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Descripción

Ramadán es el mes más bendito del calendario islámico, puntualmente el noveno mes de dicho calendario y uno de los meses inviolables que Dios decretó. En este mes se le ha prescrito a los musulmanes de llevar a cabo un ayuno que consiste básicamente de la abstención de toda acción de comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales con su pareja, durante todo el mes que puede llegar hasta no más de 30 días continuos, ayuno que posiblemente difiera del que le fue prescrito a otras creencias en el pasado antes del Islam, como en el Cristianismo, el Judaísmo e incluso otras creencias no abrahámicas que también le dan un valor excepcional a este acto.
Este ayuno se lleva a cabo solamente durante un periodo de tiempo que abarca desde el amanecer y hasta el ocaso, sin embargo, el ayuno tiene sus particulares excepciones, de ellas se hablará muy brevemente en este video.
Lo más importante es conocer la verdadera filosofía del ayuno durante este mes Bendito y conocer los efectos espirituales y físicos que este nos deja, año tras año.

Transcripción

Hola soy Mahdi y les presento “Hechos sobre el Islam”. Este mensaje es traído por FATIMATV.es

¿Por qué los musulmanes ayunamos en el Bendito mes de Ramadán?

Quiero dar inicio para explicar muy brevemente que es el Ramadán. Ramadán es el nombe del noveno mes del calendario lunar islámico, el cual marca el inicio del último mes de una serie de meses inviolabes y sagrados del calendario musulmán.

En este mes se nos precepta a llevar a cabo un ayuno el cual tiene una serie de reglamentos particulares, entre los cuales está la abtención de todo aquello que implica comer, beber, fumar, mantener relaciones sexuales con nuestras parejas así como otras prácticas de menor relevancia, pero en las que hay condiciones y exoneraciones incluso, que no vamos a señalar en este video por razones de tiempo.

En primer lugar, debemos de tomar en cuenta que no solo los musulmanes ayunan. Si prestamos atención a las religiones abrahámicas en particular y a la humanidad entera en general, todos y cada uno de nosotros en alguna etapa de nuestras vidas u otra, hemos observado el ayuno, en el sentido de que nos hemos mantenido lejos de la comidad y de la bebida durante un cierto periodo de tiempo.

De hecho en las creencias abrahámicas, encontraremos que hay ciertas enseñanzas que obligan a sus seguidores a ayunar en un perioro determinado de tiempo y durante un periodo de tiempo determinado.

Por ejemplo encontramos en la Biblia señalados ciertos versículos que explícitamente mencionan el ayuno, tal como en Éxodo 34:28 que dice:

Y Moisés estuvo allí, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches. No comió pan, ni bebió agua, pero sí escribió en las tablas de piedra las palabras del pacto…”

También podremos observar en Jueces 20:26 que dice:

“Volvieron entonces los israelitas y todo el pueblo a la casa de Dios, y llorando se sentaron delante del Señor y ayunaron todo el día y hasta la noche…”

A como observamos en Lucas Capítulo 4: Versículos 1 al 2 que nos enseña:

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diabo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.”

Es así como podemos reconocer que es propio de la fe cristiana a como también de la fe Judía, el hecho de ayunar y su propósito tanto fisico como espiritual en particular. Sin embargo también en creencias no abrahámicas, encontraremos el precepto del ayuno.

El hinduismo tiene un enfoque principal en el ayuno, siendo muchos de sus adeptos (los hindúes) en el mundo lo practican.

Por lo tanto el Islam, no es la única religión en el mundo hoy día, donde sea prescrito para sus seguidores el hecho de ayunar. Encontraremos por ejemplo en el Sagrado Corán, donde Dios encomienda esta práctica al decir:

“¡Oh, ustedes que creen, se les ha prescrito el ayuno, tal como se les ha prescrito a los que les precedieron.” Capítulo 2, versículo 183.

