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Descripción

Mucho antes de recibir la revelación un joven muchacho, se destacó por encima de muchos, tanto por su personalidad, como por sus valores, honestidad, y espiritualidad, sobre todo en una época donde el común era todo lo contrario a la adoración de Dios y lo moralmente correcto. Este joven es Muhamamd Ibn Abdullah, quien fuese el último Mensajero de Dios (BPD), el sello de los Profetas Benditos, el más excelso ser humano jamás y quien llevase un mensaje universal a todos los corazones de la humanidad.
Pero antes que la revelación fuese dada de mano del mismo ángel Gabriel, es que Bahira, un moje Cristiano, descubriese en Muhammad, las señales escritas en todos los libros sagrados de que él, era el último Profeta haciendo un pedido especial a quien le cuidase y amase más que a sus propios hijos.

Transcripción

En el nombre de Dios, hola.

Nos encontramos una vez más juntos compartiendo un cuento de la semana. Hoy quiero contarles una nueva historia sobre el último mensajero de Dios, es así que vamos y escuchemos con atención lo que tenemos especialmente preparado para ti.

El profeta Muhammad y el monje cristiano.

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su familia) aún no había nacido cuando su padre, Abdullah, falleció y su madre tiempo más tarde también partiría de este mundo, cuando él apenas tendría seis años de edad.

Después de estos tristes acontecimientos, su gran antepasado, es decir su abuelo Abdul Mutalib - عبدالمطلب - se convertiría en su único tutor.

Abdul Mutalib, cuando enfermó tiempo después, presentó a su hijo Abu Talib como quien sería el sucesor de la tutela de Muhammad (BPD) falleciendo poco tiempo después de hecho este anuncio.

A partir de entonces, Abu Talib se hizo cargo del Profeta Muhammad (BPD) y lo cuidó hasta los últimos momentos de su vida.

Se cuenta que el joven Muhammad apenas tenía doce años cuando viajó a Sham (hoy conocido como Siria) en una caravana de negocios con su tío Abu Talib.

La caravana llegó a una tierra llamada BOSRA, la cual era habitada un monje cristiano llamado “Bahira”, que había estado dedicando su vida a la adoración de Dios en su monasterio durante muchos años, siendo tanto que eruditos y científicos cristianos le visitaban para sacar provecho de sus conocimientos.

Es así que Bahira, quien solía ver pasar en ocasiones las caravanas de comerciantes de Quraysh y de La Meca, los cuales, transitaban al lado del su monasterio, nunca les prestó especial atención, mas sin embargo un día vio una caravana la cual pasaba con una nube sobre ellos, llamándole de especial manera la atención.

Dicha caravana se detuvo junto a un árbol y un adolescente pasó por debajo de ese árbol, siendo que la nube siguió proyectando una sombra sobre el árbol y sus ramas se inclinaron con suavidad directo hacia el joven.

“Bahira” se dio cuenta de que este adolescente era de especial interés para Dios, así que preparó comida y salió del monasterio e invitó respetuosamente a la gente de la caravana diciendo:

"He preparado alimento para ustedes y quiero que sean mis invitados. Así que por favor, acepten mi invitación, deseo que todos vengan a comer a mi aposento".

Fue así que todos acudieron a la generosa invitación, pero solo Muhammad no fue y se quedó debajo del árbol.

“Bahira” miró con atención y no vio la nube en la cabeza de ninguna de las personas de la caravana. Así se dio cuenta de que la nube seguía proyectando una sombra sobre ese árbol en particular. Entonces dijo:

“Hoy sois todos mis invitados, que nadie rechace la fiesta.”

Entre los invitados alguien dijo:

“Ha acudido todo el mundo que viene en esta caravana, tan solo un adolescente se ha quedado custodiando todos los bienes comerciales.”

Ante lo que Bahira dijo:

“Traigan también a ese adolescente, no es bueno que todos vengan y él se quede solo.”

Por lo que rápidamente le transmitieron la invitación del monje a Muhammad y él aceptó.

Entonces, “Bahira” con sabia curiosidad, observaba con  atención al profeta Muhammad, viendo que cuando Muhammad se movía, la nube también se movía sobre su cabeza.

Entonces cuando este joven se acercó a “Bahira “, éste lo miró con detenimiento y vio el rostro luminoso de Muhammad siendo evidente en él,  el signo de la profecía.

De momento en momento, su amor y respeto por Muhammad se incrementaba sin límite alguno.

Luego de comer, Bahira, se volvió hacia el Profeta Muhammad (BPD) y le dijo:

¡Juro por Al-Lat y Uzza - اللَّاتَ وَالْعُزَّىٰ – para que respondas a mis preguntas!

Quiero acá hacer un paréntesis acá, pues como han de saber, los árabes de aquella época antes del advenimiento del Islam, eran idólatras, y tenían tres grandes ídolos famosos que estaban en la Kaaba. Los nombres de estos tres ídolos eran Al-Lat, Uzza y Manat – مَنَاة - a quienes juraban lealtad.

