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¡Despierta antes de que sea demasiado tarde! En este nuevo episodio de “El Peligro de la Negligencia”, exploramos cómo la falta de atención a lo que realmente importa en la vida puede llevarnos a perder lo que más valoramos. Descubre cómo el valor del tiempo y las relaciones puede cambiar tu vida y cómo la negligencia puede hacerte lamentar. ¡No te pierdas esta reflexión profunda y emotiva que te hará reevaluar tus prioridades!

Transcripción

El Peligro de la Negligencia

Lección 6

El Valor del Tiempo y las Relaciones

 

En el nombre de Dios. ¡Hola! Te doy la bienvenida a un nuevo episodio de “El Peligro de la Negligencia”. Hoy vamos a hablar de algo que nos afecta a todos en algún momento de nuestra vida: el valor de las relaciones familiares y cómo la negligencia puede hacernos perder lo que realmente importa.

La religión te enseña a prestar a cada cosa la atención que merece. Si no lo haces, caes en la negligencia. Y esta negligencia no siempre se manifiesta en hacer cosas malas; a veces, se trata simplemente de dejar de hacer lo que es más importante para ti.

Pensemos en tus padres. Tal vez, por estar ocupado con el trabajo o tus tareas diarias, olvidas prestarles la atención que merecen. A veces, ellos te piden algo, pero estás tan inmerso en tus ocupaciones que no respondes a sus necesidades, lo que puede causarles tristeza. Quizás, en tu afán por estudiar o avanzar en la vida, has descuidado tus responsabilidades hacia ellos, quienes tienen un lugar tan elevado en la religión.

En cuatro suras del Corán, después de la orden de adorar solo a Dios, inmediatamente se te ordena tratar bien a tus padres. Esto te muestra la enorme importancia que tienen.

Quizás ya hayas perdido a tus padres, y ahora pienses: “Ojalá estuvieran aquí, y les hubiera dado toda mi atención y respeto”. Debes valorar estas oportunidades antes de que sea demasiado tarde, antes de que la negligencia te haga lamentar.

A veces, tus padres solo desean que les dediques unos minutos de tu tiempo, una simple conversación de diez minutos. Pero estás demasiado ocupado en las redes sociales, buscando “me gusta” y seguidores. Este es el máximo ejemplo de negligencia. Si buscas bendiciones y éxito en la vida, el camino es claro: seguir las órdenes de Dios y servir a tus padres.

Prestar atención a tus padres puede abrir miles de puertas en tu vida. Y lo mismo ocurre con tu pareja y tus hijos. Dedicar una hora de amor y atención a tu pareja, por amor a Dios, puede hacer que las bendiciones del cielo y la tierra caigan sobre ti.

La persona negligente es realmente desafortunada. Y lo cierto es que todos, en mayor o menor medida, caemos en la negligencia. Luego te preguntas: “¿Por qué me va mal?” La respuesta es sencilla: ¡es la negligencia la que te está haciendo daño! Las oportunidades pasan, el tiempo se va, y tú, sin darte cuenta, estás regalando tu vida sin aprovecharla.

El mundo moderno te ha absorbido, y el tiempo, ese recurso tan valioso, es algo que has olvidado valorar. Tus días se te escapan, y no te das cuenta de cuánto estás perdiendo.

Imagina al Imam Ali (la paz sea con él), el líder de los musulmanes, yendo a comprar ropa. Él no era muy alto, y la ropa que compró le quedaba grande. Entonces, cortó las mangas con su propia daga. Alguien le dijo: “Señor, permítame coserlas bien”. Y él respondió: “No hay tiempo. Hay demasiados pobres y necesitados”. ¿Te das cuenta de la urgencia que sentía por ayudar a los demás?

No se trata de descuidar nuestro aspecto, sino de entender la importancia del tiempo y la urgencia de ayudar a los demás. Cuando piensas en la vida y el comportamiento de los Inmaculados (la paz sea con ellos), quienes aprovechaban cada instante en obediencia a Dios, ¿no te avergüenzas de malgastar tu tiempo, sabiendo que podrías estar dando un paso más para ayudar a los creyentes?

