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Descripción

Las acciones de Faraón no aplacaban la estampida de personas que corrían al camino de la verdad, de la fe y del monoteísmo, pregonado por Moisés, luego de ver muchos de estos nuevos creyentes, los milagros llevados a cabo con el permiso de Dios, todo poderoso.
Y a pesar de los crímenes llevados a cabo contra quienes fueran mártires y ex fieles magos del Faraón, las gentes no paraban de sumarse a las filas de los que decían, creemos y de entre ellos estaba Asia, la esposa de Faraón, quien luego de negarse a abandonar su creencia en Dios y en el Profeta Moisés, a quien cuidó en sus brazos de pequeño, y luego de tanto ocultarlo como otros, recibió un cruel castigo, que la llevó a eso que pidió; una morada elevada junto a la Misericordia de Dios.
Quédate hasta el final y entérate del plan que finalmente Faraón ideó, con tal de hacer desaparecer el movimiento de Moisés!

Transcripción

En el nombre de Dios, hola

Bienvenidos una vez más al programa LOS CUENTOS DE LA SEMANA. Hoy queremos contarte la historia de la vida del Profeta Moisés (la paz sea con él). Esta es la séptima parte de la historia de Moisés, así que escuchamos este cuento, juntos.

Una torre para matar al Dios de Moisés

En la sexta entrega de esta saga sobre la vida del Profeta Moisés dijimos que los magos al ver el milagro hecho con el favor de Dios, por parte de Moisés, creyeron en él y en su misión, ya que al ellos mismos ser magos, comprendieron que lo que recién habían visto, no podía ser una ilusión causada por lo que consideraban magia en lo absoluto y definitivamente era eso un milagro Divino, hecho, por alguien quien definitivamente había sido elegido por Dios, Exaltado Sea.

El Faraón, por esta razón, se enfadó enérgicamente con dichos magos, tan solo por la fe que habían profesado, llevándoles al martirio a todos esos hechiceros que una vez le habían sido fieles. Sin embargo en vez de aplacar el sentimiento de interés sobre lo que pregonaba Moisés, hizo que creciera entre todas las personas, llevando a muchos al camino de la fe de Moisés.

En todas partes se hablaba de un nuevo profeta con milagros divinos, a como también se habla de los primeros mártires de la fe, llegando a existir quienes aseguraban que entre los creyentes estaban familiares, amigos y personalidades cercanas a Faraón, incluyendo su esposa.

Cuando ASIAH, la esposa del faraón, vio el milagro de Moisés llevarse a cabo frente a los magos, las profundidades de su corazón fueron iluminadas por la luz de la fe y desde ese momento creyó en Moisés.

Asiah esposa de Faraón, siempre trató de ocultar su fe, pero la fe y el amor de Dios no es algo que siempre pueda ocultarse y es que cuando el Faraón se dio cuenta de su fe, le prohibió en repetidas ocasiones creer y le insistió en renunciar a su fe Moisés y la religión de Moisés que no era más que el Monoteísmo, así como también pretendió que ella se apartara totalmente del camino del Dios de Moisés; sin embargo ella perseveró en su fe y nunca se rindió.

Finalmente ante su fracaso constante en es impetuoso deseo de extinguir el camino de la verdad, y alejarle de Dios, ordenó a que clavaran las manos y los pies de su propia esposa en el suelo y le colocaran bajo el sol abrasador y para incrementar el tormento, exigió a sus esbirros verdugos que le colocaran una piedra grande en su pecho para extinguir su vida.

ASIAH, esta mujer de fe, mientras pasaba los últimos momentos de su vida, oró y dijo a Dios:

 

وَضَرَبَ اللَّهُ مَثَلًا لِلَّذِينَ آمَنُوا امْرَأَتَ فِرْعَوْنَ إِذْ قَالَتْ رَبِّ ابْنِ لِي عِنْدَكَ بَيْتًا فِي الْجَنَّةِ وَنَجِّنِي مِنْ فِرْعَوْنَ وَعَمَلِهِ وَنَجِّنِي مِنَ الْقَوْمِ الظَّالِمِينَ

“Y Dios pone un ejemplo para quienes son creyentes: La mujer del Faraón cuando dijo: «¡Señor mío! Constrúyeme una morada junto a Ti en el Jardín y sálvame del Faraón y sus obras y sálvame de la gente opresora.»”

Corán, capítulo 66, versículo 11

Dios respondió la oración de esta devota creyente y la colocó junto a las mejores mujeres del mundo como María madre de Jesús (con ambos sea la Paz)

Curiosamente, con esta súplica, la esposa del Faraón despreciaba los placeres mundanales, rechazaba con desprecio el gran palacio del Faraón y lo consideraba así como algo insignificante e inútil frente a la casa que pidió al lado de la misericordia de Dios, en la otra vida.

