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Descripción

El tema de la educación de los hijos es uno de los más consultados, sobre todo acerca de cómo poner límites.
Una mamá me preguntó ¿cómo puedo poner límites a mi hijo?, ¿debo castigarlo o recompensarlo según su accionar?
Hoy queremos compartir contigo la respuesta a estas interrogantes a la luz del Islam y la psicología.

Transcripción

El lunes pasado hablamos brevemente a cerca de los derechos del niño en el islam, hoy siguiendo la misma línea, vamos a comenzar a hablar acerca de la educación de los hijos.

Algunas de las preguntas que siempre me hacen las mamas acerca de cómo educar a sus hijos son:

Cómo puedo ponerles límites a mis hijos, es malo castigar al niño o recompensarlo por las cosas que hace bien. Bueno inshallah voy a de responder a esta interrogantes, a la luz del sagrado Corán, hadices y con aportes de la psicología.

Voy a comenzar haciendo referencia a un versículo del Corán que dice: realmente tenéis en el mensajero de Dios un excelente ejemplo. El profeta Muhammad educaba a sus hijos y nietos en el amor y la compasión; trataba de ponerle responsabilidades y exigía de ellos según sus capacidades. Es decir que no le pedía a un niño de 3 años que ayunara ni que hiciera la oración, sino que iba pasa a paso educándolo.

A la hora de poner límites debemos tener en cuantos varios factores:

  1. La edad del niño, ¿por qué es importantes esto? Porque según su edad es que vamos a dar la explicación como corresponde, un niño de 1 año no va a tener el mismo bagaje intelectual que un niño de 6, por eso hay que explicar siempre de una forma simple que el niño pueda comprender.
  2. Dijo el profeta Muhmamad (P) “Todo el que tenga ante sí a un niño debe comportarse con él de manera infantil.”
  3. En otras épocas era muy común poner límites a través de golpes, de maltrato físico, hoy se ha comprobado que ese tipo de educación no es positiva para el niño, pues acarrea más problemas que beneficios. Como les explique el lunes pasado el islam siempre visibilizo a los niños como sujeto de derechos y en el profeta Muhammad tenemos un hermoso ejemplo de cómo tratar a los niños.

Vamos a poner algunos ejemplos:

El Imam Al-Kâdzim (a.s.) dijo abiertamente a un hombre que se quejaba de su hijo: “No golpees a tu hijo y para educarlo, enfádate con él, ¡pero ten cuidado! que tu enfado no se prolongue, y reconcíliate lo más pronto posible.”

(Bihâr alAnwâr, t. 104, p. 74; ‘Uddat ad-Dâ‘î, p. 61.)

Si un hombre o mujer golpeaba a su hijo para castigarlpo por algo que hubiese hecho, el profeta Muhammad (bpd) se oponía a esta practica y les llamaba la atención, nunca se vio ni se relató de que el profeta (P) haya golpeado o castigado a sus hijos o nietos.

Veamos otro ejemplo:

Dijo Abû Mas‘ûd Al-Ansârî: Yo tenía un sirviente al que golpeaba. Por detrás de mí escuché una voz que decía: “¡Abû Mas‘ûd! ¡Dios te otorgó poder por sobre él (convirtiéndolo en tu siervo)!”. Me volví y vi que era el Mensajero de Dios (P)”.

Le dije al Mensajero de Dios (P):

“¡Lo he liberado por la causa de Dios!”.

El Profeta (s.a.w.) dijo: “Si no lo hubieras hecho, te habrían abarcado las llamas del Fuego”.

(Bihâr al-Anwâr, t. 74, p. 142, hadîz nº 12)

Es decir que la violencia en el islam sobre los inocentes niños o adolescentes no está permitido, y es algo detestable. Entonces a la hora de corregir algún error debemos hacerlo con calma, explicando a nuestros hijos porque está mal eso o las consecuencias de dicho acto, pero sin gritos, golpes o cualquier tipo de violencia.

El profeta trataba con un buen carácter y cariño a los niños, nunca les aplicaba castigos físicos ni psicológicos. Debemos criar hijos que puedan comprender las diferentes situaciones y analizar todo de forma crítica y reflexiva, por ello es importante brindarles información. Es imposible creer que a través de los golpes las personas van a aprender, hay un viejo dicho que dice "la letra entra con sangre", y con ello se permitía la violencia física de los docentes hacia los niños y de los padres a la hora de educar.

