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Descripción

Muchas veces somos negligentes y descuidados en nuestros actos de adoración.
¿A qué se debe? ¿Por qué algunas personas muestran apatía y negligencia ante la adoración a Dios? Es decir ¿por qué se les hace difícil y pesado adorar a Dios? ¿Por qué algunos no muestran gran afecto para fortalecer la comunicación con su Creador?...
Estas serán algunas de las preguntas que intentaremos responder hoy.

Transcripción

En el nombre sea de Dios

En su opinión ¿por qué algunas personas muestran apatía y negligencia ante la adoración a Dios? Es decir ¿por qué se les hace difícil y pesado adorar a Dios? ¿Por qué algunos no muestran gran afecto para fortalecer la comunicación con su Creador?

Definitivamente considerando las diferentes situaciones y formas de vida de las personas existen diversas explicaciones para contestar a esta pregunta, pero hoy queremos analizar algunos motivos generales diferentes.

Entonces, ¡empecemos!

La espiritualidad e inclinación hacia la adoración es un acto innato, hacia la cual el ser humano siente afecto. Observen a su alrededor y encontrarán qué diversos y falsos misticismos fueron creados para abastecer esta necesidad humana en el mundo.

La debilidad y negligencia son la calamidad de la adoración, y la negligencia tanto daña a la religión como al mundo.

¿Por qué algunas personas de la sociedad muestran pereza ante la adoración? ¿Acaso es obra del Demonio?

No, el Demonio no domina al ser humano. Sí, puede encaminarnos y animarnos hacia un mal, pero el que decide entre hacer lo malo o lo bueno es el propio ser humano.

Entonces, podemos analizar esta negligencia desde otra perspectiva.

La primera causa tiene que ver con la educación de la persona en su infancia, es decir está relacionada con la negligencia de los padres.

En el Corán dice que el honorable Isma’il invitaba a su familia a orar. La negligencia de los padres no significa que a la fuerza no obliguen a los niños a realizar algún acto. No, sino que ellos mismos no muestren pereza en la relación con Dios y la súplica. Es decir el comportamiento de los padres es importantes y puede ser un patrón para los hijos.

La conducta del padre es importante. Cuando un padre no respeta dentro de su hogar la conducta religiosa, aunque ore, el niño dice: “tú que mientes y te comportas mal con mi madre”. Aquí el padre sin querer muestra un defecto en las enseñanzas religiosas y deja al niño en una confusión. Ya que la religión al igual que invita a orar, invita también a tener un buen comportamiento y carácter hacia su cónyuge. Entonces el padre que se irrita fácilmente no podrá ser modelo o patrón para el hijo. Por lo tanto ese chico no se verá alentado para suplicar y hacer el culto a Dios, ya que vio a su padre que en ocasiones suplicaba, pero no vio los efectos de ese culto en la conducta de éste. Ellos  que suplican por costumbre pero en sus hogares son irritables y mal hablados. La culpable de la negligencia y debilidad en los hijos es la conducta de los padres, su relación y actitud.

Preguntaron a un ministro muy generoso el porqué de su generosidad, dijo: “Cuando era niño mi madre todas las noches me daba una dinar, una moneda, y decía: “Guárdala bajo la almohada, mañana temprano que vayas a la escuela dásela al primer necesitado que te encuentres”. Este acto se hizo costumbre en él, incluso ahora que ya era un ministro continuaba haciéndolo.

Debemos hacer que el culto a Dios en nuestros hijos sea sistemático y natural. Esto depende de las familias. Este es un tema muy amplio, espero que tengamos otra oportunidad para tratarlo con más profundidad.

La segunda causa es el debate de la ignorancia y falta de información. Cuando conocemos la causa de muchos asuntos vamos en su búsqueda. Como por ejemplo si el ser humano entendiera qué buenos efectos tiene para el hombre realizar la oración o qué limitaciones y efectos negativos tiene el dejar de realizarla, tratará de orar siempre.

Un rey en una noche oscura, hizo que su ejército atravesara un desierto obscuro, cuando llegaron a un lugar en el que la tierra se asemejaba a arena el rey dijo: “¡Acumuladla!”. Los soldados se dividieron en tres grupos. Un grupo dijo: “Muy bien” y llenó de arena todas las vasijas que tenía.

Otro grupo dijo: “En esta noche oscura difícilmente recorremos el camino, no podemos cargar con peso extra”. Y no llevó nada.

El tercer grupo también dijo: “Nos llevamos un puñado. Si sirvió de algo que bien y si no lo tiramos. No es tanto”.

Cuando amaneció vieron que aquello que parecían granos de arena eran perlas y oro. Todos se sentían desgraciados. Aquellos que no la tomaron se quejaron: “¡Ojala la hubiésemos tomado!” y aquellos que habían tomado un puño también dijeron: “¡Ojalá hubiésemos tomado más!”.

El día de la Resurrección se asemeja a este ejemplo.