Esta oración se convirtió también en una respuesta a quienes le aconsejaron diciendo que ella era la Gran Reina de Egipto, y por nada debía de perder todas estas bondades de lujo, poder y riqueza,  por la fe en un pastor, como Moisés, cosa que no prestaban valor alguno en lo absoluto.

Ciertamente no había palacio más grande y hermoso que el palacio del Faraón, con todas sus instalaciones adornadas con oro y riquezas majestuosas y una gran cantidad de trabajadores de servicio. La opresión del Faraón fue también muy severa para con quien fuese su esposa.

Pero a pesar de todas esas insinuantes distracciones, goces y placeres al alcance de su mano, Asiah tenía fe y amor por Dios, un amor una fe verdadera, que la llevó a renunciar totalmente de esa deslumbrante riqueza y posición y ni siquiera tuvo duda en renuncia a la fe por temor a las torturas que enfrentaría por orden de Faraón y la muerte a causa de esas dolorosas torturas, pues tan solo deseaba finalmente ir libre hacia a Dios y al paraíso eterno.

A medida que aumentaba el número de creyentes en Moisés, el Faraón decidió matar a Moisés para evitar que avanzara, pero sus consejeros se opusieron.

El Corán define la historia de la siguiente manera:

وَقَالَ فِرْعَوْنُ ذَرُونِي أَقْتُلْ مُوسَى وَلْيَدْعُ رَبَّهُ إِنِّي أَخَافُ أَنْ يُبَدِّلَ دِينَكُمْ أَوْ أَنْ يُظْهِرَ فِي الْأَرْضِ الْفَسَادَ

“Y dijo el Faraón: «¡Dejadme que mate a Moisés! ¡Y que él invoque a su Señor! En verdad, temo que cambie vuestras creencias o que haga surgir la corrupción en la Tierra.»”

Corán, capítulo 40, versículo 26

وَقَالَ مُوسَى إِنِّي عُذْتُ بِرَبِّي وَرَبِّكُمْ مِنْ كُلِّ مُتَكَبِّرٍ لَا يُؤْمِنُ بِيَوْمِ الْحِسَابِ

Y Moisés dijo: «Me refugio en mi Señor y vuestro Señor de todo arrogante que no crea en el Día de la Cuenta.»

Corán, capítulo 40, versículo 27

A pesar de toda esta cadena de acontecimientos tan escalofriantes, el número de interesados y adeptos a la religión de Moisés aumentaba día a día, así como quienes también habían escondido su fe en Moisés.

Una de estas personas era pariente del Faraón, de quien ya hablamos en un capítulo anterior y a quien en el Corán se le llama "el creyente de la familia del Faraón" y que recordemos había salvado ya una vez a Moisés de las artimañas que preparaba Faraón en su contra.

Este hombre de fe, aceptó la invitación de Moisés al monoteísmo, pero no mostró su fe, porque se consideraba obligado a apoyar a Moisés de manera calculada siendo que con esto, sería más útil.

Cuando vio que la vida de Moisés estaba en peligro por la ira de Faraón, habló sin miedo y con eficacia para frustrar el complot que se esforzaba por finalmente matar a Moisés.

El Corán dice:

وَقَالَ رَجُلٌ مُؤْمِنٌ مِنْ آلِ فِرْعَوْنَ يَكْتُمُ إِيمَانَهُ أَتَقْتُلُونَ رَجُلًا أَنْ يَقُولَ رَبِّيَ اللَّهُ وَقَدْ جَاءَكُمْ بِالْبَيِّنَاتِ مِنْ رَبِّكُمْ وَإِنْ يَكُ كَاذِبًا فَعَلَيْهِ كَذِبُهُ وَإِنْ يَكُ صَادِقًا يُصِبْكُمْ بَعْضُ الَّذِي يَعِدُكُمْ إِنَّ اللَّهَ لَا يَهْدِي مَنْ هُوَ مُسْرِفٌ كَذَّابٌ

“Y un hombre creyente de la gente del Faraón que ocultaba su fe dijo: «¿Vais a matar a un hombre por decir: Mi señor es Dios, y que ha venido a vosotros con las pruebas claras procedentes de vuestro Señor?» «Y si es mentiroso su mentirá recaerá sobre él y si es sincero sufriréis algunas de las cosas con que os amenaza. En verdad, Dios no guía a quien es inmoderado, mentiroso.»”

Corán, capítulo 40, versículo 28

Ciertamente, el creyente de la familia del Faraón le recordó al pueblo los milagros llevados a cabo por Moisés y de la cual todos en su mayoría habían sido testigos. Y les explicó:

"¿Podéis negar sus milagros como el milagro del bastón y la mano luminosa?"

¿No vieron todos con sus propios ojos su victoria sobre los magos hasta que los magos se rindieron a él, y no escucharon las amenazas de Faraón, y ni siquiera temieron la muerte por su fe en el Dios de Moisés?

¿Se puede realmente decir que Moisés es un hechicero?

