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Descripción

Tocan a la puerta. Quién, en medio del ayuno, sin que la abundancia lo acompañe en ese momento, es capaz de saciar el hambre de los más necesitados. Tocan a la puerta. Quién quita de su boca el alimento para alimentar a otros, quién desfallece de hambre por ver a los demás asistidos. Tocan a la puerta. Quién bebe solo agua, cada día, para que los demás superen su infortunio.

Transcripción

Todos los eruditos islámicos, tanto shi’itas como sunnitas, están de acuerdo en que el capítulo “El ser humano” [76] del Sagrado Corán, y sus honorables versículos del 5 al 22, aluden al Imam ‘Ali, a Fátima Zahra y a los imames Hasan y Hosein (la paz sea con todos ellos).

El difunto y gran sabio Amini, en su obra Al-Gadir, cita de treinta y cuatro famosos eruditos sunnitas, el motivo de la revelación de este capítulo. Esto da a entender que, entre los sunnitas, el motivo de la revelación de estos versículos no sólo es famoso, sino que es motewatter, es decir, un dicho transmitido por diversas cadenas de narradores.

Ibn ‘Abbas, respecto al motivo de la revelación de este noble capítulo, señala:

«En una ocasión Hasan y Hosein enfermaron, y el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia) acompañado de un grupo de sus seguidores fue a visitarlos y dijo a ‘Ali (la paz sea con él):

“¡Oh, Abol Hasan! Estaría bien que hicieras votos por la curación de tus hijos”.

Entonces ‘Alí, Fátima y su sirvienta Fidda prometieron que, si los niños sanaban, ayunarían durante tres días.

No había transcurrido mucho tiempo cuando los dos sanaron; entonces todos ayunaron mientras que en esos momentos no tenían alimentos para comer. ‘Ali pidió fiados nueve kilos de cebada y Fátima molió una tercera parte del grano para preparar pan.

Justo en el momento de romper el ayuno, tocó a la puerta un mendigo y dijo:

“As-Salam alaykom, ¡oh, familia del Profeta! Soy un necesitado, un musulmán necesitado, denme algo para saciarme, que Dios a cambio los recompense con comidas del Paraíso”.

Todos consideraron primero al mendigo que a sí mismos, entregaron su parte de pan al hombre y esa noche rompieron su ayuno solamente con agua.

El segundo día todos ayunaron y a la hora de romper el ayuno, cuando la comida ya estaba lista, un huérfano tocó a la puerta. Ese día también se sacrificaron y todos entregaron su porción de comida al hombre y esa noche también rompieron su ayuno con agua.

El tercer día, en el momento de la puesta del sol, llamó a la puerta un cautivo recién liberado, pidiendo algo y nuevamente todos dieron su comida. Cuando amaneció, ‘Ali tomó las manos de Hasan y Hosein y se dirigió hacia donde se encontraba el Profeta. Cuando llegaron ante él, y los vio que temblaban de frío por el hambre que sentían, exclamó:

“¡Es muy difícil para mí verlos en este estado!”.

Este honorable se levantó y salió acompañado por ellos. Cuando entró a la casa de Fátima, la encontró de pie en el nicho donde rezaba. Estaba demacrada, débil y con los ojos hundidos a consecuencia del hambre. El Profeta, al ver esta escena, se enojó mucho.

El 25 del mes de Dhil Hey.yah, el Arcángel Gabriel descendió ante el Gran Profeta y le dijo:

“¡Oh, Mensajero de Dios! Mira lo que Dios Todopoderoso ha provisto para tu familia”.

Este honorable contestó: “¿Qué debo mirar?”