El Corán dice: “El día del levantamiento serán descubiertos los secretos, los velos serán corridos y se escucharán los lamentos”. Es importante tener conocimiento de los valores. Un niño desconoce el valor de las escrituras de la casa, sin embargo un comerciante lo conoce perfectamente.

Conozcan los valores y obtengan conocimiento. Conocimiento de la grandeza del Creador, deben saber qué tan grande es el Creador y qué tan pequeño es el ser humano ante Dios. Estos conocimientos nos dan también obligaciones. Si yo estoy consciente de que el día del Levantamiento me será preguntado respecto a todo lo que digo y todo lo que hago, que seré castigado por los actos malos que realicé o recompensado por cada buen acto que hice, entonces no diré palabras obscenas, no diré mentiras, no molestaré a mi cónyuge, ayudaré a los indigentes y enfermos.

Un joven que había realizado un pecado se presentó ante el Imam Sadiq (a.s). El Imam le preguntó: “¿Ese pecado lo realizas también ante la gente?” Dijo: “¡No! Incluso tampoco lo hago ante un niño”. El Imam le dijo: “Entonces ¿consideras a Dios menos que a un niño?”

Puede que un niño esté ante su ordenador pero lo apaga cuando su madre se acerca porque siente vergüenza ante la madre. La madre es un ser humano como tú. El hombre debe sentir vergüenza ante Dios. El fortalecimiento de las creencias elimina la debilidad. Por eso dice: cuando quieras suplicar, cuando quieras hablar con tu Dios, primero di las bendiciones que tienes, después los pecados que realizaste, luego manda saludos al Profeta y a su honorable familia, y por último suplica.

La tercera causa son los asuntos secundarios. Como los bienes ganados a través de un acto prohibido produce un efecto negativo en el culto.

En las narraciones se ha dicho:

“El culto con alimentos prohibidos se asemeja a alguien que con dinero robado, (que robar es un acto prohibido), compró alimentos y los comió”. El culto de esta persona es como un edificio construido sobre arena movediza. Es decir queno tiene ningún valor ni utilidad, y muy pronto se arruinará y derrumbará, por lo tanto su culto y adoración también serán inútiles.

Lo contrario sucede con el dinero ganado de buena forma o por un sendero permitido y correcto, que produce la aceptación del culto y la adoración.

Otro ejemplo, una persona encuentra a un amigo que lo empuja y anima hacia el lado malo. Encuentra a un amigo que lo acostumbra a ser negligente y perezoso. El tener un buen amigo puede provocar un gran efecto en la vida del ser humano.

Lo que mencionamos fueron una serie de actos negligentes en el culto y la adoración.

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Negligencia en la oración

Descripción

Transcripción

Muchas veces somos negligentes y descuidados en nuestros actos de adoración.
¿A qué se debe? ¿Por qué algunas personas muestran apatía y negligencia ante la adoración a Dios? Es decir ¿por qué se les hace difícil y pesado adorar a Dios? ¿Por qué algunos no muestran gran afecto para fortalecer la comunicación con su Creador?...
Estas serán algunas de las preguntas que intentaremos responder hoy.

En el nombre sea de Dios

En su opinión ¿por qué algunas personas muestran apatía y negligencia ante la adoración a Dios? Es decir ¿por qué se les hace difícil y pesado adorar a Dios? ¿Por qué algunos no muestran gran afecto para fortalecer la comunicación con su Creador?

Definitivamente considerando las diferentes situaciones y formas de vida de las personas existen diversas explicaciones para contestar a esta pregunta, pero hoy queremos analizar algunos motivos generales diferentes.

Entonces, ¡empecemos!

La espiritualidad e inclinación hacia la adoración es un acto innato, hacia la cual el ser humano siente afecto. Observen a su alrededor y encontrarán qué diversos y falsos misticismos fueron creados para abastecer esta necesidad humana en el mundo.

La debilidad y negligencia son la calamidad de la adoración, y la negligencia tanto daña a la religión como al mundo.

¿Por qué algunas personas de la sociedad muestran pereza ante la adoración? ¿Acaso es obra del Demonio?

No, el Demonio no domina al ser humano. Sí, puede encaminarnos y animarnos hacia un mal, pero el que decide entre hacer lo malo o lo bueno es el propio ser humano.

Entonces, podemos analizar esta negligencia desde otra perspectiva.

La primera causa tiene que ver con la educación de la persona en su infancia, es decir está relacionada con la negligencia de los padres.

En el Corán dice que el honorable Isma’il invitaba a su familia a orar. La negligencia de los padres no significa que a la fuerza no obliguen a los niños a realizar algún acto. No, sino que ellos mismos no muestren pereza en la relación con Dios y la súplica. Es decir el comportamiento de los padres es importantes y puede ser un patrón para los hijos.

