Hola, Soy Mahdi y quiero presentarles “Desayunos espirituales” espacio traído a ustedes por FátimaTV.es
Todas las personas, sea cual sea su cultura y en cualquier parte del mundo se han hecho, se hacen y se harán esta pregunta a medida que maduren: “¿Por qué hemos sido creados?, tan solo quiero elegir una meta para mi vida.”
“Por qué fui creado?” la pregunta existencial por excelencia.
Hoy día hay quienes hacen que los jóvenes estén ocupados con falsas emociones, distracciones y juegos, pero llega un momento en el que crecemos o tan solo buscamos una respuesta a nuestra razón de ser. Frente a esa madurez que irremediablemente ha de llegar; nos hacemos la siguiente pregunta. ¿Cuál es nuestro propósito en la vida? Y la respuesta es: “El encuentro con Dios.”
Este es simplemente el objetivo natural de nuestra vida y Dios exaltado Sea nos lo repite unas 70 veces en el Sagrado Corán.
Por ejemplo, en el capítulo 2, versículo 156 del Sagrado Corán dice: “A Él hemos de retornar” así como también en el Capitulo 64 versículo 3 donde dice: “A Él todas las cosas vuelven”.
Compartiré con ustedes, que durante muchos años de trabajo en divulgación y trabajo social en diferentes países de América Latina, así como en encuentros con comunidades en Inglaterra y países islámicos, me he encontrado con esta misma pregunta e incluso me han hecho otra pregunta que me ha llamado muchísimo la atención, al no ser una pregunta aislada. Dicha pregunta no deja tener relevancia ante la anterior del ¿Por qué fuimos creados? Y es la siguiente:
“¿Después de vivir, por ejemplo, mil millones de años en el paraíso, no se hará aburrido estar ahí con el paso del tiempo?”
¿Cuánto realmente queremos sumergirnos en ríos paradisiacos, adornados con majestuosidades y estar con parejas o huríes encantadoras y amigos y todo eso? (haciendo referencia a lo que el Corán menciona acerca del paraíso).
Y la respuesta que he podido darles es un simple Si, y es que tienen razón, pero no se han dado cuenta de que, con esa pregunta tan solo se están preparando para recibir la introducción a las respuestas más místicas y espirituales.
¿Por qué Dios te ha creado? ¿Es por algo además de o para Él mismo? ¿Es esto realmente algo que puede dictar nuestro intelecto o sabiduría? O realmente ¿Vale la pena perseguir otros objetivos?
En medio de estas experiencias tan particulares, especialmente relacionadas a este tema, a lo largo de tantos años y lugares diferentes, no puedo olvidar lo que un joven me preguntó una vez:
¿Qué debemos hacer si nos aburrimos en el cielo o paraíso?
Cuando en ese instante oí tal pregunta no dudé en apresurarme a responderle sin titubear ni un solo segundo:
“Tienes razón, uno puede aburrirse en el paraíso” Pero dime algo, ¿puede alguien aburrirse si es llevado a un hotel o a un resort con toda la diversión, los más exquisitos alimentos, compañía y novedades? Si claro que te aburrirás (denotaba mi respuesta una leve dosis de sarcasmo por cierto).
Un hotel es un lugar para descansar, especialmente si es un hotel de lujo y más aún si en él encuentras a tu amada o amado, sea en un viaje de peregrinación o vacaciones e indudablemente la pasarás muy bien con muy gratos recuerdos si es tu luna de miel, evento que marcará tu memoria, con grandes vivencias y es eso particularmente, lo que hace que un hotel sea algo placentero para cualquiera de nosotros.
El paraíso es como un hotel para encontrarse con Dios, exaltado sea. Es eso, precisamente ese encuentro con Dios, lo que hace que uno no se aburra de las parejas, huríes, de los amigos, familiares, los ríos y cuanto deseemos que haya en el paraíso, a lo que el joven me respondió un escuálido “Aja” muy lleno de duda y decepción.