Gabriel el Honesto, recitó este capítulo por el mérito del sacrificio del Imam ‘Ali, su esposa Fátima Zahra y sus hijos Hasan y Hosein (la paz sea con todos ellos):

﴿يُوفُونَ بِالنَّذْرِ وَيَخَافُونَ يَوْمًا كَانَ شَرُّهُ مُسْتَطِيرًا

Fueron leales a sus promesas y temieron un día cuyo mal se extenderá

 

﴿وَيُطْعِمُونَ الطَّعَامَ عَلَى حُبِّهِ مِسْكِينًا وَيَتِيمًا وَأَسِيرًا

Y alimentaron, por amor a Él, al necesitado, al huérfano y al preso

 

﴿ إِنَّمَا نُطْعِمُكُمْ لِوَجْهِ اللَّهِ لَا نُرِيدُ مِنْكُمْ جَزَاءً وَلَا شُكُورًا

«En verdad, os alimentamos por agradar a Dios. No queremos de vosotros
recompensa ni agradecimiento

 

﴿ إِنَّا نَخَافُ مِنْ رَبِّنَا يَوْمًا عَبُوسًا قَمْطَرِيرًا

En verdad, tememos de parte de nuestro Señor un día terrible y fatídico».”

 (Capítulo El ser humano [76], versículos 7 a 10).

 

Según una narración, ese día descendió comida del cielo para la devota familia del Profeta, de  la que comieron durante siete días.

Así fue como Dios Todopoderoso apreció el sacrificio y la abnegación del Imam ‘Ali y su incomparable familia y, con ello, consoló el alma del Profeta».

En las narraciones de Ahl Bayt (la paz sea con todos ellos) dice:

“Hay cuatro conductas que si un creyente las posee Dios lo colocará en el lugar más elevado de todos los lugares y en la región más honorable de todas las regiones: ‘Quien acoge a un huérfano, lo cuida y con amor es un padre bondadoso para él; quien tiene misericordia hacia los desamparados y los ayuda; quien paga los gastos de sus padres, se muestra paciente hacia ellos, es benevolente con los dos y no los entristece; y quien no viola el derecho de su esclavo y esclava o del que se encuentra a su servicio, y lo ayuda en lo que le encomienda, y no le ordena hacer trabajos que no pueda soportar”.

El derecho del huérfano es tan importante que el Sagrado Corán lo menciona veintitrés veces y señala los títulos de benevolencia hacia el huérfano, como son sus honores y comida, así como la caridad hacia este, la protección de su propiedad y otros asuntos. En las narraciones de Ahl al-Bayt (la paz sea con todos ellos), una sección por separado está dedicada a este importante tema.

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Transcripción

Tocan a la puerta. Quién, en medio del ayuno, sin que la abundancia lo acompañe en ese momento, es capaz de saciar el hambre de los más necesitados. Tocan a la puerta. Quién quita de su boca el alimento para alimentar a otros, quién desfallece de hambre por ver a los demás asistidos. Tocan a la puerta. Quién bebe solo agua, cada día, para que los demás superen su infortunio.

Todos los eruditos islámicos, tanto shi’itas como sunnitas, están de acuerdo en que el capítulo “El ser humano” [76] del Sagrado Corán, y sus honorables versículos del 5 al 22, aluden al Imam ‘Ali, a Fátima Zahra y a los imames Hasan y Hosein (la paz sea con todos ellos).

El difunto y gran sabio Amini, en su obra Al-Gadir, cita de treinta y cuatro famosos eruditos sunnitas, el motivo de la revelación de este capítulo. Esto da a entender que, entre los sunnitas, el motivo de la revelación de estos versículos no sólo es famoso, sino que es motewatter, es decir, un dicho transmitido por diversas cadenas de narradores.

Ibn ‘Abbas, respecto al motivo de la revelación de este noble capítulo, señala:

«En una ocasión Hasan y Hosein enfermaron, y el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia) acompañado de un grupo de sus seguidores fue a visitarlos y dijo a ‘Ali (la paz sea con él):

“¡Oh, Abol Hasan! Estaría bien que hicieras votos por la curación de tus hijos”.

Entonces ‘Alí, Fátima y su sirvienta Fidda prometieron que, si los niños sanaban, ayunarían durante tres días.

No había transcurrido mucho tiempo cuando los dos sanaron; entonces todos ayunaron mientras que en esos momentos no tenían alimentos para comer. ‘Ali pidió fiados nueve kilos de cebada y Fátima molió una tercera parte del grano para preparar pan.

Justo en el momento de romper el ayuno, tocó a la puerta un mendigo y dijo:

“As-Salam alaykom, ¡oh, familia del Profeta! Soy un necesitado, un musulmán necesitado, denme algo para saciarme, que Dios a cambio los recompense con comidas del Paraíso”.