Pero muy posiblemente Bahira, con esta exclamación, en particular, quería examinar el monoteísmo de Muhammad, aunque estaba seguro de ello o quizás actuó según las costumbres de los árabes de La Meca.

A lo que ese joven Muhammad dijo:

“¡Nunca me hables en nombre de Al-Lat y Uzza. Juro por Dios que mi molestia no es más por nada que por la mención y la existencia de esos ídolos.”

A lo que Bahira entonces respondió:

“Juro por Dios entonces, para que respondas a mis preguntas.”

A lo que Muhammad dijo:

“Ahora si estoy listo para responder a tus preguntas.”

Bahira le consultó al Profeta sobre algunas de las señales  de Dios y escuchó sus respuestas, viendo que lo que había leído en los libros celestiales como la Biblia, la Torá, los Salmos, etc, también estaba de acuerdo con las respuestas de Muhammad, y al final Bahira fue testigo de la señal especial de la profecía entre los hombros de Muhammad y le besó, señal que ha sido mencionada en los libros celestiales.

Luego Bahira le preguntó a Abu Talib:

¿Qué tiene que ver este joven contigo?

Entonces Abu Talib, (quien era tío del Profeta Muhammad, tutor y custodio, e incluso quien le amaba tanto que le cuidaba más que a sus propios hijos) dijo:

"Él es mi hijo".

“Bahira", quien había visto las señales del último profeta de Dios en los libros celestiales, dijo:

“No, no es tu hijo, sus padres han fallecido."

Entonces Abu Talib dijo:

“Sí, es cierto.”

Así que Bahira hizo preguntas sobre el destino de sus padres y recibió respuestas.

Luego le dijo a Abu Talib:

“Lleva a tu sobrino a la Meca y cuídalo por completo. ¡Ten especial cuidado con el peligro que representan los judíos de esta zona!

¡Juro por Dios! Lo que yo entendí de él es que si los judíos lo descubren, conspirarán para matarlo.

Muhammad tiene un futuro brillante, he leído sus estados en los libros celestiales y es mi deber decirte que lo traigas de vuelta a la Meca lo antes posible.”

Abu Talib aceptó las palabras de Bahira, y rápidamente devolvió a Muhammad a La Meca y le cuidó siempre con mucho ahínco y amor.

Hemos llegado al final de este cuento, les deseo lo mejor para todos ustedes. Gracias de ante mano por compartir los cuentos que publicamos todos los sábados con sus amigos y familiares.

Les recuerdo seguirnos en este canal, suscríbanse a él y no se pierdan de todos nuestros contenidos que iluminan el alma.

Ruego a Dios, les otorgue lo mejor de esta y la otra vida a ustedes y a sus seres queridos, por favor cuídense y hasta pronto.

 

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Mucho antes de recibir la revelación un joven muchacho, se destacó por encima de muchos, tanto por su personalidad, como por sus valores, honestidad, y espiritualidad, sobre todo en una época donde el común era todo lo contrario a la adoración de Dios y lo moralmente correcto. Este joven es Muhamamd Ibn Abdullah, quien fuese el último Mensajero de Dios (BPD), el sello de los Profetas Benditos, el más excelso ser humano jamás y quien llevase un mensaje universal a todos los corazones de la humanidad.
Pero antes que la revelación fuese dada de mano del mismo ángel Gabriel, es que Bahira, un moje Cristiano, descubriese en Muhammad, las señales escritas en todos los libros sagrados de que él, era el último Profeta haciendo un pedido especial a quien le cuidase y amase más que a sus propios hijos.

En el nombre de Dios, hola.

Nos encontramos una vez más juntos compartiendo un cuento de la semana. Hoy quiero contarles una nueva historia sobre el último mensajero de Dios, es así que vamos y escuchemos con atención lo que tenemos especialmente preparado para ti.

El profeta Muhammad y el monje cristiano.

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su familia) aún no había nacido cuando su padre, Abdullah, falleció y su madre tiempo más tarde también partiría de este mundo, cuando él apenas tendría seis años de edad.

Después de estos tristes acontecimientos, su gran antepasado, es decir su abuelo Abdul Mutalib - عبدالمطلب - se convertiría en su único tutor.

Abdul Mutalib, cuando enfermó tiempo después, presentó a su hijo Abu Talib como quien sería el sucesor de la tutela de Muhammad (BPD) falleciendo poco tiempo después de hecho este anuncio.

A partir de entonces, Abu Talib se hizo cargo del Profeta Muhammad (BPD) y lo cuidó hasta los últimos momentos de su vida.

Se cuenta que el joven Muhammad apenas tenía doce años cuando viajó a Sham (hoy conocido como Siria) en una caravana de negocios con su tío Abu Talib.

La caravana llegó a una tierra llamada BOSRA, la cual era habitada un monje cristiano llamado “Bahira”, que había estado dedicando su vida a la adoración de Dios en su monasterio durante muchos años, siendo tanto que eruditos y científicos cristianos le visitaban para sacar provecho de sus conocimientos.

