Hisham ebn Abd ul-Malik mandó llamar al Imam Baguer (la paz sea con él) a Sham (Damasco actual). El Imam ya estando en Sham, asistía a las reuniones de la gente y respondía las preguntas de ésta. En una ocasión el Imam vio a unos cristianos que se dirigían hacia una montaña de esa región, y preguntó a quienes lo rodeaban:
“¿Acaso hoy es día festivo para ellos?”
Respondieron:
“No. Todos los años en un día así, van a visitar a un erudito cristiano y a él le hacen sus preguntas”.
El Imam se cubrió la cabeza; acompañado por sus seguidores se dirigió a la montaña y se sentó entre los cristianos.
El Obispo echó un vistazo a la multitud reunida pero cuando el rostro del Imam Baguer (la paz sea con él) llamó su atención, se volvió hacia él y le preguntó:
“¿Eres cristiano como nosotros o musulmán?
El Imam contestó:
“Musulmán”
El Obispo continuó:
“¿Uno de sus eruditos o gente ignorante?”
El Imam dijo:
“¡No soy ignorante!”
“Debo preguntar primero o preguntas tú” – propuso el Obispo.
El Imam contestó:
“Si gusta puede preguntar”.
La gente del Paraíso no defeca
El Obispo:
“¿En base a qué afirman ustedes, los musulmanes, que la gente del Paraíso come y bebe, pero no defeca?, ¿acaso para este asunto existe en este mundo un ejemplo evidente?”
El Imam:
“Si, un ejemplo de ello en este mundo es el feto que se encuentra en la matriz de la madre come, pero no defeca”.
El Obispo:
“¡Muy bien! ¡¿Dijiste que no eras de los eruditos?!”
El Imam:
“Yo no dije eso, yo dije ¡no soy de los ignorantes!”
Las bendiciones del Paraíso no disminuyen
El Obispo hizo otra pregunta respecto a los frutos y bendiciones del Paraíso en esta forma:
“¿Por qué sostienen que las frutas y las bendiciones del Paraíso no disminuyen, y a pesar de ser consumidas continúan en la misma medida y no decrecen? ¿Se puede encontrar algún ejemplo claro en los fenómenos de este mundo para este tema?”
El Imam:
“Sí. Un ejemplo irrefutable en el mundo de los sentidos es el fuego. Si con el fuego de una lámpara enciende cientos de lámparas, la llama de la primera lámpara permanecerá en su lugar y no disminuirá de ninguna manera”.
Respecto a un tiempo especial
Realizó otra pregunta:
“Infórmame de la hora que no pertenece ni a la noche ni al día.
Imam Baguer (la paz sea con él):
“Es la hora entre el crepúsculo matutino y la salida del Sol que en ese momento es en el que se tranquilizan los que tienen problemas”.
Al escuchar esta respuesta el cristiano gritó y dijo:
“Falta un asunto. ¡Juro por Dios que nunca podrás contestar!”
El Imam con seguridad dijo:
“¡Ciertamente ha jurado en vano!”
Tocante a “Uzayr” y “Uzre”
El erudito cristiano:
“Infórmame de dos personas que nacieron un mismo día y murieron en un mismo día mientras que uno tenía cincuenta años y el otro, ciento cincuenta años”.
El Imam Baguer contestó:
“Uzayr y Uzre ambos nacieron de un mismo parto. Uzayr se separó de su familia a la edad de treinta y estuvo entre los muertos durante cien años, luego por orden de Dios volvió a la vida y regresó a su pueblo. Vivió con su hermano durante otros veinte años y luego murieron juntos. En conclusión, Uzayr vivió cincuenta años y Uzre ciento cincuenta años”.
Resultado del debate
La noticia se extendió rápidamente en la ciudad de Damasco, creando una ola de alegría y emoción en la atmósfera de la ciudad de Sham. Hisham en lugar de sentir satisfacción por la gloriosa victoria científica del Imam Baguer (la paz sea con él) sobre los extranjeros, temió cada aún más lo que podía provocar la influencia espiritual del Imam y, mientras fingía y le enviaba un regalo, le mando un mensaje diciendo que debía abandonar Damasco ese mismo día.
***
Pero ¿quiénes fueron “Uzayr” y “Uzre”?
