En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.
Hola, soy Seyed Mostafa, y te doy la bienvenida a FátimaTV, un espacio donde compartimos conocimientos que iluminan el alma.
Hoy comenzamos un viaje profundo y transformador. En esta primera lección, hablaremos sobre un tema crucial: la negligencia espiritual, o lo que también conocemos como el olvido de Dios. ¿Qué significa realmente para ti? ¿Cómo afecta tu vida diaria y tu conexión con lo divino?
Acompáñame en este recorrido hacia una mayor comprensión y reflexión. Y recuerda que puedes encontrar este curso y mucho más en FatimaTV.es, así como seguirnos en nuestro canal de YouTube en YouTube.com/FatimaTVes para acceder a contenido inspirador que te acompañará en tu crecimiento espiritual.
Si me pidieran que explicara en una sola palabra el propósito de la religión, la religiosidad y la llegada de los profetas, que la paz sea con ellos, a este mundo, así como el objetivo de todo el esfuerzo del sistema de Iblís o Satanás, los tiranos y las civilizaciones ateas, diría que toda la civilización atea busca crear negligencia espiritual. Por otro lado, la misión de los profetas, que tiene muchos otros aspectos, se resume en que la gente actúe con justicia, en manifestar la religión y en hacer que las personas sean devotas.
Dios dice en la sura 57, verso 25:
لَقَدْ أَرْسَلْنَا رُسُلَنَا بِالْبَيِّنَاتِ وَأَنزَلْنَا مَعَهُمُ الْكِتَابَ وَالْمِيزَانَ لِيَقُومَ النَّاسُ بِالْقِسْطِ
“Ciertamente, enviamos a Nuestros mensajeros con las pruebas claras, y enviamos con ellos el Libro y la balanza, para que la gente mantenga la justicia.”
Si tuviera que resumir todo esto en una palabra, diría que es “Recuerdo”. El recuerdo de Dios en todo momento de la vida: antes, durante o después de hacer algo o decir una palabra. La religión busca hacernos recordar, mientras que las civilizaciones ateas buscan sumirnos en la negligencia espiritual, que es algo muy delicado.
En la sura Yasin, la sura 36, Dios Todopoderoso le dice a nuestro Profeta en los versículos 5 y 6:
تَنزِيلَ الْعَزِيزِ الرَّحِيمِ ﴿٥﴾ لِتُنذِرَ قَوْمًا مَّا أُنذِرَ آبَاؤُهُمْ فَهُمْ غَافِلُونَ ﴿٦﴾
“Este es un Corán que ha sido revelado por Dios, el Poderoso y Misericordioso. Para advertir a un pueblo cuyos padres no fueron advertidos, por lo que están en estado de negligencia.”
Dios resume toda la ignorancia de la Era de la Ignorancia diciendo que “estaban en la negligencia.”
Ahora, ¿quién es una persona negligente? ¿Qué es la negligencia espiritual?
La negligencia espiritual se asemeja a lo que hacen las cámaras. Para ellas, es beneficioso enfocarse en un punto central y enmarcar una parte de la imagen, ignorando el resto del espacio. Cuanto más se enfocan en un lugar, más áreas quedan fuera de su vista. Para una cámara, esto no es una debilidad.
Sin embargo, para un ser humano, es una debilidad ver un lugar y no ver otros, prestar atención a un punto y ser indiferente a otros. Eso es una debilidad o un defecto.
A este fenómeno se le llama “negligencia espiritual” u “olvido de Dios.” La negligencia ocurre de manera muy simple. La persona negligente no está loca, no está confundida, no le falta inteligencia ni talento, ni es irreligiosa. Simplemente, no está atenta ni recuerda.
Imagina que, en un momento de reflexión, una persona de repente encuentra la solución a un problema que tenía en mente. Mientras conduce, decide tomar una hoja del tablero del coche para anotarlo. En ese breve instante de distracción, ocurre un accidente.
La negligencia ocurre así de simple: prestas atención a una cosa, pero no a otra.
En el fútbol, ¿cuál es la diferencia entre el entrenador y los jugadores? La diferencia es que, debido a su posición, el entrenador no está tan distraído como un futbolista. El entrenador está atento a todo. La persona que está atenta a todo es consciente, y la que no lo está, está en la negligencia.
El origen de todas las calamidades es esta negligencia. De hecho, la negligencia es algo muy sencillo que ocurre rápida y fácilmente. La religión ha venido para salvarnos de la negligencia espiritual.
Esta lección fue solo una introducción para que te familiarices más con este importante tema. En las próximas lecciones, analizaré este asunto con más detalle. Estoy muy contento de que Dios me haya dado la oportunidad de compartir mis estudios contigo a través de Fátima TV. Y estaré aún más feliz si también compartes tus opiniones y preguntas conmigo. Puedes ponerte en contacto conmigo a través de las redes sociales de Fátima TV, por WhatsApp o dejando un comentario en YouTube. Estoy esperando tus comentarios.
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