Con esto encontramos en el mismo Corán el hecho donde se alude que ha habido religiones que vinieron antes del Islam y que los seguidores de esas creencias, solían observar el ayuno en una época en particular.

Posiblemente su ayuno pudo haber sido diferente al nuestro, (en la fe del Islam) donde ayunamos desde el amanecer y hasta el atardecer. Es curioso por cierto que hayan quienes aún en el mundo hoy día, creean que realmente los musulmanes ayunan durante 30 días completos sin pausa, es decir día y noche sin consumir alimento o hidratarse. Si ese fuese el caso; con seguridad no habrían musulmanes vivos en el planeta entero.

De hecho, ayunamos todos los días, entre el amanecer y el atardecer. Para algunos de nosotros es bastante fácil. Hay quienes ayunan periodos cortos, de no más de 12 o 14 horas al día, pero hay quienes ayunan casi 20 horas al día, esto debido al país donde se encuentan y la epoca en la que les toca ayunar.

Pero es importante saber que el Islam no dicta ni quiere que hayan quienes lleguen a un nivel en el que se infringan un daño o se lleguen a matar debido al ayuno.

Y es que la jurisprudencia islámica nos dice que si llegamos a causarnos un daño con el ayuno, esa persona debe de reflexionar sobre sí misma, especialmente acerca de que si ese ayuno en verdad es para su beneficio o detrimento, a como por ejemplo hay otra serie de situaciones en la ley que impiden el ayuno a enfermos, mujeres embarazadas, ancianos o incluso a personas que viajen, quienes no pueden ayunar durante su viaje, claro dependiendo de sus tiempos de viaje o en otros casos los cuales se basan en determinadas condiciones especiales.

Es así que vemos entonces que no todos los musulmanes están obligados al ayuno, gracias a casos puntuales ya mencionados. Pero debemos de saber, que la razón principal del ayuno en el bendito mes de Ramadán, es que la persona que ayuna pueda recordar a quienes están en condición de probreza o necesidad en el mundo.

Hay millones de personas en el planeta entero, que en este preciso instante, en este mismo minuto que hablo, no tienen nada que comer. En otros casos hay quienes no tienen agua que beber y si tienen acceso a alguna fuente de agua, no sea tal como la que nosotros consumimos de forma fiable, posiblemente esté alejada, de dificil acceso o contaminada.

Nuestro egoísmo, nos lleva a discutir sobre si tenemos agua de una fuente o marca en especial, que si es fiji, o Evian, si es gasificada o no, de que país viene, que sabor tiene o si es pura de manantial o de glaciar, o de que si viene en tal o cual envase, si es o no sofisticado, si es plástico o de cristal.

Es un hecho que hay quienes en el planeta, (gente como tu o como yo) que no pueden esperar saciar su sed; a como hay otros que no tienen forma de poder calmar su sed penetrante y otros (o esos mismos) que no tienen la oportunidad de comer tan siquiera un trozo de pollo o de carne o aún más triste, llevar a su mesa los alimentos básicos o un bocado de pan viejo.

Algunos de nosotros volteamos a ver nuestra comida puesta en la mesa y somos capaces de reclamar el retraso de un plato, o de que si no están a nuestra “altura”, habiendo  otros, que desearían llevar a sus familias los sobros de lo que  o YO comemos, si no hubiese más remedio que eso.

En este tipo de casos, es nuestro deber de recordar que hay quienes no están tan bien o NADA BIEN del todo, a como nos encontramos nosotros. Hay gentes que están en las calles de cualquier país, en condición de abandono, condición de indigencia o extrema pobreza y no debe de importarnos en lo absoluto si pertenecen a la religión del Islam o pertenecen a cualquier otra fe.

La realidad es que cualquier ser humano tal como lo dijo el Imam Ali (P) “es mi hermano en la fe o mis iguales en humanidad” y es por eso que tengo el deber de pensar en sus necesidades.