La conducta del padre es importante. Cuando un padre no respeta dentro de su hogar la conducta religiosa, aunque ore, el niño dice: “tú que mientes y te comportas mal con mi madre”. Aquí el padre sin querer muestra un defecto en las enseñanzas religiosas y deja al niño en una confusión. Ya que la religión al igual que invita a orar, invita también a tener un buen comportamiento y carácter hacia su cónyuge. Entonces el padre que se irrita fácilmente no podrá ser modelo o patrón para el hijo. Por lo tanto ese chico no se verá alentado para suplicar y hacer el culto a Dios, ya que vio a su padre que en ocasiones suplicaba, pero no vio los efectos de ese culto en la conducta de éste. Ellos  que suplican por costumbre pero en sus hogares son irritables y mal hablados. La culpable de la negligencia y debilidad en los hijos es la conducta de los padres, su relación y actitud.

Preguntaron a un ministro muy generoso el porqué de su generosidad, dijo: “Cuando era niño mi madre todas las noches me daba una dinar, una moneda, y decía: “Guárdala bajo la almohada, mañana temprano que vayas a la escuela dásela al primer necesitado que te encuentres”. Este acto se hizo costumbre en él, incluso ahora que ya era un ministro continuaba haciéndolo.

Debemos hacer que el culto a Dios en nuestros hijos sea sistemático y natural. Esto depende de las familias. Este es un tema muy amplio, espero que tengamos otra oportunidad para tratarlo con más profundidad.

La segunda causa es el debate de la ignorancia y falta de información. Cuando conocemos la causa de muchos asuntos vamos en su búsqueda. Como por ejemplo si el ser humano entendiera qué buenos efectos tiene para el hombre realizar la oración o qué limitaciones y efectos negativos tiene el dejar de realizarla, tratará de orar siempre.

Un rey en una noche oscura, hizo que su ejército atravesara un desierto obscuro, cuando llegaron a un lugar en el que la tierra se asemejaba a arena el rey dijo: “¡Acumuladla!”. Los soldados se dividieron en tres grupos. Un grupo dijo: “Muy bien” y llenó de arena todas las vasijas que tenía.

Otro grupo dijo: “En esta noche oscura difícilmente recorremos el camino, no podemos cargar con peso extra”. Y no llevó nada.

El tercer grupo también dijo: “Nos llevamos un puñado. Si sirvió de algo que bien y si no lo tiramos. No es tanto”.

Cuando amaneció vieron que aquello que parecían granos de arena eran perlas y oro. Todos se sentían desgraciados. Aquellos que no la tomaron se quejaron: “¡Ojala la hubiésemos tomado!” y aquellos que habían tomado un puño también dijeron: “¡Ojalá hubiésemos tomado más!”.

El día de la Resurrección se asemeja a este ejemplo.

El Corán dice: “El día del levantamiento serán descubiertos los secretos, los velos serán corridos y se escucharán los lamentos”. Es importante tener conocimiento de los valores. Un niño desconoce el valor de las escrituras de la casa, sin embargo un comerciante lo conoce perfectamente.

Conozcan los valores y obtengan conocimiento. Conocimiento de la grandeza del Creador, deben saber qué tan grande es el Creador y qué tan pequeño es el ser humano ante Dios. Estos conocimientos nos dan también obligaciones. Si yo estoy consciente de que el día del Levantamiento me será preguntado respecto a todo lo que digo y todo lo que hago, que seré castigado por los actos malos que realicé o recompensado por cada buen acto que hice, entonces no diré palabras obscenas, no diré mentiras, no molestaré a mi cónyuge, ayudaré a los indigentes y enfermos.

Un joven que había realizado un pecado se presentó ante el Imam Sadiq (a.s). El Imam le preguntó: “¿Ese pecado lo realizas también ante la gente?” Dijo: “¡No! Incluso tampoco lo hago ante un niño”. El Imam le dijo: “Entonces ¿consideras a Dios menos que a un niño?”

Puede que un niño esté ante su ordenador pero lo apaga cuando su madre se acerca porque siente vergüenza ante la madre. La madre es un ser humano como tú. El hombre debe sentir vergüenza ante Dios. El fortalecimiento de las creencias elimina la debilidad. Por eso dice: cuando quieras suplicar, cuando quieras hablar con tu Dios, primero di las bendiciones que tienes, después los pecados que realizaste, luego manda saludos al Profeta y a su honorable familia, y por último suplica.

La tercera causa son los asuntos secundarios. Como los bienes ganados a través de un acto prohibido produce un efecto negativo en el culto.

En las narraciones se ha dicho:

“El culto con alimentos prohibidos se asemeja a alguien que con dinero robado, (que robar es un acto prohibido), compró alimentos y los comió”. El culto de esta persona es como un edificio construido sobre arena movediza. Es decir queno tiene ningún valor ni utilidad, y muy pronto se arruinará y derrumbará, por lo tanto su culto y adoración también serán inútiles.

Lo contrario sucede con el dinero ganado de buena forma o por un sendero permitido y correcto, que produce la aceptación del culto y la adoración.

Otro ejemplo, una persona encuentra a un amigo que lo empuja y anima hacia el lado malo. Encuentra a un amigo que lo acostumbra a ser negligente y perezoso. El tener un buen amigo puede provocar un gran efecto en la vida del ser humano.

Lo que mencionamos fueron una serie de actos negligentes en el culto y la adoración.