Hola una vez más te damos la más cordial bienvenida al programa, los cuentos de la semana, el cual trae esta semana una maravillosa historia acerca de quien fuese la luz de los ojos del Mensajero de Dios (BPD), conocida como la Señora de las Damas del Universo, la pura y luminosa Fátima Az Zahra (P).
En el nombre del Dios, El más Glorioso y Majestuoso, Quien ha dicho a Sus ángeles:
“¡Oh, Mis ángeles! ¡Oh, habitantes de Mis cielos! Ciertamente que no creé el inmenso cielo ni la extendida tierra, ni la luminosa la luna, ni el refulgente sol, ni astro que orbita, ni mar que fluye, ni barco que navega; sino únicamente por el amor a estos cinco que se encuentran bajo el manto.”
El fiel (Arcángel) Gabriel, preguntó: “¡Oh, Dios!, ¿quiénes se encuentran debajo del manto?”
Dios en respuesta dijo a Gabriel:
هُمْ فاطِمَةُ وَاَبُوها وَبَعْلُها وَبَنُوها
“Ellos son, Fátima, el padre de Fátima, el esposo de Fátima y los hijos de Fátima”.
En efecto, parece como si la causa de toda la creación fuese Fátima y parece como si todos fuésemos invitados de la gran dama, Fátima.
Es por ello que debemos seguir y emular a Fátima (P) en su comportamiento, piedad, servicio y fe y vivir de tal manera que no nos veamos privados de la intercesión de Fátima (P), puesto que la bienaventuranza eterna nuestra está en ello.
Ya antes en el programa de LOS CUENTOS DE LA SEMANA, publicamos el cuento de “LA FAMILIA BAJO EL MANTO”, que es una realidad auténtica y un acontecimiento famoso y conocido asentado en los libros históricos propios del Islam e incluso fuera del mismo Islam.
Por lo que acá abajo en la descripción, podrás encontrar el enlace de la historia por si estás interesado o interesada en escucharlo. Pero, esta semana, queremos contarles la historia del nacimiento de La Señora Fátima (P). Así que sin más preámbulos vamos juntos a escuchar este maravilloso cuento.
LA ABUNDANCIA
Habían transcurrido cinco años de la “Bi’zat” (o misión profética), y el Profeta Muhammad (PBD) y la honorable Jadiyah aún no tenían hijos; ya que durante estos cinco años, sus hijos morían antes de nacer o durante las tempranas etapas de infancia.
En una ocasión cuando el Mensajero de Dios regresaba de haber sepultado a su hijo Qasem, el cual tan sólo contaba con dos años de edad; los incrédulos y enemigos de este honorable se burlaron de él y lo llamaron “abtar” (o aquel sin descendencia).
Al Mensajero de Dios (BPD) se le había designado una nueva tarea, la cual era tener que ir a los cielos o estancias del paraíso en un viaje por la noche el cual es conocido como la noche del “viaje nocturno” o me´raj.
En efecto, el Mensajero ascendió a los cielos y al empíreo, yendo ahí donde fueron creadas las cinco luces, antes de haber sido creados los Cielos, la Tierra, el Paraíso, el Infierno, el Libro y el cálamo, y (estas cinco luces) se encontraban girando alrededor del Trono de Dios.
Esas cinco mismas luces que Dios Exaltado Sea, por el amor a ellos, creó todas las cosas y con las que Él Mismo; Enaltecido, quería agraciar Muhammad, Su Mensajero, con una abundancia, la cual era una respuesta y la mejor de todas las posibles a existir, contra las palabras de los enemigos del profeta (BPD) a quien le decía o tal como dijimos; aquel “sin descendencia”.
Esa gran bendición y abundancia era la mismísima Fátima, la hija bendita del Mensajero de Dios, esa a quien el mismo profeta Muhammad al sentir su aroma, decía que percibía el propio aroma del Paraíso.
Una vez al Imam Sadiq (P) le preguntaron:
“¿Cómo fue el nacimiento de Fátima (la paz sea con ella)?”
A lo que el Imam respondió:
“Cuando el Mensajero de Dios se casó con Jadiyah (la paz sea con ella), las mujeres de La Meca se alejaron de esta honorable dama y dejaron de visitarla, no la saludaban ni tampoco permitían que ninguna otra mujer se asociara con ella. Este comportamiento de las mujeres hacia ella causó un triste y gran dolor en Jadiyah, estando claro que esta pena que sentía, más bien era por el Mensajero del Islam, pues ella no quería que esto fuese a dañarlo.
Cuando Jadiyah quedó embarazada y llevaba a Fátima dentro de su vientre, se dice que la pequeña y milagrosa hablaba con su madre y le brindaba paciencia y consuelo. Jadiyah ocultaba este asunto al Mensajero de Dios, hasta que en una ocasión en que este honorable se presentó ante Jadiyah la escuchó hablar con alguien.
El Mensajero preguntó: “¡Oh, Jadiyah! ¿Con quién estás hablando?”
A lo que Jadiyah contestó: “Con esta criatura que llevo en mi vientre, ella me habla y es mi compañera durante las horas de mi soledad”.
Entonces el Mensajero de Dios (BPD) dijo:
“¡Oh, Jadiyah! Gabriel me dio la buena nueva que ella es una niña, y me dijo que ella es el origen de una generación pura y bendecida, y Dios, Sublime y Exaltado sea, destinó que mi descendencia se realice a través de ella y quede estable, y destinó que sus hijos después de terminada la revelación, sean los califas y líderes religiosos de Dios sobre la Tierra”.