Pensad bien, no actuéis apresuradamente, y reflexionad correctamente al final de vuestras decisiones, de lo contrario os arrepentiréis.

Si es un mentiroso, todos entenderán su mentira y será castigado por ello..

Pero también existe la posibilidad de que sea veraz y tenga una misión de Dios, en cuyo caso sus promesas de castigo serán verdaderas, por lo que no debemos matarlo.”

El creyente de la familia del Faraón continuó su discurso y se dirigió a las personas que lo rodeaban en un tono amable y benevolente y dijo:

 

يَا قَوْمِ لَكُمُ الْمُلْكُ الْيَوْمَ ظَاهِرِينَ فِي الْأَرْضِ فَمَنْ يَنْصُرُنَا مِنْ بَأْسِ اللَّهِ إِنْ جَاءَنَا قَالَ فِرْعَوْنُ مَا أُرِيكُمْ إِلَّا مَا أَرَى وَمَا أَهْدِيكُمْ إِلَّا سَبِيلَ الرَّشَادِ

«¡Oh, pueblo mío! Hoy el reino os pertenece a vosotros y vosotros domináis la Tierra, pero ¿Quién nos auxiliará del castigo de Dios si viene a nosotros?» El Faraón dijo: «No os muestro más que lo que yo veo y no os guío más que al camino de la rectitud.»

Corán, capítulo 40, versículo 29

Como visteis en la traducción del versículo, el creyente de la familia de Faraón estaba tratando de aconsejar a su pueblo.

Entonces les dijo:

“Ahora viven en la tierra bendita de Egipto. No hagáis nada que haga descender el castigo divino. Porque nadie puede ayudarnos contra este castigo.”

Sin embargo Faraón lo interrumpió diciendo:

"El camino os que digo es recto, y no os guiaré sino por el camino correcto".

El pueblo egipcio había escuchado de sus historiadores los castigos infligidos a las tribus del pasado. Sin embargo, los habían olvidado y no aprendieron de ellos.

Por eso el creyente de la familia de Faraón les advirtió que no repitieran tales castigos sobre sí mismos, para que se dieran cuenta y reconsideraran su decisión.

Así entonces, este hombre de fe continuó diciendo:

وَقَالَ الَّذِي آمَنَ يَا قَوْمِ إِنِّي أَخَافُ عَلَيْكُمْ مِثْلَ يَوْمِ الْأَحْزَابِ

مِثْلَ دَأْبِ قَوْمِ نُوحٍ وَعَادٍ وَثَمُودَ وَالَّذِينَ مِنْ بَعْدِهِمْ وَمَا اللَّهُ يُرِيدُ ظُلْمًا لِلْعِبَادِ

El que creía dijo: «¡Oh pueblo mío! Temo para vosotros algo semejante al día de los partidos.”

Semejante al castigo del pueblo de Noé y de Ad y de Zamud y de los que vinieron tras ellos. Y Dios no desea oprimir a Sus siervos.»

Corán, capítulo 40, versículos 30 y 31

El creyente de la familia de Faraón explicó que las tribus del pasado estaban acostumbradas al politeísmo, la incredulidad y la rebelión, y aún, fueron testigos de lo que les sucedió.

Algunos fueron destruidos por tormentas, algunos por vientos horribles, algunos por relámpagos y algunos por devastadores terremotos.

¡¿No creéis que veáis uno de estos castigos o estas grandes calamidades divinas con tu insistencia en la incredulidad y la rebelión?!

وَيَا قَوْمِ إِنِّي أَخَافُ عَلَيْكُمْ يَوْمَ التَّنَادِ

يَوْمَ تُوَلُّونَ مُدْبِرِينَ مَا لَكُمْ مِنَ اللَّهِ مِنْ عَاصِمٍ وَمَنْ يُضْلِلِ اللَّهُ فَمَا لَهُ مِنْ هَادٍ

«Y ¡Oh, pueblo mío! En verdad, temo para vosotros el Día del Griterío.

El día en que trataréis de huir y no tendréis quien os proteja de Dios. Y a quien Dios extravía no hay nadie que pueda guiarle.»

Corán, capítulo 40, versículos 32 y 33

 

Sí, el creyente de la familia de Faraón, con sus palabras y con su coraje y fe en Dios, pudo crear las condiciones para que Faraón no matara a Moisés.

Asustó a la gente que rodeaba al Faraón por el peligro del castigo divino y continuó diciendo:

“Si se nos revela el castigo divino que les fue revelado a las naciones anteriores por su infidelidad, por mucho que griten y pidan ayuda, nadie podrá ayudarlos ante el castigo de Dios.

Ciertamente Dios no quiere castigo para ningún pueblo, a menos que ese pueblo continúe sin creer en Él, Exaltado Sea y no deje de oprimir a otros.”

Es así como Faraón, no pudo matar a Moisés y temía que la fe de quienes lo rodeaban y del pueblo en Moisés creciera y para ello ideó un nuevo plan.