En el Corán, leemos que si salvas una vida, es como si hubieras salvado a toda la humanidad. ¿Puedes imaginarlo? Es como si hubieras resuelto los problemas de todo el mundo. Piensa en lo valioso que sería, por ejemplo, crear una vacuna que salve a millones de personas. Así de grande es el valor que Dios le da a salvar una sola vida.

Sama’ah relata que preguntó al Imam Sadiq acerca de la declaración de Dios, el Poderoso y Majestuoso:

مَن قَتَلَ نَفْسًا بِغَيْرِ نَفْسٍ أَوْ فَسَادٍ فِي الْأَرْضِ فَكَأَنَّمَا قَتَلَ النَّاسَ جَمِيعًا وَمَنْ أَحْيَاهَا فَكَأَنَّمَا أَحْيَا النَّاسَ جَمِيعًا ۚ

“Quien mata a una persona sin [haber matado] a otra persona… es como si hubiera matado a toda la humanidad, y quien la haga vivir, es como si hubiera hecho vivir a toda la humanidad.”

El Imam Sadiq respondió: “Quien la saque del extravío hacia la guía, es como si la hubiera hecho vivir. Y quien la saque de la guía hacia el extravío, ciertamente la ha matado.”

Este hadiz se refiere a una aleya del Sagrado Corán (5:32) y se atribuye al Imam Sadiq (la paz sea con él). En este hadiz, se enfatiza la santificación de la vida y la importancia de guiar a las personas por el camino correcto. ¿Te das cuenta de la responsabilidad que tienes de ayudar a los demás y de guiarlos hacia el camino correcto?

 

El tiempo que pierdes es un verdadero desastre, y en muchos casos, se convierte en una adicción. No puedes evitar mirar tu teléfono cada pocos minutos, aunque no tengas mensajes importantes. Si ves ese video en YouTube o esa publicación en Instagram un poco más tarde, no pasará nada. Sin embargo, estás tan inmerso en el mundo virtual que te olvidas de lo que realmente importa.

Si olvidas a Dios y caes en la negligencia, te pones en el punto de mira de Satanás. Y él, aprovechando esa oportunidad, te desvía del camino correcto.

Una de las formas más efectivas de recordar a Dios y fortalecer tu fe es recordar la muerte. Hay muchos dichos al respecto. En este mundo, probablemente no haya nada tan seguro como la muerte. Incluso alguien que no cree en Dios no puede negar que algún día morirá.

El Príncipe de los Creyentes, Imam Ali (la paz sea con él) dijo:

وَ أُوصِيكُمْ بِذِكْرِ الْمَوْتِ وَ إِقْلَالِ الْغَفْلَةِ عَنْهُ، وَ كَيْفَ غَفْلَتُكُمْ عَمَّا لَيْسَ يُغْفِلُكُمْ 

“Os recomiendo recordar la muerte y reducir la negligencia hacia ella. ¿Cómo podéis ser negligentes con algo que no os olvida a vosotros?”

(Fuente: Nahj al-Balagha, Sermón 188)

Es un recordatorio poderoso. La muerte no te olvida, aunque tú a veces la olvides. Debes estar siempre consciente de ella para no caer en la negligencia.

Gracias por acompañarme en esta profunda reflexión sobre la negligencia y el valor del tiempo y las relaciones. Espero que estas palabras te ayuden a reevaluar tus prioridades y a recordar lo que realmente importa en la vida. Si te ha gustado, no olvides darle un ‘me gusta’ en YouTube y escribir un comentario con tus pensamientos y reflexiones. También te invito a suscribirte a nuestro canal, FatimaTVes, para que puedas recibir notificaciones de nuestros próximos episodios y contenido exclusivo. Tu apoyo significa mucho para nosotros y nos ayuda a seguir creando contenido de calidad para ti. ¡Hasta la próxima!”

