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En la segunda lección del curso “El Peligro de la Negligencia”, descubrirás quién es el verdadero creyente más astuto según las enseñanzas del Imam Ali (la paz sea con él). A través de una comparación con Muawiya, aprenderás que la verdadera astucia no está en el engaño, sino en recordar la muerte y prepararse para la vida eterna. Esta lección te ayudará a reflexionar sobre tus propias decisiones y prioridades en la vida. ¡No te lo pierdas!

Transcripción

El Peligro de la Negligencia

 

Lección 2: ¿Quién es el creyente más astuto?

 

En el nombre de Dios.

 

¡Hola! Espero que estés muy bien.

 

Antes de comenzar, quiero recordarte que es importante seguir las lecciones en orden, ya que los temas están conectados entre sí. En este curso, cada lección es una pieza del rompecabezas, y sin el contexto adecuado, podrías perderte detalles clave. Así que, si aún no has escuchado la primera lección, te sugiero que la revises antes de continuar.

 

Hoy quiero hablar sobre la negligencia y sus consecuencias. Una persona negligente no ve más allá de este mundo; sus esfuerzos están enfocados en una sola dimensión, sin considerar los otros aspectos de su existencia, especialmente el más allá.

 

A veces, a personas así le decían al Príncipe de los Creyentes, el Imam Ali (la paz sea con él): “¿Por qué no actúas con astucia, como lo hace Muawiya?”

 

Pero esto, amigo mío, es el colmo de la negligencia. Muawiya, aunque astuto en el engaño y hábil para alcanzar sus objetivos malvados, al final fue derrotado de manera rotunda. Él es el líder de los negligentes.

 

Hoy en día, no conocemos a ninguna comunidad que tome a Muawiya como modelo. Aunque algunas pocas sectas de los musulmanes puedan respetarlo como compañero del Profeta, nadie organiza su vida según las ideas de Muawiya. De hecho, si alguien se comparara con él, se ofendería.

 

Por otro lado, si nos dijeran que deberíamos ser como el Imam Ali (la paz sea con él), ¿qué responderíamos? Sin duda, diríamos: “¿Por qué no? Ofrezco mi vida por el Príncipe de los Creyentes. ¡Ojalá pudiera parecerme un poco más a él en mis acciones!”

 

Algunos podrían pensar erróneamente que la bendita familia del Profeta, los Ahlul-Bait, no era lo suficientemente astuta para derrotar a sus enemigos con engaños y estrategias. Pero la realidad es que ellos nunca quisieron oponerse a Dios, ni por un instante, ni siquiera por el más breve de los momentos. Para alcanzar nuestros objetivos, no podemos utilizar medios incorrectos, aunque pensemos que nuestros fines sean justos.

 

El Imam Ali (la paz sea con él) fue, después del Profeta, la mejor de las criaturas. Él era la razón pura, la piedad pura. Su astucia y sabiduría no tienen comparación. Sin embargo, jamás fue negligente. En todas sus decisiones, veía tanto la vida en este mundo como la vida eterna en el más allá, sin perder de vista ninguna de las dos.

 

Si pudiéramos ver el más allá ahora, nos preguntaríamos: ¿Quién está sufriendo? ¿Quién está comiendo del árbol de Zaqqum? El destino de los enemigos de Dios es claro. Muawiya y sus semejantes están sufriendo, aunque por un breve tiempo alcanzaron poder en este mundo.

 

Dios dice en el Corán, en el capítulo 56, versículos 51-56:

 

ثُمَّ إِنَّكُمْ أَيُّهَا الضَّالُّونَ الْمُكَذِّبُونَ ‎﴿٥١﴾‏ ‏ 

“Después, vosotros, los descarriados que negáis la verdad,

لَآكِلُونَ مِن شَجَرٍ مِّن زَقُّومٍ ‎﴿٥٢﴾‏ 

Ciertamente, comeréis del árbol de Zaqqum,

فَمَالِئُونَ مِنْهَا الْبُطُونَ ‎﴿٥٣﴾‏ 

y llenaréis vuestros vientres con él,

فَشَارِبُونَ عَلَيْهِ مِنَ الْحَمِيمِ ‎﴿٥٤﴾‏ 

y beberéis sobre él agua hirviente,

فَشَارِبُونَ شُرْبَ الْهِيمِ ‎﴿٥٥﴾‏ 

y beberéis como beben los camellos enfermos que no pueden calmar su sed,

هَٰذَا نُزُلُهُمْ يَوْمَ الدِّينِ ‎﴿٥٦﴾

¡Este es su recibimiento en el Día del Juicio!”