Éste, decidió construir una torre alta, para engañar al pueblo, engañándoles al decirles que con la ayuda de la torre que construía, llegaría este al cielo y conocería de esta manera al Dios de Moisés y lo vencería.

وَقَالَ فِرْعَوْنُ يَا هَامَانُ ابْنِ لِي صَرْحًا لَعَلِّي أَبْلُغُ الْأَسْبَابَ 

“Y Faraón dijo: «¡Oh, Haman! Construye para mí una alta torre, quizás así pueda alcanzar los caminos.”

 أَسْبَابَ السَّمَاوَاتِ فَأَطَّلِعَ إِلَى إِلَهِ مُوسَى وَإِنِّي لَأَظُنُّهُ كَاذِبًا وَكَذَلِكَ زُيِّنَ لِفِرْعَوْنَ سُوءُ عَمَلِهِ وَصُدَّ عَنِ السَّبِيلِ وَمَا كَيْدُ فِرْعَوْنَ إِلَّا فِي تَبَابٍ 

Los caminos de los cielos, y pueda echar un vistazo al Dios de Moisés. Aunque, en verdad, pienso que es un mentiroso.» Así es como aparecían adornados ante el Faraón sus malos actos y fue apartado del camino. Y los planes del Faraón sólo obtuvieron el fracaso.

Corán, capítulo 40, versículos 36 y 37

Sin duda, el Faraón era un hombre inteligente. Sabía que construyendo una torre no podría alcanzar los cielos y menos al Dios de Moisés, pero podía engañar a las personas y así gobernar a toda esa gente ignorante con dichos planes durante muchos años. Esta decisión fue uno de los tantos planes diabólicos perpetrados por Faraón.

Es así que probablemente Faraón decidió construir esa torre con varios propósitos y metas:

El Primero: La construcción de una torre de estas dimensiones en un gran terreno, con cincuenta mil constructores y arquitectos, y muchos otros e hizo que toda la atención de la gente se centrara en la construcción de esta gran maravilla. Y así poco a poco, la gente olvidaría el tema de la profecía de Moisés, sus milagros, la fe de los hechiceros y la matanza de los hechiceros por igual, luego la vil muerte recibida por Asia, quien fuese esposa del Faraón, es así que Faraón tan solo quería volver la mente de las personas a un tema mundano.

Segundo: Desde un punto de vista económico, a pesar de la gran cantidad de personas en la construcción de esta gran torre, la dependencia económica de la gente del Faraón aumentó. Porque provocó que el gobierno pagara directamente a muchas personas para construir esta torre. Así que estas personas aparentemente necesitaban mantener el gobierno de Faraón para poder ganar salarios e ingresos. Y no deberían haber intentado destruirlo.

Tercero: Por supuesto, el Faraón tenía otro propósito principal, y ese era aparentemente matar al Dios de Moisés para que otras personas no tuvieran miedo de su posible castigo y no acudieran a Moisés por temor ni por esperanza.

La gente trabajó arduas horas, durante todos los días por orden del Faraón para construir esta torre.

Cuanto más y mas alto, era el edificio, más gente venía a verlo, esperando a ver qué haría el Faraón con esta magnánima construcción.

El edificio era tan alto que se podía ver desde todo ángulo de la ciudad y desde lugares lejanos también.

Algunos otros han escrito que los arquitectos habían construido la torre de tal manera que un hombre a caballo podría subir la escalera de caracol hasta la cima de la torre.

Cuando la torre estuvo terminada y ya no pudieron levantarla más, el Faraón vino con sus sirvientes.

Subió a la gran torre, siendo que cuando llegó a la cima de la torre, miró al cielo. La majestuosidad del cielo no había cambiado, aunque ya no se veía gente en la tierra.

Faraón llenó su flecha con sangre, la puso en su arco y la arrojó al cielo, siendo que la flecha ensangrentada volvió al suelo, (gracias  las leyes naturales) razón por la cual Faraón bajó de la torre y dijo a la gente:

“Id y relajaos. Maté al Dios de Moisés. No temáis más por su castigo, Soy más fuerte que él y Yo soy vuestro Dios.”

Esta noticia se difundió rápidamente por todo Egipto gracias a algunas personas ignorantes y otras malintencionadas que estaban alrededor del Faraón. El Dios de Moisés fue asesinado. El Faraón mató al Dios de Moisés decían.

Hemos llegado al final de esta parte. Espero que también hayáis disfrutado esta historia. Esperad los próximos episodios de la historia de la vida del Profeta Moisés en FatimaTV.

En las siguientes secciones, veremos ¿acaso Dios envió un castigo a las personas por su conciencia y para que dejen de ser tercos e incrédulos en Dios? ¿Creían los Faraones en Dios? ¿Aceptó el pueblo que las palabras de Moisés eran verdaderas?

Entonces, hasta otra historia del Profeta Moisés.