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¡Despierta antes de que sea demasiado tarde! En este nuevo episodio de “El Peligro de la Negligencia”, exploramos cómo la falta de atención a lo que realmente importa en la vida puede llevarnos a perder lo que más valoramos. Descubre cómo el valor del tiempo y las relaciones puede cambiar tu vida y cómo la negligencia puede hacerte lamentar. ¡No te pierdas esta reflexión profunda y emotiva que te hará reevaluar tus prioridades!

El Peligro de la Negligencia

Lección 6

El Valor del Tiempo y las Relaciones

 

En el nombre de Dios. ¡Hola! Te doy la bienvenida a un nuevo episodio de “El Peligro de la Negligencia”. Hoy vamos a hablar de algo que nos afecta a todos en algún momento de nuestra vida: el valor de las relaciones familiares y cómo la negligencia puede hacernos perder lo que realmente importa.

La religión te enseña a prestar a cada cosa la atención que merece. Si no lo haces, caes en la negligencia. Y esta negligencia no siempre se manifiesta en hacer cosas malas; a veces, se trata simplemente de dejar de hacer lo que es más importante para ti.

Pensemos en tus padres. Tal vez, por estar ocupado con el trabajo o tus tareas diarias, olvidas prestarles la atención que merecen. A veces, ellos te piden algo, pero estás tan inmerso en tus ocupaciones que no respondes a sus necesidades, lo que puede causarles tristeza. Quizás, en tu afán por estudiar o avanzar en la vida, has descuidado tus responsabilidades hacia ellos, quienes tienen un lugar tan elevado en la religión.

En cuatro suras del Corán, después de la orden de adorar solo a Dios, inmediatamente se te ordena tratar bien a tus padres. Esto te muestra la enorme importancia que tienen.

Quizás ya hayas perdido a tus padres, y ahora pienses: “Ojalá estuvieran aquí, y les hubiera dado toda mi atención y respeto”. Debes valorar estas oportunidades antes de que sea demasiado tarde, antes de que la negligencia te haga lamentar.

A veces, tus padres solo desean que les dediques unos minutos de tu tiempo, una simple conversación de diez minutos. Pero estás demasiado ocupado en las redes sociales, buscando “me gusta” y seguidores. Este es el máximo ejemplo de negligencia. Si buscas bendiciones y éxito en la vida, el camino es claro: seguir las órdenes de Dios y servir a tus padres.

Prestar atención a tus padres puede abrir miles de puertas en tu vida. Y lo mismo ocurre con tu pareja y tus hijos. Dedicar una hora de amor y atención a tu pareja, por amor a Dios, puede hacer que las bendiciones del cielo y la tierra caigan sobre ti.

La persona negligente es realmente desafortunada. Y lo cierto es que todos, en mayor o menor medida, caemos en la negligencia. Luego te preguntas: “¿Por qué me va mal?” La respuesta es sencilla: ¡es la negligencia la que te está haciendo daño! Las oportunidades pasan, el tiempo se va, y tú, sin darte cuenta, estás regalando tu vida sin aprovecharla.

El mundo moderno te ha absorbido, y el tiempo, ese recurso tan valioso, es algo que has olvidado valorar. Tus días se te escapan, y no te das cuenta de cuánto estás perdiendo.

Imagina al Imam Ali (la paz sea con él), el líder de los musulmanes, yendo a comprar ropa. Él no era muy alto, y la ropa que compró le quedaba grande. Entonces, cortó las mangas con su propia daga. Alguien le dijo: “Señor, permítame coserlas bien”. Y él respondió: “No hay tiempo. Hay demasiados pobres y necesitados”. ¿Te das cuenta de la urgencia que sentía por ayudar a los demás?

No se trata de descuidar nuestro aspecto, sino de entender la importancia del tiempo y la urgencia de ayudar a los demás. Cuando piensas en la vida y el comportamiento de los Inmaculados (la paz sea con ellos), quienes aprovechaban cada instante en obediencia a Dios, ¿no te avergüenzas de malgastar tu tiempo, sabiendo que podrías estar dando un paso más para ayudar a los creyentes?

