En el nombre de Dios. Te saludo con mucho cariño, dándote de nuevo la bienvenida a nuestra sección el cuento de la semana de FátimaTV. Hoy con una nueva historia que sabemos te será de interés. Tan solo te recuerdo que si aún no te has suscrito a nuestro canal de YouTube, lo hagas, para así no perderte de ningún cuento que se publica todos los sábados ni del contenido que hemos creado para tí.
Ahora sin más vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.
La pregunta de Hisham
Los días Viernes, la mezquita de Basora se convertía en el lugar de estudio y discusión de quién fuese el segundo personaje más importante de la escuela de pensamiento mu’tazilita, cuyo nombre era Amr ibn Ubayd.
Amr vestía un paño de lana negro alrededor de la cintura y una “abaya” la cual es como una túnica que reposaba sobre sus hombros.
En un viernes de tantos, un gran círculo de personas cercanas y alumnos de Amr estaban alrededor de él, haciendo preguntas y escuchando sus respuestas y en eso un hombre quien al parecer no era de Basora, entró en la mezquita y pidió a la gente que le abrieran un espacio en donde compartir con ellos y al final pudo sentarse de rodillas con del grupo, integrándose en la reunión pero en el espacio más alejado de ella.
El desconocido luego de escuchar algunas preguntas y respuestas le preguntó a Amr en voz alta desde el final de la multitud:
¡Oh sabio! te pido permiso para hacerte una pregunta.
A lo que Amr dijo: ¡Pregunta joven!
Entonces el hombre preguntó: ¿Amr, tienes ojos?
Con esta pregunta el joven extranjero, hizo que el silencio de la mezquita, se convirtiese en ruido y murmullo por doquier. Todos se volvieron hacia el final de la reunión para ver ¿quién había hecho esta extraña pregunta?
Amr dijo: ¿Qué pregunta estás haciendo? ¿No puedes ver los ojos en mi cara?
Entonces el joven de nuevo dijo: esta es mi pregunta. Te agradezco si pudieses responderme.
Amr dijo: Aunque tu pregunta es ilógica, la responderé. Sí, sí tengo ojos
En el momento en que el joven obtuvo respuesta, inmediatamente formuló esta otra pregunta:
¿Qué haces con tus ojos?
Y Amr dijo: Veo colores y gente
De nuevo el joven lanzó otra pregunta: ¿Tienes nariz?
Y Amr dijo: Sí, y con ella percibo los olores
Seguido otra pregunta se generó por parte del inquietante joven: ¿Qué haces con la boca y los oídos, si tienes?
Amr respondió: con mi boca pruebo los sabores y con los oídos míos escucho los sonidos.
El ruido de la multitud aumentó, el rostro del joven que preguntaba, no parecía la de un tonto, por eso la gente se preguntaba ¿Por qué razón hace estas preguntas tan sencillas e infantiles?
Después de una pausa, el joven preguntó: ¡Oh Amr!, ¿tienes corazón?
Y él dijo que sí.
Y ¿Qué haces con tu corazón?
Amr respondió: Con él, reconozco todo lo que entra en estos órganos y articulaciones.
El joven dijo: Ahora que todos los órganos y articulaciones están sanos, ¿por qué no son innecesitados e independientes del corazón?
Y Amr respondió:
Muchacho, siempre que los miembros sospechan de lo que se huele, se ve, se oye o se gusta, van al corazón y así se logra la certeza y desaparece la duda.
El joven dijo:
Entonces, con base en su opinión y su descripción de los órganos del cuerpo humano, Dios creó el corazón para disipar las dudas sobre los órganos del cuerpo.
Es decir, el corazón debe de existir, de lo contrario los órganos del cuerpo no estarían seguros y no llegarían jamás al estado de la certeza. ¿cierto?
Amr dijo: Sí, exactamente estás en lo correcto.
Entonces el joven, quien aparentemente había llegado a su meta con sus preguntas, quería hacer su última pregunta y dijo:
¡Oh Amr! Dios Todopoderoso no ha dejado que las partes de nuestro cuerpo sin la guía de quién disipa toda duda de los órganos en relación a su función a modo de guía para determinar el camino correcto y no se vean en peligro.
Entonces, ¿Cómo es posible que Dios haya dejado a todas estas criaturas en el asombro y la duda y el desacuerdo y no les haya designado una guía y un imam para que se vuelvan hacia él, con tal de quitarles la incertidumbre y poder así responder a sus preguntas, aclarar sus dudas con el fin de guiarlos por el camino correcto y para mostrar y confirmar la acción o práctica correcta?
Amr, quien, según su propia creencia (es decir los mu’tazilitas) siempre pregonaba a todos los seres humanos que ya no era necesario una guía y un Imam después del Profeta Muhammad (BPD), y el mismo permaneció en silencio y no tuvo respuesta.
El argumento del joven fue impecable.
Todos en la multitud miraban a Amr y esperaban su respuesta, pero no tenía respuesta, su cabeza permanecía agachada y tan solo miraba al suelo en un frío silencio.
Después de unos momentos, se volvió hacia el joven y le dijo: ¿De dónde vienes, joven?
A lo que el joven le dijo: Vengo de Kufa.
A lo que Amr respondió: Entonces debes ser (el Sabio) Hisham ibn Hakam
Entonces Amr se levantó de su lugar y abrazó a Hisham y lo puso en el lugar en el que él estaba y no dijo una palabra más hasta que salió de la mezquita.
Cuando Hisham regresó ante el Imam Sadiq (P) unos días después, le contó esta historia y el Imam Sadiq (P) se rió y dijo:
"Juro por Dios que este asunto también está escrito en los libros de Abraham y Moisés".
Es innegable que la humanidad a lo largo de su existencia siempre estuvo necesitada de guía, razón por la cual Dios, Exaltado Sea designó la profecía y cada nación y pueblo en el mundo a lo largo de la historia ha tenido una guía, indiscutiblemente para llevarles y exhortar al camino correcto, el camino del desarrollo integral y la perfección.
Esto mismo se aplica incluso luego de la partida de este mundo del Bendito Profeta Muhammad (BPD) el cual por directriz Divina, sabía que el peligro siempre acechaba a su comunidad y al mensaje de Dios, tal como ya era común a lo largo de los siglos y que con la llegada del Islam no habría una excepción.
Por esta razón es que Dios todo poderoso, designó a un sucesor, luego del Profeta del Islam (BPD) quien tuviese las características plenas de superioridad tanto ética, moral, espiritual e intelectual para bien guiar con certeza a la gente por los caminos de Dios y que fuese garante de ser el guardián del Mensaje de Dios sin titubeo, pero más allá, que tuviese la pureza plena para nunca fallar, tal como lo menciona el Sagrado Corán en la Sura 33 aleya 33 garantizando así la imposibilidad de verse esos sucesores, tentados al mal, la corrupción o el desvío, tal como sucedió al momento de rechazar y dar la espalda al Imamato.
Hemos llegado al final de este cuento, hasta otro sábado en dónde nos encontraremos si Dios así lo quiere, con una nueva historia, ruego a Dios, Todopoderoso, te de lo mejor de esta y la otra vida a tí y a tus seres queridos, por favor cuídate y Dios te bendiga.
Hasta pronto.
FátimaTV
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