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Descripción

¿Cuándo podemos decir que somos verdaderos seguidores ? ¿Cuáles son las características de los verdaderos seguidores del Profeta Muhammad (P) y su familia? La historia de hoy puede ayudarnos a encontrar las respuestas a estas preguntas.

Transcripción

En el nombre de Dios, hola, sean Bienvenidos al programa LOS CUENTOS DE LA SEMANA de FatimaTV.

Hoy nuevamente te hemos preparado una historia nueva, la cual deseamos compartirte, así que sin más atraso, vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.

El verdadero seguidor

Se narra que una vez un hombre le dijo a su esposa:

“Ve ­­­a visitar a Fátima (P) -la honorable hija del Mensajero de Dios (BPD)- y de mi parte pregúntale si soy uno de sus seguidores o no.”

Esta la mujer, cumpliendo con la petición de su esposo, fue a visitar a la Honorable Fátima Zahra (P) y le hizo la pregunta encomendada.

A lo que la honorable Fátima dijo:

“Dile a tu marido que si actúa según lo que ordenamos y se abstiene de realizar lo que prohibimos es uno de nuestros seguidores (shi’itas), de lo contrario ¡no!”

La mujer volvió a casa y le contó a su marido lo que esta honorable había dicho.

El hombre en cuanto lo escuchó, exclamó:

"¡Ay de mí! ¿Quién puede librarse del pecado y la maldad? ¡Así que yo me encuentro en el Infierno eterno!, puesto que aquél que no sea de sus seguidores (shi’itas) permanecerá eternamente en el Fuego del Infierno!”

La mujer regresó nuevamente a donde Fátima y repitió lo dicho por su esposo, a lo que entonces esta honorable dijo:

"Dile que no es así. Nuestros seguidores (shi’itas) son de los mejores seres del Paraíso. Por lo que cada uno de nuestros devotos, seguidor de nuestros seguidores y enemigo de nuestros enemigos, así como cualquiera que se rinda a nosotros de alma y palabra, no será uno de nuestros shi’itas si desobedece nuestras órdenes y prohibiciones. Aun así (a pesar de eso), estará en el Paraíso, pero después de que sus pecados sean limpiados, por medio del sufrimiento de desgracias o eventos desafortunados, o a través de diversos y difíciles problemas o por medio de las penalidades de la Resurrección, o con un tormento en el grado más alto del Infierno, hasta que lo salvemos con nuestra bondad y lo traslademos a su lugar".

***

En una ocasión un hombre se presentó ante el Imam Hassan (P) y le dijo:

"Soy uno de vuestros seguidores (shi’itas)."

A lo que este Honorable (P) explicó lo siguiente:

"¡Oh siervo de Dios! Dices (entonces) que eres obediente de nuestras órdenes y prohibiciones; pero si no lo eres entonces, al reclamar (tu) una posición de honor y grandeza que no mereces (en ésta condición), incrementas tus pecados. No digas (entonces) que eres uno de nuestros seguidores (shi’itas), di que eres uno de nuestros aliados y amantes, y que eres enemigo de nuestros enemigos, así tu estarás en el bien y (te dirigirás) hacia el bien".

***

En otra narración se transmite que al Imam Musa ibn Ya’far (P) le dijeron:

“Vimos a un hombre en el bazar que gritaba: ‘¡Soy uno de los seguidores (shi’itas) puros de la familia de Muhammad (BPD), mientras que en su mano sostenía un vestido que quería vender y repetidamente gritaba: ‘¿Quién paga más por este vestido?’”

A lo que este honorable respondió:

"Una persona que conoce su valor no se perderá ni se verá atrapada por la ignorancia. ¿Saben a quién se asemeja esa persona? Se asemeja a alguien que dice: ‘Soy como Salman, Abu Dharr, Miqdad y ‘Ammar’, pero roba en el peso de lo que vende y oculta al cliente el defecto de su mercancía, o compra un producto a un precio y lo vende a un precio más alto mientras que el comprador ignora el valor de esa mercancía. Pero si el comprador se lo devuelve, dice: ‘lo acepto pero sólo a este precio’, es decir, paga menos del valor de lo que lo había vendido.

¿Acaso una persona así se asemeja a Salman, Abu Dharr, Miqdad y ‘Ammar?

¡Me refugio en Dios, nunca será como ellos!, pero no le impediremos que diga: ‘Soy uno de los amantes de Muhammad y de la familia de Muhammad, la paz sea con él y su bendita familia, y seguidor de sus seguidores y enemigo de sus enemigos’".

***

Así también se narra que cuando Ma’moun nombró al Honorable Imam Rida (P) como su sucesor, el guardián se presentó ante este honorable y le dijo:

“Una multitud se encuentra en la puerta y solicita permiso para verlo y dicen ser de los seguidores (shi’itas) de ‘Ali (P)".