 

Hoy nadie se atreve a decir que el Imam Ali (la paz sea con él) no era tan astuto como Muawiya, porque todos han visto el destino de Muawiya.

 

Entonces, ¿qué nos hace negligentes? Cuando nos gusta algo, le prestamos demasiada atención y olvidamos el resto. El Imam Ali (la paz sea con él) veía tanto el mundo como el más allá al mismo tiempo. Si buscas a alguien verdaderamente distraído, ese era Muawiya, quien vendió su vida eterna por este mundo pasajero. Dios llama “necios” a quienes hacen este tipo de intercambios. Para explicarlo mejor, imagina que le preguntas a alguien: “¿Cambiarías tu casa por cinco chicles?” Y esa persona responde: “¡Sí!” Sería un trato completamente absurdo, ¿verdad? Pues de la misma manera, quien entrega su vida eterna por las cosas pasajeras de este mundo está haciendo un intercambio aún más insensato.

 

Muawiya se enfrentó al Príncipe de los Creyentes en el año 37 de la hégira y murió en el año 60. Es decir, por 23 años de poder en este mundo, lleva ya alrededor de 1000 años en tormento.

 

Entonces, ¿quién es el verdadero astuto?

 

En un hadiz transmitido por los Inmaculados, le preguntaron al Mensajero de Dios (la paz sea con él y su bendita familia): “¿Quién es el creyente más astuto?” Él respondió:

 

أَكْيَسُ الْمُؤْمِنِينَ أَكْثَرُهُمْ ذِكْراً لِلْمَوْتِ، وَ أشَدُّهُمْ لَهُ اسْتِعْدَاداً

 

“El más astuto de los creyentes es aquel que más recuerda la muerte y se prepara mejor para ella.”

 

Fuente: Bihar al-Anwar, vol. 6, pág. 126

 

Quien recuerda la muerte no vende su más allá por este mundo.

 

Si la gente de la época del Imam Ali (la paz sea con él) no hubiera sido negligente, no le habrían dicho: “¿Por qué no usas engaños como Muawiya para reunir a la gente a tu alrededor?” Quien hace tal objeción está distraído de Dios y de la vida eterna.

 

Cuando el hipócrita Ash’ath ibn Qays le ofreció un soborno al Imam Ali para obtener privilegios, el Imam respondió:

 

وَ اللَّهِ لَوْ أُعْطِيتُ الْأَقَالِيمَ السَّبْعَةَ بِمَا تَحْتَ أَفْلَاكِهَا عَلَى أَنْ أَعْصِيَ اللَّهَ فِي نَمْلَةٍ أَسْلُبُهَا جُلْبَ شَعِيرَةٍ، مَا فَعَلْتُهُ. 

¡Por Dios! Si se me dieran los siete continentes de la Tierra con todo lo que hay bajo sus cielos para desobedecer a Dios quitando la cáscara de un grano de cebada de la boca de una hormiga, jamás lo haría.

وَ إِنَّ دُنْيَاكُمْ عِنْدِي لَأَهْوَنُ مِنْ وَرَقَةٍ فِي فَمِ جَرَادَةٍ تَقْضَمُهَا. 

Ciertamente, vuestro mundo es para mí más insignificante que una hoja en la boca de una langosta que la esté masticando. 

مَا لِعَلِيٍّ وَ لِنَعِيمٍ يَفْنَى وَ لَذَّةٍ لَا تَبْقَى! 

¿Qué tiene que ver Ali con las bendiciones efímeras del mundo y sus placeres transitorios? 

نَعُوذُ بِاللَّهِ مِنْ سُبَاتِ الْعَقْلِ وَ قُبْحِ الزَّلَلِ وَ بِهِ نَسْتَعِين‬.

Buscamos refugio en Dios del adormecimiento de la razón y de los errores feos y desagradables, y en este camino pedimos Su ayuda.

 

Fuente: Nahjul-balaga (نهج البلاغة) - Sermón 224

 

Gracias por acompañarme en esta lección. Espero que estas palabras hayan sido una fuente de reflexión y guía en tu vida diaria. Recuerda, el verdadero astuto es quien siempre tiene presente la vida eterna y actúa en consecuencia.

