Trabajar Sin Olvidar a Dios
En el nombre de Dios.
Hola, soy Diana, la voz de FátimaTV.
Hoy te traigo un tema nuevo, profundo y muy actual. Un tema que toca cada instante de nuestra vida, especialmente cuando hablamos del trabajo y los ingresos.
¿Es posible recordar a Dios en medio de nuestras ocupaciones diarias? ¿Cómo mantener viva la espiritualidad mientras buscamos nuestro sustento? ¿Existe realmente una contradicción entre ganarse la vida y tener fe? ¿Acaso ser creyente significa renunciar al mundo?
En este pódcast vamos a reflexionar juntos sobre cómo no olvidar a Dios en ninguna etapa de la vida, y cómo su recuerdo puede darnos paz en lo pequeño y en lo grande.
Y antes de empezar, quiero decirte algo:
Me encantaría que el próximo pódcast tenga tu voz.
Sí, la tuya.
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FatimaTV.es – Saberes que iluminan el alma
Dios Todopoderoso dice en el Corán, capítulo 9, versículo 119:
«يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا اتَّقُوا اللَّهَ وَكُونُوا مَعَ الصَّادِقِينَ»
“¡Oh vosotros que habéis creído! Tened conciencia y temor de Dios, y estad con los veraces.”
Tener temor de Dios significa mantener siempre en el corazón la conciencia de Su grandeza, la responsabilidad de actuar correctamente ante Él, y evitar todo pecado, sea pequeño o grande.
En este versículo, Dios une dos conceptos esenciales: la piedad y la compañía de los sinceros.
Es decir, quien realmente tiene fe no debe conformarse solo con la adoración individual, sino que también debe buscar la compañía de personas veraces y de corazón puro.
¿Por qué? Porque convivir con los justos acerca el corazón al recuerdo de Dios y protege al ser humano de caer en el error.
En el versículo 37, capítulo 24 del Corán, Dios describe a los verdaderos creyentes de la siguiente manera:
رِجَالٌ لَّا تُلْهِيهِمْ تِجَارَةٌ وَلَا بَيْعٌ عَن ذِكْرِ اللَّهِ وَإِقَامِ الصَّلَاةِ وَإِيتَاءِ الزَّكَاةِ ۙ يَخَافُونَ يَوْمًا تَتَقَلَّبُ فِيهِ الْقُلُوبُ وَالْأَبْصَارُ ﴿٣٧﴾
“Hombres a quienes ni el comercio ni la compraventa distraen del recuerdo de Dios, de hacer la oración y del pago del zakat. Temen un día en el que los corazones y las miradas estarán turbados.”
Este versículo menciona cuatro cualidades de los creyentes sinceros:
-
El comercio y los negocios no los alejan del recuerdo de Dios.
-
Hacen la oración.
-
Dan el zakat (o la caridad obligatoria).
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Tienen temor del Día del Juicio, el día en que los corazones y las miradas se llenarán de angustia.
Esto significa que incluso en medio de las preocupaciones económicas, sus corazones siguen conectados con Dios.
El mundo material no los distrae de su vida espiritual
La importancia del trabajo y el sustento
El islam no es una religión que se limite a preparar al ser humano solo para la otra vida.
Al contrario, también desea para los creyentes la felicidad y el bienestar en esta vida.
Una narración muy clara nos lo muestra:
📖 رَوَى اَلْحَسَنُ بْنُ مَحْبُوبٍ عَنْ جَمِيلِ بْنِ صَالِحٍ عَنْ أَبِي عَبْدِ اَللَّهِ (عليه السلام):
فِي قَوْلِ اَللَّهِ عَزَّ وَجَلَّ: «رَبَّنٰا آتِنٰا فِي اَلدُّنْيٰا حَسَنَةً وَفِي اَلْآخِرَةِ حَسَنَةً»
قَالَ: «رِضْوَانُ اَللَّهِ وَالْجَنَّةُ فِي اَلْآخِرَةِ، وَالسَّعَةُ فِي اَلرِّزْقِ وَالْمَعَايِشِ وَحُسْنُ الْخُلُقِ فِي اَلدُّنْيَا».