Cuando por ejemplo ayuno desde las 4 de la mañana y hasta que se oculte el sol, es en ese lapso de tiempo cuando precisamente las punzadas del hambre y la sed comienzan a afectarme, es que se me permite recordar que hay quienes en el mundo, en ese mismo instante, (sean musulmanes o no), que no podrán aliviar esa misma sensación que me afecta, de la misma forma que yo lo terminaré haciendo al momento de romper mi ayuno, (sea con poco o con mucho); ya por el simple hecho de tener con que desayunar, es considerado un lujo; ese restaurante a donde puedo ordenar o en que alguien puede quejarse de la tardanza del servicio, es un lujo y una bendición, mismas que esos otros no tienen tal dicha y es ahí donde debo sentirme privilegiado, agradecido y de surgir desde el fondo de mi corazón la necesidad de servir a otros.

¿Qué hay con quienes en verdad no pueden saciar su sed o su hambre o esperar aquello que aguardamos con ansias todo el día?  YO estoy ayunando voluntariamente durante este mes bendito de Ramadán, pero hay quienes INVOLUNTARIAMENTE están pasándola muy mal o muriendo de hambre durante este tiempo y más allá de un mes, hay quienes la pasan mal durante muchos meses e incluso años.

Es por eso que, rebobinando un poco, en primer lugar es necesario recordar y reflexionar sobre las personas necesitadas en todo el planeta.

En segundo lugar, analicemos como todos nuestros cacharros tecnológicos requieren cada cierto tiempo de una actualización de software. Todos necesitarán en algún momento de esa actualización en el plano tecnológico y del mismo modo nuestros cuerpos ocupan de una actualización o update.

Nuestros teléfonos por ejemplo, de vez en cuando nos dicen: ¡Hey escucha, necesito de una actualización para mi, en el cual pueda eliminar lo malo, evitar riesgos y mejorar mis capacidades!

Imaginemos cuanto en verdad lo necesita también nuestro cuerpo. Sobre todo si reflexionamos de cuanta chatarra le metemos durante todo un año sin parar, y es ahí donde debemos darle a ese cuerpo un respiro para purificarse y actualizarse con tal de evitar daños.

Es necesario al estar en esas condiciones, reflexionar sobre nuestra ingesta de agua, lo bueno de ello, la bendición de tener que tomar y mas aún poder elegir ¡que! tomar, o reflexionar sobre nuestra respiración, nuestros pulmones; yo mismo debo reflexionar por las la cantidad de cigarrillos o narguila que consumo.

El ayuno nos permite tener ese espacio de reflexión profunda y buscar un update y con eso lograr valorar lo que tenemos y que lo vemos como algo ya natural y tan cotidiano hast ael punto de nunca poner en la balanza su verdadero valor.

Es importante el valorar el ayuno como una purificación tanto del cuerpo como del espíritu y la consciencia. En la parte física, sobre nuestra salud, algunos de nosotros nos estamos dejando ir de forma muy drástica.  Y es que es cierto el ayuno no es solo algo que compete a nuestros cuerpos, pero en ese campo en particular, es que deberíamos de pensar en nuestros hijos y los posibles nietos que tengamos en el futuro y por ende de exigirnos llegar a tener la edad, la energía y a salud suficiente para mirarles, sonreír y compartir con ellos algún día sin complicaciones o desde una cama de hospital.

Veamos como hoy día, la ciencia habla acerca de los grandes beneficios del ayuno, mecionando en respetadas revistas médicas, que el ayuno es un gran compañero para la prevención e incluso el combate de ciertos tipos de cáncer, formadores del carácter y la disciplina, gran ayudante de la salud mental, así como de regenerador del cuerpo, en las muy famosas ya dietas de los ayunos intermitentes, que no solo han servido para bajar de peso, si no tratar patologías médicas que son en la actualidad una plaga moderna.

En tercer lugar nuestras almas requieren de una actualización espirtual, urgen de que ese software regrese a esas almas a la forma natural e innata tal como nacieron, con esa naturaleza Divinia prístina.

