En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso.
La paz de Dios sea con todos sus profetas, desde Adán hasta Muhammad.
Como recuerdan, venimos hablando de las fuentes de conocimiento, las herramientas que tiene el sujeto para poder conocer la realidad y las diferencias que existen entre cada una de estas fuentes. En la última clase estuvimos hablando específicamente la diferencia entre conocimiento del corazón y el conocimiento del intelecto. Habíamos dicho que en esta clase quisiéramos tocar el tema de la diferencia entre los campos del conocimiento y cuál es la relación que existe entre ellos. Si recuerdan, nosotros en una clase dimos un ejemplo y es la división que existe entre cada estilo de conocimiento, y el ejemplo que vimos fue justamente en relación con los sentidos.
Lo que yo quiero explicar en esta clase es que cada una de estas herramientas puede funcionar en un campo determinado del conocimiento y no en todos los campos, del mismo modo que cada uno de los sentidos funciona en su propio campo. Por ejemplo, el olfato funciona únicamente con aquello que puede ser el olido, es decir, los olores, los aromas, pero no con los sonidos, no con los gustos, no con lo que puede tocarse o lo que puede escucharse, como los sonidos. Del mismo modo la visión sirve para poder ver aquello que es perceptible con la vista, pero no los sonidos por ejemplo y tampoco lo palpable o lo que se puede oler.
Entonces así como cada sentido tiene su propio campo, y fuera de su campo no sirve no, no porque el sentido no sirva, sino porque es limitado a su campo. O sea, cuando yo digo a través de la vista por ejemplo no puedo conocer los olores, no es que la vista sea negativa o no sirva, o sea defectuosa: la vista en su campo funciona correctamente, lo hace de la mejor manera, y hace llegar la información que uno necesita como vista, pero no puede involucrarse en el campo de los demás sentidos,
porque es limitada y todo ser limitado obviamente sus efectos se limitan también a su propio campo.
Ese mismo ejemplo lo pasamos a las distintas fuentes: si tenemos un intelecto, este tiene un campo propio en donde puede desarrollarse, y fuera de ese campo es imposible que el intelecto pueda desarrollarse. Del mismo modo el corazón tiene su propio campo para desarrollarse y fuera de ese campo es imposible poder desarrollarse. Y así sucesivamente, es decir, que cada herramienta y cada fuente de conocimiento se limita a interactuar con su propia realidad y su propio campo, sin poder salir de esos límites, de esa estructura, de ese cuadro existencial que tiene cada uno.
Por eso nosotros creemos que es ilógico cuando los científicos, por ejemplo, quieren conocer a Dios a través del método científico, que obviamente se basa en los sentidos en una primera instancia. ¿Quién dijo que Dios es comprobable científicamente como para que la ciencia venga a descubrirlo, o a comprobar su existencia, o argumentar su existencia?, si la ciencia se mueve en un campo material y los sentidos la ayudan, junto con la tecnología, a moverse en un campo en donde todo tiene que ser palpable, o sea experimentable, medible, material. Cuando estamos frente a una realidad que no es material, es obvio que la ciencia no tiene el alcance suficiente como para poder llegar a su comprobación, ni siquiera su percepción, ¿por qué?, porque cada uno se limita a su propio campo. De ahí el grave error que nosotros vemos en los científicos, de querer negar la existencia de Dios porque la ciencia no puede conocerlo. Pero está claro que la ciencia no puede conocerlo, ¿por qué?, porque la ciencia no lo puede conocer todo, la ciencia se limita a un campo determinado, y ese campo es el campo del mundo la material.
Cuando uno ha comprobado que Dios o el creador, la primera causa, como quieran llamarlo, no es material, ¿cómo voy a agarrar una herramienta material para poder percibirlo? Es igual que usted me diga “el color celeste”, entonces viene una persona y dice: -bueno, con mi oído quiero percibir el color celeste. Es muy claro que es un acto ilógico, y usted puede decirle: -señor, los colores se perciben y se conocen a través de la vista, no a través del oído. Entonces tiene que aceptar, está claro. Pero lo más importante es que si acepta que no puede percibir, también tiene que aceptar que lo que no se puede percibir, no significa que no existe, o tiene derecho a negar su existencia. ¡No!: tiene derecho a quedarse callado. La persona que no puede percibir determinada realidad, lo que tiene que hacer es callarse y decir: -no, yo no tengo capacidad para percibir cierta realidad.
Una persona ciega, por ejemplo, si uno dice: -bueno a ver, ¿de qué color es este lápiz? Y la persona es ciega, es ilógico, la persona no puede ver, o sea, no tiene acceso a esa herramienta que le permite percibir los colores, entonces ¿cómo preguntarte por el color? entonces ¿qué dice? Dice: -yo me callo, no sé, no puedo decir. ¿Por qué?, porque está incapacitado. Por eso dice la famosa frase: Aquel que
le falta un sentido, le falta un conocimiento. Aquel que tiene un sentido menos, como por ejemplo, puede ser un ciego, o un sordo, un mudo o alguien que ha perdido el sentido del olfato y del gusto, le falta con un tipo de conocimiento, una especie, un género de conocimiento, ¿por qué?, porque no tiene la herramienta para poder lograr ese conocimiento. Del mismo modo, aquel que no tiene, por ejemplo, la herramienta del corazón para conocer la realidad, le falta un conocimiento. O aquel que no cree en la herramienta del corazón, o no quiere utilizar el corazón para conocer a Dios, le falta ese conocimiento.
Por eso en muchas narraciones aparece que aquel que no piensa es como el ciego, o el conocimiento es como la luz. ¿Por qué?, porque hay una gran relación entre esto de tener la percepción interna, la intuición, o la revelación divina, o la revelación mística, de utilizar el corazón para poder conocer la realidad, y no tenerlo. Hay una gran diferencia: el que no lo tiene es un ciego del corazón, como el que no tiene intelecto es un ciego del intelecto, es decir, que está incapacitado de poder conocer todo aquello que se puede percibir a través del intelecto.
Por lo tanto, esto de la diferencia entre los campos es fundamental para entender muchísimas cosas, por eso ya no hay lucha entre ciencia y religión en el islam. Esa lucha que durante tantos años uno quería comprobar a través de la ciencia algo y la iglesia quería supeditar el campo de la fe únicamente a la creencia ciega, ni la ciencia podía involucrarse, ni la fe podía compartir su campo con la ciencia, y ahí una constante lucha y pelea.
Cada campo tiene su propia realidad, y cada herramienta y fuente de conocimiento puede funcionar y ser activa en su propio campo. Y entre campo el campo hay líneas divisorias, que hay que saber respetar, es por eso que es importante saber que los objetos de conocimiento tienen que estar divididos según cada campo.