Dentro de los actos devocionales que nos permiten llegar a Dios se encuentra el recuerdo de Dios y la súplica, como herramientas fundamentales para fortalecer nuestra relación con él.
Uno de los temas de suma importancia en el viaje espiritual es el recuerdo de Dios, que quizá sea considerado como las acciones más importantes en este camino.
Recordar a Dios no es solo nombrar su nombre con la lengua ya que existen distintos niveles de recuerdo, como por ejemplo el recuerdo del corazón.
El recuerdo de Dios no solo tiene efectos espirituales o en la otra vida, sino que también efectos terrenales y de índole psicológico.
En esta lección hablaremos de cómo el recuerdo de la muerte nos ayuda a concentrarnos en el rezo.
En la oración además de la lectura o recitación del capítulo La Apertura y otro capítulo completo se debe decir durante el tercer y cuarto ciclo una letanía compuesta por 4 frases en las cuales se recuerda a Dios.
En esta lección estudiaremos la genuflexión y prosternación que son dos de las posiciones necesarias y obligatorias en la oración. En ellas se está permitido decir cualquier tipo de frase o letanía que contenga el recuerdo de Dios.
Aquellos que creen, y cuyos corazones encuentran sosiego en el recuerdo de Dios. ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios como se tranquilizan los corazones?