 

Si deseas seguir aprendiendo, te invito a suscribirte al canal de YouTube FatimaTVes.

 

Hasta la próxima lección. Que Dios te cuide y te guíe siempre.











 

El Peligro de la Negligencia

Lección 2

¿Quién es el creyente más astuto?

 

En el nombre de Dios.

¡Hola! Espero que estés muy bien.

 

Antes de comenzar, quiero recordarles que es importante seguir las lecciones en orden, ya que los temas están conectados entre sí. En este curso, cada lección es una pieza del rompecabezas, y sin el contexto adecuado, podríamos perdernos detalles clave. Así que, si aún no han escuchado la primera lección, les sugiero que la revisen antes de continuar.

 

Hoy hablaremos sobre la negligencia y sus consecuencias. Una persona negligente no ve más allá de este mundo; sus esfuerzos están enfocados en una sola dimensión, sin considerar los otros aspectos de su existencia, especialmente el más allá.

 

A veces, a personas así les decían al Príncipe de los Creyentes, el Imam Ali (la paz sea con él): “¿Por qué no actúas con astucia, como lo hace Muawiya?”

 

Pero esto, mis amigos, es el colmo de la negligencia. Muawiya, aunque astuto en el engaño y hábil para alcanzar sus objetivos malvados, al final fue derrotado de manera rotunda. Él es el líder de los negligentes.

 

Hoy en día, no conocemos a ninguna comunidad que tome a Muawiya como modelo. Aunque algunas pocas sectas de los musulmanes puedan respetarlo como compañero del Profeta, nadie organiza su vida según las ideas de Muawiya. De hecho, si alguien se compara con él, se ofendería.


 

Por otro lado, si nos dijeran que deberíamos ser como el Imam Ali (la paz sea con él), ¿qué responderíamos? Sin duda, diríamos: “¿Por qué no? Ofrezco mi vida por el Príncipe de los Creyentes. ¡Ojalá pudiera parecerme un poco más a él en mis acciones!”

 

Algunos podrían pensar erróneamente que la bendita familia del Profeta, los Ahlul-Bait, no era lo suficientemente astuta para derrotar a sus enemigos con engaños y estrategias. Pero la realidad es que ellos nunca quisieron oponerse a Dios, ni por un instante, ni siquiera por el más breve de los momentos. Para alcanzar nuestros objetivos, no podemos utilizar medios incorrectos, aunque pensemos que nuestros fines sean justos.

 

El Imam Ali (la paz sea con él) fue, después del Profeta, la mejor de las criaturas. Él era la razón pura, la piedad pura. Su astucia y sabiduría no tienen comparación. Sin embargo, jamás fue negligente. En todas sus decisiones, veía tanto la vida en este mundo como la vida eterna en el más allá, sin perder de vista ninguna de las dos.

 

Si pudiéramos ver el más allá ahora, nos preguntaríamos: ¿Quién está sufriendo? ¿Quién está comiendo del árbol de Zaqqum? El destino de los enemigos de Dios es claro. Muawiya y sus semejantes están sufriendo, aunque por un breve tiempo alcanzaron poder en este mundo.

 

Dios dice en el Corán, en el capítulo 56, versículos 51-56:

 

ثُمَّ إِنَّكُمْ أَيُّهَا الضَّالُّونَ الْمُكَذِّبُونَ ‎﴿٥١﴾‏ ‏ 

“Después, vosotros, los descarriados que negáis la verdad,

لَآكِلُونَ مِن شَجَرٍ مِّن زَقُّومٍ ‎﴿٥٢﴾‏ 

Ciertamente, comeréis del árbol de Zaqqum,

فَمَالِئُونَ مِنْهَا الْبُطُونَ ‎﴿٥٣﴾‏ 

y llenaréis vuestros vientres con él,

فَشَارِبُونَ عَلَيْهِ مِنَ الْحَمِيمِ ‎﴿٥٤﴾‏ 

y beberéis sobre él agua hirviente,

فَشَارِبُونَ شُرْبَ الْهِيمِ ‎﴿٥٥﴾‏ 

y beberéis como beben los camellos enfermos que no pueden calmar su sed,

هَٰذَا نُزُلُهُمْ يَوْمَ الدِّينِ ‎﴿٥٦﴾

¡Este es su recibimiento en el Día del Juicio!”

