En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. La paz de Dios sean con todos los profetas desde Adan hasta Muhammad (paz y bendiciones para él y su familia purificada).
En cuanto al tema de la profecía, si queremos hablar de la filosofía del envío del profeta y de por qué Dios, de alguna manera, ha estructurado este Universo de tal modo que el ser humano necesite a los profetas, diríamos que en realidad todos los seres necesitan de guía. Dios cuando ha creado al ser humano y ha creado al universo y a todos los seres que en él se encuentran ha permitido que cada ser comience su camino hacia la perfección ya que el objetivo de la creación es lograr la perfección. Desde el momento que nace el ser humano o desde el momento que Dios crea una criatura, el único objetivo que tiene Dios es que esa criatura pueda lograr la perfección. Qué es la perfección?.
La perfección es este camino natural del desarrollo del ser humano de tal modo que cuando se llega a la última estación de este crecimiento (de cualquier ser, no sólo el ser humano) ha logrado la perfección, es decir, cada uno de nosotros tiene un camino en su existencia, un camino que transitar, ese camino tiene diversas estaciones, cada segundo, cada minuto, cada día, cada momento va cumpliendo con una parte de este camino hasta llegar al final; en el final cuando hablamos del crecimiento y desarrollo, cuando ya no puede desarrollarse más ha logrado la perfección, entonces la última estación en el camino del desarrollo humano es la perfección del ser. Todos los seres tienen su camino hacia la perfección. Para lograr ese camino necesitan de una guía. Qué significa la guía?.
Las criaturas no tienen revelación ni profeta ni palabra divina ni enseñanza divina, ellas tienen su propia revelación a través de la Inspiración de Dios a su propia naturaleza. El animal, las rocas, los minerales y los seres inanimados, los vegetales, los cielos, la tierra, no necesitan de revelación, de mensaje divino, de modelo ni ejemplos. Dios estableció la guía en su propia existencia.
El Corán dice al respecto que nuestro Señor dijo, Nuestro Señor es quien ha dado a cada cosa su creación, su existencia, después lo guió; es decir, ni bien Dios crea guia y qué significa guía? Cuando Dios crea lo hace con una guía interna, por ejemplo, el bebé cuando nace busca el pecho de su madre con la boca, ahí no hubo mensaje ni revelación ni enseñanza, es una guía interna, llamémosla instinto o tendencia innata, naturaleza humana o naturaleza, aquello que por naturaleza hace el animal, la planta o lo que sea. Obviamente en los animales es por voluntad, en los otros seres es por naturaleza, la flor y la planta van creciendo por naturaleza, Dios la va guiando hacia su propia perfección, hasta que se transforma en árbol, da fruto, eso es lograr la perfección, se logra con la guía divina, con la diferencia que los animales, las plantas y demás criaturas que no son seres humanos tienen una guía interna, lo que llamamos la guía universal o natural.
Hay una segunda guía, un segundo tipo de criatura que ya no solo necesitan una guía universal sino además otra guía, necesitan para el desarrollo de su espíritu una guía particular que es justamente los profetas.
Veamos la relación entre profecía y perfección. Dios creó al hombre para lograr la perfección y no se logra la perfección sin la guía. El hombre no es guiado por su naturaleza hacia la perfección espiritual a no ser que haya un guía externo que es el profeta, de allí la necesidad de que el profeta venga y presente la revelación de Dios para lograr la guía del hombre y finalmente que el hombre pueda lograr transportar su existencia hacia una dimensión de perfección elevada. Para lograr esta guía se necesita una ley, sin ley no hay guía, sin órdenes no hay guía, sin obediencia no hay guía. La guía es justamente que Dios envía una ley para ordenar mi vida y que yo camine según esa ley para poder lograr la perfección.
Si hablamos de la ley en sí, tiene que tener tres condiciones. La primera, conocer al ser humano. Una ley que quiere guiar al hombre a su estado de perfección tiene que saber lo que es el ser humano, saber cómo lograr la perfección, el legislador tiene que tener esa dimensión. La segunda, quien propone la ley tiene que tener un conocimiento de los principios de la perfección. Una cosa es conocer el ser humano y otra cosa es conocer la perfección. La tercera, el legislador no tiene que tener ningún tipo de interés, debe estar exento de deseos y miedos para poder legislar según la realidad y los verdaderos requerimientos y no perderse entre miedo y deseos y legisle como quiera. Estas son las tres condiciones de las cuales hablaremos en la próxima clase.
Las alabanzas son para Dios el Señor de los Mundos