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Descripción

Es un cuento especial, escrito con el más sincero y profundo amor que nace del dolor, de ante la injusticia hacia los más puros seres.
Quédate hasta el final y se testigo de lo que este cuento tiene para enseñar.

Transcripción

En el nombre de Dios, hola, soy Mahdi y este mensaje es traído a ustedes por FatimaTV.

Antes de dar inicio con este video, quiero invitarles a seguirnos en nuestras redes sociales, especialmente en Youtube desde donde transmitimos semana a semana saberes que iluminan el alma. El apoyo que nos den con seguirnos en esta plataforma es de gran ayuda para continuar con esta labor que nos enorgullece y sabemos es de utilidad para así lograr el enriquecimiento de conocimiento y espiritualidad.

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El Imam Sadiq (la paz sea con él) narra de sus padres, que un día vino un grupo de gente de la ciudad de Kufa a donde el Príncipe de los Creyentes el Imam Ali (P) quejándose de una tremenda sequía que les golpeaba e implorándole que hiciera una súplica para que Dios les devolviera la lluvia y así poder aplacar su angustiante situación.

Es entonces, que el Imam Ali, en un gesto inconfundible, se dirigió a su hijo Hussain y le dijo:

“Oh hijo, levántate y haz una súplica para que regrese la lluvia”.

El amado nieto del Profeta Muhammad (La Paz de Dios sea con Él y su familia purificada) se levantó y levantando las manos en modo de ruego, alabó a Dios y bendijo al profeta de Dios y siguió diciendo:

“¡Oh Dios! Tu Quien otorgas lo bueno y haces descender las bendiciones, suelta el cielo para nosotros y haz que derrame su agua sin cesar y danos de beber una lluvia exuberante, vasta, copiosa, que cubra todas las tierras, que corra por encima de la tierra, y en sus caídas, y has así que se recupere la debilidad de tus siervos y que se revivan tus tierras, las cuales están muertas por la sed. Amen.

Apenas había acabado de suplicar el joven Hussain, Dios Exaltado Sea,  hizo caer una lluvia repentina e intensa.

Se cuenta entre quienes vieron esto, que en eso vino un beduino habitante de los alrededores de Kufa y dijo:

“He venido de los valles y de las alturas de este lugar, mientras a causa de esta lluvia, se había acumulado tanta agua que las olas en sus suelos se caían unas encima de las otras.”

No queda mas que pensar que las gentes o habitantes de Kufa y sus alrededores que igualente sufrían a causa de esta sequía tan devastadora, luego de que el Imam Hussain siendo un niño, rogase a Dios por una misericordia y tregua a su sufrir; al momento de ser respondida con extrema abundancia de agua; estas gentes habían adquirido una deuda con el Imam Hussain.

Y es de imaginar por un asunto de honor, que estas gentes entonces, endeudadas con el Imam, buscarían entonces un tiempo oportuno para devolverle este favor (aunque el Imam no lo hubieses hecho buscando recompensa ni agradecimiento ni ocupase de ello).

Con esta idea en mente y con la lógica de la devolución de un favor, aunque fuese por honor y agradecimiento, busco en la historia el momento en que este fuese pagado y el único instante es varias décadas después  que estas gentes encontrasen entonces un momento adecuado para dar gracias y este momento fue en el día de Ashura, un 10 de Muharram en el valle de Karbala, cortándole al Imam y su familia el camino al río, donde saciarían la sed de sus niños, caballos y de el mismo Imam, sus hermanos y compañeros combatientes, los cuales agonizaban de sed y donde el llanto de los niños moribundos se alzaba hasta el cielo.

Su hermano amado Abbas, fue quien fue a rellenar solo un pequeño odre  para dar agua a los niños y mientras luchaba por llevar aunque fuese un sorbo a los infantes, fue mutilado sin piedad por los guardianes “generosos del rio” que querían con su actuar recompensar el favor del imam Hussain.

Y no les fue suficiente eso.

Para demostrar aún más su bondad y su agradecimiento por lo que Hussain les había hecho unos años atrás, es que mientras el Imam, en su última salida del campamento hacia la batalla, quiso despedirse; quizás con un beso de su bebe de seis meses, el cual tal como un pez caído fuera del agua,  movía sus pequeños y pálidos labios moribundo por la sed o quizás a su modo, diciendo a su padre: ¡Oh padre mío yo también me sacrifico por ti! Momento aprovechado entonces uno de estos Kufies de gran gratitud,  llamado Harmala y quien era muy hábil en disparar el arco; quien con una flecha de tres puntas, dirigió acertadamente la misma, en la garganta frágil del bebé, el cual reposaba en el brazo de su padre, saciando entonces la sed de niño con su propia sangre.

Quizás te preguntarás ¿por qué al igual que antes, el Imam Hussain no pidió al cielo que lloviese tal como aquella otra vez?

La respuesta no la sabemos y en eso hay miles de secretos que un día inshallah podamos conocer, junto con nuestro amado Imam.

¡Oh husain, La paz sea contigo el día que naciste y el día que muriste y el día que te levantes vivo!

 

Me despido agradecido por su compañía y atención una vez,ruego a Dios, que les otorgue lo mejor esta y la otra vida, tanto a ustedes como a sus seres queridos, cuídense y hasta pronto.