 

Hoy nadie se atreve a decir que el Imam Ali (la paz sea con él) no era tan astuto como Muawiya, porque todos han visto el destino de Muawiya.

 

Entonces, ¿qué nos hace negligentes? Cuando nos gusta algo, le prestamos demasiada atención y olvidamos el resto. El Imam Ali (la paz sea con él) veía tanto el mundo como el más allá al mismo tiempo. Si buscamos a alguien verdaderamente distraído, ese era Muawiya, quien vendió su vida eterna por este mundo pasajero. Dios llama a aquellos que hacen este tipo de intercambios “necios”.

 

Por ejemplo, si le preguntas a alguien: “¿Cambiarías tu casa por cinco chicles?” Diría: “¡No! ¡La cambiaría por siete!” Eso es un trato insensato. Y quien entrega su más allá por obtener el mundo es aún peor.

 

Muawiya se enfrentó al Príncipe de los Creyentes en el año 37 de la hégira y murió en el año 60. Es decir, por 23 años de poder en este mundo, lleva ya alrededor de 1000 años en tormento.

 

Entonces, ¿quién es el verdadero astuto?

 

En un hadiz transmitido por los Inmaculados, le preguntaron al Mensajero de Dios (la paz sea con él y su bendita familia): “¿Quién es el creyente más astuto?” Él respondió:

أَكْيَسُ الْمُؤْمِنِينَ أَكْثَرُهُمْ ذِكْراً لِلْمَوْتِ، وَ أشَدُّهُمْ لَهُ اسْتِعْدَاداً

“El más astuto de los creyentes es aquel que más recuerda la muerte y se prepara mejor para ella.”

Fuente: Bihar al-Anwar, vol. 6, pág. 126

 

Quien recuerda la muerte no vende su más allá por este mundo.

 

Si la gente de la época del Imam Ali (la paz sea con él) no hubiera sido negligente, no le habrían dicho: “¿Por qué no usas engaños como Muawiya para reunir a la gente a tu alrededor?” Quien hace tal objeción está distraído de Dios y de la vida eterna.

 

Cuando el hipócrita Ash’ath ibn Qays le ofreció un soborno al Imam Ali para obtener privilegios, el Imam respondió:

 

وَ اللَّهِ لَوْ أُعْطِيتُ الْأَقَالِيمَ السَّبْعَةَ بِمَا تَحْتَ أَفْلَاكِهَا عَلَى أَنْ أَعْصِيَ اللَّهَ فِي نَمْلَةٍ أَسْلُبُهَا جُلْبَ شَعِيرَةٍ، مَا فَعَلْتُهُ. وَ إِنَّ دُنْيَاكُمْ عِنْدِي لَأَهْوَنُ مِنْ وَرَقَةٍ فِي فَمِ جَرَادَةٍ تَقْضَمُهَا. مَا لِعَلِيٍّ وَ لِنَعِيمٍ يَفْنَى وَ لَذَّةٍ لَا تَبْقَى! نَعُوذُ بِاللَّهِ مِنْ سُبَاتِ الْعَقْلِ وَ قُبْحِ الزَّلَلِ وَ بِهِ نَسْتَعِين.

¡Por Dios! Si se me dieran los siete continentes de la Tierra con todo lo que hay bajo sus cielos para desobedecer a Dios quitando la cáscara de un grano de cebada de la boca de una hormiga, jamás lo haría. Ciertamente, vuestro mundo es para mí más insignificante que una hoja en la boca de una langosta que la esté masticando. ¿Qué tiene que ver Ali con las bendiciones efímeras del mundo y sus placeres transitorios? Buscamos refugio en Dios del adormecimiento de la razón y de los errores feos y desagradables, y en este camino pedimos Su ayuda.

 

Fuente: Nahjul-balaga (نهج البلاغة) - Sermón 224

 

Gracias por acompañarnos en esta lección. Espero que estas palabras hayan sido una fuente de reflexión y guía en su vida diaria. Recuerden, el verdadero astuto es quien siempre tiene presente la vida eterna y actúa en consecuencia.

 

Si desean seguir aprendiendo más, los invito a suscribirse a nuestro canal en YouTube en YouTube.com/FatimaTVes. Hasta la próxima lección, que Dios los cuide y los guíe siempre.