Si castigamos a los niños, lo único que conseguiremos serán niños inseguros, frágiles, temerosos o violentos.

Dijo el imam Alî (P): “El que la persona juiciosa siga los consejos se produce a través de la educación y la buena formación. Son las bestias y los animales los que son adiestrados solo con latigazos”.

Este dicho del imam Ali (P) es muy claro solo las bestias y animales se educan y adiestran con latigazos. Los niños se van educando siempre a través del amor, y a través de hábitos.

  1. Los niños aprenden de los modelos identificatorios. los padres son los primeros modelos que tiene el niño, en la primera infancia generalmente el niño copia e imita todo lo que hacen sus padres, luego a sus maestros y grupo de pares.

Pero los padres tienen un rol fundamental en la educación y formación de los hijos, como siempre digo no podemos pedirle a un niño que haga algo que nunca vio como se hacía, porque nadie nace sabiendo, se aprende con el ejemplo y la práctica, por eso los hábitos son fundamentales. Este punto se relaciona también con el tema de como educar a los hijos en una sociedad no islámica, porque los padres tenemos un rol fundamental y es que nuestros hijos aprendan de nuestro ejemplo.

Que la misericordia de Dios sea sobre un padre que ayuda a su hijo en el camino de la benevolencia y a hacer el bien, lo trata con bondad, y cual un niño, es su compañero de la etapa de su niñez, formándolo sabio y educado”.

(Mustadrak al-Wasâ’il, t. 2, p. 626.)

Dijo el imam Ali (p):

“En su comportamiento el niño debe imitar a los mayores, y los mayores también, indefectiblemente deben ser cariñosos con los niños, no sea que se comporten como los infieles y opresores de la Época de la Ignorancia.”

(Nahÿ al-Balâgah, ordenación de Feiz, p. 531.)

Entonces a la hora de poner límites debemos hacerlo con cariño, respeto y paciencia. Otro tema que quería hablar es el de los regalos o recompensas por hacer algo bien, si bien eso puede ayudar a reforzar una acción positiva, el niño puede querer hacer luego cualquier buen acto solo por la recompensa y no por el valor de la misma, así que hay que tener cuidado en este sentido.

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¿Cómo poner límites a mis hijos?

Descripción

Transcripción

El tema de la educación de los hijos es uno de los más consultados, sobre todo acerca de cómo poner límites.
Una mamá me preguntó ¿cómo puedo poner límites a mi hijo?, ¿debo castigarlo o recompensarlo según su accionar?
Hoy queremos compartir contigo la respuesta a estas interrogantes a la luz del Islam y la psicología.

El lunes pasado hablamos brevemente a cerca de los derechos del niño en el islam, hoy siguiendo la misma línea, vamos a comenzar a hablar acerca de la educación de los hijos.

Algunas de las preguntas que siempre me hacen las mamas acerca de cómo educar a sus hijos son:

Cómo puedo ponerles límites a mis hijos, es malo castigar al niño o recompensarlo por las cosas que hace bien. Bueno inshallah voy a de responder a esta interrogantes, a la luz del sagrado Corán, hadices y con aportes de la psicología.

Voy a comenzar haciendo referencia a un versículo del Corán que dice: realmente tenéis en el mensajero de Dios un excelente ejemplo. El profeta Muhammad educaba a sus hijos y nietos en el amor y la compasión; trataba de ponerle responsabilidades y exigía de ellos según sus capacidades. Es decir que no le pedía a un niño de 3 años que ayunara ni que hiciera la oración, sino que iba pasa a paso educándolo.

A la hora de poner límites debemos tener en cuantos varios factores:

  1. La edad del niño, ¿por qué es importantes esto? Porque según su edad es que vamos a dar la explicación como corresponde, un niño de 1 año no va a tener el mismo bagaje intelectual que un niño de 6, por eso hay que explicar siempre de una forma simple que el niño pueda comprender.
  2. Dijo el profeta Muhmamad (P) “Todo el que tenga ante sí a un niño debe comportarse con él de manera infantil.”
  3. En otras épocas era muy común poner límites a través de golpes, de maltrato físico, hoy se ha comprobado que ese tipo de educación no es positiva para el niño, pues acarrea más problemas que beneficios. Como les explique el lunes pasado el islam siempre visibilizo a los niños como sujeto de derechos y en el profeta Muhammad tenemos un hermoso ejemplo de cómo tratar a los niños.

