Descripción

¡Dios mío! Ten misericordia de mí cuando se acabe mi argumento, mi lengua languidezca al responderte y mi mente se atolondre ante Tu interrogatorio. Así pues, ¡oh Tú que eres mi inmensa esperanza! ¡No me decepciones cuando mi necesidad recrudezca y no me rechaces por mi ignorancia. No me prives por mi poca paciencia. Otórgame por mi pobreza y compadéceme por mi debilidad. ¡Mi señor! Tú eres mi recurso, mi apoyo, mi esperanza y mi confianza. Me aferro a Tu misericordia y en Tu explanada coloco mi alforja (llego a Ti sin provisiones). Por tu magnanimidad procuro mi petición y por Tu generosidad, oh Señor, he iniciado mi súplica. De Ti espero que se solvente mi necesidad y mediante Tu riqueza subsano mi carencia. Es bajo la cubierta de Tu indulgencia que me pongo en pié, hacia Tu magnanimidad y generosidad levanto mi vista y en Tu favor mantengo mi mirada. No me quemes con el Fuego siendo Tú el sitio de mi esperanza, ni me hagas habitar el (infernal) Abismo puesto que Tú eres el consuelo de mis ojos. ¡O mi Señor! No contraríes lo que pienso sobre Tu actuar benevolente y Tu favor, puesto que eres mi confianza, ni me prives de Tu recompensa puesto que Tu eres conocedor de mi pobreza.