En el Nombre de Dios, se una vez más bienvenidos a la sección los cuentos de la semana de Fatimatv.
La semana pasada, gracias a Dios, pudimos hablar de un gran compañero del Imam al Hussain de nombre Burayr.
Esta semana, queremos presentarte a otro de los compañeros del Imam Al Hussain (P). Así que no te haré esperar e invito a que escuchemos juntos el cuento de esta semana
Zuhayr, un compañero del Imam Hussain
Zuhayr ibn Qayn, era un miembro importante de la tribu de Bayali que vivía en Kufa. Al principio, Zuhayr, era uno de los seguidores de ‘Uzman hasta que, el año 60 de la Hégira Lunar, cuando regresaba de La Meca, en una de las paradas en el camino de regreso se cruzó con la caravana del nieto bendito del mensajero de Dios. Se narra que en la parada de “Zarud” se instaló en el mismo lugar que la caravana del Imam Hussain y este honorable envió a alguien para pedir a Zuhayr que se vieran.
Al principio, Zuhayr no quería hacer esta reunión, pero con el consejo de su esposa, Daylam, hija de Amr, fue a ver al Imam Hussain. Este encuentro bendito cambió el curso de la vida de Zuhayr.
Después de visitar al Imam, Zuhayr se despidió de su esposa y le dijo:
“Me preparé para ser martirizado al servicio del Imam Al Hussain (P). También te doy el divorcio para que, con tu hermano, puedas volver con tu familia. Quiero que de mi parte sólo recibas cosas buenas”.
Zuhayr confió todas sus propiedades, así como a su esposa Daylam a sus primos y se unió al Imam Al Hussain.
Antes de abandonar la caravana, dijo a sus compañeros:
“¡Quien ame el martirio que me acompañe, de lo contrario que se vaya y ésta es la última vez que nos vemos! Pero les contaré un recuerdo:
Cuando fuimos a la Batalla de Balanyar, obtuvimos muchas victorias y botines y nos sentimos muy contentos. Salmán Bahelí, que estaba con nosotros, dijo:
‘Cuando se encuentren con el señor de los jóvenes de la familia de Muhammad, sentirán más felicidad de luchar y morir a su lado que la felicidad que han sentido con estos tesoros’.”
En algunas fuentes históricas, se dice que bajo la influencia de la decisión de Zuhayr, su primo, Salmán o Suleiman ibn Muzarib, se unió al ejército del Imam Al Hussain junto con Zuhayr.
El Imam Al Hussain después de enfrentarse con las tropas de Hurr, en la parada llamada Dhi Husm pronunció un discurso. Durante este discurso, sacó a relucir los males que regían en la sociedad y alentó a sus seguidores a luchar por el resurgimiento de los valores islámicos y el martirio en el sendero de Dios.
Después del discurso del Imam, Zuhayr se dirigió a los compañeros de este honorable y les dijo:
“¡Ustedes hablan o yo comienzo!”, pero los compañeros pidieron a Zuhayr que él iniciara la conversación con el Imam Hussain”.
Zuhayr también dirigiéndose al Imam dijo:
“Oh hijo del Mensajero de Dios, escuchamos sus palabras. ¡Juro por Dios, si la vida de este mundo fuera permanente y nosotros fuésemos eternos en él, y nuestra separación de éste fuera sólo para ayudarte y auxiliarte, preferiríamos dejar este mundo para acompañarte que permanecer en éste para siempre!”
Después del discurso de Zuhayr, el Imam Hussain oró por él.
Iniciaba el mes de Muharram. Era miércoles o jueves y la caravana del Imam arribó en la tierra de Nínive (o NEYNAWA) bajo la guardia del ejército de Hurr.
Fue en ese momento cuando llegó una carta de Ibn Ziyad. En esa, se le ordenaba a Hurr ser estricto con el Imam Al Hussain y obligarlo a parar en una tierra sin agua y desértica. Hurr informó el contenido de la carta al Imam y sus compañeros; entonces les pidió que se detuvieran en ese mismo lugar. Los compañeros del Imam Hussain pidieron a Hurr que detuviera la caravana en una de las aldeas cercanas, pero Hurr dijo:
“No puedo permitirlo ya que el espía de Ibn Ziyad me está vigilando”.
Zuhayr sugirió al Imam Hussain que en ese momento iniciaran la guerra, ya que enfrentarse contra las tropas de Hurr en ese momento era más fácil que cuando se les agregaran las fuerzas auxiliares.
Pero el Imam Hussain dijo:
“¡Yo no comenzaré la guerra!”
Zuhayr sugirió:
“Entonces, instalémonos en esa aldea que está cerca del Éufrates, es un lugar fortificado y podremos defendernos”.
El Imam también preguntó el nombre de esa región y cuando Zuhayr le informó que es ‘Aqr, dijo:
“¡Oh Dios, busco refugio en ti de ‘Aqr!”
Pero Hurr no permitió que la caravana del Imam Hussain se estableciera en una de las aldeas cercanas como Nínive, Ghaaḍiriyah o ‘Aqr, y se vio obligada a establecerse en Karbala.
