Hola en el nombre de Dios, sean una vez más bienvenidos a “LOS CUENTOS DE LA SEMANA” de FátimaTV.
La pobreza es una de las pruebas más difíciles a las que a veces se enfrenta una persona y una sociedad.
Aunque la enfermedad física y mental es más difícil que eso, esto no reducirá la amargura de la pobreza, la cual perturba la mente humana y que es como un pájaro encerrado en una habitación en llamas, el cual, en su desesperación por sobrevivir, golpea en cada rincón existente con el propósito de poder hacer una abertura en la que encuentre una salida, más allá de ese humo negro que le asfixia y no morir quemado en su jaula o esa habitación.
Tal vez la esquina hacia la que se lanza no es más que una pared, una pared sólida, sin emociones y que hace que sus alas cansadas, tan solo estén más heridas, pero, en medio de todo ese caos y desesperación, tal vez la voz de un salvador, el cual conoce la salida y lo mejor para la vida de este pájaro, se detiene y aparece tan solo para decirle, oh pájaro atrapado, que estás herido y cansado, la salida está justo detrás de ti, vuelve sobre tus pasos y sé libre.
Nuestra historia de hoy es la historia de una persona que escuchó la hermosa voz de su Salvador y muy pronto, se vio libre del fuego de la pobreza.
Así que escuchemos juntos esta hermosa historia y las fascinantes palabras de este salvador.
Libertad de la Necesidad
Sheikh Kalini, un gran erudito chiíta, narró una historia en el libro al-Kafi, el cual contiene las palabras del Imam As Sadiq (P), las cuales revisaremos juntos y que dicen:
"En aquellos tiempos antiguos y durante la vida del Santo Profeta Muhammad (BPD), la situación financiera de uno de los compañeros del Mensajero de Dios, se volvió muy difícil (tal como muchos que pueden estar experimentando en sus propias vidas).
Y es posiblemente en uno de los días, que pudo haber sido uno de los más difíciles que soportar para la familia de este hombre), que la esposa de este le dijo:
“Me gustaría que fueras a donde el Mensajero de Dios y le pidieras [algo] [para salir de estos problemas de pobreza].
Así que este hombre fue a donde el Profeta y tan pronto como el Enviado de Dios (BPD) lo vio, dijo:
من سألنا أعطيناه و من استغنى أغناه الله
“Al que nos pida, le concederemos, y al que llegue a ser autosuficiente, Dios lo enriquecerá.”
Entonces ese hombre se dijo a sí mismo:
“¡[Probablemente] no se refieren a nadie más que a mí!”
Así que volvió con su esposa y le informó [del incidente] [y le explicó a la mujer lo que había dicho el Profeta].
Esa mujer, que aparentemente aún no conocía bien al Profeta, pensó que el Profeta Muhammad (BPD) no conocía sus corazones y le dijo a su esposo:
“De hecho, el Mensajero de Dios es un ser humano [y no conoce lo oculto], así que infórmale [de tu necesidad].”
En resumen, este hombre de nuevo se acercó al Profeta y tan pronto como el Mensajero de Dios lo vio [de nuevo] dijo:
“Al que nos pida, le concederemos, y al que no se muestre necesitando de los demás, que Dios lo enriquezca”.
Fue así que ese hombre humilde fue a visitar al Profeta tres veces por la insistencia de su esposa, y las tres veces escuchó estas palabras del Profeta sin decir nada.
Ese hombre que ya estaba seguro de lo que el Profeta le quería decir con esas palabras, tuvo una nueva idea la cual tan pronto como vino a su mente, llevó a cabo.
Así que, sin demora, fue y tomó prestada un hacha grande e inmediatamente fue a la montaña y cuando llegó a lo alto de ella cortó leña. Una vez con la leña en su haber, la trajo hasta su localidad y la vendió por una cantidad equivalente a 400 gramos de harina.
Así que, una vez hecho su trabajo, llevó esa harina a su casa y fue como entonces su familia pudo preparar su comida, la cual gustosamente comieron.
A la mañana siguiente, de nuevo ese hombre, con el hacha en el hombro, una vez más subió la montaña y esta vez trajo consigo más leña y la vendió.
Así hizo entonces todos los días desde ese día, hasta que pudo ahorrar un poco de dinero y con ello se compró un hacha grande, para no depender de la que le habían prestado.
Más tarde, recolectó más dinero el cual ahorró hasta que con él, compró dos camellos jóvenes y un esclavo.
Al final, su fortuna aumentó hasta el punto en que se convirtió en uno de los ricos de su localidad.
Un día, después de que ya se había hecho rico, se acercó al Profeta y le narró su historia, de cómo acudió a él (BPD) por una petición y cómo escuchó [esas palabras] de él.
Entonces el Profeta le dijo:
من سألنا أعطيناه و من استغنى أغناه الله
“Lo que dije fue “Al que nos pida, le concederemos y al que llegue a ser autosuficiente, Dios lo enriquecerá.”
Fue así como este hombre, el cual estaba en una crítica situación de necesidad, escuchó correctamente la voz del salvador, el cual le repitió tres veces seguidas: “Al que nos pida, le concederemos, y al que llegue a ser autosuficiente, Dios lo enriquecerá.”
“Oh Dios, salva a todos Tus siervos, a Tus siervos que Te aman y de buen corazón y que aman al Ahlul-Bait, (salva a esta gente) de esta jaula ardiente y de la prisión de las penalidades, la pobreza y la escasez, y trae a ellos el olor fragante y la brisa fresca de la felicidad en este mundo y el Más Allá.
Amén.