(Saludo en Árabe)

            En el nombre de Dios, el clementísimo, el misericordiosísimo, la bendición y la paz sean con el Profeta Muhammad y su familia purificada y con todos los Mensajeros de Dios a lo largo de la historia, especialmente con Jesús y con Moisés.

            Estábamos viendo los efectos de la recitación del Corán, los efectos de recitación del Corán generalmente en las exégesis coránicas antes de cada capítulo los exégetas traen a colación los hadices o tradiciones proféticas acerca de las recompensas que tiene la recitación, la reflexión, la práctica de cada capítulo, muchas veces el profeta expresa la máxima recompensa, es decir, el máximo logro que uno puede obtener en la recitación, en la puesta en práctica, por ejemplo que será resucitado junto al profeta, que estará en el paraíso junto al profeta, que su rostro brillará como la luna llena, que se le serán dadas toda una serie de bendiciones especiales, la satisfacción de Dios por encima de todas las bendiciones paradisíacas, que se le construirán palacios en el paraíso, que se le perdonarán todos sus pecados, que todos sus pecados se transformarán en buenas acciones, etcétera, estas recompensas muchas veces tienen que ver con la purificación, el grado de purificación de su corazón, el grado en que el Corán afecta nuestro ser, en nuestra conducta, tenemos dichos que por ejemplo “el ojo que llora por temor a Dios, por temor al Juicio, que llora por arrepentimiento sincero, que llora por gratitud a Dios, ese ojo no va a ser ciego el Día del Juicio, ese ojo no va a llorar en el Día del Juicio por castigo, no va a ser castigado, no va a sufrir castigo”, lo mismo el oído que escucha la verdad, que es vehículo para que el hombre crezca en conocimiento, se perfeccione, se purifique, también es un oído que va a estar a salvo, dice el corazón que realmente sea tierno, sensible, que se deja conmover y que realmente se ilumina con el Corán, El Corán dice, es un dicho profético, “los corazones se oxidan, los corazones con el olvido de Dios, con la distracción, con el alejamiento de Dios, con los pecados, se oxidan, pueden llegar a terminar como una tela que se rompe de nada. Vieron esas telas mucho tiempo se pudren y uno hace así se rompen, una tela fuerte un corazón sano, la salud del corazón, salud es una palabra en árabe que está emparentada con paz, pacificación, salvación, salud, tienen todas la raíz salama; la salud del corazón tiene que ver con el acercamiento a Dios, la inspiración divina, las bendiciones divinas, etcétera y dice el Corán (...) dice “no temáis y no estéis tristes, no temáis por el futuro”, o sea, alguien no teme por el pasado, el pasado ya pasó, el temor tiene que ver con lo que nos va a pasar, lo que nos puede pasar, “no temáis, no os va a pasar nada, no tenéis, no tendréis castigo, no tendréis penas” (…) no os apenéis, no os entristezcáis, la tristeza tiene que ver con el pasado, conlo que no hice, por lo que hice mal.

            Entonces el creyente que recita el Corán, que practica el Corán, que toma esta receta y la pone en práctica dice “(...) no temáis y no estéis tristes (...) albriciad, o sea, dad la buena noticia de El Paraíso, El Paraíso espera al creyente, (...) que El Paraíso que os ha sido prometido por Dios que no falla a su promesa jamás (…) es otro grado también o alma sosegada, alma asegurada, (...) vuelve a tu Señor (...) satisfecha, ella, el alma, y satisfecha con ella por parte de Dios (…), entrad, pues, ahora que alcanzaste ese grado de de seguridad, de esperanza en Dios, entrad en mi jardín (...) y entrad en entre mis siervos (...) y entrad en mi paraíso”. O sea, estos versículos obviamente hablan de las máximas recompensas, cuando Dios dice “entrad en mí, con mis siervos”, estos son los más allegados a Dios como grupo selecto de elegidos en el otro mundo y “en mi paraíso”, o sea, en este  Paraíso todo está vinculado a Dios pero este es como una especie de lugar especial relacionado directamente con Dios, sin intermediaciones. A veces uno llega a un lugar, por ejemplo va a un palacio de gobierno, está en alguna habitación pero otra cosa es que el presidente o el rey, o quien fuera, como ejemplo, lo haga entrar dentro del palacio pero a la habitación, allegada a su habitación, a su espacio, donde recibe a los suyos, que no es lo mismo que estar en la entrada o en otros lugares más alejados.

