Los mejores y más seguros documentos para conocer la filosofía y metas del movimiento del Señor de los Mártires (el imam Husein, la paz sea con él) son las propias palabras pronunciadas por este honorable y por otros de los infalibles imames a este respecto. A través de los sermones, discursos, cartas y testamentos del imam Husein podemos vislumbrar los propósitos y motivos que fundamentaron el levantamiento de ‘Ashura; igualmente, las interpretaciones de numerosas salutaciones, legadas por algunos de los otros imames, permiten descifrar las razones del referido levantamiento que fue liderado por este honorable. Veamos los siguientes casos:
1. El imam Husein (la paz sea con él) pronunció un sermón extraordinario y concluyente en la Meca ante un grupo de eruditos y de la elite de las diversas regiones islámicas. Allí recordó la pesada obligación e importante tarea de los eruditos y de otras personalidades de las ciudades para proteger las fronteras de la religión y las creencias de los musulmanes. Les recordó a estos que los crímenes de los omeyas fueron silenciados y censuró también su pasividad ante las políticas de los conflictos religiosos por parte de los gobernadores omeyas. Por ello, afirmó que cualquier ayuda y amistad hacia estos debe ser considerado un pecado imperdonable. Este honorable, al final de su discurso, anunció de la siguiente manera el propósito de sus actos y procederes en contra del sistema opresor reinante, que varios años después se mostró a sí mismo dentro del molde de un movimiento:
“Dios mío sabes perfectamente que lo que realicé (como por ejemplo de los dichos y actos en contra de los gobernadores omeyas) no fue por querer rivalizar ni rebasar en la soberanía y avaricia de los objetos insignificantes del mundo; sino fue para mostrar (a la gente) los signos de Tu religión (establecer) y mostrar la reforma en Tus tierras. Queremos que tus siervos oprimidos se encuentren protegidos y que cumplan con lo que hiciste obligatorio, con tus tradiciones y preceptos”.
Si ponemos atención en estas frases podemos deducir cuatro de los propósitos principales que este inflable imam tuvo para rebelarse durante el gobierno de Yazid:
a. Revivir el paradigma y los signos del islam original y puro de Muhammad;
b. reformar y mejorar la situación de la gente de las regiones islámicas;
c. asegurar la situación de la gente oprimida; y
d. preparar un lugar apropiado para actuar según los preceptos y los deberes divinos.
2. En el testamento que escribió el imam Husein a su hermano Muhammad Hanafiah, en el momento de abandonar Medina, le explica el propósito de su partida de la siguiente manera:
“No me desplacé por un deseo vanidoso ni insolente, ni tampoco para corromper ni tiranizar, sino que únicamente me movilicé para pedir una reforma en la comunidad de mi abuelo. Deseo ordenar las buenas acciones y prohibir lo prohibido, y actuar según la costumbre de mi abuelo y de mi padre ‘Ali ibn Abi Talib (la paz sea con ellos dos)”.
Y en otra parte dice:
“Dios mío, siento gran inclinación hacia las buenas acciones, y siento odio hacia las malas”.
Asimismo, en las diversas salutaciones al imam Husein (la paz sea con él), recitadas por parte de los imames, se encuentran diferentes explicaciones, como por ejemplo:
“Atestiguo que estableciste la oración y pagaste el azaque y ordenaste las buenas acciones y prohibiste lo prohibido”.
De estas palabras pueden deducirse los siguientes propósitos para el levantamiento de este honorable:
a. Pedir reforma en los asuntos de la comunidad del Profeta;
b. ordenar las buenas acciones;
c. prohibir las malas acciones; y
d. actuar según la tradición del Mensajero de Dios y del Príncipe de los Creyentes como, por ejemplo, establecer la oración y pagar el azaque.