El Sagrado Corán menciona que el mes de Ramadán fue el mes en el que se nos ha prescrito el ayuno, de la misma forma que fue prescrito para los que nos precedieron, con el objetivo de alcanzar un nivel de consciencia Divino (el cual significa que reflexionamos sobre nuestra propia salud espiritual).

El COVID 19 ha hecho que nos preocupemos y seamos cuidadosos con nuestra salud física, pero ¿Qué hay de nuestra salud espiritual? ¿Acaso estamos espiritualmente sanos? o ¿Estamos siendo afectados por alguna deficiencia o enfermedad espiritual que nuestra farmacia más cercana no pueda arreglar con Paracetamol o Iborufeno?

Ciertamente no podemos negar que es más que necesario un alto en el camino, un reseteo de nuestras costumbres cotidianas, y sobre todo un update de software y es el mes de Ramadán, el sagrado mes de Ramadán, donde la creencia islámica dice que se lleva a cabo un update en primer plano para tomar control de aquello que tiene un gran valor.

Por lo cual, en este mes de Ramadán, recordemos a quienes no tienen que comer o están en situación de calle, a los que no tienen salud, hogar, trabajo y cuando esto suceda, disfrutarás plenamente del ayuno.

Para cerrar quiero que se reflexione sobre este poema llamado “Bani Adam o Humanidad”, escrito por el gran poeta y místico musulmán del siglo 13, Sa´adi Shirazi que dice así:

“De una sola esencia es la raza humana;
de una sola arcilla fuimos creados.
Si solo un órgano es afligido por el dolor,
todos los demás sufrirán la angustia;
así, si usted no siente el dolor ajeno,
perderá el derecho de llamarse humano.”

No me queda más que agradecer su atención a esta transmisión que semana a semana, intentamos sea de provecho, no sin antes recordarles que pueden encontrar esta transmisión y mucho más contenido en las cuentas de FatimaTV en Spotify, iTunes, Google Podcast y Soundcloud.

Además suscríbete a nuestro canal de Youtube, danos like, activa la campanilla para estar al día con estos encuentros.

Hasta pronto.

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Internacional de Creative Commons Attribution 4.0.

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Ramadán es el mes más bendito del calendario islámico, puntualmente el noveno mes de dicho calendario y uno de los meses inviolables que Dios decretó. En este mes se le ha prescrito a los musulmanes de llevar a cabo un ayuno que consiste básicamente de la abstención de toda acción de comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales con su pareja, durante todo el mes que puede llegar hasta no más de 30 días continuos, ayuno que posiblemente difiera del que le fue prescrito a otras creencias en el pasado antes del Islam, como en el Cristianismo, el Judaísmo e incluso otras creencias no abrahámicas que también le dan un valor excepcional a este acto.
Este ayuno se lleva a cabo solamente durante un periodo de tiempo que abarca desde el amanecer y hasta el ocaso, sin embargo, el ayuno tiene sus particulares excepciones, de ellas se hablará muy brevemente en este video.
Lo más importante es conocer la verdadera filosofía del ayuno durante este mes Bendito y conocer los efectos espirituales y físicos que este nos deja, año tras año.

Hola soy Mahdi y les presento “Hechos sobre el Islam”. Este mensaje es traído por FATIMATV.es

¿Por qué los musulmanes ayunamos en el Bendito mes de Ramadán?

Quiero dar inicio para explicar muy brevemente que es el Ramadán. Ramadán es el nombe del noveno mes del calendario lunar islámico, el cual marca el inicio del último mes de una serie de meses inviolabes y sagrados del calendario musulmán.

En este mes se nos precepta a llevar a cabo un ayuno el cual tiene una serie de reglamentos particulares, entre los cuales está la abtención de todo aquello que implica comer, beber, fumar, mantener relaciones sexuales con nuestras parejas así como otras prácticas de menor relevancia, pero en las que hay condiciones y exoneraciones incluso, que no vamos a señalar en este video por razones de tiempo.

