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Descripción

Se narró que cuatro monjes fueron a ver al imam Alí (la paz sea con él) para probarle, y dijeron: “Le preguntaremos (cada uno por separado) sobre un solo asunto y con las mismas expresiones, y si responde con las mismas palabras entonces es una persona incompleta”. Entró el primero y le dijo: “¿Acaso reunir la riqueza es mejor, o lo es reunir el conocimiento?”. Respondió: “Reunir el conocimiento, puesto que la riqueza merma al concedérsela en tanto que (por medio de ello) el conocimiento se incrementa”. Luego entró el segundo y le hizo la misma pregunta. Respondió: “El conocimiento, pues el conocimiento protege a su dueño, mientras que es el dueño de la riqueza quien protege a su riqueza”. Luego entró el tercero y preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumenta la humildad de quien reúne el conocimiento, mientras que aumenta la soberbia de quien reúne la riqueza”. Luego entró el cuarto y le preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumentan quienes aprecian a quien reúne el conocimiento, en tanto que se incrementan los enemigos de quien reúne la riqueza”.

Transcripción

Hola, hoy queremos compartir contigo este nuevo episodio que hemos titulado: La soberbia. Parte II.

Se narró que cuatro monjes fueron a ver al imam Alí (la paz sea con él) para probarle, y dijeron: “Le preguntaremos (cada uno por separado) sobre un solo asunto y con las mismas expresiones, y si responde con las mismas palabras entonces es una persona incompleta”. Entró el primero y le dijo: “¿Acaso reunir la riqueza es mejor, o lo es reunir el conocimiento?”. Respondió: “Reunir el conocimiento, puesto que la riqueza merma al concedérsela en tanto que (por medio de ello) el conocimiento se incrementa”. Luego entró el segundo y le hizo la misma pregunta. Respondió: “El conocimiento, pues el conocimiento protege a su dueño, mientras que es el dueño de la riqueza quien protege a su riqueza”. Luego entró el tercero y preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumenta la humildad de quien reúne el conocimiento, mientras que aumenta la soberbia de quien reúne la riqueza”. Luego entró el cuarto y le preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumentan quienes aprecian a quien reúne el conocimiento, en tanto que se incrementan los enemigos de quien reúne la riqueza”.

De esta narración podemos extraer un valioso consejo: siempre será preferible acaudalar sabiduría y humildad que bienes materiales. Esto es así porque el intelecto nunca decrece, pero además le procura bienestar a quien lo cultiva, lo hace más humilde, merecedor de afecto y respeto por parte de sus semejantes. En cambio, quien está muy apegado al dinero y las riquezas atrae la antipatía y enemistad de la gente, lo hace presa fácil de la soberbia y queda condenado a cuidar de algo vano que está destinado a reducirse o desaparecer.

En todo caso, el conocimiento no compagina con la vanidad, ni con la arrogancia, ni con la soberbia ni con el irrespeto hacia la gente, porque estas conducen irremediablemente a la ira. Luego, la ira hace que el intelecto sucumba. Dijo el Imam Sadiq (la paz sea con él): “La ira es la ruina del corazón prudente.” También dijo: “Quien no controla su ira, no controla su intelecto.”

Por su parte, el Imam Alí, en sus consejos paternos dijo: "... ¡Oh, hijo mío!...Debes saber que la vanidad resulta opuesta a la verdad y es una desgracia para el intelecto." En verdad, creerse superior a los demás es un vicio moral inaceptable y origen de numerosos pecados y exacerbaciones de la vida mundana: olvidar a Dios, desagradecer los favores, perderse en la lujuria, apegarse excesivamente a los bienes materiales, menospreciar y ofender a las personas. Estos son algunos de los efectos de esta flaqueza moral que impacta negativamente en el intelecto de las personas.

Hemos llegado al final de este episodio. Nos despedimos de ti con profundo afecto y respeto, seguros de que cada día compartirás con nosotros estas enseñanzas que abrirán tu corazón y tu pensamiento. ¡Hasta mañana!