Yamīl ibn Ṣāliḥ relata que el Imam Ṣādiq (la paz sea con él), al ser preguntado sobre este versículo del Corán:
«رَبَّنَا آتِنَا فِي الدُّنْيَا حَسَنَةً وَفِي الآخِرَةِ حَسَنَةً»
“¡Oh Señor nuestro! Danos lo bueno en esta vida, y también lo bueno en la otra vida.” (Capítulo 2: versículo 201)
El Imam, Respondió:
“Lo bueno en la otra vida es el agrado de Dios y el Paraíso; y lo bueno en esta vida es la amplitud en el sustento, las condiciones de vida favorables y un buen carácter.”
Esto significa que el Islam no desprecia el trabajo ni el sustento; al contrario, valora profundamente el esfuerzo por obtener el sustento de forma lícita.
Sin embargo, lo que el Islam sí rechaza es que la búsqueda del sustento aleje al ser humano del recuerdo de Dios, de la oración, o del cumplimiento de sus deberes financieros como el zakat.
📚 Existen muchos dichos sobre la importancia del trabajo.
Por ejemplo, el Imam Ṣādiq (la paz sea con él) dice:
«اَلتِّجَارَةُ تَزِيدُ فِي الْعَقْلِ»
(Al-Kāfī, tomo 5, pág. 148)
"El comercio aumenta la inteligencia."
Y en otra narración, también del Imam Ṣādiq (la paz sea con él), se nos dice:
«لا خَيرَ فيمَن لا يُحِبُّ جَمعَ المالِ مِن حَلالٍ ، يَكُفُّ بهِ وَجهَهُ ويَقضي بهِ دَينَهُ ويَصِلُ بهِ رَحِمَهُ»
(Al-Kāfī, tomo 5, pág. 72)
“No hay bien en quien no desea reunir riqueza de manera lícita, para con ella preservar su dignidad, saldar sus deudas y ayudar a sus familiares.”
Así que comprendemos que el comercio y el trabajo, cuando son lícitos y dirigidos a fines nobles como cubrir las necesidades, ayudar a los familiares, fortalecer los lazos con ellos y preservar la dignidad personal, no solo no son criticables, sino que son altamente valorados en el islam.
El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él y su bendita familia) afirmó:
«التَّاجِرُ الصَّدُوقُ الأَمِينُ مَعَ النَّبِيّينَ وَالصِّدِّيقِينَ وَالشُّهَدَاءِ»
“El comerciante veraz y confiable estará, en el Día del Juicio, junto a los profetas, los veraces y los mártires.”
La importancia de mantener a Dios presente en el trabajo
Saad Ansari era uno de los compañeros de la Suffa —una plataforma grande junto a la mezquita del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él y su bendita familia)— donde vivían los pobres.
El Profeta les llevaba comida diariamente y algunos tenían pequeños negocios, pero ninguno tenía una casa propia.
Un día, Saad se acercó al Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones sean con él y su bendita familia) y le dijo:
"¡Oh Mensajero de Dios! Me gustaría iniciar un negocio para mejorar mi vida. ¿Podrías ayudarme?"
El Profeta le dio dos dirhams bendecidos.
Con esos dos dirhams, la situación de Saad mejoró; abrió una tienda cerca de la mezquita y empezó a comerciar, pero dejó de asistir a las oraciones en congregación y a la oración del viernes.
Un día, el Profeta lo vio y le dijo:
«يَا سَعْدُ شَغَلَتْكَ الدُّنْيَا عَنِ الصَّلَاةِ»
"¡Oh Saad! El mundo te ha distraído de la oración."
Saad respondió:
"¡Oh Mensajero de Dios! ¿Qué debo hacer? ¿Deshacerme de mi dinero?"
Entonces Gabriel vino y dijo:
"¡Oh Mensajero de Dios! Toma esos dos dirhams de él."
Saad aceptó entregarlos.
Al hacerlo, la bendición desapareció de su dinero y volvió a su situación anterior.
(Al-Kāfī, tomo 5, pág. 313)
Si tu trabajo y tu vida están llenos del recuerdo de Dios, entonces tu comercio es una forma de adoración. Pero si tu comercio te aleja de Dios, entonces se convierte en una trampa del demonio.
Vivamos de tal manera que, en medio de las ocupaciones mundanas, nuestro corazón permanezca con Dios, nuestra lengua recuerde Su nombre, nuestras manos ayuden a los demás, y nuestro corazón esté limpio y en paz.
Gracias por escuchar este episodio.
Espero que este mensaje te inspire a mantener siempre a Dios presente en tu vida y trabajo.
Nos escuchamos en el próximo pódcast de FátimaTV.
¡Que la paz y las bendiciones estén contigo!