Jadiyah constantemente estaba en este estado (hablando con su hija Fátima), hasta que llegó el día en que iba a dar a luz, día en el que estaba sola y por ello, envió a una persona en busca de las mujeres de Quraysh y Bani Hashim para que vinieran a ayudarla en el parto.
Sin embargo a pesar del llamado de esta noble, las mujeres de estas tribus respondieron:
"Ya que no escuchaste lo que te dijimos, cuando te advertimos de no casarte con Muhammad y te uniste con ese hombre pobre y huérfano de Abu Talib, a pesar de todas nuestras advertencias, es que entonces no vendremos a ti, ni te ayudaremos en este asunto".
Jadiyah entristeció al escuchar esta respuesta; pero casi de inmediato al recibir la respuesta de desprecio por parte de las mujeres de entre los Quraysh y Bani Hashim, fue que se presentaron cuatro mujeres de tez morena y esbelta en el lugar donde estaba Jadiyah y esta (P), supuso que eran mujeres de los Bani Hashim. Cuando Jadiyah las vio, les mostró que sentía dolor y malestar y Una de ellas dijo:
“¡Oh, Jadiyah! No te preocupes. Nosotras somos enviadas de Dios para ayudarte en el parto, nosotras somos tus hermanas, yo soy Sara (esposa de Abraham), y esta dama es Asiya hija de Muzahim que en el Paraíso será tu amiga y compañera, y ella es María hija de Imran (Joaquín)[1] y ella otra es Kulzum hermana de Moisés hijo de Imran.”
Es así que en ese momento una de ellas se sentó a la derecha y otra a la izquierda de Jadiyah, otra frente a ella y la cuarta a sus espaldas, siendo así como Jadiyah trajo al mundo a Fátima (la paz sea con ella), estando pura y limpia.
Cuando esta honorable nació, una luz radió de ella la cual entró en las casas de La Meca, de modo que, desde el saliente hasta el poniente de esta ciudad y no quedó casa alguna a la cual dicha luz no hubiese iluminado.
En ese momento diez huríes del Paraíso entraron en la casa de Jadiya (P) cada una llevando en sus manos una vasija llena de agua de la Fuente de Kauzar, del Paraíso. La dama que se encontraba al frente de Jadiyah tomó las vasijas que traían las huríes y lavó a Fátima con esa agua de Kauzar; en seguida sacó dos telas más blancas que la leche y más perfumadas que el almizcle y el ámbar, y envolvió a la recién nacida en una de éstas y con la otra le tapó la cabeza y el rostro. Después de esto le pidió que hablara y fue así como Fátima comenzó a hablar y dijo:
“Atestiguo que no existe divinidad excepto Dios Único, y atestiguo que mi padre es el Mensajero de Dios y el más eminente Profeta, y atestiguo que mi esposo ‘Ali es el sucesor supremo, y mis hijos son la herencia más eminente y los señores de las generaciones”.
Después de decir esto se volteó hacia las damas, saludó a cada una por su nombre, ellas sonrieron, se alegraron y se felicitaron las unas a las otras por el nacimiento de Fátima, y los habitantes del Cielo también se felicitaron mutuamente por el nacimiento de esta recién nacida.
Como consecuencia del nacimiento de Fátima, en el cielo surgió una luz resplandeciente jamás antes vista por los ángeles.
Entonces estas damas dijeron a Jadiyah:
“Toma a esta recién nacida pura y glorificada, que tanto ella como su descendencia han sido bendecidas”. Jadiyah, alegre y feliz tomó a Fátima en sus brazos y comenzó a amamantarla.
La honorable Fátima creció muy rápido, de tal forma que lo que un niño normal crece en un mes, ella lo crecía en un día, y lo que un niño normal crece en un año, ella lo crecía en un mes
Y Dios, con el nacimiento de Fátima, y en respuesta a los infieles que se burlaron del Mensajero por no tener hijos reveló la Sura “La abundancia”:
بِسْمِ اللَّهِ الرَّحْمَٰنِ الرَّحِيمِ
إِنَّا أَعْطَيْنَاكَ الْكَوْثَرَ ﴿١﴾ فَصَلِّ لِرَبِّكَ وَانْحَرْ ﴿٢﴾ إِنَّ شَانِئَكَ هُوَ الْأَبْتَرُ ﴿٣﴾
“En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso.
En verdad, te hemos otorgado la abundancia. (1) Así pues, reza a tu Señor y ofrece sacrificios (2) En verdad, tu enemigo es el que no tendrá descendencia. (3)”
…
Bueno es así como hemos llegado al final de esta historia, la cual muestra bellamente como fue el milagroso nacimiento de la Bendita Dama Luminosa y de cómo esta Gran Dama, fue recibida por las más puras mujeres de toda la historia de la humanidad, tal como lo mencionamos. No me despido sin antes desearles lo mejor y que Dios los guarde, siempre, les otorgue el gran éxito, así como lo mejor de esta y la otra vida, no solamente a ustedes sino también a sus seres amados.
Ruego a Dios también por la cura quienes estén enfermos y el bienestar de aquellos fallecidos en la otra vida. Hasta la próxima semana.
[1]- Es el equivalente de Joaquín en la tradición cristiana.