3. El imam Husein, durante su estancia en la Meca, describió la filosofía de su insurrección en las respuestas a las cartas de invitación que le hicieron personajes importantes y pudientes de Kufa. En una de ellas dice:
“¡Juro por mi vida! Líder es aquel que actúa según el Libro de Dios, establece la justicia y equidad, cree en la Verdad, y se considera estable en aquello que hay en el sendero de Dios”.
En esta carta el honorable Imam considera que el levantamiento constituye un esfuerzo para establecer un gobierno en el que su líder posea los siguientes atributos y puntos positivos:
a. Ordene basándose en el Libro de Dios;
b. haga que la justicia domine en la sociedad;
c. sea creyente y crea en la religión de Dios; y
d. se ofrezca a Dios y a los objetivos divinos.
4. Husein ebn ‘Ali (la paz sea con él) describió la causa de su movimiento en la carta que escribió para invitar a los destacados de Basora, con el fin de que lo ayudaran y acompañaran:
“Los invito al Libro de Dios y a la tradición de Su Profeta. En verdad que la tradición del Profeta ha desaparecido y ha resurgido la innovación”.
En respuesta a ‘Abdul.lah ebn Muti’, dijo también:
“La gente de Kufa me escribió cartas y me ha pedido que vaya hacia ellos; ya que guardan la esperanza de que (con mi liderazgo) reviva los signos de la verdad y sean destruidas las innovaciones [reformas]”.
Del mismo modo, en la carta que escribió a los shi’itas de Basora, dijo:
“Los invito a revivir los signos de la Verdad y a destruir las innovaciones”.
De todas las cartas y contestaciones de este honorable, pueden deducirse los siguientes propósitos para el movimiento de ‘Ashura:
a. Invitar a practicar el Libro de Dios y la tradición del Profeta;
b. revivir la tradición del Profeta que había quedado en el olvido y el establecimiento de un ejemplo perfecto de la verdad y autenticidad; y
c. terminar con las innovaciones (reformas) que habían tomado el lugar de los preceptos de Dios y de la tradición del Profeta.
5. El Imam Husein (la paz sea con él), en un sermón pronunciado después de encontrarse con Hurr ebn Yazid Riahi, en un lugar llamado “Baiza”, describió las razones que sustentaban su rebelión. En su alocución hace referencia a lo dicho por el Profeta:
“¡Oh, gente! El Mensajero de Dios dijo: «Quien vea a un gobernante opresor que hizo permitido lo prohibido por Dios, que rompa lo pactado con Dios, que se oponga a la tradición del Mensajero de Dios y entre los siervos de Dios se comporta como un pecador y agrede, pero no se rebela ante él con sus actos y palabras, Dios lo colocará en el lugar (lleno de castigo) de ese opresor». ¡Oh, gente! Deben saber que ellos se inclinan por obedecer a Satanás, han dejado a un lado la observancia de las ordenes divinas y muestran la corrupción y han olvidado los castigos ordenados por Dios; las ganancias generales (los tesoros públicos) de los musulmanes las consideran propias y lo que Dios hizo prohibido lo consideran permitido, a lo permitido lo miran prohibido y yo soy la persona más apta para cambiar (el destino y los asuntos de los musulmanes)”.
De este sermón se deduce que la causa del levantamiento del Señor de los Mártires (la paz sea con él) fue porque los gobernantes de los omeyas (en especial Yazid) realizaron los siguientes actos contrarios a la Religión:
a. Obedecer a Satanás y desobedecer a Dios;
b. mostrar corrupción en la Tierra;
c. olvidarse de los límites divinos en los castigos ordenados por Dios;
d. apropiarse de los tesoros públicos; y
e. permitir lo prohibido por Dios y viceversa.