En primer lugar, debemos de tomar en cuenta que no solo los musulmanes ayunan. Si prestamos atención a las religiones abrahámicas en particular y a la humanidad entera en general, todos y cada uno de nosotros en alguna etapa de nuestras vidas u otra, hemos observado el ayuno, en el sentido de que nos hemos mantenido lejos de la comidad y de la bebida durante un cierto periodo de tiempo.

De hecho en las creencias abrahámicas, encontraremos que hay ciertas enseñanzas que obligan a sus seguidores a ayunar en un perioro determinado de tiempo y durante un periodo de tiempo determinado.

Por ejemplo encontramos en la Biblia señalados ciertos versículos que explícitamente mencionan el ayuno, tal como en Éxodo 34:28 que dice:

Y Moisés estuvo allí, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches. No comió pan, ni bebió agua, pero sí escribió en las tablas de piedra las palabras del pacto…”

También podremos observar en Jueces 20:26 que dice:

“Volvieron entonces los israelitas y todo el pueblo a la casa de Dios, y llorando se sentaron delante del Señor y ayunaron todo el día y hasta la noche…”

A como observamos en Lucas Capítulo 4: Versículos 1 al 2 que nos enseña:

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diabo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.”

Es así como podemos reconocer que es propio de la fe cristiana a como también de la fe Judía, el hecho de ayunar y su propósito tanto fisico como espiritual en particular. Sin embargo también en creencias no abrahámicas, encontraremos el precepto del ayuno.

El hinduismo tiene un enfoque principal en el ayuno, siendo muchos de sus adeptos (los hindúes) en el mundo lo practican.

Por lo tanto el Islam, no es la única religión en el mundo hoy día, donde sea prescrito para sus seguidores el hecho de ayunar. Encontraremos por ejemplo en el Sagrado Corán, donde Dios encomienda esta práctica al decir:

“¡Oh, ustedes que creen, se les ha prescrito el ayuno, tal como se les ha prescrito a los que les precedieron.” Capítulo 2, versículo 183.

Con esto encontramos en el mismo Corán el hecho donde se alude que ha habido religiones que vinieron antes del Islam y que los seguidores de esas creencias, solían observar el ayuno en una época en particular.

Posiblemente su ayuno pudo haber sido diferente al nuestro, (en la fe del Islam) donde ayunamos desde el amanecer y hasta el atardecer. Es curioso por cierto que hayan quienes aún en el mundo hoy día, creean que realmente los musulmanes ayunan durante 30 días completos sin pausa, es decir día y noche sin consumir alimento o hidratarse. Si ese fuese el caso; con seguridad no habrían musulmanes vivos en el planeta entero.

De hecho, ayunamos todos los días, entre el amanecer y el atardecer. Para algunos de nosotros es bastante fácil. Hay quienes ayunan periodos cortos, de no más de 12 o 14 horas al día, pero hay quienes ayunan casi 20 horas al día, esto debido al país donde se encuentan y la epoca en la que les toca ayunar.

Pero es importante saber que el Islam no dicta ni quiere que hayan quienes lleguen a un nivel en el que se infringan un daño o se lleguen a matar debido al ayuno.

Y es que la jurisprudencia islámica nos dice que si llegamos a causarnos un daño con el ayuno, esa persona debe de reflexionar sobre sí misma, especialmente acerca de que si ese ayuno en verdad es para su beneficio o detrimento, a como por ejemplo hay otra serie de situaciones en la ley que impiden el ayuno a enfermos, mujeres embarazadas, ancianos o incluso a personas que viajen, quienes no pueden ayunar durante su viaje, claro dependiendo de sus tiempos de viaje o en otros casos los cuales se basan en determinadas condiciones especiales.