 

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Transcripción

Las acciones de Faraón no aplacaban la estampida de personas que corrían al camino de la verdad, de la fe y del monoteísmo, pregonado por Moisés, luego de ver muchos de estos nuevos creyentes, los milagros llevados a cabo con el permiso de Dios, todo poderoso.
Y a pesar de los crímenes llevados a cabo contra quienes fueran mártires y ex fieles magos del Faraón, las gentes no paraban de sumarse a las filas de los que decían, creemos y de entre ellos estaba Asia, la esposa de Faraón, quien luego de negarse a abandonar su creencia en Dios y en el Profeta Moisés, a quien cuidó en sus brazos de pequeño, y luego de tanto ocultarlo como otros, recibió un cruel castigo, que la llevó a eso que pidió; una morada elevada junto a la Misericordia de Dios.
Quédate hasta el final y entérate del plan que finalmente Faraón ideó, con tal de hacer desaparecer el movimiento de Moisés!

En el nombre de Dios, hola

Bienvenidos una vez más al programa LOS CUENTOS DE LA SEMANA. Hoy queremos contarte la historia de la vida del Profeta Moisés (la paz sea con él). Esta es la séptima parte de la historia de Moisés, así que escuchamos este cuento, juntos.

Una torre para matar al Dios de Moisés

En la sexta entrega de esta saga sobre la vida del Profeta Moisés dijimos que los magos al ver el milagro hecho con el favor de Dios, por parte de Moisés, creyeron en él y en su misión, ya que al ellos mismos ser magos, comprendieron que lo que recién habían visto, no podía ser una ilusión causada por lo que consideraban magia en lo absoluto y definitivamente era eso un milagro Divino, hecho, por alguien quien definitivamente había sido elegido por Dios, Exaltado Sea.

El Faraón, por esta razón, se enfadó enérgicamente con dichos magos, tan solo por la fe que habían profesado, llevándoles al martirio a todos esos hechiceros que una vez le habían sido fieles. Sin embargo en vez de aplacar el sentimiento de interés sobre lo que pregonaba Moisés, hizo que creciera entre todas las personas, llevando a muchos al camino de la fe de Moisés.

En todas partes se hablaba de un nuevo profeta con milagros divinos, a como también se habla de los primeros mártires de la fe, llegando a existir quienes aseguraban que entre los creyentes estaban familiares, amigos y personalidades cercanas a Faraón, incluyendo su esposa.

Cuando ASIAH, la esposa del faraón, vio el milagro de Moisés llevarse a cabo frente a los magos, las profundidades de su corazón fueron iluminadas por la luz de la fe y desde ese momento creyó en Moisés.

Asiah esposa de Faraón, siempre trató de ocultar su fe, pero la fe y el amor de Dios no es algo que siempre pueda ocultarse y es que cuando el Faraón se dio cuenta de su fe, le prohibió en repetidas ocasiones creer y le insistió en renunciar a su fe Moisés y la religión de Moisés que no era más que el Monoteísmo, así como también pretendió que ella se apartara totalmente del camino del Dios de Moisés; sin embargo ella perseveró en su fe y nunca se rindió.

Finalmente ante su fracaso constante en es impetuoso deseo de extinguir el camino de la verdad, y alejarle de Dios, ordenó a que clavaran las manos y los pies de su propia esposa en el suelo y le colocaran bajo el sol abrasador y para incrementar el tormento, exigió a sus esbirros verdugos que le colocaran una piedra grande en su pecho para extinguir su vida.

ASIAH, esta mujer de fe, mientras pasaba los últimos momentos de su vida, oró y dijo a Dios:

 

وَضَرَبَ اللَّهُ مَثَلًا لِلَّذِينَ آمَنُوا امْرَأَتَ فِرْعَوْنَ إِذْ قَالَتْ رَبِّ ابْنِ لِي عِنْدَكَ بَيْتًا فِي الْجَنَّةِ وَنَجِّنِي مِنْ فِرْعَوْنَ وَعَمَلِهِ وَنَجِّنِي مِنَ الْقَوْمِ الظَّالِمِينَ

“Y Dios pone un ejemplo para quienes son creyentes: La mujer del Faraón cuando dijo: «¡Señor mío! Constrúyeme una morada junto a Ti en el Jardín y sálvame del Faraón y sus obras y sálvame de la gente opresora.»”

Corán, capítulo 66, versículo 11

Dios respondió la oración de esta devota creyente y la colocó junto a las mejores mujeres del mundo como María madre de Jesús (con ambos sea la Paz)

Curiosamente, con esta súplica, la esposa del Faraón despreciaba los placeres mundanales, rechazaba con desprecio el gran palacio del Faraón y lo consideraba así como algo insignificante e inútil frente a la casa que pidió al lado de la misericordia de Dios, en la otra vida.

