En el nombre de Dios. Hola, soy Seyed Mostafa y te doy la bienvenida a FátimaTV. Antes que nada, quiero agradecerte por seguir viendo las lecciones y por hacerlo en orden. En este curso, hemos estado hablando sobre un tema muy importante: el peligro de la negligencia.
Lección 7: “La Justicia del Príncipe de los Creyentes”
Vamos a empezar definiendo qué es una persona “negligente”. Alguien negligente no está loco ni es ignorante. Simplemente, su atención está tan centrada en una sola cosa, en una situación o en una condición específica, que no logra ver otros aspectos importantes. Y es justamente por eso que comete errores.
La raíz de muchos de nuestros desvíos y problemas está en esa negligencia. Todo el esfuerzo de los profetas y sus sucesores, es decir, el frente de la verdad, ha sido para que no caigamos en la trampa de la negligencia.
La mayoría de nuestros juicios sobre los demás están llenos de negligencia. ¿Cómo son esos juicios? Bueno, cuando vemos un evento aislado sobre una persona, tendemos a hacer un juicio general. Es decir, no prestamos atención a otros aspectos de esa persona o de la situación en particular.
Un ejemplo claro de esto es lo que sucedió en la época del Emir de los Creyentes, la paz sea con él. Cualquiera que se volvía enemigo de él, solía dirigirse a la ciudad de Al Raqa الرقة y luego se unía a Muawiya. Algunas personas de Kufa, al ver que unos cuantos se unían al bando de Muawiya, decían al Emir de los Creyentes que aprendiera de él, ya que Muawiya compraba a la gente con promesas de dinero y poder.
Pero estas personas no veían el panorama completo. No pensaban en las condiciones de esa época, ni en lo que sucedería cinco o diez años después, y mucho menos en el Día del Juicio. Estaban completamente cegados por la negligencia, y tenían el atrevimiento de sugerirle al Emir de los Creyentes, quien es en sí mismo el recuerdo de Dios, que siguiera el método de Muawiya, uno de los peores seres de su tiempo.
Hay un hadiz muy conocido tanto en fuentes suníes como chiíes, donde el Profeta Muhammad (la paz de Dios sea con él y su bendita familia) dice:
ذِكْرُ عَلِيٍّ عِبَادَةٌ
“El recuerdo de Alí es adoración”.
El Sheij Mufid, en su libro Al-Ikhtiṣāṣ (árabe: الإختصاص), menciona esta frase en un relato donde el Profeta considera que el recuerdo de Dios, de sí mismo, de Imam Alí y de los demás Inmaculados es adoración.
Eruditos sunitas como Ibn Maghazeli اِبْنِمَغازِلی en su libro “Manāqib al-Imam Ali ibn Abi Talib مَناقِبُ الإمام عَلی بْن أبی طالب”, Suyuti en “Al-Jaami' al-Kabir (árabe : الجامع الكبير)”, y San’ani صنعانی en el libro “Sharh al-Jami’ al-Saghir شرح الجامع الصغير”, también han narrado este hadiz, transmitido por Aisha del Profeta.
En el libro Bihar Al-Anwar, volumen 38, pág. 199 también se ha mencionado esta narracion de Aisha que dijo:
قَالَتْ عَائِشَةُ قَالَ اَلنَّبِيُّ صَلَّى اللَّهُ عَلَيْهِ وَ آلِهِ : ذِكْرُ عَلِيٍّ عِبَادَةٌ
El Profeta, la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia, dijo: “El recuerdo de Alí es adoración.”
Ahora, cuando hablamos de adoración, nos referimos a aquello que nos acerca a Dios. Y esta frase, “El recuerdo de Alí es adoración”, no se trata simplemente de repetir su nombre. Va mucho más allá. Se refiere a reflexionar sobre su posición, su liderazgo, y cómo podemos seguir su ejemplo en nuestras propias acciones.
El recuerdo de Imam Alí y de los demás Inmaculados es un preludio para que intentemos, en la medida de lo posible, imitar su comportamiento y acciones.