Es así que vemos entonces que no todos los musulmanes están obligados al ayuno, gracias a casos puntuales ya mencionados. Pero debemos de saber, que la razón principal del ayuno en el bendito mes de Ramadán, es que la persona que ayuna pueda recordar a quienes están en condición de probreza o necesidad en el mundo.

Hay millones de personas en el planeta entero, que en este preciso instante, en este mismo minuto que hablo, no tienen nada que comer. En otros casos hay quienes no tienen agua que beber y si tienen acceso a alguna fuente de agua, no sea tal como la que nosotros consumimos de forma fiable, posiblemente esté alejada, de dificil acceso o contaminada.

Nuestro egoísmo, nos lleva a discutir sobre si tenemos agua de una fuente o marca en especial, que si es fiji, o Evian, si es gasificada o no, de que país viene, que sabor tiene o si es pura de manantial o de glaciar, o de que si viene en tal o cual envase, si es o no sofisticado, si es plástico o de cristal.

Es un hecho que hay quienes en el planeta, (gente como tu o como yo) que no pueden esperar saciar su sed; a como hay otros que no tienen forma de poder calmar su sed penetrante y otros (o esos mismos) que no tienen la oportunidad de comer tan siquiera un trozo de pollo o de carne o aún más triste, llevar a su mesa los alimentos básicos o un bocado de pan viejo.

Algunos de nosotros volteamos a ver nuestra comida puesta en la mesa y somos capaces de reclamar el retraso de un plato, o de que si no están a nuestra “altura”, habiendo  otros, que desearían llevar a sus familias los sobros de lo que  o YO comemos, si no hubiese más remedio que eso.

En este tipo de casos, es nuestro deber de recordar que hay quienes no están tan bien o NADA BIEN del todo, a como nos encontramos nosotros. Hay gentes que están en las calles de cualquier país, en condición de abandono, condición de indigencia o extrema pobreza y no debe de importarnos en lo absoluto si pertenecen a la religión del Islam o pertenecen a cualquier otra fe.

La realidad es que cualquier ser humano tal como lo dijo el Imam Ali (P) “es mi hermano en la fe o mis iguales en humanidad” y es por eso que tengo el deber de pensar en sus necesidades.

Cuando por ejemplo ayuno desde las 4 de la mañana y hasta que se oculte el sol, es en ese lapso de tiempo cuando precisamente las punzadas del hambre y la sed comienzan a afectarme, es que se me permite recordar que hay quienes en el mundo, en ese mismo instante, (sean musulmanes o no), que no podrán aliviar esa misma sensación que me afecta, de la misma forma que yo lo terminaré haciendo al momento de romper mi ayuno, (sea con poco o con mucho); ya por el simple hecho de tener con que desayunar, es considerado un lujo; ese restaurante a donde puedo ordenar o en que alguien puede quejarse de la tardanza del servicio, es un lujo y una bendición, mismas que esos otros no tienen tal dicha y es ahí donde debo sentirme privilegiado, agradecido y de surgir desde el fondo de mi corazón la necesidad de servir a otros.

¿Qué hay con quienes en verdad no pueden saciar su sed o su hambre o esperar aquello que aguardamos con ansias todo el día?  YO estoy ayunando voluntariamente durante este mes bendito de Ramadán, pero hay quienes INVOLUNTARIAMENTE están pasándola muy mal o muriendo de hambre durante este tiempo y más allá de un mes, hay quienes la pasan mal durante muchos meses e incluso años.

Es por eso que, rebobinando un poco, en primer lugar es necesario recordar y reflexionar sobre las personas necesitadas en todo el planeta.

En segundo lugar, analicemos como todos nuestros cacharros tecnológicos requieren cada cierto tiempo de una actualización de software. Todos necesitarán en algún momento de esa actualización en el plano tecnológico y del mismo modo nuestros cuerpos ocupan de una actualización o update.

Nuestros teléfonos por ejemplo, de vez en cuando nos dicen: ¡Hey escucha, necesito de una actualización para mi, en el cual pueda eliminar lo malo, evitar riesgos y mejorar mis capacidades!