Esta oración se convirtió también en una respuesta a quienes le aconsejaron diciendo que ella era la Gran Reina de Egipto, y por nada debía de perder todas estas bondades de lujo, poder y riqueza,  por la fe en un pastor, como Moisés, cosa que no prestaban valor alguno en lo absoluto.

Ciertamente no había palacio más grande y hermoso que el palacio del Faraón, con todas sus instalaciones adornadas con oro y riquezas majestuosas y una gran cantidad de trabajadores de servicio. La opresión del Faraón fue también muy severa para con quien fuese su esposa.

Pero a pesar de todas esas insinuantes distracciones, goces y placeres al alcance de su mano, Asiah tenía fe y amor por Dios, un amor una fe verdadera, que la llevó a renunciar totalmente de esa deslumbrante riqueza y posición y ni siquiera tuvo duda en renuncia a la fe por temor a las torturas que enfrentaría por orden de Faraón y la muerte a causa de esas dolorosas torturas, pues tan solo deseaba finalmente ir libre hacia a Dios y al paraíso eterno.

A medida que aumentaba el número de creyentes en Moisés, el Faraón decidió matar a Moisés para evitar que avanzara, pero sus consejeros se opusieron.

El Corán define la historia de la siguiente manera:

وَقَالَ فِرْعَوْنُ ذَرُونِي أَقْتُلْ مُوسَى وَلْيَدْعُ رَبَّهُ إِنِّي أَخَافُ أَنْ يُبَدِّلَ دِينَكُمْ أَوْ أَنْ يُظْهِرَ فِي الْأَرْضِ الْفَسَادَ

“Y dijo el Faraón: «¡Dejadme que mate a Moisés! ¡Y que él invoque a su Señor! En verdad, temo que cambie vuestras creencias o que haga surgir la corrupción en la Tierra.»”

Corán, capítulo 40, versículo 26

وَقَالَ مُوسَى إِنِّي عُذْتُ بِرَبِّي وَرَبِّكُمْ مِنْ كُلِّ مُتَكَبِّرٍ لَا يُؤْمِنُ بِيَوْمِ الْحِسَابِ

Y Moisés dijo: «Me refugio en mi Señor y vuestro Señor de todo arrogante que no crea en el Día de la Cuenta.»

Corán, capítulo 40, versículo 27

A pesar de toda esta cadena de acontecimientos tan escalofriantes, el número de interesados y adeptos a la religión de Moisés aumentaba día a día, así como quienes también habían escondido su fe en Moisés.

Una de estas personas era pariente del Faraón, de quien ya hablamos en un capítulo anterior y a quien en el Corán se le llama "el creyente de la familia del Faraón" y que recordemos había salvado ya una vez a Moisés de las artimañas que preparaba Faraón en su contra.

Este hombre de fe, aceptó la invitación de Moisés al monoteísmo, pero no mostró su fe, porque se consideraba obligado a apoyar a Moisés de manera calculada siendo que con esto, sería más útil.

Cuando vio que la vida de Moisés estaba en peligro por la ira de Faraón, habló sin miedo y con eficacia para frustrar el complot que se esforzaba por finalmente matar a Moisés.

El Corán dice:

وَقَالَ رَجُلٌ مُؤْمِنٌ مِنْ آلِ فِرْعَوْنَ يَكْتُمُ إِيمَانَهُ أَتَقْتُلُونَ رَجُلًا أَنْ يَقُولَ رَبِّيَ اللَّهُ وَقَدْ جَاءَكُمْ بِالْبَيِّنَاتِ مِنْ رَبِّكُمْ وَإِنْ يَكُ كَاذِبًا فَعَلَيْهِ كَذِبُهُ وَإِنْ يَكُ صَادِقًا يُصِبْكُمْ بَعْضُ الَّذِي يَعِدُكُمْ إِنَّ اللَّهَ لَا يَهْدِي مَنْ هُوَ مُسْرِفٌ كَذَّابٌ

“Y un hombre creyente de la gente del Faraón que ocultaba su fe dijo: «¿Vais a matar a un hombre por decir: Mi señor es Dios, y que ha venido a vosotros con las pruebas claras procedentes de vuestro Señor?» «Y si es mentiroso su mentirá recaerá sobre él y si es sincero sufriréis algunas de las cosas con que os amenaza. En verdad, Dios no guía a quien es inmoderado, mentiroso.»”

Corán, capítulo 40, versículo 28

Ciertamente, el creyente de la familia del Faraón le recordó al pueblo los milagros llevados a cabo por Moisés y de la cual todos en su mayoría habían sido testigos. Y les explicó:

"¿Podéis negar sus milagros como el milagro del bastón y la mano luminosa?"

¿No vieron todos con sus propios ojos su victoria sobre los magos hasta que los magos se rindieron a él, y no escucharon las amenazas de Faraón, y ni siquiera temieron la muerte por su fe en el Dios de Moisés?

¿Se puede realmente decir que Moisés es un hechicero?

