El recuerdo de Dios no solo tiene efectos espirituales o en la otra vida, sino que también efectos terrenales y de índole psicológico.
Así como la vida del hombre necesita de piedad, también necesita de orden ya que la piedad sin orden podría llevar al hombre a rumos distintos y metas diferentes a la perfección.
Si uno lee la historia de los infalibles se dará cuenta que sus vidas estaban llenas de orden y conducta se puede comprobar en muchas situaciones que nos consideradas hasta hoy como verdaderos ejemplos para nuestras vidas.
Muchas de las normas islámicas ayudan al hombre a tener una vida mucho más ordenada, ya que la ley islámica esta creada para conseguir el orden en la sociedad.
Lo primero que plantea esta sura es el tema de la fe, como la base fundamental de la vida del hombre.
En este capítulo nos habla el Corán de todos aquellos que desmienten el día del juicio final, sus características y comportamiento en esta vida.
En los últimos momentos de su vida el Profeta (P) quiso dejar testamentado ciertos puntos pero algunos de sus compañeros no se lo permitieron.
A diferencia de otros libros sagrados, el Islam considera al Corán como la constitución a través de la cual el ser humano o debe guiarse en todos los aspectos de su vida.
El amor a la vida terrenal es otro de los obstáculos que suelen interponerse ante el lector del Corán al momento de querer aprovechar correctamente la sabiduría del Corán.
En el comienzo de esta sura se habla de los principios más importantes de la fe islámica como lo son monoteísmo y la profecía.
La primera aleya de esta sura nos habla de cómo criaturas glorifican a Dios, del estatus divino de rey, santo, todopoderoso y sabio.
En la segunda aleya se habla de la misión profética y sus responsabilidades.