Uzayr fue uno de los profetas de los Hijos de Israel, y su nombre fue mencionado una vez en el Sagrado Corán y entre los judíos es conocido como “Esdra”. Sus padres habitaban en la región de Jerusalén. Dios los agració con unos gemelos varones, a uno llamaron “Uzayr” y al otro “Uzre”. Hasta llegar a la edad de los treinta Uzayr y Uzre crecieron juntos. Uzayr (la paz sea con él) después de contraer matrimonio salió de casa con el propósito de viajar. Luego de despedirse de la familia y tomar un poco de higos, agua y fruta fresca para el viaje se puso en marcha. En su trayectoria llegó a un pueblo completamente en ruinas que incluso los huesos de los cadáveres de sus habitantes estaban podridos.
Cuando Uzayr presenció esta horrible escena, pensó en la resurrección y el levantamiento de los muertos, entonces se preguntó a sí mismo:
“¿Cómo resucitará Dios a estos muertos?”
Por supuesto, no lo dijo por negación, sino por sorpresa. Estaba pensando en esto cuando Dios le quitó la vida y lo puso entre los muertos. Después de cien años, Dios hizo resucitar a Uzayr (la paz sea con él). Un ángel venido de Dios le preguntó:
“¿Cuánto tiempo has dormido en este desierto?”
Él, que pensó que había descansado allí durante unas horas, respondió:
“¡Un día o menos!”
El ángel le dijo:
“Has estado aquí por cien años. Ahora mira tu comida y bebida, cómo por orden de Dios ha hecho que todo este tiempo no se echen a perder. Pero para que creas, mira tu asno como con la muerte, sus miembros se han desintegrado, y ahora ve cómo Dios vuelve a formarlo y revive sus partes dispersas y desintegradas”.
Al ver esta escena, Uzayr dijo:
“Sé que Dios es capaz de cualquier cosa. Ahora estoy convencido, con todo mi ser percibí el asunto de la resurrección y ahora mi corazón está lleno de certeza”.
Entonces Uzayr montó su asno y se puso en camino hacia su casa. En el camino veía que todo había cambiado. Cuando llegó a su ciudad natal, vio que las casas y la gente, todo se había transformado. Con atención vio a sus alrededores hasta que encontró el camino a su casa y se acercó. Allí se topó con una anciana delgada, encorvada y ciega, le preguntó:
“¿Es está la casa de Uzayr?”
La anciana dijo:
“Sí, ésta es –comenzó a llorar y dijo– Uzayr lleva décadas desaparecido y la gente lo ha olvidado. ¿Cómo es que mencionas su nombre?”
Uzayr explicó:
“Es que, yo mismo soy Uzayr, Dios me quitó la vida durante cien años, me hizo uno de los muertos y ahora me ha resucitado”.
La anciana era la madre de Uzayr que al escuchar esas palabras molesta dijo:
“Uzayr se perdió hace cien años –ella sabía que su hijo era un hombre justo y que sus súplicas eran aceptadas por Dios, por lo que le propuso– Si realmente eres Uzayr y dices la verdad, suplica para que recupere la vista y desaparezca de mi esta debilidad de la ancianidad”.
Uzayr suplicó, la anciana recuperó la vista y la salud, entonces con su mirada penetrante reconoció a su hijo; besó las manos y los pies de éste, y luego lo llevó al pueblo de los Hijos de Israel. En ese entonces el principal del pueblo de los Hijos de Israel dijo a Uzayr:
“Escuchamos que cuando Nabucodonosor destruyó Jerusalén y quemó la Torá, sólo unos cuantos hombres protegieron este Libro Sagrado. Uno de ellos fue Uzayr.
Si eres el mismo Uzayr, ¡recita la Torá de memoria!”
Uzayr recitó la Torá sin ningún agregado u omitido. Luego lo reconocieron y felicitaron e hicieron un pacto de lealtad a la religión de Dios Único con él.
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Hoy, primero del mes de Rayab, natalicio del Imam Baguer, hijo del Imam Sayyad y nieto del Imam Husein (la paz sea con todos ellos). Él estuvo presente en el suceso de Karbala y era muy niño. El Profeta antes de que naciera lo llamó Muhammad y su segundo nombre “Baguer”. Fue llamado Baguer ya que profundizó y estudió a fondo la ciencia.
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Felicidades por el natalicio del quinto de nuestros Infalibles Imames, Muhammad Baguer (la paz sea con él)