 

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Internacional de Creative Commons Attribution 4.0.

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En la segunda lección del curso “El Peligro de la Negligencia”, descubrirás quién es el verdadero creyente más astuto según las enseñanzas del Imam Ali (la paz sea con él). A través de una comparación con Muawiya, aprenderás que la verdadera astucia no está en el engaño, sino en recordar la muerte y prepararse para la vida eterna. Esta lección te ayudará a reflexionar sobre tus propias decisiones y prioridades en la vida. ¡No te lo pierdas!

El Peligro de la Negligencia

 

Lección 2: ¿Quién es el creyente más astuto?

 

En el nombre de Dios.

 

¡Hola! Espero que estés muy bien.

 

Antes de comenzar, quiero recordarte que es importante seguir las lecciones en orden, ya que los temas están conectados entre sí. En este curso, cada lección es una pieza del rompecabezas, y sin el contexto adecuado, podrías perderte detalles clave. Así que, si aún no has escuchado la primera lección, te sugiero que la revises antes de continuar.

 

Hoy quiero hablar sobre la negligencia y sus consecuencias. Una persona negligente no ve más allá de este mundo; sus esfuerzos están enfocados en una sola dimensión, sin considerar los otros aspectos de su existencia, especialmente el más allá.

 

A veces, a personas así le decían al Príncipe de los Creyentes, el Imam Ali (la paz sea con él): “¿Por qué no actúas con astucia, como lo hace Muawiya?”

 

Pero esto, amigo mío, es el colmo de la negligencia. Muawiya, aunque astuto en el engaño y hábil para alcanzar sus objetivos malvados, al final fue derrotado de manera rotunda. Él es el líder de los negligentes.

 

Hoy en día, no conocemos a ninguna comunidad que tome a Muawiya como modelo. Aunque algunas pocas sectas de los musulmanes puedan respetarlo como compañero del Profeta, nadie organiza su vida según las ideas de Muawiya. De hecho, si alguien se comparara con él, se ofendería.

 

Por otro lado, si nos dijeran que deberíamos ser como el Imam Ali (la paz sea con él), ¿qué responderíamos? Sin duda, diríamos: “¿Por qué no? Ofrezco mi vida por el Príncipe de los Creyentes. ¡Ojalá pudiera parecerme un poco más a él en mis acciones!”

 

Algunos podrían pensar erróneamente que la bendita familia del Profeta, los Ahlul-Bait, no era lo suficientemente astuta para derrotar a sus enemigos con engaños y estrategias. Pero la realidad es que ellos nunca quisieron oponerse a Dios, ni por un instante, ni siquiera por el más breve de los momentos. Para alcanzar nuestros objetivos, no podemos utilizar medios incorrectos, aunque pensemos que nuestros fines sean justos.

 

El Imam Ali (la paz sea con él) fue, después del Profeta, la mejor de las criaturas. Él era la razón pura, la piedad pura. Su astucia y sabiduría no tienen comparación. Sin embargo, jamás fue negligente. En todas sus decisiones, veía tanto la vida en este mundo como la vida eterna en el más allá, sin perder de vista ninguna de las dos.

 

Si pudiéramos ver el más allá ahora, nos preguntaríamos: ¿Quién está sufriendo? ¿Quién está comiendo del árbol de Zaqqum? El destino de los enemigos de Dios es claro. Muawiya y sus semejantes están sufriendo, aunque por un breve tiempo alcanzaron poder en este mundo.

 

Dios dice en el Corán, en el capítulo 56, versículos 51-56:

 

ثُمَّ إِنَّكُمْ أَيُّهَا الضَّالُّونَ الْمُكَذِّبُونَ ‎﴿٥١﴾‏ ‏ 

“Después, vosotros, los descarriados que negáis la verdad,

لَآكِلُونَ مِن شَجَرٍ مِّن زَقُّومٍ ‎﴿٥٢﴾‏ 

Ciertamente, comeréis del árbol de Zaqqum,

فَمَالِئُونَ مِنْهَا الْبُطُونَ ‎﴿٥٣﴾‏ 

y llenaréis vuestros vientres con él,

فَشَارِبُونَ عَلَيْهِ مِنَ الْحَمِيمِ ‎﴿٥٤﴾‏ 

y beberéis sobre él agua hirviente,

فَشَارِبُونَ شُرْبَ الْهِيمِ ‎﴿٥٥﴾‏ 

y beberéis como beben los camellos enfermos que no pueden calmar su sed,

هَٰذَا نُزُلُهُمْ يَوْمَ الدِّينِ ‎﴿٥٦﴾

¡Este es su recibimiento en el Día del Juicio!”