A lo que éste honorable contestó: "Estoy ocupado, haz que se vayan". Y el guardián los hizo regresar.

Al día siguiente nuevamente vinieron y se presentaron, tal como lo habían hecho el día anterior. El guardián de nuevo les prohibió la entrada y así todos los días durante dos meses, cuando se presentaron y repitieron la misma solicitud, pero se les negó entrar.

Desilusionados por no poder ver al Imam, dijeron al guardián:

"Dile a nuestro maestro que somos los shi’itas de su padre, el Honorable ‘Ali ibn Abi Talib (P), y que nuestros enemigos nos molestan y lastiman con sus palabras irónicas por no haber podido encontrarnos con usted o Imam Rida. Esta vez nos iremos, pero profundamente avergonzados por lo que nos pasó y, por ser incapaces de soportar las penalidades que nos infligen las palabras de nuestros enemigos, por lo que huiremos de nuestra ciudad".

Esta vez el Honorable Imam Rida (P) dijo a su guardián: "Déjalos entrar".

Entraron y lo saludaron, pero él no les respondió ni les permitió sentarse; y estando de pie, le dijeron:

"¡Oh hijo del Profeta! ¿Qué es esta falta de amabilidad y humillación después de este gran impedimento para verlo? ¿Qué más nos deja esto?".

Este honorable les pidió: "Reciten esta aleya:

﴿وما أَصابَكُمْ مِنْ مُصِيبَةٍ فَبِما كَسَبَتْ أَيْدِيكُمْ ويَعْفُوا عَنْ كَثِيرٍ

“Y cualquier desgracia que sufráis es consecuencia de lo que vosotros mismos habéis cometido, pero Él perdona mucho”

Con respecto a vosotros, yo seguí a mi Señor, el Todopoderoso, así también al Mensajero de Dios y al Príncipe de los Creyentes, y después de él, a mis santos ancestros, la paz sea con todos ellos. Ellos los reprendieron, así que yo también hice lo mismo”.

Admirados preguntaron: "¡Oh, hijo del Mensajero de Dios! ¿Por qué?"

A lo que el Imam Rida (P) contestó:

"Porque dicen ser shi’itas de ‘Ali ibn Abi Talib (P). ¡Pobres de ustedes! Los shi’itas del Príncipe de los Creyentes sólo son el Imam Hassan, el Imam Hussein, Salman, Abu Dharr, Miqdad, ‘Ammar y Muhammad ibn Abi Bakr que obedecieron todas sus órdenes y no se opusieron a aquello que les prohibió.

Pero dicen que son sus shi’itas o seguidores,  mientras que están en contra de la mayoría de sus acciones y descuidan muchos de sus deberes obligatorios, se muestran negligentes ante innumerables derechos de sus hermanos, y hacen taqiiah (o disimulan) donde no hay necesidad de hacerla; pero en los casos en los que no hay otra más que disimular, dejan de hacerlo.

Entonces, si hubieran dicho que son seguidores y amantes de este Honorable (Imam Ali), y seguidores de sus seguidores y enemigos de sus enemigos, no negaría ni rechazaría sus palabras, pero la posición que pretenden es elevada, si su conducta no confirma sus palabras, perecerán y serán destruidos, a menos que se vean agraciados por la misericordia de Dios”.

Entonces este gurpo dijo: 8:25

"¡Oh hijo del Profeta! Pedimos perdón a Dios, nos arrepentimos ante Dios por lo dicho, y como nuestro señor nos enseñó, declaramos que somos tus amantes, que amamos a tus seguidores y enemistamos con tus enemigos”.

El Honorable Rida (P) dijo:

"¡Bienvenidos hermanos y amigos míos! ¡Pasen adelante!, ¡Pasen adelante!"

Entonces, los hizo acercarse tanto hasta que se encontraron cuerpo a cuerpo. Luego le preguntó a su guardián:

"¿Cuántas veces los hiciste regresar?"

Y el contestó: “Sesenta veces”.

A lo que el Imam dijo:

"Pues sesenta veces seguidas ve a sus casas para visitarlos y salúdalos, y también salúdalos de mi parte, porque ellos al arrepentirse han limpiado sus pecados y por el amor que sienten hacia mí y hacia mis seguidores, son dignos de respeto.

Además, evalúa las condiciones de vida que tienen ellos y sus familias, y crea sosiego en sus vidas pagando sus gastos de manutención, dando caridad y resolviendo sus problemas".

Hemos llegado al final del cuento de esta semana, el cual no hace falta detallar más allá de lo contenido en él, el cual es altamente claro y veraz.

Sin más nos despedimos, rogando a Dios les otorgue lo mejor de esta y la otra vida tanto a ustedes como a sus seres queridos, esperando encontrarnos una vez más pronto con un nuevo cuento de la semana.