En el libro Bihār al-Anwār, volumen 53, página 171, se narra un hadiz del Imam Mahdi (que Dios apresure su aparición), del cual les leeré una parte. Él dice:
إِذَا أَرَدْتُمُ اَلتَّوَجُّهَ بِنَا إِلَى اَللَّهِ تَعَالَى وَ إِلَيْنَا، فَقُولُوا كَمَا قَالَ اَللَّهُ تَعَالَى:
Cuando queráis dirigiros a Dios Todopoderoso a través de nosotros, y a nosotros decid lo que Dios Todopoderoso ha dicho:
سَلاَمٌ عَلَى آلِ يس، اَلسَّلاَمُ عَلَيْكَ يَا دَاعِيَ اَللَّهِ وَ رَبَّانِيَّ آيَاتِهِ.
La Paz sobre la familia de Yasin. La Paz sobre ti, oh convocador hacia Dios y conocedor de Sus signos.
Ahora, volviendo al tiempo del Imam Alí, la poesía tenía un papel muy importante en la sociedad, casi como los medios de comunicación o las redes sociales hoy en día. Era algo que podía definir el éxito o fracaso en una guerra. Había un poeta en el ejército del Emir de los Creyentes, la paz sea con él, que respondía a los poetas de Muawiya con versos que eran insuperables. Incluso se cuenta que llegó a ridiculizar a Muawiya de forma muy severa en uno de sus poemas. Los comandantes de Muawiya, irónicamente, le pedían que lo repitiera para memorizarlo, aunque fuera en su contra.
Este poeta era Najashi. Lamentablemente, cuando regresaron a Kufa, un mal amigo lo convenció de beber vino, y fue encontrado borracho en la calle, en pleno mes de Ramadán. Esto fue un escándalo, ya que Najashi era una figura importante, prácticamente el portavoz del ejército en la guerra de Siffin.
El Imam Alí, como gobernante justo, emitió el veredicto de ochenta latigazos por beber vino, y veinte adicionales por el insulto al mes sagrado de Ramadán. Todo conforme a las leyes del Islam, sin importar la posición de Najashi.
En ese tiempo, las personas pertenecían a una tribu o estaban bajo la protección de una tribu. Najashi estaba bajo la protección de una tribu.
El jefe de la tribu de Najashi intentó interceder para reducir el castigo, argumentando que Muawiya estaba comprando a todos con dinero, y que Najashi y su tribu podrían unirse a él. Pero el Imam Alí fue claro: “La justicia debe aplicarse a todos, y el castigo divino debe ser ejecutado.”
Después del martirio del Profeta, y la usurpación del califato, el gobierno trató de rebajar la posición del Emir de los Creyentes en la sociedad. Para tener éxito en el golpe de Estado, necesitaban elevar su propia posición con mentiras y disminuir la de Alí. Querían ocupar el lugar del Profeta, quien era infalible y una misericordia para los mundos. Incluso intentaron bajar la posición del Profeta, diciendo que él también se enojaba, tomaba decisiones y luego se arrepentía, o que daba órdenes en un momento de ira y luego se daba cuenta de que había cometido un error. Esto va en contra del Corán. En el Corán, tenemos que las palabras y acciones del Profeta están en total conformidad con la voluntad y las órdenes de Dios. En el Corán, en la sura 53, versos 3 y 4, leemos:
وَمَا يَنطِقُ عَنِ الْهَوَىٰ ﴿٣﴾ إِنْ هُوَ إِلَّا وَحْيٌ يُوحَىٰ ﴿٤﴾
“Y él no habla por deseo propio. No es sino una revelación que se ha hecho.”
En una sociedad donde la personalidad del Emir de los Creyentes había sido destruida durante 25 años, no era que lo consideraran el mejor ser después del Profeta, o lo reconocieran como Imam, y consideraran sus órdenes como las órdenes de Dios. Por eso, el jefe de la tribu quería obtener una reducción en el castigo de Najashi y decía que la orden era incorrecta, porque ahora que Muawiya estaba comprando a todos con dinero, él y sus amigos podrían enojarse y unirse a Muawiya.