Por otra parte, podemos afirmar que en la Salutación del Imam Husein queda enunciada la propuesta de reestablecer los preceptos divinos y la tradición del Profeta y del imam Ali, el Príncipe de los Creyentes (la paz y las bendiciones sean con todos ellos):
“Atestiguo que tú permitiste lo permitido por Dios, y prohibiste lo prohibido por Dios y realizaste la oración y diste el azaque y aconsejaste las buenas acciones y desaconsejaste las malas acciones e invitaste (a los musulmanes) con buenas exhortaciones y consejos a tu sendero y método”.
Lo mismo se puede decir cuando asevera lo siguiente:
“Atestiguo que ordenaste la justicia y equidad e invitaste (a los musulmanes) hacia estas dos”.
6. En un lugar ubicado entre la Meca y Kufa, llamado Dhu Hosam, el tercer inmaculado dijo esto respecto a su movilización:
“¿Acaso no observan que no se actúa con la verdad y no se deja a un lado lo prohibido? (En una situación así) el creyente deberá, en verdad, desear encontrarse con Dios. Una muerte así no la veo más que como martirio, y una vida con los opresores como algo deshonroso”.
El Imam expresó en distintas ocasiones su rechazo hacia la humillación, que fue también otra de las causas para la insurgencia; por ejemplo, cuando ‘Ubaidul.lah lo dejó libre para que decidiera si quería ser ejecutado o pactar con Yazid, el imam Husein dijo:
“Lejos de nosotros está el humillarnos; ya que Dios y su Mensajero y los creyentes, rechazan una deshonra así para nosotros”.
Y también dijo:
“Lejos de nosotros está el que seamos indecentes; (ya que) Dios y Su Mensajero lo rechazan”.
Un punto digno de ser tomado en cuenta en estas frases es que el imam Husein (la paz sea con él) considera su rechazo a la humillación como una orden de Dios, una costumbre del Mensajero de Dios y de los creyentes; ya que los verdaderos creyentes obedecen la orden divina, siguen la guía del Mensajero de Dios y de ninguna manera acepta la humillación.
Esta idea aparece reiterada en distintos momentos:
“Juro por Dios, que no doy la mano a ellos (en señal de pacto) al igual que las personas despreciables (los seguidores de Yazid) ni tampoco huyo al igual que un esclavo”.
Y también dijo:
“La muerte con honor es mejor que la vida con humillación”.
De todo lo dicho pueden concluirse estos propósitos:
a. Difundir la verdad y su práctica;
b. prohibir la difusión prohibida y dejar de practicarla; y
c. rechazar una vida humillante y despreciable de mundo, y elegir una vida de felicidad en el Más Allá.
7. En la Salutación de ‘Arba’in, el imam Sadiq (la paz sea con él) explica de la siguiente manera el propósito del movimiento insurreccional del imam Husein:
“(Husein ebn ‘Ali) ofreció su vida en Tú sendero para salvar a Tus siervos de la desinformación, de andar errantes y extraviados”.
Según el punto de vista del sexto de los inmaculados, el imam Sadiq, el Señor de los Mártires (la paz sea con ellos dos) perseguía las siguientes metas con el movimiento de ‘Ashura:
a. Salvar a los musulmanes de la desinformación que había respecto a los preceptos religiosos y sus obligaciones ante Dios; y
b. salvar a los siervos de Dios del extravío, a hacerlos conscientes de la necesidad de seguir a los líderes verdaderos religiosos.
Conclusión del debate
Sobre la base de todos estos propósitos, deducidos a la luz de los dichos y documentos analizados, podemos afirmar que las verdaderas causas que motivaron el levantamiento o insurrección por parte del Señor de los Mártires fueron, por una parte, la lucha contra los innumerables actos prohibidos o desobediencia de los preceptos divinos que tenían lugar en la sociedad islámica y, por otra, propagar y difundir entre los musulmanes las elevadas virtudes, conductas y tradición, tanto del Mensajero de Dios como del imam Ali.