En el atardecer de Tasu’a (noveno día de Muharram), después del repentino ataque del ejército de ‘Umar Sa’d hacia las carpas, el Imam Al Hussain pidió a su honorable hermano ‘Abbas que fuera a ver cuál era su objetivo y qué buscaba?
Hazrat ‘Abbas se acercó a las tropas enemigas con unos veinte soldados de caballería de los compañeros del Imam, incluidos Zuhayr y Habib ibn Muzahir, entonces preguntó:
“¡Qué pretenden!”
Ellos también respondieron:
“Se nos ha ordenado luchar contra ustedes si no se someten a la orden de Ibn Ziyad”.
Hazrat ‘Abbas dijo:
“¡No se apresuren, hasta que pueda informarle a Aba Abdillah sobre su intención!”
Ellos también aceptaron y quedaron en espera de la respuesta.
Habib y Zuhayr por su parte aprovecharon esta oportunidad para aconsejar a las tropas de ‘Umar Sa’d. Habib pidió a Zuhayr que él comenzara a hablar, a lo que Zuhayr contestó:
“Tú mismo iniciaste la conversación, así que tú mismo continúa”.
Habib les advirtió que no mataran a la familia del Profeta ni a sus seguidores y mencionó algunas de las nobles cualidades de los compañeros y seguidores del Imam Hussain.
Después del discurso de Habib, uno de los enemigos llamado ‘Azrat ibn Qeys, dirigiéndose a Habib dijo:
“¡Elógiate a ti mismo tanto como puedas!”
Zuhayr contestó:
“¡Oh, ‘Azrah! Dios ha alabado y guiado el alma de Habib. ¡Teme a Dios, yo soy uno de tus consejeros! ¡Juro por Dios, no ayudes a los descarriados a matar a los puros!”
‘Azrat dijo: “¡Oh, Zuhayr, tu no eras un shi’ita o seguidor de esa familia, sino que eras partidario de ‘Uzman!”
Zuhayr respondió:
“¿No entiendes que al estar con ellos soy uno de ellos? ¡Juro por Dios!, nunca le escribí una carta al Imam Hussain, nunca le envié un mensajero y nunca le prometí ayudarlo. Más bien, nuestros caminos se atravesaron y fue cuando lo conocí.
Cuando lo vi, recordé al Mensajero de Dios y recordé su rango ante el Profeta.
También entendí qué le están sucediendo a él situaciones difíciles y percances de parte de su enemigo y tu bando. Por eso decidí ayudarlo y apoyarlo, para ser miembro de su partido y sacrificar mi vida por él. Tal vez pueda respetar el derecho de Dios y su Mensajero que ustedes no obedecieron”.
En la noche anterior de ‘Ashura, cuando el Imam Hussain dejó libres a sus compañeros de permanecer junto a él o irse, cada uno de ellos declaró su lealtad de alguna manera; entonces fue cuando Zuhayr dijo:
“¡Juro por Dios, espero ser matado, luego resucitado y matado nuevamente, hasta que me maten así mil veces, y por medio de esto Dios salve su vida y la de estos jóvenes de su familia!”
El Imam Hussain organizó a sus compañeros después de realizar la oración del alba del día de ‘Ashura, luego organizó a su gente y Zuhayr se haría responsable del ala derecha del ejército por orden del Imam.
El día de ‘Ashura, cuando los dos ejércitos se enfrentaron cara a cara, el Imam Al Hussain aconsejó primero a los del ejército enemigo. Después de eso, Zuhayr a caballo, arma en mano y vestido marcial completo se dirigió hacia el enemigo y dijo:
“¡Oh, gente de Kufa!, os advierto del castigo divino. Es obligatorio para un musulmán querer el bien para su hermano musulmán. Hasta este momento somos hermanos, tenemos la misma religión y culto, y merecemos aconsejarnos; claro está hasta que no haya empezado la guerra entre nosotros. Pero al iniciarse la guerra, el vínculo de hermandad y religión entre nosotros se romperá y seremos dos naciones separadas.
Dios Todopoderoso nos está probando a nosotros y a ustedes a través de los hijos de Su Profeta, Muhammad (BPD), para ver cómo los tratamos.
Ahora los invito a ayudarlos y a abandonar a ‘Ubaydul.lah ibn Ziyad. Puesto que durante todo el gobierno de ‘Ubaydul.lah y su padre, no experimentaron otras cosas más que maldades, tal y como en el pasado les sacaron los ojos, les amputaron las manos y los pies y los torturaron severamente; solían colgarlos del tronco de la palmera y, tanto los mataban a ustedes como a los recitadores del Corán, tal y como a Ḥeyr ibn ʿAdi y a sus compañeros, a Hani ibn ‘Urwa y otros”.
Después de escuchar estas palabras, los soldados de ‘Umar Sa’d insultaron a Zuhayr y elogiaron a ‘Ubaydul.lah y a su padre Ziyad y dijeron:
“¡Juramos por Dios que, no nos iremos de aquí hasta que matemos a tu amigo y a sus compañeros, o que se rindan y los enviemos a Ibn Ziyad!”
