(Saludo en Árabe)
En el nombre de Dios, el clementísimo, el misericordiosísimo, la bendición y la paz sean con el profeta Muhammad y su familia purificada, y el Mensajero de Dios Jesús, Moisés y todos los profetas a lo largo de la historia.
Estábamos viendo las consecuencias que tiene para el alma, para el espíritu, para el ser humano, la creencia en el Día del Juicio Final, una creencia fundada racionalmente pero también más allá de la razón, en la revelación y en la intuición o la visión del corazón; esto es lo que otorga a la persona, al ser humano, al creyente, una firme Fe, una convicción, una inclinación, un sentimiento pleno, inamovible o indestructible, que lo hace firme como una montaña, pero tiene que estar bien apuntalado, bien enraizado en cuestiones reales y no fantasías, imaginación. Realmente -como dice el Islam- “saber para creer”, la sabiduría y el conocimiento son condiciones de la Fe y no deben separarse unas de otras, como la Fe no debe separarse de las acciones.
Una de estas consecuencias de la creencia en el Día del Juicio es la tranquilidad, la tranquilidad que genera el saber que todo está planificado de acuerdo a un orden bondadoso, justo, benévolo, misericordioso incluso, no solamente justo sino por encima de la justicia, de la misericordia, el amor de Dios; y entonces uno sabe que nada está perdido, uno sabe que cualquier acción por mínima que sea, por solitaria que sea, está siendo conocida y resguardada por Dios y está siendo premiada o está siendo castigada -si es mala- por Dios; y podemos poner el ejemplo de una persona que viaja, tiene un viaje muy largo, sabe que va a ir a una región, hay diferencia entre aquel que sabe que está de viaje y todos los seres humanos sabemos que estamos de viaje, todos sabemos que vivimos, crecemos, morimos, que es como un viaje hacia adelante, no vamos hacia el pasado, no vamos hacia atrás, vamos hacia adelante en el tiempo no nos volvemos niños y no nos volvemos viejos, vamos para adelante y que este es un viaje dinámico, en movimiento, el tiempo pasa y vamos hacia nuestro destino. La información de ese destino o el final de ese viaje la obtenemos por la revelación, o por la intuición, por los dichos proféticos, porque nosotros por la razón, por la vía de la razón que vivimos, podemos saber que hay necesariamente un juicio si no se cae en el absurdo, en la injusticia y es un sinsentido y nuestra naturaleza rechaza el absurdo, rechaza el sinsentido y gusta del orden, de la bondad, de la bendición y esa bendición y bondad se aplica y ese sentido se da con la existencia efectiva de la vida después de la muerte y no con el fin abrupto de este mundo con todas sus injusticias e irregularidades, con todos sus abusos, con todos sus problemas, con toda su falta de distribución equitativa; uno nace sano, el otro no se enferma, uno nace rico el otro nace pobre, uno nace en medio una guerra, otros en medio de la paz, etcétera, todas estas diferencias no tienen una resolución posible dentro de los límites de este mundo y por lo tanto el Hombre lo rechaza.
Mediante la revelación.vamos a tener mucha información de la otra vida, mediante la razón solamente la necesidad de que haya otra vida pero no los detalles de cómo es esa vida. Eso nos lo da la revelación, nos lo da el conocimiento profético, los dichos, las enseñanzas de los profetas, o bien las intuiciones y punto, es decir, ya con la razón nosotros solamente tenemos conocimiento general de la necesidad de la existencia de la vida después de la la muerte y un juicio pero no más allá, de cómo es ese juicio, de los detalles de la vida en el paraíso, la vida en el infierno, nos da la información la revelación; por eso es que una persona racional debe necesariamente apoyar su razón en la revelación, en el conocimiento intuitivo, de modo de ser realmente fuerte. Los místicos dicen que el mero conocimiento racional es como el bastón de un ciego, es ciego para ver la realidad del otro mundo y tiene un bastón que lo ayuda, que son esos argumentos racionales “sí, Dios existe porque el universo tiene que tiene un orden y por lo tanto hay un creador, un diseñador, un ordenador”, con eso no se llega a superar la angustia de la muerte, no se llega a vencer el miedo a oponerse a una injusticia, etcétera.