Pensad bien, no actuéis apresuradamente, y reflexionad correctamente al final de vuestras decisiones, de lo contrario os arrepentiréis.

Si es un mentiroso, todos entenderán su mentira y será castigado por ello..

Pero también existe la posibilidad de que sea veraz y tenga una misión de Dios, en cuyo caso sus promesas de castigo serán verdaderas, por lo que no debemos matarlo.”

El creyente de la familia del Faraón continuó su discurso y se dirigió a las personas que lo rodeaban en un tono amable y benevolente y dijo:

 

يَا قَوْمِ لَكُمُ الْمُلْكُ الْيَوْمَ ظَاهِرِينَ فِي الْأَرْضِ فَمَنْ يَنْصُرُنَا مِنْ بَأْسِ اللَّهِ إِنْ جَاءَنَا قَالَ فِرْعَوْنُ مَا أُرِيكُمْ إِلَّا مَا أَرَى وَمَا أَهْدِيكُمْ إِلَّا سَبِيلَ الرَّشَادِ

«¡Oh, pueblo mío! Hoy el reino os pertenece a vosotros y vosotros domináis la Tierra, pero ¿Quién nos auxiliará del castigo de Dios si viene a nosotros?» El Faraón dijo: «No os muestro más que lo que yo veo y no os guío más que al camino de la rectitud.»

Corán, capítulo 40, versículo 29

Como visteis en la traducción del versículo, el creyente de la familia de Faraón estaba tratando de aconsejar a su pueblo.

Entonces les dijo:

“Ahora viven en la tierra bendita de Egipto. No hagáis nada que haga descender el castigo divino. Porque nadie puede ayudarnos contra este castigo.”

Sin embargo Faraón lo interrumpió diciendo:

"El camino os que digo es recto, y no os guiaré sino por el camino correcto".

El pueblo egipcio había escuchado de sus historiadores los castigos infligidos a las tribus del pasado. Sin embargo, los habían olvidado y no aprendieron de ellos.

Por eso el creyente de la familia de Faraón les advirtió que no repitieran tales castigos sobre sí mismos, para que se dieran cuenta y reconsideraran su decisión.

Así entonces, este hombre de fe continuó diciendo:

وَقَالَ الَّذِي آمَنَ يَا قَوْمِ إِنِّي أَخَافُ عَلَيْكُمْ مِثْلَ يَوْمِ الْأَحْزَابِ

مِثْلَ دَأْبِ قَوْمِ نُوحٍ وَعَادٍ وَثَمُودَ وَالَّذِينَ مِنْ بَعْدِهِمْ وَمَا اللَّهُ يُرِيدُ ظُلْمًا لِلْعِبَادِ

El que creía dijo: «¡Oh pueblo mío! Temo para vosotros algo semejante al día de los partidos.”

Semejante al castigo del pueblo de Noé y de Ad y de Zamud y de los que vinieron tras ellos. Y Dios no desea oprimir a Sus siervos.»

Corán, capítulo 40, versículos 30 y 31

El creyente de la familia de Faraón explicó que las tribus del pasado estaban acostumbradas al politeísmo, la incredulidad y la rebelión, y aún, fueron testigos de lo que les sucedió.

Algunos fueron destruidos por tormentas, algunos por vientos horribles, algunos por relámpagos y algunos por devastadores terremotos.

¡¿No creéis que veáis uno de estos castigos o estas grandes calamidades divinas con tu insistencia en la incredulidad y la rebelión?!

وَيَا قَوْمِ إِنِّي أَخَافُ عَلَيْكُمْ يَوْمَ التَّنَادِ

يَوْمَ تُوَلُّونَ مُدْبِرِينَ مَا لَكُمْ مِنَ اللَّهِ مِنْ عَاصِمٍ وَمَنْ يُضْلِلِ اللَّهُ فَمَا لَهُ مِنْ هَادٍ

«Y ¡Oh, pueblo mío! En verdad, temo para vosotros el Día del Griterío.

El día en que trataréis de huir y no tendréis quien os proteja de Dios. Y a quien Dios extravía no hay nadie que pueda guiarle.»

Corán, capítulo 40, versículos 32 y 33

 

Sí, el creyente de la familia de Faraón, con sus palabras y con su coraje y fe en Dios, pudo crear las condiciones para que Faraón no matara a Moisés.

Asustó a la gente que rodeaba al Faraón por el peligro del castigo divino y continuó diciendo:

“Si se nos revela el castigo divino que les fue revelado a las naciones anteriores por su infidelidad, por mucho que griten y pidan ayuda, nadie podrá ayudarlos ante el castigo de Dios.

Ciertamente Dios no quiere castigo para ningún pueblo, a menos que ese pueblo continúe sin creer en Él, Exaltado Sea y no deje de oprimir a otros.”

Es así como Faraón, no pudo matar a Moisés y temía que la fe de quienes lo rodeaban y del pueblo en Moisés creciera y para ello ideó un nuevo plan.