El jefe de la tribu de Najashi dijo que Najashi había estado presente en todas las batallas, no huyó, la batalla terminó, pero sus versos contra Muawiya aún permanecen en la mente de nuestros enemigos. Los compañeros de Muawiya podrían amenazarlo por el resto de su vida. ¡Él es tu comandante de medios!
Pero el Emir de los Creyentes respondió: “La justicia debe aplicarse a todos, y el castigo divino debe ser ejecutado.”
El jefe de la tribu dijo al Imam Ali: “Esta orden molesta a nuestra tribu. Los jóvenes de nuestra tribu dicen que usted ha perdonado a muchos en la Batalla de Yamal. ¡Nosotros estamos en su ejército! Al menos, perdone esos veinte latigazos adicionales para que yo pueda decir que se redujeron veinte latigazos. Soy el comandante de ellos, muchos jóvenes de nuestra tribu han muerto en su ejército. Puedo decir a mi tribu que el Imam perdonó por mí esos veinte latigazos que se ha añadido por hacer este pecado en el Mes de Ramadán.”
El Imam respondió: “No puedo suspender el castigo divino. Nunca suspenderé la orden de Dios.”
El jefe de la tribu, es decir, “Tariq ibn Abdullah Nahdi طارق بن عبدالله نهدی” dijo: “Si ejecutas este castigo, nos uniremos a Muawiya.”
El Emir de los Creyentes, la paz sea con él, ejecutó el castigo, y también aplicó el castigo adicional por el insulto al mes sagrado de Ramadán. Un grupo de esa tribu fue a unirse a Muawiya.
El comandante de los medios del ejército del Emir de los Creyentes, la paz sea con él, había llegado a Sham. Los hombres de Muawiya lo recibieron. Tariq ibn Abdullah Nahdi, que era jefe de la tribu, fue con Najashi y algunos otros a ver a Muawiya.
Es obvio que Muawiya estaba muy contento porque utilizaba de todas oportunidades posibles contra Imam Ali y por eso dijo: “Bienvenidos ¡Miren quién ha venido! ¿Quiénes recuerdan lo que decía este Najashi? Entonces, ¿ven que teníamos razón, ven que nosotros somos mejor que Ali?”
Muawiya continúa diciendo: Preparad un púlpito. Najashi debía hablar sobre la razón de su decisión y contar cómo había pasado para todos y por qué ha dejado a Ali y estar aquí con nosotros.
Muawiya los recibió con alegría, esperando que Najashi hablara mal del Imam Alí. Pero Tariq ibn Abdullah Nahdi tomó la palabra y dijo algo que sorprendió a todos:
“No hemos venido aquí por la injusticia de Alí, sino por su justicia. Esperábamos que fuera injusto y sacrificara la justicia por no perdernos, pero Alí fue justo. La justicia de Alí nos trajo aquí, no su injusticia. ¡Oh Muawiya! Huimos de un Imam justo y legítimo, rodeado de gente piadosa. No soportamos la justicia de Alí y por eso estamos aquí.”
Estas palabras, incluso en la corte de Muawiya, fueron como una flecha directa al corazón de la injusticia. La grandeza de Alí, la paz sea con él, era tan evidente que ni siquiera Muawiya pudo responder.
Se ha narrado que el Emir de los Creyentes, la paz sea con él, dijo: “Si ese hermano Nahdi, es decir, Tariq ibn Abdullah Nahdi, hubiera sido asesinado por esa frase, habría sido considerado un mártir en mi ejército.” Es decir, si Muawiya lo hubiera matado por esta confesión, habría sido un mártir.
Gracias por escucharme hasta el final. Continuaremos este tema en las próximas lecciones. No dudes en contactarme a través de las redes sociales de FátimaTV o al correo FatimaTV.es@gmail.com.
Hasta la próxima. ¡Chao!