 

Hoy nadie se atreve a decir que el Imam Ali (la paz sea con él) no era tan astuto como Muawiya, porque todos han visto el destino de Muawiya.

 

Entonces, ¿qué nos hace negligentes? Cuando nos gusta algo, le prestamos demasiada atención y olvidamos el resto. El Imam Ali (la paz sea con él) veía tanto el mundo como el más allá al mismo tiempo. Si buscas a alguien verdaderamente distraído, ese era Muawiya, quien vendió su vida eterna por este mundo pasajero. Dios llama “necios” a quienes hacen este tipo de intercambios. Para explicarlo mejor, imagina que le preguntas a alguien: “¿Cambiarías tu casa por cinco chicles?” Y esa persona responde: “¡Sí!” Sería un trato completamente absurdo, ¿verdad? Pues de la misma manera, quien entrega su vida eterna por las cosas pasajeras de este mundo está haciendo un intercambio aún más insensato.

 

Muawiya se enfrentó al Príncipe de los Creyentes en el año 37 de la hégira y murió en el año 60. Es decir, por 23 años de poder en este mundo, lleva ya alrededor de 1000 años en tormento.

 

Entonces, ¿quién es el verdadero astuto?

 

En un hadiz transmitido por los Inmaculados, le preguntaron al Mensajero de Dios (la paz sea con él y su bendita familia): “¿Quién es el creyente más astuto?” Él respondió:

 

أَكْيَسُ الْمُؤْمِنِينَ أَكْثَرُهُمْ ذِكْراً لِلْمَوْتِ، وَ أشَدُّهُمْ لَهُ اسْتِعْدَاداً

 

“El más astuto de los creyentes es aquel que más recuerda la muerte y se prepara mejor para ella.”

 

Fuente: Bihar al-Anwar, vol. 6, pág. 126

 

Quien recuerda la muerte no vende su más allá por este mundo.

 

Si la gente de la época del Imam Ali (la paz sea con él) no hubiera sido negligente, no le habrían dicho: “¿Por qué no usas engaños como Muawiya para reunir a la gente a tu alrededor?” Quien hace tal objeción está distraído de Dios y de la vida eterna.

 

Cuando el hipócrita Ash’ath ibn Qays le ofreció un soborno al Imam Ali para obtener privilegios, el Imam respondió:

 

وَ اللَّهِ لَوْ أُعْطِيتُ الْأَقَالِيمَ السَّبْعَةَ بِمَا تَحْتَ أَفْلَاكِهَا عَلَى أَنْ أَعْصِيَ اللَّهَ فِي نَمْلَةٍ أَسْلُبُهَا جُلْبَ شَعِيرَةٍ، مَا فَعَلْتُهُ. 

¡Por Dios! Si se me dieran los siete continentes de la Tierra con todo lo que hay bajo sus cielos para desobedecer a Dios quitando la cáscara de un grano de cebada de la boca de una hormiga, jamás lo haría.

وَ إِنَّ دُنْيَاكُمْ عِنْدِي لَأَهْوَنُ مِنْ وَرَقَةٍ فِي فَمِ جَرَادَةٍ تَقْضَمُهَا. 

Ciertamente, vuestro mundo es para mí más insignificante que una hoja en la boca de una langosta que la esté masticando. 

مَا لِعَلِيٍّ وَ لِنَعِيمٍ يَفْنَى وَ لَذَّةٍ لَا تَبْقَى! 

¿Qué tiene que ver Ali con las bendiciones efímeras del mundo y sus placeres transitorios? 

نَعُوذُ بِاللَّهِ مِنْ سُبَاتِ الْعَقْلِ وَ قُبْحِ الزَّلَلِ وَ بِهِ نَسْتَعِين‬.

Buscamos refugio en Dios del adormecimiento de la razón y de los errores feos y desagradables, y en este camino pedimos Su ayuda.

