildad; eso lo que Dios toma y no los errores.
Se dice que Bilal, el esclavo etíope que fue el primero que se salva la esclavitud gracias al Islam y es el primero que llama a la oración, no podía decir (¿...?) testimonio de que no hay dioses sino Dios, sino decía (¿...?), el tema de pronunciación de un pueblo a otro y algunas letras que les cuesta más, algunos dicen (...) en vez de (¿...?) que en árabe es (¿...?) y dicen (¿...?). Es la costumbre, es la manera de hablar de algunos. Algunos dicen, por ejemplo, árabe en vez de áarabe, es árabe (¿...?).
Bueno, la cuestión es que el Arcángel Gabriel le dijo al Mensajero de Dios “la (¿...?), o sea, el (¿...?) de Bilal ante Dios es (¿...?), o sea, Dios toma eso que él dice en forma incorrecta como correcto, lo mismo que había hecho con aquel siervo que vimos antes.
Este es el mensaje para todos los latinos, toda la gente habla hispana que no sabe el árabe, que se esfuerza, que no puede, que le cuesta, esfuércense, tiene recompensa cada letra que uno aprende, cada letra con uno pronuncia, cada letra que uno ve, cada palabra y si va más allá tiene muchísima recompensa y no se preocupe; sí, obviamente, corríjase, aprenda bien, pronuncie bien y si tiene certeza de que está pronunciando mal, corríjase, pero no se angustie, ni se debilite, ni pierda la esperanza, Dios mira los corazones, mira el esfuerzo, mira la entrega y no mira otra cosa.
(Despedida en Árabe)
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