En tal sentido, la filosofía principal y terminante del movimiento de este honorable puede sintetizarse en un propósito general: “revivir la cultura islámica original y pura del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean para él y su familia), y frotar la herrumbre de lo distorsionado y de la innovación de la religión de su ancestro”. El Imam vio, en dos factores, la solución y los medios necesarios para poner en práctica su propósito: “ordenar las buenas acciones y prohibir lo malo”. Esto fue lo mismo que asentó en su testamento para Muhammad ebn Hanafiia y lo que se dice en las salutaciones respecto a este honorable.
Una explicación del asunto
El imam Husein (la paz sea con él) consideró necesaria su movilización contra los omeyas debido a las innovaciones o reformas propiciadas por estos, que ya eran una costumbre; al prevaleciente antagonismo respecto al Libro de Dios y hacia todo lo permitido y prohibido divino. Se opuso a la destrucción de la tradición del Profeta y que ello conllevara a olvidar a Dios y subordinarse al demonio, con las terribles consecuencias de ello, ya muy evidentes en la sociedad islámica: corrupción, tiranía, injusticia y desesperanza era lo que imperaba. Su levantamiento fue para impedir que se dejaran de realizar los límites de los castigos divinos, que reinara el monopolio y el saqueo impune de los tesoros públicos de los musulmanes. En fin, todos estos asuntos indicaban la abundancia de una plaga moral e irreligiosa contra la cual este honorable se sentía obligado a combatir y erradicar.
Del mismo modo, si el Imam Husein invitó a la sociedad islámica a actos tales como cumplir con lo que dice el Libro de Dios, la tradición del Profeta, revivir las indicaciones y los signos de la Verdad, crear seguridad, reformar y mejorar los asuntos de la comunidad, ello es una demostración de que las “buenas acciones” habían desaparecido de la sociedad, o por lo menos se estaban debilitando.
Por estas razones, cuando el Imam se niega a pactar con Yazid, lo hace convencido de que estaba preparado para alcanzar el martirio en la lucha que emprendería para derrotar el gobierno de este tirano y establecer un gobierno islámico. El no haber pactado fue bajo el significado de prohibir lo prohibido, difundir lo bueno y dar un ultimátum a los musulmanes acerca de la obligación de actuar y no callar ante las innovaciones y los crímenes de los omeyas. Quien callara ante un gobierno de esta naturaleza se hacía cómplice en la propagación del irrespeto hacia lo prohibido y enfrentarse a lo permitido; esto ocurría tanto con las personas comunes como con los eruditos y personalidades prominentes, que aceptaban por igual que los gobernadores omeyas cometieran desmanes y fechorías con total impunidad.
Dicho de otra manera, lo que parece ser cierto y seguro en la tradición de Husein ebn ‘Ali, en su condición de imam Infalible y por los rasgos nobles de su carácter, es que no aceptó pactar con un hombre corrompido como Yazid ni reconoció a ese gobierno como legal. Para tomar estas decisiones se basó en una profunda observación y análisis de su entorno, en las evidencias de las desviaciones que ocurrían dentro de la comunidad islámica durante el gobierno de Mu’awwiah y luego de Yazid. Había llegado a esta conclusión luego de comprender que sus elocuentes y aleccionadores consejos y sermones ya no podían terminar con la desviación creada en los fundamentos ideológicos y políticos que había penetrado en la sociedad islámica y en el sistema del gobierno. En consecuencia, el único camino para curar y salvar a la comunidad islámica, según el Imam, era establecer un movimiento universal que su reflejo y expansión fuese un paradigma a seguir para los hombres libres de todo el mundo, sin un tiempo y un espacio específicos, sino para la historia.
Claro está, Yazid no era alguien al que el Imam se podía enfrentar sin graves consecuencias para él. El tirano omeya estaba completamente consciente de que el rechazo de la legalidad de su gobierno por parte de una persona de la altura moral y ética de Husein ebn ‘Ali (la paz sea con él) significaba una gran amenaza, así que haría todo lo que estuviera a su alcance para detenerlo.