 

Fuente: Nahjul-balaga (نهج البلاغة) - Sermón 224

 

Gracias por acompañarme en esta lección. Espero que estas palabras hayan sido una fuente de reflexión y guía en tu vida diaria. Recuerda, el verdadero astuto es quien siempre tiene presente la vida eterna y actúa en consecuencia.

 

Si deseas seguir aprendiendo, te invito a suscribirte al canal de YouTube FatimaTVes.

 

Hasta la próxima lección. Que Dios te cuide y te guíe siempre.











 

El Peligro de la Negligencia

Lección 2

¿Quién es el creyente más astuto?

 

En el nombre de Dios.

¡Hola! Espero que estés muy bien.

 

Antes de comenzar, quiero recordarles que es importante seguir las lecciones en orden, ya que los temas están conectados entre sí. En este curso, cada lección es una pieza del rompecabezas, y sin el contexto adecuado, podríamos perdernos detalles clave. Así que, si aún no han escuchado la primera lección, les sugiero que la revisen antes de continuar.

 

Hoy hablaremos sobre la negligencia y sus consecuencias. Una persona negligente no ve más allá de este mundo; sus esfuerzos están enfocados en una sola dimensión, sin considerar los otros aspectos de su existencia, especialmente el más allá.

 

A veces, a personas así les decían al Príncipe de los Creyentes, el Imam Ali (la paz sea con él): “¿Por qué no actúas con astucia, como lo hace Muawiya?”

 

Pero esto, mis amigos, es el colmo de la negligencia. Muawiya, aunque astuto en el engaño y hábil para alcanzar sus objetivos malvados, al final fue derrotado de manera rotunda. Él es el líder de los negligentes.

 

Hoy en día, no conocemos a ninguna comunidad que tome a Muawiya como modelo. Aunque algunas pocas sectas de los musulmanes puedan respetarlo como compañero del Profeta, nadie organiza su vida según las ideas de Muawiya. De hecho, si alguien se compara con él, se ofendería.


 

Por otro lado, si nos dijeran que deberíamos ser como el Imam Ali (la paz sea con él), ¿qué responderíamos? Sin duda, diríamos: “¿Por qué no? Ofrezco mi vida por el Príncipe de los Creyentes. ¡Ojalá pudiera parecerme un poco más a él en mis acciones!”

 

Algunos podrían pensar erróneamente que la bendita familia del Profeta, los Ahlul-Bait, no era lo suficientemente astuta para derrotar a sus enemigos con engaños y estrategias. Pero la realidad es que ellos nunca quisieron oponerse a Dios, ni por un instante, ni siquiera por el más breve de los momentos. Para alcanzar nuestros objetivos, no podemos utilizar medios incorrectos, aunque pensemos que nuestros fines sean justos.

 

El Imam Ali (la paz sea con él) fue, después del Profeta, la mejor de las criaturas. Él era la razón pura, la piedad pura. Su astucia y sabiduría no tienen comparación. Sin embargo, jamás fue negligente. En todas sus decisiones, veía tanto la vida en este mundo como la vida eterna en el más allá, sin perder de vista ninguna de las dos.

 

Si pudiéramos ver el más allá ahora, nos preguntaríamos: ¿Quién está sufriendo? ¿Quién está comiendo del árbol de Zaqqum? El destino de los enemigos de Dios es claro. Muawiya y sus semejantes están sufriendo, aunque por un breve tiempo alcanzaron poder en este mundo.

 

Dios dice en el Corán, en el capítulo 56, versículos 51-56:

 

ثُمَّ إِنَّكُمْ أَيُّهَا الضَّالُّونَ الْمُكَذِّبُونَ ‎﴿٥١﴾‏ ‏ 

“Después, vosotros, los descarriados que negáis la verdad,

لَآكِلُونَ مِن شَجَرٍ مِّن زَقُّومٍ ‎﴿٥٢﴾‏ 

Ciertamente, comeréis del árbol de Zaqqum,

فَمَالِئُونَ مِنْهَا الْبُطُونَ ‎﴿٥٣﴾‏ 

y llenaréis vuestros vientres con él,

فَشَارِبُونَ عَلَيْهِ مِنَ الْحَمِيمِ ‎﴿٥٤﴾‏ 

y beberéis sobre él agua hirviente,

فَشَارِبُونَ شُرْبَ الْهِيمِ ‎﴿٥٥﴾‏ 

y beberéis como beben los camellos enfermos que no pueden calmar su sed,

هَٰذَا نُزُلُهُمْ يَوْمَ الدِّينِ ‎﴿٥٦﴾

¡Este es su recibimiento en el Día del Juicio!”

