Descripción

Te procuro con mis pedidos; me dirijo hacia Ti con mi necesidad; he dispuesto solo en Ti mi pedido de ayuda; es suplicándote que acudo a Ti sin ser merecedor de recibir Tu atención ni estés obligado a hacerme objeto de Tu perdón; sino que lo hago por mi confianza en Tu generosidad, por mi tranquilidad de que cumples Tu promesa, porque me cobijo en la fe en Tu Unicidad, en mi certeza de que sabes de mi creencia en que no tengo señor mas que Tu, puesto que no hay divinidad sino Tu, Único y sin asociado. ¡Dios mío! Tú has dicho en el Corán –y Tu palabra es Verdad y Tu promesa es verídica-: «Suplicad a Dios de Su favor»; «ciertamente que Él es Misericordioso con vosotros», y no es un atributo tuyo, ¡oh mi Señor!, que ordenes suplicar y niegues la dádiva, sino que Tú eres el Munífico otorgando dádivas a la gente de Tu reino y Quien les favorece mediante la benevolencia de Tu compasión.