Todos consideraron primero al mendigo que a sí mismos, entregaron su parte de pan al hombre y esa noche rompieron su ayuno solamente con agua.

El segundo día todos ayunaron y a la hora de romper el ayuno, cuando la comida ya estaba lista, un huérfano tocó a la puerta. Ese día también se sacrificaron y todos entregaron su porción de comida al hombre y esa noche también rompieron su ayuno con agua.

El tercer día, en el momento de la puesta del sol, llamó a la puerta un cautivo recién liberado, pidiendo algo y nuevamente todos dieron su comida. Cuando amaneció, ‘Ali tomó las manos de Hasan y Hosein y se dirigió hacia donde se encontraba el Profeta. Cuando llegaron ante él, y los vio que temblaban de frío por el hambre que sentían, exclamó:

“¡Es muy difícil para mí verlos en este estado!”.

Este honorable se levantó y salió acompañado por ellos. Cuando entró a la casa de Fátima, la encontró de pie en el nicho donde rezaba. Estaba demacrada, débil y con los ojos hundidos a consecuencia del hambre. El Profeta, al ver esta escena, se enojó mucho.

El 25 del mes de Dhil Hey.yah, el Arcángel Gabriel descendió ante el Gran Profeta y le dijo:

“¡Oh, Mensajero de Dios! Mira lo que Dios Todopoderoso ha provisto para tu familia”.

Este honorable contestó: “¿Qué debo mirar?”

Gabriel el Honesto, recitó este capítulo por el mérito del sacrificio del Imam ‘Ali, su esposa Fátima Zahra y sus hijos Hasan y Hosein (la paz sea con todos ellos):

﴿يُوفُونَ بِالنَّذْرِ وَيَخَافُونَ يَوْمًا كَانَ شَرُّهُ مُسْتَطِيرًا

Fueron leales a sus promesas y temieron un día cuyo mal se extenderá

 

﴿وَيُطْعِمُونَ الطَّعَامَ عَلَى حُبِّهِ مِسْكِينًا وَيَتِيمًا وَأَسِيرًا

Y alimentaron, por amor a Él, al necesitado, al huérfano y al preso

 

﴿ إِنَّمَا نُطْعِمُكُمْ لِوَجْهِ اللَّهِ لَا نُرِيدُ مِنْكُمْ جَزَاءً وَلَا شُكُورًا

«En verdad, os alimentamos por agradar a Dios. No queremos de vosotros
recompensa ni agradecimiento

 

﴿ إِنَّا نَخَافُ مِنْ رَبِّنَا يَوْمًا عَبُوسًا قَمْطَرِيرًا

En verdad, tememos de parte de nuestro Señor un día terrible y fatídico».”

 (Capítulo El ser humano [76], versículos 7 a 10).

 

Según una narración, ese día descendió comida del cielo para la devota familia del Profeta, de  la que comieron durante siete días.

Así fue como Dios Todopoderoso apreció el sacrificio y la abnegación del Imam ‘Ali y su incomparable familia y, con ello, consoló el alma del Profeta».

En las narraciones de Ahl Bayt (la paz sea con todos ellos) dice:

“Hay cuatro conductas que si un creyente las posee Dios lo colocará en el lugar más elevado de todos los lugares y en la región más honorable de todas las regiones: ‘Quien acoge a un huérfano, lo cuida y con amor es un padre bondadoso para él; quien tiene misericordia hacia los desamparados y los ayuda; quien paga los gastos de sus padres, se muestra paciente hacia ellos, es benevolente con los dos y no los entristece; y quien no viola el derecho de su esclavo y esclava o del que se encuentra a su servicio, y lo ayuda en lo que le encomienda, y no le ordena hacer trabajos que no pueda soportar”.

El derecho del huérfano es tan importante que el Sagrado Corán lo menciona veintitrés veces y señala los títulos de benevolencia hacia el huérfano, como son sus honores y comida, así como la caridad hacia este, la protección de su propiedad y otros asuntos. En las narraciones de Ahl al-Bayt (la paz sea con todos ellos), una sección por separado está dedicada a este importante tema.