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Internacional de Creative Commons Attribution 4.0.

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Transcripción

¿Cuándo podemos decir que somos verdaderos seguidores ? ¿Cuáles son las características de los verdaderos seguidores del Profeta Muhammad (P) y su familia? La historia de hoy puede ayudarnos a encontrar las respuestas a estas preguntas.

En el nombre de Dios, hola, sean Bienvenidos al programa LOS CUENTOS DE LA SEMANA de FatimaTV.

Hoy nuevamente te hemos preparado una historia nueva, la cual deseamos compartirte, así que sin más atraso, vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.

El verdadero seguidor

Se narra que una vez un hombre le dijo a su esposa:

“Ve ­­­a visitar a Fátima (P) -la honorable hija del Mensajero de Dios (BPD)- y de mi parte pregúntale si soy uno de sus seguidores o no.”

Esta la mujer, cumpliendo con la petición de su esposo, fue a visitar a la Honorable Fátima Zahra (P) y le hizo la pregunta encomendada.

A lo que la honorable Fátima dijo:

“Dile a tu marido que si actúa según lo que ordenamos y se abstiene de realizar lo que prohibimos es uno de nuestros seguidores (shi’itas), de lo contrario ¡no!”

La mujer volvió a casa y le contó a su marido lo que esta honorable había dicho.

El hombre en cuanto lo escuchó, exclamó:

"¡Ay de mí! ¿Quién puede librarse del pecado y la maldad? ¡Así que yo me encuentro en el Infierno eterno!, puesto que aquél que no sea de sus seguidores (shi’itas) permanecerá eternamente en el Fuego del Infierno!”

La mujer regresó nuevamente a donde Fátima y repitió lo dicho por su esposo, a lo que entonces esta honorable dijo:

"Dile que no es así. Nuestros seguidores (shi’itas) son de los mejores seres del Paraíso. Por lo que cada uno de nuestros devotos, seguidor de nuestros seguidores y enemigo de nuestros enemigos, así como cualquiera que se rinda a nosotros de alma y palabra, no será uno de nuestros shi’itas si desobedece nuestras órdenes y prohibiciones. Aun así (a pesar de eso), estará en el Paraíso, pero después de que sus pecados sean limpiados, por medio del sufrimiento de desgracias o eventos desafortunados, o a través de diversos y difíciles problemas o por medio de las penalidades de la Resurrección, o con un tormento en el grado más alto del Infierno, hasta que lo salvemos con nuestra bondad y lo traslademos a su lugar".

***

En una ocasión un hombre se presentó ante el Imam Hassan (P) y le dijo:

"Soy uno de vuestros seguidores (shi’itas)."

A lo que este Honorable (P) explicó lo siguiente:

"¡Oh siervo de Dios! Dices (entonces) que eres obediente de nuestras órdenes y prohibiciones; pero si no lo eres entonces, al reclamar (tu) una posición de honor y grandeza que no mereces (en ésta condición), incrementas tus pecados. No digas (entonces) que eres uno de nuestros seguidores (shi’itas), di que eres uno de nuestros aliados y amantes, y que eres enemigo de nuestros enemigos, así tu estarás en el bien y (te dirigirás) hacia el bien".

***

En otra narración se transmite que al Imam Musa ibn Ya’far (P) le dijeron:

“Vimos a un hombre en el bazar que gritaba: ‘¡Soy uno de los seguidores (shi’itas) puros de la familia de Muhammad (BPD), mientras que en su mano sostenía un vestido que quería vender y repetidamente gritaba: ‘¿Quién paga más por este vestido?’”

A lo que este honorable respondió:

"Una persona que conoce su valor no se perderá ni se verá atrapada por la ignorancia. ¿Saben a quién se asemeja esa persona? Se asemeja a alguien que dice: ‘Soy como Salman, Abu Dharr, Miqdad y ‘Ammar’, pero roba en el peso de lo que vende y oculta al cliente el defecto de su mercancía, o compra un producto a un precio y lo vende a un precio más alto mientras que el comprador ignora el valor de esa mercancía. Pero si el comprador se lo devuelve, dice: ‘lo acepto pero sólo a este precio’, es decir, paga menos del valor de lo que lo había vendido.

¿Acaso una persona así se asemeja a Salman, Abu Dharr, Miqdad y ‘Ammar?

¡Me refugio en Dios, nunca será como ellos!, pero no le impediremos que diga: ‘Soy uno de los amantes de Muhammad y de la familia de Muhammad, la paz sea con él y su bendita familia, y seguidor de sus seguidores y enemigo de sus enemigos’".

***

Así también se narra que cuando Ma’moun nombró al Honorable Imam Rida (P) como su sucesor, el guardián se presentó ante este honorable y le dijo:

“Una multitud se encuentra en la puerta y solicita permiso para verlo y dicen ser de los seguidores (shi’itas) de ‘Ali (P)".