Vamos a poner algunos ejemplos:

El Imam Al-Kâdzim (a.s.) dijo abiertamente a un hombre que se quejaba de su hijo: “No golpees a tu hijo y para educarlo, enfádate con él, ¡pero ten cuidado! que tu enfado no se prolongue, y reconcíliate lo más pronto posible.”

(Bihâr alAnwâr, t. 104, p. 74; ‘Uddat ad-Dâ‘î, p. 61.)

Si un hombre o mujer golpeaba a su hijo para castigarlpo por algo que hubiese hecho, el profeta Muhammad (bpd) se oponía a esta practica y les llamaba la atención, nunca se vio ni se relató de que el profeta (P) haya golpeado o castigado a sus hijos o nietos.

Veamos otro ejemplo:

Dijo Abû Mas‘ûd Al-Ansârî: Yo tenía un sirviente al que golpeaba. Por detrás de mí escuché una voz que decía: “¡Abû Mas‘ûd! ¡Dios te otorgó poder por sobre él (convirtiéndolo en tu siervo)!”. Me volví y vi que era el Mensajero de Dios (P)”.

Le dije al Mensajero de Dios (P):

“¡Lo he liberado por la causa de Dios!”.

El Profeta (s.a.w.) dijo: “Si no lo hubieras hecho, te habrían abarcado las llamas del Fuego”.

(Bihâr al-Anwâr, t. 74, p. 142, hadîz nº 12)

Es decir que la violencia en el islam sobre los inocentes niños o adolescentes no está permitido, y es algo detestable. Entonces a la hora de corregir algún error debemos hacerlo con calma, explicando a nuestros hijos porque está mal eso o las consecuencias de dicho acto, pero sin gritos, golpes o cualquier tipo de violencia.

El profeta trataba con un buen carácter y cariño a los niños, nunca les aplicaba castigos físicos ni psicológicos. Debemos criar hijos que puedan comprender las diferentes situaciones y analizar todo de forma crítica y reflexiva, por ello es importante brindarles información. Es imposible creer que a través de los golpes las personas van a aprender, hay un viejo dicho que dice "la letra entra con sangre", y con ello se permitía la violencia física de los docentes hacia los niños y de los padres a la hora de educar.

Si castigamos a los niños, lo único que conseguiremos serán niños inseguros, frágiles, temerosos o violentos.

Dijo el imam Alî (P): “El que la persona juiciosa siga los consejos se produce a través de la educación y la buena formación. Son las bestias y los animales los que son adiestrados solo con latigazos”.

Este dicho del imam Ali (P) es muy claro solo las bestias y animales se educan y adiestran con latigazos. Los niños se van educando siempre a través del amor, y a través de hábitos.

  1. Los niños aprenden de los modelos identificatorios. los padres son los primeros modelos que tiene el niño, en la primera infancia generalmente el niño copia e imita todo lo que hacen sus padres, luego a sus maestros y grupo de pares.

Pero los padres tienen un rol fundamental en la educación y formación de los hijos, como siempre digo no podemos pedirle a un niño que haga algo que nunca vio como se hacía, porque nadie nace sabiendo, se aprende con el ejemplo y la práctica, por eso los hábitos son fundamentales. Este punto se relaciona también con el tema de como educar a los hijos en una sociedad no islámica, porque los padres tenemos un rol fundamental y es que nuestros hijos aprendan de nuestro ejemplo.

Que la misericordia de Dios sea sobre un padre que ayuda a su hijo en el camino de la benevolencia y a hacer el bien, lo trata con bondad, y cual un niño, es su compañero de la etapa de su niñez, formándolo sabio y educado”.

(Mustadrak al-Wasâ’il, t. 2, p. 626.)

Dijo el imam Ali (p):

“En su comportamiento el niño debe imitar a los mayores, y los mayores también, indefectiblemente deben ser cariñosos con los niños, no sea que se comporten como los infieles y opresores de la Época de la Ignorancia.”

(Nahÿ al-Balâgah, ordenación de Feiz, p. 531.)

Entonces a la hora de poner límites debemos hacerlo con cariño, respeto y paciencia. Otro tema que quería hablar es el de los regalos o recompensas por hacer algo bien, si bien eso puede ayudar a reforzar una acción positiva, el niño puede querer hacer luego cualquier buen acto solo por la recompensa y no por el valor de la misma, así que hay que tener cuidado en este sentido.