Assalamu aleykum wa rrahmatullah

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La recompensa

Descripción

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Es un cuento especial, escrito con el más sincero y profundo amor que nace del dolor, de ante la injusticia hacia los más puros seres.
Quédate hasta el final y se testigo de lo que este cuento tiene para enseñar.

En el nombre de Dios, hola, soy Mahdi y este mensaje es traído a ustedes por FatimaTV.

Antes de dar inicio con este video, quiero invitarles a seguirnos en nuestras redes sociales, especialmente en Youtube desde donde transmitimos semana a semana saberes que iluminan el alma. El apoyo que nos den con seguirnos en esta plataforma es de gran ayuda para continuar con esta labor que nos enorgullece y sabemos es de utilidad para así lograr el enriquecimiento de conocimiento y espiritualidad.

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El Imam Sadiq (la paz sea con él) narra de sus padres, que un día vino un grupo de gente de la ciudad de Kufa a donde el Príncipe de los Creyentes el Imam Ali (P) quejándose de una tremenda sequía que les golpeaba e implorándole que hiciera una súplica para que Dios les devolviera la lluvia y así poder aplacar su angustiante situación.

Es entonces, que el Imam Ali, en un gesto inconfundible, se dirigió a su hijo Hussain y le dijo:

“Oh hijo, levántate y haz una súplica para que regrese la lluvia”.

El amado nieto del Profeta Muhammad (La Paz de Dios sea con Él y su familia purificada) se levantó y levantando las manos en modo de ruego, alabó a Dios y bendijo al profeta de Dios y siguió diciendo:

“¡Oh Dios! Tu Quien otorgas lo bueno y haces descender las bendiciones, suelta el cielo para nosotros y haz que derrame su agua sin cesar y danos de beber una lluvia exuberante, vasta, copiosa, que cubra todas las tierras, que corra por encima de la tierra, y en sus caídas, y has así que se recupere la debilidad de tus siervos y que se revivan tus tierras, las cuales están muertas por la sed. Amen.

Apenas había acabado de suplicar el joven Hussain, Dios Exaltado Sea,  hizo caer una lluvia repentina e intensa.

Se cuenta entre quienes vieron esto, que en eso vino un beduino habitante de los alrededores de Kufa y dijo:

“He venido de los valles y de las alturas de este lugar, mientras a causa de esta lluvia, se había acumulado tanta agua que las olas en sus suelos se caían unas encima de las otras.”

No queda mas que pensar que las gentes o habitantes de Kufa y sus alrededores que igualente sufrían a causa de esta sequía tan devastadora, luego de que el Imam Hussain siendo un niño, rogase a Dios por una misericordia y tregua a su sufrir; al momento de ser respondida con extrema abundancia de agua; estas gentes habían adquirido una deuda con el Imam Hussain.

Y es de imaginar por un asunto de honor, que estas gentes entonces, endeudadas con el Imam, buscarían entonces un tiempo oportuno para devolverle este favor (aunque el Imam no lo hubieses hecho buscando recompensa ni agradecimiento ni ocupase de ello).

Con esta idea en mente y con la lógica de la devolución de un favor, aunque fuese por honor y agradecimiento, busco en la historia el momento en que este fuese pagado y el único instante es varias décadas después  que estas gentes encontrasen entonces un momento adecuado para dar gracias y este momento fue en el día de Ashura, un 10 de Muharram en el valle de Karbala, cortándole al Imam y su familia el camino al río, donde saciarían la sed de sus niños, caballos y de el mismo Imam, sus hermanos y compañeros combatientes, los cuales agonizaban de sed y donde el llanto de los niños moribundos se alzaba hasta el cielo.

Su hermano amado Abbas, fue quien fue a rellenar solo un pequeño odre  para dar agua a los niños y mientras luchaba por llevar aunque fuese un sorbo a los infantes, fue mutilado sin piedad por los guardianes “generosos del rio” que querían con su actuar recompensar el favor del imam Hussain.

Y no les fue suficiente eso.

Para demostrar aún más su bondad y su agradecimiento por lo que Hussain les había hecho unos años atrás, es que mientras el Imam, en su última salida del campamento hacia la batalla, quiso despedirse; quizás con un beso de su bebe de seis meses, el cual tal como un pez caído fuera del agua,  movía sus pequeños y pálidos labios moribundo por la sed o quizás a su modo, diciendo a su padre: ¡Oh padre mío yo también me sacrifico por ti! Momento aprovechado entonces uno de estos Kufies de gran gratitud,  llamado Harmala y quien era muy hábil en disparar el arco; quien con una flecha de tres puntas, dirigió acertadamente la misma, en la garganta frágil del bebé, el cual reposaba en el brazo de su padre, saciando entonces la sed de niño con su propia sangre.

Quizás te preguntarás ¿por qué al igual que antes, el Imam Hussain no pidió al cielo que lloviese tal como aquella otra vez?

La respuesta no la sabemos y en eso hay miles de secretos que un día inshallah podamos conocer, junto con nuestro amado Imam.

¡Oh husain, La paz sea contigo el día que naciste y el día que muriste y el día que te levantes vivo!

 

Me despido agradecido por su compañía y atención una vez,ruego a Dios, que les otorgue lo mejor esta y la otra vida, tanto a ustedes como a sus seres queridos, cuídense y hasta pronto.

Assalamu aleykum wa rrahmatullah