En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso.
La paz de Dios sea con todos sus profetas, desde Adán hasta Muhammad.
En esta clase hablaremos de las últimas dos cualidades del conocimiento del corazón: uno es que el conocimiento del corazón al ser un sentimiento, cuando se transforma ese conocimiento en un sentimiento interno del individuo, es individual, por lo tanto no hay posibilidad de transmitirlo a los demás. Por eso dicen que generalmente las experiencias místicas o las experiencias religiosas y espirituales son inefables, es decir, son intransferibles, porque cuando uno lo siente como una cuestión interna, personal, individual, hay que ser el mismo individuo para poder sentir lo mismo. No hay forma de poder transmitirlo a los demás, entonces el sentimiento del corazón es un sentimiento que queda simplemente como una experiencia única, individual, que es igual a la experiencia de los sentidos. Por ejemplo, si yo ahora veo algo, esa visión, lo que yo estoy sintiendo, lo que yo estoy percibiendo, es algo individual. Si yo por ejemplo tengo un dolor determinado en mi cuerpo, ese dolor lo siento yo solo, no hay posibilidad de poder transmitirlo a los demás. Por más que uno ponga en palabras o en conceptos, o en ideas, o en imágenes aquello que uno siente, eso no va a poder transmitir el mismo sentimiento.
Por eso dicen que una de las cualidades del conocimiento de corazón es que es individual, frente al tema racional que es general.
El otro punto fundamental y es lo que nos interesa como beneficio práctico, es que el conocimiento del corazón, a diferencia del intelectual -y ya lo dijimos anteriormente- conlleva a un estado de compromiso y responsabilidad: lo que dicen muchos autores es que el conocimiento del corazón crea piedad, o sea, el temor a Dios, este estado de querer obedecer, ¿por qué? porque el corazón cuando siente compromete la voluntad, cuando uno siente ya sea pasión, odio, o cualquier tipo de sentimiento, ese tipo de sentimiento compromete la voluntad del hombre. Por ejemplo, si yo temo a la oscuridad, entonces me muevo hacia la luz. Si temo a un animal, entonces comienzo a correr. Eso es porque el sentimiento es justamente el motivo el aliciente, o mejor dicho, el estímulo de la voluntad para llevar al hombre hacia la acción.
Por eso dicen que conocer a Dios a través del intelecto no es igual que conocerlo a través del corazón, porque a través del intelecto no siempre nos compromete. Uno puede conocer a Dios a través del intelecto sabiendo de que Dios existe, pero no
estar comprometidos con Dios. Es cuando llega ese conocimiento del corazón que uno se siente comprometido y responsable para actuar en base a Dios, por eso dicen que el conocimiento de corazón crea taqwa, piedad. Y la piedad no es más que esa responsabilidad y ese compromiso que toma uno para poder cumplir con Dios.
Por eso tenemos en la aleya número 14 de la sura de La Hormiga, cuando habla de la gente del Faraon en la época de Moisés, cuando fueron mostrados a ellos los milagros de Moisés, dice: Al fin y al cabo ellos negaron, no aceptaron esos milagros,
a pesar de que ellos mismos, sus almas, sus mentes habían comprendido y habían
aceptado esa realidad, y habían llegado al punto de la certeza. O sea, estaban convencidos de que era una verdad, pero como esa verdad iba en contra de sus
intereses, entonces no la aceptaron.
Puede ser que uno esté convencido de algo a nivel intelectual, pero que no lo acepte a nivel práctico, o que lo niegue a nivel práctico, como una persona por ejemplo que está convencida de que el cigarrillo enferma, es dañino y perjudicial, y fuma. Cuántas personas por ejemplo saben y hasta son especialistas en el tema de la medicina, y saben que el fumar por ejemplo es dañino, pero fuman. ¿Por qué?, porque el conocimiento intelectual no conlleva un grado de compromiso y responsabilidad, o sea, no transporta al hombre hacia la acción. Por eso el Imam As-Sadiq, (as), dice: no existe conocimiento más que a través de la acción. El que verdaderamente sabe, (o sea, sabe con el corazón, o sea, siente, sabe con convicción) realmente esa sabiduría, ese conocimiento, lo guía hacia la acción.
Dice: y el que no actúa, o el que no cumple con lo que dice su conocimiento entonces, no tiene conocimiento. Por eso según este análisis, el verdadero conocimiento es el conocimiento que va desde el intelecto hasta el corazón, o sea, que se transforma en un sentimiento. Yo siento la realidad de Dios, entonces actúo. Por eso constantemente decimos que el conocimiento tiene que ir de la mano, y de hecho el Corán habla mucho de eso, siempre que habla de la fe habla también de la acción.
La fe viene acompañada de la acción, ¿por qué? porque la verdadera fe es conocimiento y es sentimiento, o sea, es convicción y creencia en el corazón, de tal modo que uno realmente reafirme, confirme ese conocimiento a través de un verdadero sentimiento. O sea, yo sé, y ese saber me transforma en un hombre comprometido. Por eso cuando nosotros decimos la shahada, la famosa frase que convierte al ser humano en musulmán, decimos: soy testigo. Uno tiene que percibir a Dios como un testigo o sea, yo he sido testigo de la existencia de Dios.
Y esa es un poquito la diferencia fundamental entre el conocimiento del cual venimos hablando, que nace de la fitrah, una tendencia natural, y que se transforma
en un sentimiento del corazón, porque para que ustedes sepan la fitrah no siempre es un sentimiento, la fitrah es una tendencia interna oculta que se encuentra no en acción, sino en potencia. Y esa potencia puede ser transformada por el ser humano en un sentimiento real, y que uno pueda percibir porque si no, si dijéramos que el conocimiento de la fitrah es general en todos los seres humanos, y se transforma en un sentimiento en todo los seres humanos, entonces todos los seres humanos deberíamos ser creyentes, y no es así. ¿Por qué? porque algunos transforman eso
que está en potencia en acción y se hace un sentimiento, un conocimiento verdadero pasado en el corazón; y otros queda simplemente en ese estado de potencia.