Nosotros podemos determinar el nivel o la calidad de este encuentro o reunión. Podemos encontrarnos con Dios en la mejor situación, podemos llegar a estar muy ansiosos de este reencuentro, pero repito, eso dependerá solamente de nosotros, especialmente si conocemos al menos algo de con quien hemos de reencontrarnos o de que forma, ganamos esa especial estadía.
El Imam Rida (AS) dijo en referencia a esto lo siguiente: “Quien recuerda a Dios (mediante sus actos), pero no anhela encontrarse con Él, se ha burlado de sí mismo.”
Si hubiese querido hablar de una manera más familiar o íntima con ese joven, en ese instante y sin dudar le hubiese dicho: “¡Payaso! ¡No te engañes con tu oración o rezo!” Pero claro, solo con ciertos amigos o familiares podemos hablar así, cómodamente sin tapujos, pero no en público y claro está que no lo hice.
Si analizamos bien, es posible alcanzar esa meta de reencontrarnos con el más Amado, de unirnos nuevamente con el Señor de los Mundos, de poder estar en ese lugar donde todo es abarcado por Él y si lo piensas bien, te encantará ese objetivo (por el que fuiste creado) y si sigues teniendo presente tu recuerdo en ese magnánimo objetivo, entonces, ¡estarás más que ansioso por alcanzarlo! Cada minuto de tu vida que pase”
Volviendo a ese extraño momento con el joven y su pregunta; le respondí (no tal como lo imaginé por un instante): “Seguramente lo que no te atreves (o no quieres) preguntar es ¿Qué pasa si nos aburrimos de Dios? Y si esta pregunta es la que abarca tu mente, entonces ríete de ti mismo.”
¿Dios se acaba? Si conocieras a Dios, tan solo un poquito, sabríamos que siempre podremos, encontrar cosas nuevas en Él. Y es que incluso después de que pasasen billones de billones de años, y cada vez que vuelvas a encontrarte con Él, dirás de nuevo: “¡No había visto a Dios si no hasta ahora! ¡No Le conocía!”
Y como dije, esto eso es así, estando una eternidad en el paraíso y encontrándose continuamente con Él y lo mejor es que será así por siempre, sin que acabe.
Este, este, queridos amigos y amigas es el significado de que Dios es ilimitado. El hecho de que Dios sea ilimitado; no solo significa, que Su Grandeza sea ilimitada, significa también que Él, es ilimitadamente agradable.
Dios, este mismo Dios en que creemos y adoramos, tiene cosas nuevas e ilimitadas para cada persona, cariño ilimitado, amor ilimitado y atención ilimitada, por tan solo poner un micro ejemplo y es que Dios ¡no puede ser nada más que esto! Y si es algo más que eso en verdad no podría estar satisfecho, de hecho, no lo estaré, no podría estarlo con un Dios así que no tuviese esas características o que fuese finito y limitado.
Dice el Corán en el capítulo 6, versículo 76 “No amo lo que se desvanece” y es que esto es lo que el Profeta Abraham (La Paz de Dios sea con el) nos ha enseñado; “No amo lo que se desvanece”
Tu, elige una meta que no se desvanezca y busca el reencontrarte con Dios y conviértete en un testigo de este atributo Divino.
Entonces ya te puedes responder el hecho de ¿Por qué te ha creado Dios? ¿Es acaso por algo que no sea para o por Él mismo? ¿Es eso lo que nos dicta realmente nuestro intelecto? Y en verdad al reconocer esto, ¿Vale la pena perseguir otros objetivos?
Esto es todo, pero no me quiero ir sin antes invitarles a buscar este y muchos otros contenidos en nuestras cuentas de FATIMATV, en iTunes, Spotify, Google Podcast y SoundCloud. Además no olvides suscribirte a nuestra canal de YouTube y si aún no lo has hecho, hazlo. Activa las notificaciones y darle like a cado uno de nuestros videos.
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