            (…) Que estábamos viendo nos enseñaba las recomendaciones para la lectura del Corán, que los sentidos tienen su recompensa, los ojos, el oído, todo lo que tiene que ver con el Corán, las manos, la purificación que hay que tener el cuerpo, el intelecto que reflexiona, que busca el significado de las palabras, el significado de las alelyas, cuándo descendió, qué quiso decir, cómo se aplicó esta enseñanza en el tiempo del profeta, cómo esta aleya o este versículo se aplica al tiempo presente; el Corán no es un libro que nos hable del pasado, es un libro que nos habla del pasado en función del presente y del futuro, es un libro eterno.

            Una de las características del monoteísmo, de la adoración a Dios uno y eterno, es que uno se acerque a sus atributos, por lo que una persona que adora a Dios, si se acerca a Dios y estudia la palabra de Dios y estudia a los mensajeros de Dios y trata de imitarlos, trata de acercarse, trata de purificarse, lucha contra su ego, es una persona que se unifica y se eterniza, qué quiere decir, realmente adquiere un poder extraordinario que es el acercamiento a Dios, fuente de todas las energías y todos los poderes y todas las bendiciones, y todo se va articulando, el universo se va armando como un rompecabezas y uno ve la totalidad y en ese sentido una persona convive con Adam, con Noé, con Abraham, y ve que sus enseñanzas son enseñanzas para hoy, para el futuro, para educar a nuestros hijos para el futuro, para educarnos nosotros para el futuro y el corazón tiene su recompensa, que el corazón va más allá que el intelecto, el intelecto puede comprender algo, lo entendió, pero el corazón no va a afectarse por ello; por ejemplo, Satanás, Satanás habla con Dios, lo conoce, sabe que es el Señor, le pide cosas, sabe que tiene un poder de destruirlo, le pide un plazo, es decir, que lo conoce, tiene conocimiento mucho más que aquellos que niegan a Dios o que no tienen relación con Dios, o que creen en Dios pero lo han olvidado en su vida, sin embargo su corazón es duro y ese conocimiento no les sirve para someterse a Dios.

            La lectura recomienda (…) no debe ser tampoco muy rápida, muy veloz, de modo que perdamos el hilo de lo que estamos leyendo nada más que por apurar, digamos, voy a terminar cinco páginas, voy a terminar seis páginas, voy a leer este capítulo y lo leo automáticamente, pensando en cualquier cosa, eso es muy común, hay que hacer un esfuerzo, un ejercicio -que no es fácil- pero hay que hacerlo para que realmente nuestro corazón esté ahí donde estamos leyendo, nuestra concentración esté ahí; y por supuesto hay que leerlo con voz bella, afinada, en la medida de las posibilidades, cada uno tiene su capacidad distinta pero tiene que hacer un esfuerzo por leerlo bien y con voz triste (¿…?) dice el día de la Revolución, de la República Islámica, dice que es un gran conocedor del Corán y realmente un hombre que ha trabajado mucho sobre el Corán y que conoce y que cuando van los recitadores del Corán muchas veces habla con ellos y les indica algunas cosas, que lo ideal es que el tono de voz acompañe en la lectura, entonces una cosa es cuando yo estoy leyendo que el Corán dice que el faraón dice tal cosa, un recitador muy experimentado no puede leer de la misma manera cuando habla el faraón que cuando habla el profeta Moisés, no es fácil y por supuesto en la cima, o en el cenit, o en la cumbre de la recitación están los mensajeros de Dios; ellos cuando recitan, lo hacen de tal manera que si realmente ellos desean, la Creación se detiene, los animales, las piedras, los hombres, de hecho tenemos en la historia del Islam que cuando el profeta Muhammad (...) -la bendición y la paz sean con él y su familia- recitaba el Corán, hasta los enemigos se juntaban de noche bajo su ventana sin que se vieran y a veces chocaban entre sí y tenían vergüenza y decían que haces tú aquí, no pueden resistir la recitación coránica del profeta y usted que a lo mejor no está familiarizado, que no conoce el árabe, le recomiendo hoy en día (es fácil con Internet) buscar recitación del Corán, recitadores del Corán, está muy a mano hoy en día, la verdad es que hay un gran progreso desde el punto de vista la comunicación y puede aprovecharlo y vea niños que memoricen y que recitan el Corán de forma extraordinaria y vea a los recitadores profesionales, en el sentido profesional de especialización no necesariamente que cobran por eso, sino aquellos realmente especialistas de la recitación y va a ver cómo recitan, las tonalidades, las melodías, la armonía, realmente un recitador del Corán y va a haber algunos ejemplos en YouTube, en Google, realmente le erizan la piel y llega al corazón, llega muy profundo del corazón algunas recitaciones y le recomendamos que la escuchen aunque no entiendan el árabe inclusive, mucha gente es afectada por el llamado a la oración, por la recitación del Corán en árabe y si bien no entienden lo que se está diciendo, que no es lo ideal, lo ideal por supuesto es entender, pero aún en una cuestión meramente sensorial de un sonido, la manera, la belleza y la fuerza que tiene ese sonido cautiva a gente que no sabe qué está escuchando exactamente pero lo siente con el corazón que es algo muy elevado, muy profundo y toca una fibra profunda en su ser relacionado con algo que es poderosísimo, que es bendito, que es divino.