La persona es como un viajero y este viajero si tiene conocimiento mediante la revelación del destino al que lleva, al que va, es una persona que va a hacer un viaje muy largo y la diferencia entre una persona que va a dar un examen, sabe que tiene que dar un examen mañana, pasado, o sabe que mañana o pasado viaja 10.000 kilómetros a otro lugar, a otra geografía, otra situación, otro idioma, etcétera; la diferencia que hay entre una persona que se prepara para viajar, que se prepara para el examen y una persona que no se prepara, la diferencia entre una persona que sabe que indefectiblemente el viaje se va a producir, indefectiblemente el examen va a llegar, pero que lo niega, no quiere aceptarlo; llega el día, tiene que subir al avión y si llega el día tiene que ir al examen, no se preparó, lo negó y ahora la realidad está; o bien, no lo negaba, sabía y tenía información de que iba hacia tal o cual geografía, tal o cual país, o que el examen iba a ser de tal o cual cosa pero no se preparó y de golpe llegó el momento de viajar, no tiene dinero de ese lugar, no tiene la ropa adecuada a ese lugar, no sabe nada de ese lugar, no sabe quién lo espera, no sabe cómo llega, etcétera. Esa persona cae en un estrés, en una situación de angustia, en una situación de dificultad, que además después tiene sus consecuencias, llega al otro lado no sabe nada, no se preparó y se da cuenta que perdió el tiempo distraído, sin prepararse.
Lo mismo con un examen y una persona que lo estudió a conciencia, sabe todos los detalles, realmente va a dar el examen como quien va a comprar un chocolate al kiosco o cualquier cosa, es una cosa tranquila sin nervios, sin angustia, sin estrés para los exámenes o que viaja feliz, está preparado, sabe quién lo va a esperar, sabe cómo va a ser, sabe la ropa que tiene que llevar, si hace frío, si ese calor, el dinero que necesita allí, la lengua que necesita allí, entonces se preparó, hasta aprendió el idioma, realmente va con felicidad, va hacia ese destino, sabe que es un destino bueno, obviamente entonces trae una tranquilidad y una convicción, una firmeza y una felicidad en definitiva que es lo que busca el Hombre. Este conocimiento del más allá, que le procura la revelación o los dichos proféticos, o la intuición de los místicos.
Otra cuestión es que el Hombre en este viaje ha visto en el vientre materno que Dios dispuso de todos los elementos en el desarrollo de ese feto, de ese bebé, que va a necesitar en este mundo cuando nace, los ojos, la nariz, los pies, las manos, los oídos, etcétera, siendo que en el vientre de la madre muchos de esos sentidos y muchos de esas facultades, los pies las manos no tienen mucho sentido pues no camina, pero en realidad son elementos que Dios dispuso para después. La diferencia con el bebé es que ahora nosotros en el mundo tenemos libre albedrío y ahora somos responsables, es decir, que nosotros ahora somos los que decidimos qué hacer o dejar de hacer, ahora con nuestro intelecto, con nuestra comprensión, con nuestro entendimiento, podemos entender que estamos sumergidos o estamos en un océano infinito de bendiciones, de bondades, de planificación, de cálculo, de cosas creadas, de necesidades satisfechas, de cuestiones maravillosas y extraordinarias y ahora tenemos capacidad para reconocer que esto tiene un creador, que esto tiene un dueño, que ese dueño tiene características: misericordioso, poderoso, absoluto, uno, uno múltiple, etcétera como vamos a ver.
Esto también genera -el Día del Juicio- una conciencia de la responsabilidad, hace también otra consecuencia positiva, la construcción moral, la persona que se construye a sí misma de acuerdo a un orden planificado, de acuerdo la existencia de un creador, un observador, un protector, un guía, y entonces realmente cumple con el propósito y el objetivo de la Creación.
Bueno, ya estamos terminando esta parte, pero lo cierto es que otra de las buenas consecuencias es el tema de la incentivación y motivación para hacer el bien y para generar unas condiciones de vida buenas para los demás. para mí. y evitar el mal; las personas que realmente avasallan con respecto a los demás, sabemos, son personas inconscientes de las consecuencias de sus acciones. En la medida que el conocimiento del Día del Juicio arraigue en una sociedad, en un grupo de individuos y demás, pero que arraigue en serio, no como una mera creencia que se repite como automáticamente pero que no se cree en ella, no llega al corazón, no llega a afectar mis decisiones, no llega a afectar mi conducta, no, eso es una cuestión mental que no tiene fuerza, no tiene efecto en mi conducta, realmente una convicción, con la fuerza que nosotros dijimos, genera entonces todas esas condiciones y a la inversa, la negación del Día del Juicio deja librado una especie de junglas, de ley de la selva donde cualquiera hacia lo que quiere, nadie responde por nadie, realmente es una jungla de egoísmos y de abusos de parte de los más poderosos y de los más fuertes.
(Despedida en Árabe)
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