En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso.
La paz de Dios sea con todos sus profetas, desde Adán hasta Muhammad.
Si recuerdan, venimos hablando del significado del corazón y el significado de la razón. Estuvimos hablando en la anterior clase también acerca de la diferencia entre la ciencia racional o el conocimiento racional y el conocimiento del corazón, y la diferencia entre estos dos tipos de conocimiento; y estuvimos detallando un poco acerca de esa realidad de los conocimientos humanos.
En la lección de hoy vamos a tocar un tema muy importante, que generalmente es una de estas cuestiones preliminares en las ciencias islámicas, especialmente en la teología y en la doctrina islámica. El tema que preparamos para esta lección tiene que ver con lo que llaman en árabe al fitrah, generalmente lo traducen como la naturaleza humana, la naturaleza primigenia de esta dimensión instintiva del alma.
Si nosotros creemos que el ser humano es un ente bidimensional, que tiene tanto un cuerpo como un espíritu, el cuerpo se mueve según sus instintos. El desarrollo del cuerpo, las necesidades del cuerpo y las funciones del cuerpo son instintivas y naturales; es decir, Dios ha creado una naturaleza para el cuerpo, y según su propia naturaleza se va desarrollando y va funcionando. El alma o el espíritu también tiene su propia naturaleza, y también tiene su propia dimensión. A esa dimensión innata del alma, aquello que acompaña al hombre en su desarrollo, en su vida, desde que nace hasta que muere a nivel espíritu, le llaman en árabe fitrah. Por eso lo traducen muchas veces como esa disposición natural, esa naturaleza primigenia, primitiva, innata… lo que muchas veces llamamos a nivel racional el sentido común, lo que muchas veces llamamos los sentimientos innatos, las dimensiones de la personalidad humana, todo lo que tiene que ver con aquello que nace con el ser humano, con aquello que no se aprende, aquello que de alguna manera es parte de la constitución y la estructura psicológica del ser humano.
Por eso muchas veces los sabios y hasta científicos, y especialmente los psicólogos, han hablado de las diversas dimensiones de la naturaleza humana. Y así como existe un instinto del cuerpo hacia la comida, como lo es el hambre, el tema del sueño y el tema de la bebida, el tema de la sexualidad o del instinto sexual, del mismo modo el alma humana también tiene sus propios instintos, sus propias necesidades, sus propias tendencias, sus propios conocimientos. A todo eso que acompaña al alma y que es parte de la naturaleza del ser humano, se le llama en árabe fitrah. Por eso es que normalmente el significado del fitrah tiene que ver con un estilo, una especie o un tipo de creación. O sea, cada criatura tiene su propia fitrah.
Y así como esa naturaleza acompaña al ser humano, las otras naturalezas en cada criatura también la acompañan de forma que es inseparable. Habrán escuchado la famosa historia de ese animal feroz que constantemente se levantaba para comer una presa, y un día le prometió a tal presa seguridad y que no le iba a comer, entonces esa presa confío en el animal feroz y el animal feroz lo comió. La filosofía es justamente que mi naturaleza es comer presas, o sea, si ese animal por ejemplo no cumpliera con esa naturaleza, estaría fallando a su propia realidad, fallando a su propio tipo de creación innata, a sus propias condiciones naturales.
Entonces el tema del fitrah en el islam es fundamental. ¿Por qué? Porque es considerado como una de estas cuestiones que justamente nos llevan al conocimiento de Dios, y posteriormente a la adoración de Dios. Con esto quiero decir que en el islam creemos que la fitrah es una de estas cuestiones fundamentales para poder entender esa tendencia del hombre hacia lo absoluto, porque de hecho cuando hablemos después más adelante en las próximas lecciones acerca del conocimiento innato de Dios, justamente diremos que la fitrah funciona de tal modo, e invita al ser humano hacia el conocimiento de Dios, y que si uno puede permitir que esa fitrah florezca y que se fortalezca, entonces lo natural es que uno sienta propensión hacia Dios, tanto a nivel conocimiento, o sea, como conocer al creador, como a nivel tendencia de adoración, por ejemplo el amor que uno siente.
En la mística islámica se habla que al fin y al cabo los amores en la vida del ser humano tienen que ver con esta atracción divina, en realidad una uno ama por naturaleza a Dios, pero bueno, como Dios se manifiesta a través de todas sus criaturas, termina uno entendiendo ese amor virtual, un amor secundario donde uno ama las criaturas, pero que en realidad la verdadera búsqueda es la búsqueda de la perfección, esa tendencia hacia la perfección. Por ejemplo el Imam Khomeini habla mucho que al fin y al cabo no hay ser humano que no busque la perfección, y la perfección es encontrar aquello que no tiene defecto, aquello que no está falto de nada, que es lo que no está vacío y que no está de alguna manera defectuoso.
En si esa búsqueda de la perfección es absoluta, o sea, todos desean llegar a la cima más alta, todos desean llegar a un lugar en donde no haya más nada por encima de él, todos desean llegar a esa cumbre en donde desde arriba pueden ver toda la realidad y que nada haya por encima de ellos. Entonces ese sentimiento, esa tendencia, ese deseo hacia lo perfecto, esa disposición del ser humano de querer desear lo perfecto, tiene que ver justamente con esta cuestión que venimos hablando de lo innato, de la fitrah.
Entonces como definición general la fitrah es esa naturaleza, ese tipo de creación humana, que acompaña al ser humano, que es de nacimiento. Por eso le llaman innato, y son todas esas características que acompañan a esa naturaleza. Después vamos a hablar con más claridad y con más detalles. Generalmente dividen las funciones de la fitrah, de la realidad la fitrah, sus dimensiones, en dos: hay conocimientos fitrih, innatos, y hay tendencias innatas, que de ello vamos a hablar seguramente una próxima clase. Pero lo más importante es saber esto: que la fitrah acompaña a todo ser humano y aquello que es innato es imposible poder uno despojarse de ello, porque eso es la misma estructura del ser humano. Por eso cuando hablemos de que el conocimiento de Dios es fitrih, innato, vamos a darnos cuenta que es inseparable: acompaña al hombre desde su nacimiento, durante toda su existencia.