En el nombre de Dios, hola. ¿Qué tal?

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Una pequeña rama en el desierto

El Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia) se encontraba en una ocasión viajando con sus compañeros. Decidieron acampar en un lugar desértico, donde no había plantas ni hierbas. Como necesitaban encender una fogata, el Profeta les pidió a sus compañeros que fueran a buscar leña. Ellos dijeron: “¡Oh, Enviado de Dios! Observa este lugar, está completamente vacío y no se alcanza a ver nada que pueda usarse como leña.” El Profeta insistió: “De todos modos vayan, y que cada uno recoja lo que pueda.” Los compañeros caminaron a través del desierto para inspeccionar el terreno con mucha atención. Levantaban cada pequeña ramita que hallaban. Cada uno de ellos fue tomando un poco de leña según su capacidad y la fue llevando al campamento. Cuando todos dejaron lo que habían recogido, se alcanzó a reunir una importante cantidad de leña. En ese momento el Profeta dijo: “Las pequeñas faltas son como esta leña. Al echar una mirada general, uno no las ve. Pero cuando uno busca e investiga en detalle, tal como ustedes buscaron la leña hasta encontrarla y reunirla formando una gran cantidad, entonces aparecen y se perciben con claridad. Un Día van a ver todas esas pequeñas faltas, que parecen imperceptibles, acumularse hasta formar una gran masa…”