 

Hoy nadie se atreve a decir que el Imam Ali (la paz sea con él) no era tan astuto como Muawiya, porque todos han visto el destino de Muawiya.

 

Entonces, ¿qué nos hace negligentes? Cuando nos gusta algo, le prestamos demasiada atención y olvidamos el resto. El Imam Ali (la paz sea con él) veía tanto el mundo como el más allá al mismo tiempo. Si buscamos a alguien verdaderamente distraído, ese era Muawiya, quien vendió su vida eterna por este mundo pasajero. Dios llama a aquellos que hacen este tipo de intercambios “necios”.

 

Por ejemplo, si le preguntas a alguien: “¿Cambiarías tu casa por cinco chicles?” Diría: “¡No! ¡La cambiaría por siete!” Eso es un trato insensato. Y quien entrega su más allá por obtener el mundo es aún peor.

 

Muawiya se enfrentó al Príncipe de los Creyentes en el año 37 de la hégira y murió en el año 60. Es decir, por 23 años de poder en este mundo, lleva ya alrededor de 1000 años en tormento.

 

Entonces, ¿quién es el verdadero astuto?

 

En un hadiz transmitido por los Inmaculados, le preguntaron al Mensajero de Dios (la paz sea con él y su bendita familia): “¿Quién es el creyente más astuto?” Él respondió:

أَكْيَسُ الْمُؤْمِنِينَ أَكْثَرُهُمْ ذِكْراً لِلْمَوْتِ، وَ أشَدُّهُمْ لَهُ اسْتِعْدَاداً

“El más astuto de los creyentes es aquel que más recuerda la muerte y se prepara mejor para ella.”

Fuente: Bihar al-Anwar, vol. 6, pág. 126

 

Quien recuerda la muerte no vende su más allá por este mundo.

 

Si la gente de la época del Imam Ali (la paz sea con él) no hubiera sido negligente, no le habrían dicho: “¿Por qué no usas engaños como Muawiya para reunir a la gente a tu alrededor?” Quien hace tal objeción está distraído de Dios y de la vida eterna.

 

Cuando el hipócrita Ash’ath ibn Qays le ofreció un soborno al Imam Ali para obtener privilegios, el Imam respondió:

 

وَ اللَّهِ لَوْ أُعْطِيتُ الْأَقَالِيمَ السَّبْعَةَ بِمَا تَحْتَ أَفْلَاكِهَا عَلَى أَنْ أَعْصِيَ اللَّهَ فِي نَمْلَةٍ أَسْلُبُهَا جُلْبَ شَعِيرَةٍ، مَا فَعَلْتُهُ. وَ إِنَّ دُنْيَاكُمْ عِنْدِي لَأَهْوَنُ مِنْ وَرَقَةٍ فِي فَمِ جَرَادَةٍ تَقْضَمُهَا. مَا لِعَلِيٍّ وَ لِنَعِيمٍ يَفْنَى وَ لَذَّةٍ لَا تَبْقَى! نَعُوذُ بِاللَّهِ مِنْ سُبَاتِ الْعَقْلِ وَ قُبْحِ الزَّلَلِ وَ بِهِ نَسْتَعِين.

¡Por Dios! Si se me dieran los siete continentes de la Tierra con todo lo que hay bajo sus cielos para desobedecer a Dios quitando la cáscara de un grano de cebada de la boca de una hormiga, jamás lo haría. Ciertamente, vuestro mundo es para mí más insignificante que una hoja en la boca de una langosta que la esté masticando. ¿Qué tiene que ver Ali con las bendiciones efímeras del mundo y sus placeres transitorios? Buscamos refugio en Dios del adormecimiento de la razón y de los errores feos y desagradables, y en este camino pedimos Su ayuda.

 

Fuente: Nahjul-balaga (نهج البلاغة) - Sermón 224

 

Gracias por acompañarnos en esta lección. Espero que estas palabras hayan sido una fuente de reflexión y guía en su vida diaria. Recuerden, el verdadero astuto es quien siempre tiene presente la vida eterna y actúa en consecuencia.

 

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