Zuhayr acentuó:
“¡Oh siervos de Dios, los hijos de Fátima son más merecedores de amistad y ayuda que los hijos de Sumayyah! Si no los ayudan, ¡por Dios no permitan que los maten! ¡Juro por mi vida, incluso sin matar a Hussain, Yazid estará complacido con su obediencia!”.
(Aquí, al decir Sumayyah se refería a la madre de Ziyad ibn Abih, es decir, la abuela de ‘Ubaydul.lah ibn Ziyad. )
Shemr arrojó una flecha a Zuhayr y gritó:
“¡Cállate!, ¡que Dios cierre tu boca, nos cansaste con tu locuacidad!”
Zuhayr exclamó:
“¡Oh hijo de uno que orinaba de pie como un perro! No estoy hablando contigo, tú no eres más que un animal. ¡Juro por Dios, no creo que ni siquiera puedas recitar dos aleyas del Corán correctamente! Te doy la noticia de humillación y desgracia en el Día del Juicio y de un doloroso castigo”.
Shemr clamó:
“¡Dentro de una hora, Dios quitará tu vida y la de tu amigo!”
Zuhayr respondió:
“¡¿Me estás asustando de la muerte?! ¡Por Dios, morir junto a Hussain es más querido para mí que vivir eternamente con ustedes! - Luego se volvió hacia la gente y dijo en voz alta - ¡Oh siervos de Dios, no dejen que este tonto impetuoso y otros como él los engañen acerca de su religión! ¡Por Dios, la intercesión de Muhammad (BPD) no incluye a aquellos que derramaron la sangre de sus hijos y familiares, y mataron a sus ayudantes y defensores!”
En ese momento, alguien llamó a Zuhayr y le dijo que Abu ‘Abdul.lah (P) le mandó decir:
“Vuelve, ¡juro por mi vida que así como el creyente de la familia del Faraón aconsejó a su pueblo, tú también los aconsejaste y oraste mucho por ellos”.
Si queremos contarles sobre los combates de Zuhayr en el día de ‘Ashura, uno de ellos es que, cuando Shemr y algunos enemigos atacaron las carpas del Imam Hussain y trataron de prender fuego a las tiendas, Zuhayr para defender las carpas donde se encontraba la familia del Profeta con la ayuda de otros diez compañeros del Imam, se enfrentó a los enemigos y al matar a uno de los atacantes, los demás se alejaron del lugar.
Además, Zuhayr y Hurr el día de ‘Ashura, durante una hora ayudándose uno al otro lucharon en forma espectacular y cada vez que uno de ellos se veía rodeado por el enemigo atacante, el otro lo ayudaba. Hasta que Hurr fue martirizado.
En la tarde de ‘Ashura, Zuhayr y Sa’id (o Sa’d) ibn ‘Abdul.lah Hanafi, junto con la mitad de los compañeros restantes del Imam, sacrificaron sus vidas, para que el Imam Hussain, y un grupo de sus compañeros, realizaran “as-salat al jauf” o la oración del temor. Después de terminada la oración, el ataque del enemigo se intensificó. Zuhayr y los pocos compañeros restantes del Imam lo defendieron con todas sus fuerzas, del imam Hussain y a su familia.
Después de valientes e inigualables enfrentamientos, en el último ataque, Zuhayr mató a diecinueve, y en total mató a ciento veinte de los enemigos.
Finalmente fue martirizado por Kazir ibn ‘Abdul.lah Sha’bi y Muhayir ibn Ous Tamimi.
Cuando Zuhayr cayó al suelo, el Imam Hussain le dijo:
“¡Que Dios no te aleje de Su Misericordia y maldiga a tu asesino, como aquellos que fueron maldecidos y transformados en monos y cerdos!”
En la salutación conocida en árabe como “Ziarat al-Nahiyah al-Muqaddasa que su traducción sería “Salutación del área sagrada” glorifica la lealtad y el sacrificio de Zuhayr de la siguiente manera:
لسَّلامُ عَلی زُهَیْر بْنِ الْقَیْنِ الْبَجَلِیِّ، الْقائِلِ لِلْحُسَیْنِ وَقَدْ اذِنَ لَهُ فِی الانْصِرافِ: لا وَاللَّهِ لا یَکُونُ ذلِکَ ابَداً، اتْرُکُ ابْنَ رَسُولِ اللَّهِ اسیراً فِی یَدِ الَاعْداءِ وَانْجُو! لا ارانِیَ اللَّهُ ذلِکَ الْیَوْمَ.
“Saludos a Zuhayr ibn Qayn Bayali زُهَیْر بْنِ قَیْن بجلی, quien, cuando el Imam Hussain le permitió regresar, dijo a Él: «¡Juro por Dios que no, esto nunca sucederá!» ¿Acaso abandonó al hijo del Mensajero de Dios cautivo en manos del enemigo para salvarse a sí mismo? ¡Que Dios no me muestre ese día!”
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