Éste, decidió construir una torre alta, para engañar al pueblo, engañándoles al decirles que con la ayuda de la torre que construía, llegaría este al cielo y conocería de esta manera al Dios de Moisés y lo vencería.

وَقَالَ فِرْعَوْنُ يَا هَامَانُ ابْنِ لِي صَرْحًا لَعَلِّي أَبْلُغُ الْأَسْبَابَ 

“Y Faraón dijo: «¡Oh, Haman! Construye para mí una alta torre, quizás así pueda alcanzar los caminos.”

 أَسْبَابَ السَّمَاوَاتِ فَأَطَّلِعَ إِلَى إِلَهِ مُوسَى وَإِنِّي لَأَظُنُّهُ كَاذِبًا وَكَذَلِكَ زُيِّنَ لِفِرْعَوْنَ سُوءُ عَمَلِهِ وَصُدَّ عَنِ السَّبِيلِ وَمَا كَيْدُ فِرْعَوْنَ إِلَّا فِي تَبَابٍ 

Los caminos de los cielos, y pueda echar un vistazo al Dios de Moisés. Aunque, en verdad, pienso que es un mentiroso.» Así es como aparecían adornados ante el Faraón sus malos actos y fue apartado del camino. Y los planes del Faraón sólo obtuvieron el fracaso.

Corán, capítulo 40, versículos 36 y 37

Sin duda, el Faraón era un hombre inteligente. Sabía que construyendo una torre no podría alcanzar los cielos y menos al Dios de Moisés, pero podía engañar a las personas y así gobernar a toda esa gente ignorante con dichos planes durante muchos años. Esta decisión fue uno de los tantos planes diabólicos perpetrados por Faraón.

Es así que probablemente Faraón decidió construir esa torre con varios propósitos y metas:

El Primero: La construcción de una torre de estas dimensiones en un gran terreno, con cincuenta mil constructores y arquitectos, y muchos otros e hizo que toda la atención de la gente se centrara en la construcción de esta gran maravilla. Y así poco a poco, la gente olvidaría el tema de la profecía de Moisés, sus milagros, la fe de los hechiceros y la matanza de los hechiceros por igual, luego la vil muerte recibida por Asia, quien fuese esposa del Faraón, es así que Faraón tan solo quería volver la mente de las personas a un tema mundano.

Segundo: Desde un punto de vista económico, a pesar de la gran cantidad de personas en la construcción de esta gran torre, la dependencia económica de la gente del Faraón aumentó. Porque provocó que el gobierno pagara directamente a muchas personas para construir esta torre. Así que estas personas aparentemente necesitaban mantener el gobierno de Faraón para poder ganar salarios e ingresos. Y no deberían haber intentado destruirlo.

Tercero: Por supuesto, el Faraón tenía otro propósito principal, y ese era aparentemente matar al Dios de Moisés para que otras personas no tuvieran miedo de su posible castigo y no acudieran a Moisés por temor ni por esperanza.

La gente trabajó arduas horas, durante todos los días por orden del Faraón para construir esta torre.

Cuanto más y mas alto, era el edificio, más gente venía a verlo, esperando a ver qué haría el Faraón con esta magnánima construcción.

El edificio era tan alto que se podía ver desde todo ángulo de la ciudad y desde lugares lejanos también.

Algunos otros han escrito que los arquitectos habían construido la torre de tal manera que un hombre a caballo podría subir la escalera de caracol hasta la cima de la torre.

Cuando la torre estuvo terminada y ya no pudieron levantarla más, el Faraón vino con sus sirvientes.

Subió a la gran torre, siendo que cuando llegó a la cima de la torre, miró al cielo. La majestuosidad del cielo no había cambiado, aunque ya no se veía gente en la tierra.

Faraón llenó su flecha con sangre, la puso en su arco y la arrojó al cielo, siendo que la flecha ensangrentada volvió al suelo, (gracias  las leyes naturales) razón por la cual Faraón bajó de la torre y dijo a la gente:

“Id y relajaos. Maté al Dios de Moisés. No temáis más por su castigo, Soy más fuerte que él y Yo soy vuestro Dios.”

Esta noticia se difundió rápidamente por todo Egipto gracias a algunas personas ignorantes y otras malintencionadas que estaban alrededor del Faraón. El Dios de Moisés fue asesinado. El Faraón mató al Dios de Moisés decían.

Hemos llegado al final de esta parte. Espero que también hayáis disfrutado esta historia. Esperad los próximos episodios de la historia de la vida del Profeta Moisés en FatimaTV.

En las siguientes secciones, veremos ¿acaso Dios envió un castigo a las personas por su conciencia y para que dejen de ser tercos e incrédulos en Dios? ¿Creían los Faraones en Dios? ¿Aceptó el pueblo que las palabras de Moisés eran verdaderas?

Entonces, hasta otra historia del Profeta Moisés.

 

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