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Se narró que cuatro monjes fueron a ver al imam Alí (la paz sea con él) para probarle, y dijeron: “Le preguntaremos (cada uno por separado) sobre un solo asunto y con las mismas expresiones, y si responde con las mismas palabras entonces es una persona incompleta”. Entró el primero y le dijo: “¿Acaso reunir la riqueza es mejor, o lo es reunir el conocimiento?”. Respondió: “Reunir el conocimiento, puesto que la riqueza merma al concedérsela en tanto que (por medio de ello) el conocimiento se incrementa”. Luego entró el segundo y le hizo la misma pregunta. Respondió: “El conocimiento, pues el conocimiento protege a su dueño, mientras que es el dueño de la riqueza quien protege a su riqueza”. Luego entró el tercero y preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumenta la humildad de quien reúne el conocimiento, mientras que aumenta la soberbia de quien reúne la riqueza”. Luego entró el cuarto y le preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumentan quienes aprecian a quien reúne el conocimiento, en tanto que se incrementan los enemigos de quien reúne la riqueza”.

Hola, hoy queremos compartir contigo este nuevo episodio que hemos titulado: La soberbia. Parte II.

Se narró que cuatro monjes fueron a ver al imam Alí (la paz sea con él) para probarle, y dijeron: “Le preguntaremos (cada uno por separado) sobre un solo asunto y con las mismas expresiones, y si responde con las mismas palabras entonces es una persona incompleta”. Entró el primero y le dijo: “¿Acaso reunir la riqueza es mejor, o lo es reunir el conocimiento?”. Respondió: “Reunir el conocimiento, puesto que la riqueza merma al concedérsela en tanto que (por medio de ello) el conocimiento se incrementa”. Luego entró el segundo y le hizo la misma pregunta. Respondió: “El conocimiento, pues el conocimiento protege a su dueño, mientras que es el dueño de la riqueza quien protege a su riqueza”. Luego entró el tercero y preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumenta la humildad de quien reúne el conocimiento, mientras que aumenta la soberbia de quien reúne la riqueza”. Luego entró el cuarto y le preguntó lo mismo. Respondió: “El conocimiento, puesto que aumentan quienes aprecian a quien reúne el conocimiento, en tanto que se incrementan los enemigos de quien reúne la riqueza”.

De esta narración podemos extraer un valioso consejo: siempre será preferible acaudalar sabiduría y humildad que bienes materiales. Esto es así porque el intelecto nunca decrece, pero además le procura bienestar a quien lo cultiva, lo hace más humilde, merecedor de afecto y respeto por parte de sus semejantes. En cambio, quien está muy apegado al dinero y las riquezas atrae la antipatía y enemistad de la gente, lo hace presa fácil de la soberbia y queda condenado a cuidar de algo vano que está destinado a reducirse o desaparecer.

En todo caso, el conocimiento no compagina con la vanidad, ni con la arrogancia, ni con la soberbia ni con el irrespeto hacia la gente, porque estas conducen irremediablemente a la ira. Luego, la ira hace que el intelecto sucumba. Dijo el Imam Sadiq (la paz sea con él): “La ira es la ruina del corazón prudente.” También dijo: “Quien no controla su ira, no controla su intelecto.”

Por su parte, el Imam Alí, en sus consejos paternos dijo: "... ¡Oh, hijo mío!...Debes saber que la vanidad resulta opuesta a la verdad y es una desgracia para el intelecto." En verdad, creerse superior a los demás es un vicio moral inaceptable y origen de numerosos pecados y exacerbaciones de la vida mundana: olvidar a Dios, desagradecer los favores, perderse en la lujuria, apegarse excesivamente a los bienes materiales, menospreciar y ofender a las personas. Estos son algunos de los efectos de esta flaqueza moral que impacta negativamente en el intelecto de las personas.

Hemos llegado al final de este episodio. Nos despedimos de ti con profundo afecto y respeto, seguros de que cada día compartirás con nosotros estas enseñanzas que abrirán tu corazón y tu pensamiento. ¡Hasta mañana!