Imaginemos cuanto en verdad lo necesita también nuestro cuerpo. Sobre todo si reflexionamos de cuanta chatarra le metemos durante todo un año sin parar, y es ahí donde debemos darle a ese cuerpo un respiro para purificarse y actualizarse con tal de evitar daños.

Es necesario al estar en esas condiciones, reflexionar sobre nuestra ingesta de agua, lo bueno de ello, la bendición de tener que tomar y mas aún poder elegir ¡que! tomar, o reflexionar sobre nuestra respiración, nuestros pulmones; yo mismo debo reflexionar por las la cantidad de cigarrillos o narguila que consumo.

El ayuno nos permite tener ese espacio de reflexión profunda y buscar un update y con eso lograr valorar lo que tenemos y que lo vemos como algo ya natural y tan cotidiano hast ael punto de nunca poner en la balanza su verdadero valor.

Es importante el valorar el ayuno como una purificación tanto del cuerpo como del espíritu y la consciencia. En la parte física, sobre nuestra salud, algunos de nosotros nos estamos dejando ir de forma muy drástica.  Y es que es cierto el ayuno no es solo algo que compete a nuestros cuerpos, pero en ese campo en particular, es que deberíamos de pensar en nuestros hijos y los posibles nietos que tengamos en el futuro y por ende de exigirnos llegar a tener la edad, la energía y a salud suficiente para mirarles, sonreír y compartir con ellos algún día sin complicaciones o desde una cama de hospital.

Veamos como hoy día, la ciencia habla acerca de los grandes beneficios del ayuno, mecionando en respetadas revistas médicas, que el ayuno es un gran compañero para la prevención e incluso el combate de ciertos tipos de cáncer, formadores del carácter y la disciplina, gran ayudante de la salud mental, así como de regenerador del cuerpo, en las muy famosas ya dietas de los ayunos intermitentes, que no solo han servido para bajar de peso, si no tratar patologías médicas que son en la actualidad una plaga moderna.

En tercer lugar nuestras almas requieren de una actualización espirtual, urgen de que ese software regrese a esas almas a la forma natural e innata tal como nacieron, con esa naturaleza Divinia prístina.

El Sagrado Corán menciona que el mes de Ramadán fue el mes en el que se nos ha prescrito el ayuno, de la misma forma que fue prescrito para los que nos precedieron, con el objetivo de alcanzar un nivel de consciencia Divino (el cual significa que reflexionamos sobre nuestra propia salud espiritual).

El COVID 19 ha hecho que nos preocupemos y seamos cuidadosos con nuestra salud física, pero ¿Qué hay de nuestra salud espiritual? ¿Acaso estamos espiritualmente sanos? o ¿Estamos siendo afectados por alguna deficiencia o enfermedad espiritual que nuestra farmacia más cercana no pueda arreglar con Paracetamol o Iborufeno?

Ciertamente no podemos negar que es más que necesario un alto en el camino, un reseteo de nuestras costumbres cotidianas, y sobre todo un update de software y es el mes de Ramadán, el sagrado mes de Ramadán, donde la creencia islámica dice que se lleva a cabo un update en primer plano para tomar control de aquello que tiene un gran valor.

Por lo cual, en este mes de Ramadán, recordemos a quienes no tienen que comer o están en situación de calle, a los que no tienen salud, hogar, trabajo y cuando esto suceda, disfrutarás plenamente del ayuno.

Para cerrar quiero que se reflexione sobre este poema llamado “Bani Adam o Humanidad”, escrito por el gran poeta y místico musulmán del siglo 13, Sa´adi Shirazi que dice así:

“De una sola esencia es la raza humana;
de una sola arcilla fuimos creados.
Si solo un órgano es afligido por el dolor,
todos los demás sufrirán la angustia;
así, si usted no siente el dolor ajeno,
perderá el derecho de llamarse humano.”

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