En el nombre de Dios, Clemente, el Misericordioso. La paz de Dios sea con todos sus profetas.
Luego de terminada esta batalla y habiéndose posicionado el Profeta como líder político, organizador social, estratega y comandante en jefe de las fuerzas militares, y con un proyecto que comenzaba a dar resultados, el Profeta decidió visitar La Meca. Pidió a los musulmanes que se reunieran, y aproximadamente 100 personas, entre los muhajirín (inmigrantes) y los ansar (auxiliadores), se dirigieron en el mes de Dhu al-Qi’dah, un mes antes de la peregrinación mayor, para realizar la peregrinación menor, la Umrah.
Hay dos tipos de peregrinación: la mayor, que es el Hajj, obligatoria, y la menor, que es la Umrah, que se realiza en los meses en que no hay peregrinación mayor. También está la Umrah del Hajj, que es una peregrinación menor con menos ritos.
El Profeta había visto en un sueño que se dirigía a La Meca. El Corán habla de esto y dice que el Profeta confirmó con veracidad esta visión. El Profeta dijo que entrarían en Al-Haram, la Mezquita Sagrada de La Meca, con seguridad, con la cabeza afeitada y las uñas cortadas, sin miedo. Dios sabe lo que ustedes no saben, y esto se convirtió en una nueva conquista cercana.
Basado en este sueño, el Profeta decidió hacer la peregrinación y pidió a los musulmanes que se dirigieran hacia La Meca. Este movimiento pacífico, cuyo único objetivo era visitar La Meca y peregrinar, fue interpretado por los Quraysh como un movimiento militar. Hubo un malentendido y los Quraysh se prepararon para una nueva batalla. Enviaron un pequeño pelotón militar bajo el mando de Khalid ibn al-Walid para frenar al Profeta en su camino hacia La Meca.
El Profeta se enteró de esto y tomó otro camino para evitar encontrarse con Khalid. Cuando llegaron a un lugar llamado Hudaybiyya, los musulmanes establecieron su campamento. En ese lugar, ocurrió un milagro famoso: los compañeros se quejaban de la sequía, y el Profeta, al hacer la ablución, escupió en un pozo y de ahí surgió agua, creando una nueva fuente.
Comenzaron entonces las conversaciones con los Quraysh. Al principio, los Quraysh enviaron mensajeros para entender el objetivo del Profeta. El Profeta les dijo que solo habían venido a hacer la Umrah, pero los Quraysh, malintencionados, pensaron que era una mentira y trataron a los mensajeros de mentirosos y débiles. No creyeron y siguieron pensando que habría una guerra. El Profeta también envió mensajeros, pero tampoco fueron creídos.
Finalmente, enviaron a Suhayl ibn Amr como mensajero para hablar con el Profeta y llegar a un acuerdo. Así comenzó lo conocido como el Pacto de Hudaybiyya, un acuerdo entre el Profeta y los incrédulos de Quraysh para lograr una convivencia pacífica durante un tiempo. Este pacto tuvo muchos beneficios tanto para el Islam como para los musulmanes, y marcó el comienzo de una nueva etapa que eventualmente llevó a la conquista de La Meca.
En la próxima clase, discutiremos los puntos más importantes de este pacto y cómo marcó una nueva etapa en la historia del Islam.