            Así que imaginen las personas que conocen y las personas que no conocen y se esfuerzan por conocer realmente Dios les da una gran recompensa, nosotros tenemos que inclusive aquel que aprende, que recita una letra, o una palabra del Corán, por cada letra, hay dichos que dicen que Dios le dará ciudades, por cada letra una ciudad, realmente si nosotros supiéramos las recompensas tendríamos realmente un estímulo extraordinario para esforzarnos. Pero hoy en día la cultura no ayuda porque la cultura de hoy en día -sobre todo en occidente- es una cultura humanista, una cultura secular, una cultura no religiosa, no profética, y nos han hecho seres mundanales que si yo digo recompensa, sustento, uno inmediatamente va a pensar en la plata, en el sueldo, un sueldo alto, una empresa.  Desgraciadamente hemos caído muy bajo y hemos -como cultura digo- olvidado a Dios y realmente estamos presos en los límites de la materia, del cuerpo, del mundo, y eso es la opresión más grande que uno se puede hacer a sí mismo, es privarse de la expansión del alma más allá de este mundo.

            Por eso -por ejemplo- tiene mucha recompensa, es una acto de adoración, mirar el mar porque el mar realmente expande, o el cielo, en dicho del Imán (...) dice que Dios hizo el cielo celeste, en el color del cielo hay una sensación de expansión, es extraordinario; o en la noche, es decir, en el mar realmente el alma viene del infinito y necesita el infinito, por qué una persona cuando sube a la cima de una montaña y mira el paisaje y mira el cielo y mira a la tierra o sube a un avión o sube una torre, por qué quiere llegar arriba, por qué quiere mirar, por qué quiere contemplar los espacios siderales, porque ese es su origen. Cuando se quiere castigar a alguien, ¿qué se hace?, en las peores castigos, se lo encierra ¿dónde? bajo tierra, ¿dónde? en un lugar estrecho, ¿dónde? en un lugar oscuro, o sea todo lo contrario a la necesidad del alma, al origen del alma, a lo que alimenta el alma, a lo que necesita el alma y a aquello con lo que el alma se siente identificada, por eso es un castigo, pero si queremos elevar a alguien, si queremos distinguir a alguien, lo ponemos alto y por supuesto el hombre se vanagloria de que llegue a la Luna y planta ahí su bandera, que en realidad debió ser la bandera de la humanidad, más que la bandera de un país particular porque es un logro de la humanidad y porque es una ciencia acumulada de muchas geografías y de muchas capacidades; pero bueno, una de las divisiones del hombre en naciones enfrentadas es un tema que lo aleja de la unidad y si se despiertan motivaciones egoístas peor, más lejos todavía la unidad.

            Bueno, la cuestión es que también se recomienda, no es un canto el Corán, como canto en sí, es una melodía recitada pero no llega a ser un cantante un recitador del Corán y no puede poner una tonalidad de una canción, por ejemplo yo no puedo tomar la melodía de una canción que me gusta mucho y leer el Corán con esa melodía, no se puede, El Corán se debe leer con la melodía del Corán y los sabios expertos enseñan esas melodías del Corán.

            El Corán tiene sus melodías, pero las melodías del Corán tienen que ver con el Corán y vienen del Corán y vienen de la recitación y la revelación divina, no vienen de tal o cual músico que crea una melodía. Y no debe hacerse tampoco por ostentación, es decir, uno no debe leer El Corán o aprender El Corán y ahora que lo aprendí, bueno, yo voy a la reunión y entonces “bueno, miren cómo leo El Corán”, entonces yo digo cuántos me aplaudieron, cuántos me escuchan y estoy  inmerso en las cuestiones de mi ego y eso o que “yo leo mejor que aquel” o que “yo tengo que leer lo que me digan a mí que lea” etcétera, todas estas cuestiones en las que juega el ego con nosotros en estas cuestiones y debemos combatirlo y se debe escuchar el Corán, El Corán cuando se recita se debe escuchar, algo que muchas veces no hacemos, distraídos, hablamos, en la mezquita están leyendo el Corán y nosotros estamos hablando; también dice de perfumarse, eso quizás muchos no lo habían escuchado, perfumarse cuando uno va a leer El Corán, cuando uno va a hacer la oración, cuando uno va a hablar con Dios y otras recomendaciones que, si Dios quiere, vamos a seguir viendo en los próximos programas.

(Despedida en Árabe)

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