A lo que éste honorable contestó: "Estoy ocupado, haz que se vayan". Y el guardián los hizo regresar.

Al día siguiente nuevamente vinieron y se presentaron, tal como lo habían hecho el día anterior. El guardián de nuevo les prohibió la entrada y así todos los días durante dos meses, cuando se presentaron y repitieron la misma solicitud, pero se les negó entrar.

Desilusionados por no poder ver al Imam, dijeron al guardián:

"Dile a nuestro maestro que somos los shi’itas de su padre, el Honorable ‘Ali ibn Abi Talib (P), y que nuestros enemigos nos molestan y lastiman con sus palabras irónicas por no haber podido encontrarnos con usted o Imam Rida. Esta vez nos iremos, pero profundamente avergonzados por lo que nos pasó y, por ser incapaces de soportar las penalidades que nos infligen las palabras de nuestros enemigos, por lo que huiremos de nuestra ciudad".

Esta vez el Honorable Imam Rida (P) dijo a su guardián: "Déjalos entrar".

Entraron y lo saludaron, pero él no les respondió ni les permitió sentarse; y estando de pie, le dijeron:

"¡Oh hijo del Profeta! ¿Qué es esta falta de amabilidad y humillación después de este gran impedimento para verlo? ¿Qué más nos deja esto?".

Este honorable les pidió: "Reciten esta aleya:

﴿وما أَصابَكُمْ مِنْ مُصِيبَةٍ فَبِما كَسَبَتْ أَيْدِيكُمْ ويَعْفُوا عَنْ كَثِيرٍ

“Y cualquier desgracia que sufráis es consecuencia de lo que vosotros mismos habéis cometido, pero Él perdona mucho”

Con respecto a vosotros, yo seguí a mi Señor, el Todopoderoso, así también al Mensajero de Dios y al Príncipe de los Creyentes, y después de él, a mis santos ancestros, la paz sea con todos ellos. Ellos los reprendieron, así que yo también hice lo mismo”.

Admirados preguntaron: "¡Oh, hijo del Mensajero de Dios! ¿Por qué?"

A lo que el Imam Rida (P) contestó:

"Porque dicen ser shi’itas de ‘Ali ibn Abi Talib (P). ¡Pobres de ustedes! Los shi’itas del Príncipe de los Creyentes sólo son el Imam Hassan, el Imam Hussein, Salman, Abu Dharr, Miqdad, ‘Ammar y Muhammad ibn Abi Bakr que obedecieron todas sus órdenes y no se opusieron a aquello que les prohibió.

Pero dicen que son sus shi’itas o seguidores,  mientras que están en contra de la mayoría de sus acciones y descuidan muchos de sus deberes obligatorios, se muestran negligentes ante innumerables derechos de sus hermanos, y hacen taqiiah (o disimulan) donde no hay necesidad de hacerla; pero en los casos en los que no hay otra más que disimular, dejan de hacerlo.

Entonces, si hubieran dicho que son seguidores y amantes de este Honorable (Imam Ali), y seguidores de sus seguidores y enemigos de sus enemigos, no negaría ni rechazaría sus palabras, pero la posición que pretenden es elevada, si su conducta no confirma sus palabras, perecerán y serán destruidos, a menos que se vean agraciados por la misericordia de Dios”.

Entonces este gurpo dijo: 8:25

"¡Oh hijo del Profeta! Pedimos perdón a Dios, nos arrepentimos ante Dios por lo dicho, y como nuestro señor nos enseñó, declaramos que somos tus amantes, que amamos a tus seguidores y enemistamos con tus enemigos”.

El Honorable Rida (P) dijo:

"¡Bienvenidos hermanos y amigos míos! ¡Pasen adelante!, ¡Pasen adelante!"

Entonces, los hizo acercarse tanto hasta que se encontraron cuerpo a cuerpo. Luego le preguntó a su guardián:

"¿Cuántas veces los hiciste regresar?"

Y el contestó: “Sesenta veces”.

A lo que el Imam dijo:

"Pues sesenta veces seguidas ve a sus casas para visitarlos y salúdalos, y también salúdalos de mi parte, porque ellos al arrepentirse han limpiado sus pecados y por el amor que sienten hacia mí y hacia mis seguidores, son dignos de respeto.

Además, evalúa las condiciones de vida que tienen ellos y sus familias, y crea sosiego en sus vidas pagando sus gastos de manutención, dando caridad y resolviendo sus problemas".

Hemos llegado al final del cuento de esta semana, el cual no hace falta detallar más allá de lo contenido en él, el cual es altamente claro y veraz.

Sin más nos despedimos, rogando a Dios les otorgue lo mejor de esta y la otra vida tanto a ustedes como a sus seres queridos, esperando encontrarnos una vez más pronto con un nuevo cuento de la semana.