En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. La paz de Dios sea con todos los profetas desde Adan hasta Muhammad (paz y bendiciones para él y su familia purificada).
Continuando con el tema de la resurrección habíamos dicho al principio que uno de los argumentos de las pruebas que tenemos para comprobar esta creencia en la resurrección, en la vida después de la muerte en esta dimensión, tiene que ver con el objetivo de la creación.
Nosotros dijimos que el monoteísta cuándo cree en Dios, no cree en un creador que por casualidad ha creado por juego, por distracción o por no haberse dado cuenta. La creación de Dios como ser inteligente, racional, intelectual, como ser que conoce la realidad y es el dueño de la realidad, el señor del universo, está claro que no es una voluntad sin ningún tipo de pensamiento ni plan. Creemos que Dios es sabio, pone cada cosa en su lugar, sabe de qué forma actuar, actúa con prudencia, actúa con sapiencia, actúa con filosofía detrás de cada acción y comportamiento. Entonces está claro que Dios no va a crear el universo y todo lo que haya en el por distracción o juego, está claro que lo que Dios hizo lo hizo con una voluntad basada en una lógica y planificación clara. Todo eso tiene que ver con un plan y el tema de la resurrección es justamente lo que prueba la existencia de ese plan.
Si Nosotros sabemos que hay un plan entonces sí o sí tiene que haber después de esta vida algo, porque sino con el fin de esta vida el plan no llegaría a ningún tipo de objetivo. Si la vida fuera simplemente vivir lo que vivimos y morir entonces no se hubiese cumplido ningún plan pues sabemos muy bien que con la muerte no logras nada más que la no existencia en esta esfera. Si lo único que existiera en el universo fuera esta esfera o dimensión material y la única vida del hombre posible fuera la vida material mundanal y terrenal, entonces sería una creación sin sentido, una creación sin razón de ser, mientras que nosotros sabemos muy bien que cuando el monoteísta habla de Dios como el ser sabio, sabe que tiene un objetivo por el cual creó la vida y si todo terminara en la muerte entonces es subjetivo, no se cumpliría y sería ilógico.
Por otro lado tenemos aleyas del coran que dicen “acaso ustedes creen que los hemos creado sin sentido, sin ningún objetivo y que no volverán a nosotros?” por eso el que cree que tiene un creador como origen del universo, tiene que creer en el retorno, en la otra vida y en la resurrección, por eso dice “acaso ustedes creen que los cree sin motivo?” porque la muerte no es un motivo, es la no existencia, no tiene lógica crear para que no existan al final.
El Corán dice en otra aleya, “no hemos creado la tierra y los cielos y a todo lo que se encuentra entre ellas de una manera falsa, eso es lo que imaginan los incrédulos, ay de ellos los que no creen por el castigo infernal” entonces está claro que el creyente cuando cree en el origen del universo tiene que creer al mismo tiempo en el fin, porque no hay origen en un creador sapiente que no tenga un objetivo.
Queda claro entonces que la primera prueba o primer argumento es que si uno piensa en el universo como la creación de un creador inteligente, racional e intelectual que piensa, que sabe, que percibe las cosas, consciente de lo que hace y además sabio, pone cada cosa en su lugar, está claro que la respuesta es que tiene que tener un final, que es lo que nosotros llamamos la resurrección por lo tanto esta es la primera prueba o argumento acerca de la resurrección. Después vamos a ver en la próxima clase el segundo argumento que tiene que ver con la justicia divina, es decir que nosotros a través de la mera creencia, que es el monoteísmo, que es la creencia en Dios creador del universo, creemos además, también a través de ellos, en la resurrección y a través de la justicia divina vamos a poder argumentar esa resurrección, por lo tanto el monoteísmo que se desarrolla de esta forma, de un objetivo mucho más claro a nuestra visión que es este mundo como un comienzo y un final, como un comienzo y una continuidad de esa realidad en la otra vida.
Las alabanzas son para Dios el Señor de los Mundos.