🎙️ Tratamiento de la Lujuria
En el nombre de Dios.
Hola, soy Jannat, la voz de FátimaTV.
Hoy estoy contigo con un nuevo tema.
Pero antes de comenzar, quiero invitarte a formar parte de este proyecto.
Nos encantaría escuchar tu voz.
Ya hemos preparado los textos, y cualquier persona interesada puede grabarlos y enviárnoslos para que podamos publicarlos en FátimaTV.
Quédate conmigo hasta el final.
La lujuria es uno de los grandes desafíos morales y psicológicos en la vida del ser humano. En las enseñanzas islámicas, se han propuesto varias estrategias preventivas y curativas para enfrentar este fenómeno. Hoy hablaremos de dos caminos principales en su tratamiento:
1. Prevenir la estimulación del deseo sexual
La estrategia más importante y efectiva es evitar la estimulación innecesaria del deseo sexual.
Según las enseñanzas del islam, muchas excitaciones se producen a través de los sentidos, en particular la vista y el oído.
Por eso, el Corán insiste en la necesidad de controlar la mirada.
En muchos versículos, se invita a los creyentes a bajar la mirada y alejarse de todo lo que despierte lujuria.
También se recomienda evitar escuchar sonidos, músicas o conversaciones que puedan provocar excitación.
En la época preislámica, las mujeres de los idólatras, de los incrédulos y las esclavas solían mostrar su pecho y su cuello. A veces ni siquiera llevaban velo.
Salían así a la calle.
Entonces, Dios ordenó al Profeta (la paz sea con él y su bendita familia) decir a las mujeres creyentes que no se vistieran como ellas, sino que usaran ropa larga y se cubrieran con el yilbab, es decir, un velo largo.
Esto, además de promover la castidad, las distingue claramente como mujeres creyentes.
Desde ese momento, quien las ve sabe que son musulmanas por su manera de vestir.
Escucha el versículo 59 de la sura 33:
يَا أَيُّهَا النَّبِيُّ قُل لِّأَزْوَاجِكَ وَبَنَاتِكَ وَنِسَاءِ الْمُؤْمِنِينَ يُدْنِينَ عَلَيْهِنَّ مِن جَلَابِيبِهِنَّ ذَٰلِكَ أَدْنَىٰ أَن يُعْرَفْنَ فَلَا يُؤْذَيْنَ وَكَانَ اللَّهُ غَفُورًا رَّحِيمًا ﴿٥٩﴾
"¡Oh Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran con sus velos. Eso es mejor para que sean reconocidas y no sean molestadas. Y Dios es siempre indulgente, misericordioso."
Uno de los objetivos de este mandamiento divino es que las mujeres musulmanas se diferencien visiblemente del resto, para que no sufran acoso ni miradas dañinas.
El hiyab no es solo una norma individual, sino también una herramienta cultural para controlar los estímulos sexuales a nivel social.
Es importante saber que una vestimenta inadecuada, incluso con buena intención, puede causar malentendidos sociales e incluso poner en riesgo a la persona.
En una sociedad donde las apariencias suelen definir los juicios, alguien podría tratarte de forma incorrecta por cómo vas vestida.
Por eso, uno de los caminos para tratar la lujuria y prevenir sus daños personales y sociales, es evitar su estímulo:
No ver películas o imágenes provocadoras, y controlar la mirada cuando estamos en espacios públicos o sociales.
2. Fortalecer el pensamiento y la espiritualidad
El segundo camino es fortalecer la dimensión intelectual y espiritual del ser humano.
Debemos pensar en las consecuencias de los actos sexuales ilícitos.
Comprender que la belleza exterior es efímera y superficial.
La reflexión y el pensamiento sobre los valores humanos son herramientas muy poderosas para protegernos.
En el versículo 33 de la sura 24, Dios dice:
وَلْيَسْتَعْفِفِ الَّذِينَ لَا يَجِدُونَ نِكَاحًا حَتَّىٰ يُغْنِيَهُمُ اللَّهُ مِن فَضْلِهِ
"Y los que no pueden casarse, que se mantengan castos hasta que Dios los enriquezca con Su favor."
Aquí se pide a los jóvenes que no tienen posibilidad de casarse que practiquen la castidad y eviten caer en el pecado.
El autocontrol y la paciencia se presentan como una obligación ética y espiritual.
Además de estas recomendaciones, es fundamental prestar atención al entorno cultural y social.
Hoy en día, los medios de comunicación y las redes internacionales promueven continuamente estímulos sexuales.
Por eso, las familias deben planificar seriamente para protegerse de estos daños.
Con fe, autocontrol y educación espiritual, es posible formar una generación sana.
Prácticas como el ayuno, la oración, la lectura del Corán, el estudio de textos religiosos, la compañía de personas creyentes y amistades que te recuerden a Dios, son métodos prácticos en este camino.
El deseo sexual es una parte natural del ser humano, pero su respuesta debe encaminarse por vías lícitas.
El objetivo del islam no es eliminar el deseo, sino guiarlo correctamente.
Por eso, la prevención de los estímulos, el fortalecimiento del pensamiento, la espiritualidad y la creación de un entorno sano, son las principales claves para combatir la lujuria desde la perspectiva islámica.