🎙️ «La Envidia: Un Fuego Silencioso en el Corazón de la Familia»
En el nombre de Dios. Hola. En este pódcast queremos hablar sobre una de las enfermedades del alma más peligrosas: la envidia. Una enfermedad que no solo consume al envidioso por dentro, sino que también amenaza la paz del entorno familiar y social. Soy ………., la voz de FátimaTV. Y tú también puedes ser la voz de FátimaTV. Solo tienes que decírnoslo, ya sea en los comentarios, por redes sociales o directamente. Nosotros te damos el texto y tú lo grabas. Es una experiencia muy bonita. Anímate a probarlo.
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El Imam Sadiq (la paz sea con él) dice:
لَيْسَتْ لِبَخِيلٍ رَاحَةٌ وَ لاَ لِحَسُودٍ لَذَّةٌ
"El avaro no tiene tranquilidad, ni el envidioso tiene placer."
(Bihar al-Anwar, tomo 69, pág. 193)
Esta frase, tan breve como profunda, nos enseña que la envidia, antes de dañar a los demás, destruye al propio envidioso. Le roba la paz mental, debilita su autoestima y lo atrapa en un ciclo de comparaciones sin fin. Uno de los lugares donde más fácilmente puede surgir la envidia es dentro de la familia. El Profeta (la paz sea con él y su bendita familia) nos advierte que no debemos ser causa de envidia, ni siquiera con nuestro cariño. Ni siquiera al besar a un hijo y no al otro. Existe un relato en el que un hombre fue al encuentro del Profeta. Tenía dos hijos, pero solo besó a uno. El Profeta le llamó la atención y le dijo: “Sé justo con tus hijos.”
El Profeta Muhammad (la paz sea con él y su familia) dijo:
اِعْدِلُوا بَيْنَ أَوْلاَدِكُمْ كَمَا تُحِبُّونَ أَنْ يَعْدِلُوا بَيْنَكُمْ فِي اَلْبِرِّ وَ اَللُّطْفِ
"Sed justos con vuestros hijos, así como deseáis que ellos lo sean con vosotros en bondad y ternura."
(Bihar al-Anwar, tomo 101, pág. 92)
Y hay algo muy importante en las palabras del Imam Sadiq que no debemos pasar por alto. Él dijo: “Quiero más a uno de mis hijos, pero trato a todos con el mismo cariño.”
Esto nos enseña que aunque en nuestro corazón podamos sentir más afinidad con uno de ellos, esa diferencia no debe reflejarse en nuestras acciones, porque puede causar dolor y despertar la envidia.
En una familia, comparar a un hijo con otro que "lo hace mejor" puede destruir la estabilidad emocional. Las comparaciones constantes, lejos de motivar, suelen generar frustración, resentimiento y, sí, envidia.
Por eso, si queremos una familia sana y en paz, practiquemos la justicia no solo con nuestras palabras, sino también con nuestros actos y muestras de afecto. Combatamos la envidia con amor equitativo y evitando las comparaciones.
Hasta el próximo pódcast. Que Dios te proteja.