Hola una vez más les damos la más cordial bienvenida al programa, los cuentos de la semana con el segundo cuento del año 2022, el cual trae una historia acerca del Profeta Muhammad y su tío Abu Talib y de cómo la fe predominó por encima de las adversidades, pero sin más contratiempo vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.
La palabra que dio fuerza a Abu Talib
En el inicio de su Misión, el Mensajero de Dios (BPD) encontró una fuerte resistencia por parte de los Quraishitas de la Meca, a pesar de lo cual no desistió en su convocatoria, ni dejó de despreciar a la idolatría considerando a los idólatras y sus costumbres ancestrales, como cargadas de ignorancia y extravío.
Los jefes de Quraish no pudieron tolerar que el Profeta Muhammad (BPD) dijese algo, lo cual ellos consideraban un insulto hacia sus antepasados y por esa razón fueron a hablar con Abu Talib para pedirle que controlase a su sobrino o que les permitiera a ellos hacerlo si su solicitud no daba fruto. Es así que entonces Abu Talib les habló con amabilidad y cordialidad convenciéndolos de que dejaran pasar por alto la situación para no generar conflictos de ninguna clase.
Fue así como ellos se calmaron, pero paulatinamente las tensiones fueron en aumento hasta que ya no soportaron más.
En cada casa de la zona se hablaba de Muhammad el Mensajero de Dios (BPD) y cada vez que dos personas se reunían, el tema de conversación era la nueva religión que se propagaba por la zona, los dichos y actos del Profeta (BPD) y el hecho de que el número de sus seguidores aumentaba día con día.
Todo esto provocó una inquietud entre los enemigos de Muhammad (BPD), inquietud que fue en aumento hasta que ellos decidieron ponerle fin a aquella situación, por lo que nuevamente se presentaron ante Abu Talib, esta vez con mayor firmeza y resolución para decirle:
“Ya te hemos pedido antes que controlaras a tu sobrino y no lo hiciste. Nosotros te respetamos mucho por tu edad y nobleza, y no queremos molestarte, pero ya no soportamos más que él se burle de nuestros ídolos y trate a nuestros antepasados de ignorantes y extraviados.
Por lo que venimos a darte una última oportunidad y te advertimos que si no controlas a tu sobrino, dejaremos de tener consideraciones por tu edad y jerarquía y vamos a combatir contra él y contra ti también si es necesario, hasta que una de las partes quede exterminada por completo.”
Frente a este reclamo y amenaza directa, Abu Talib se molestó mucho ya que nunca antes había sido tratado de aquel modo por parte de los Quraishitas.
Era evidente que ya no podía contenerlos más y si llegaba a desatarse una guerra, tanto el Profeta (BPD) como sus familiares y parientes corrían un serio peligro. Por eso convocó al Profeta Muhammad (BPD) para explicarle la situación y solicitarle que guardara silencio para que ambos pudieran preservar sus vidas.
El Mensajero de Dios (BPD) advirtió que la amenaza de Quraish había tenido cierta influencia sobre su tío y entonces le dijo unas palabras que le hicieron olvidar todo lo dicho por los Quraishitas.
El, el Santo Mensajero de Dios (BPD) dijo:
“Querido tío, aún si pusieran el sol en mi mano derecha y la luna en mi izquierda, nunca abandonaría mis actividades y mi convocatoria hasta que Dios haga prevalecer Su religión o yo pierda la vida en el intento.”
Luego, el Mensajero de Dios (BPD) se dio la vuelta para retirarse mientras las lágrimas caían sobre sus mejillas, pero Abu Talib lo detuvo para decirle:
“Siendo así, ¡haz lo que tengas que hacer! Juro por Dios que voy a defenderte y apoyarte hasta el último aliento de mi vida.”
Con este cuento, hemos sido testigos de cómo tanto el Profeta del Islam, Muhammad (BPD) su tío Abu Talib (P) y su familia en general (P) fueron fieles al mensaje del Islam, siempre perseverantes, fuertes y firmes como una montaña, frente a las amenazas de sus enemigos, a las adversidades creadas por estos quienes eran enemigos del Mensaje de Dios, el cual tan solo invitaba a la adoración pura.
A pesar de ser víctimas de persecución, asedio, amenazas, tentativas de muerte, insultos, falsos alegatos y cuanto podamos imaginar, ellos se aferraron a la fe en Dios y en la única arma de los creyentes llamada la súplica y a la fe, pero sobre todo a la unidad entre la familia, parientes, creyentes y amigos, quienes juntos resistieron a todo embate del mal, de quienes tan solo deseaban callar el mensaje de esperanza que nacía en medio de la ignorancia y la barbarie, tal como hoy nuevamente ha resurgido en el mundo islámico y más allá de él también.
Muchas veces olvidamos depositar nuestros asuntos, con verdadera fe y sed de ayuda; de la única y verdadera Fuente de Todo poder, aferrándonos a lo creado, para intentar hacernos paso a las adversidades, siendo que solo Dios, Exaltado Sea, es capaz de mantenernos en pie con firmeza en contra de toda artimaña del mundo y sus seguidores infames.
Bueno hasta acá el cuento de esta semana, el cual esperamos haya sido de utilidad, ruego a Dios les haga invisibles a toda calamidad y enfermedad, les otorgue tanto a ustedes como a sus seres queridos lo mejor de esta y la otra vida, en especial el Gran éxito y por favor cuídense y les espero una vez más la semana que viene. Hasta pronto.