En el Corán, leemos que si salvas una vida, es como si hubieras salvado a toda la humanidad. ¿Puedes imaginarlo? Es como si hubieras resuelto los problemas de todo el mundo. Piensa en lo valioso que sería, por ejemplo, crear una vacuna que salve a millones de personas. Así de grande es el valor que Dios le da a salvar una sola vida.

Sama’ah relata que preguntó al Imam Sadiq acerca de la declaración de Dios, el Poderoso y Majestuoso:

مَن قَتَلَ نَفْسًا بِغَيْرِ نَفْسٍ أَوْ فَسَادٍ فِي الْأَرْضِ فَكَأَنَّمَا قَتَلَ النَّاسَ جَمِيعًا وَمَنْ أَحْيَاهَا فَكَأَنَّمَا أَحْيَا النَّاسَ جَمِيعًا ۚ

“Quien mata a una persona sin [haber matado] a otra persona… es como si hubiera matado a toda la humanidad, y quien la haga vivir, es como si hubiera hecho vivir a toda la humanidad.”

El Imam Sadiq respondió: “Quien la saque del extravío hacia la guía, es como si la hubiera hecho vivir. Y quien la saque de la guía hacia el extravío, ciertamente la ha matado.”

Este hadiz se refiere a una aleya del Sagrado Corán (5:32) y se atribuye al Imam Sadiq (la paz sea con él). En este hadiz, se enfatiza la santificación de la vida y la importancia de guiar a las personas por el camino correcto. ¿Te das cuenta de la responsabilidad que tienes de ayudar a los demás y de guiarlos hacia el camino correcto?

 

El tiempo que pierdes es un verdadero desastre, y en muchos casos, se convierte en una adicción. No puedes evitar mirar tu teléfono cada pocos minutos, aunque no tengas mensajes importantes. Si ves ese video en YouTube o esa publicación en Instagram un poco más tarde, no pasará nada. Sin embargo, estás tan inmerso en el mundo virtual que te olvidas de lo que realmente importa.

Si olvidas a Dios y caes en la negligencia, te pones en el punto de mira de Satanás. Y él, aprovechando esa oportunidad, te desvía del camino correcto.

Una de las formas más efectivas de recordar a Dios y fortalecer tu fe es recordar la muerte. Hay muchos dichos al respecto. En este mundo, probablemente no haya nada tan seguro como la muerte. Incluso alguien que no cree en Dios no puede negar que algún día morirá.

El Príncipe de los Creyentes, Imam Ali (la paz sea con él) dijo:

وَ أُوصِيكُمْ بِذِكْرِ الْمَوْتِ وَ إِقْلَالِ الْغَفْلَةِ عَنْهُ، وَ كَيْفَ غَفْلَتُكُمْ عَمَّا لَيْسَ يُغْفِلُكُمْ 

“Os recomiendo recordar la muerte y reducir la negligencia hacia ella. ¿Cómo podéis ser negligentes con algo que no os olvida a vosotros?”

(Fuente: Nahj al-Balagha, Sermón 188)

Es un recordatorio poderoso. La muerte no te olvida, aunque tú a veces la olvides. Debes estar siempre consciente de ella para no caer en la negligencia.

Gracias por acompañarme en esta profunda reflexión sobre la negligencia y el valor del tiempo y las relaciones. Espero que estas palabras te ayuden a reevaluar tus prioridades y a recordar lo que realmente importa en la vida. Si te ha gustado, no olvides darle un ‘me gusta’ en YouTube y escribir un comentario con tus pensamientos y reflexiones. También te invito a suscribirte a nuestro canal, FatimaTVes, para que puedas recibir notificaciones de nuestros próximos episodios y contenido exclusivo. Tu apoyo significa mucho para nosotros y nos ayuda a seguir creando contenido de calidad para ti. ¡Hasta la próxima!”