Es así que Bahira, quien solía ver pasar en ocasiones las caravanas de comerciantes de Quraysh y de La Meca, los cuales, transitaban al lado del su monasterio, nunca les prestó especial atención, mas sin embargo un día vio una caravana la cual pasaba con una nube sobre ellos, llamándole de especial manera la atención.

Dicha caravana se detuvo junto a un árbol y un adolescente pasó por debajo de ese árbol, siendo que la nube siguió proyectando una sombra sobre el árbol y sus ramas se inclinaron con suavidad directo hacia el joven.

“Bahira” se dio cuenta de que este adolescente era de especial interés para Dios, así que preparó comida y salió del monasterio e invitó respetuosamente a la gente de la caravana diciendo:

"He preparado alimento para ustedes y quiero que sean mis invitados. Así que por favor, acepten mi invitación, deseo que todos vengan a comer a mi aposento".

Fue así que todos acudieron a la generosa invitación, pero solo Muhammad no fue y se quedó debajo del árbol.

“Bahira” miró con atención y no vio la nube en la cabeza de ninguna de las personas de la caravana. Así se dio cuenta de que la nube seguía proyectando una sombra sobre ese árbol en particular. Entonces dijo:

“Hoy sois todos mis invitados, que nadie rechace la fiesta.”

Entre los invitados alguien dijo:

“Ha acudido todo el mundo que viene en esta caravana, tan solo un adolescente se ha quedado custodiando todos los bienes comerciales.”

Ante lo que Bahira dijo:

“Traigan también a ese adolescente, no es bueno que todos vengan y él se quede solo.”

Por lo que rápidamente le transmitieron la invitación del monje a Muhammad y él aceptó.

Entonces, “Bahira” con sabia curiosidad, observaba con  atención al profeta Muhammad, viendo que cuando Muhammad se movía, la nube también se movía sobre su cabeza.

Entonces cuando este joven se acercó a “Bahira “, éste lo miró con detenimiento y vio el rostro luminoso de Muhammad siendo evidente en él,  el signo de la profecía.

De momento en momento, su amor y respeto por Muhammad se incrementaba sin límite alguno.

Luego de comer, Bahira, se volvió hacia el Profeta Muhammad (BPD) y le dijo:

¡Juro por Al-Lat y Uzza - اللَّاتَ وَالْعُزَّىٰ – para que respondas a mis preguntas!

Quiero acá hacer un paréntesis acá, pues como han de saber, los árabes de aquella época antes del advenimiento del Islam, eran idólatras, y tenían tres grandes ídolos famosos que estaban en la Kaaba. Los nombres de estos tres ídolos eran Al-Lat, Uzza y Manat – مَنَاة - a quienes juraban lealtad.

Pero muy posiblemente Bahira, con esta exclamación, en particular, quería examinar el monoteísmo de Muhammad, aunque estaba seguro de ello o quizás actuó según las costumbres de los árabes de La Meca.

A lo que ese joven Muhammad dijo:

“¡Nunca me hables en nombre de Al-Lat y Uzza. Juro por Dios que mi molestia no es más por nada que por la mención y la existencia de esos ídolos.”

A lo que Bahira entonces respondió:

“Juro por Dios entonces, para que respondas a mis preguntas.”

A lo que Muhammad dijo:

“Ahora si estoy listo para responder a tus preguntas.”

Bahira le consultó al Profeta sobre algunas de las señales  de Dios y escuchó sus respuestas, viendo que lo que había leído en los libros celestiales como la Biblia, la Torá, los Salmos, etc, también estaba de acuerdo con las respuestas de Muhammad, y al final Bahira fue testigo de la señal especial de la profecía entre los hombros de Muhammad y le besó, señal que ha sido mencionada en los libros celestiales.

Luego Bahira le preguntó a Abu Talib:

¿Qué tiene que ver este joven contigo?

Entonces Abu Talib, (quien era tío del Profeta Muhammad, tutor y custodio, e incluso quien le amaba tanto que le cuidaba más que a sus propios hijos) dijo:

"Él es mi hijo".

“Bahira", quien había visto las señales del último profeta de Dios en los libros celestiales, dijo:

“No, no es tu hijo, sus padres han fallecido."

Entonces Abu Talib dijo:

“Sí, es cierto.”

Así que Bahira hizo preguntas sobre el destino de sus padres y recibió respuestas.

Luego le dijo a Abu Talib:

“Lleva a tu sobrino a la Meca y cuídalo por completo. ¡Ten especial cuidado con el peligro que representan los judíos de esta zona!

¡Juro por Dios! Lo que yo entendí de él es que si los judíos lo descubren, conspirarán para matarlo.

Muhammad tiene un futuro brillante, he leído sus estados en los libros celestiales y es mi deber decirte que lo traigas de vuelta a la Meca lo antes posible.”

Abu Talib aceptó las palabras de Bahira, y rápidamente devolvió a Muhammad a La Meca y le cuidó siempre con mucho ahínco y amor.

Hemos llegado al final de este cuento, les deseo lo mejor para todos ustedes. Gracias de ante mano por compartir los cuentos que publicamos todos los sábados con sus amigos y familiares.

Les recuerdo seguirnos en este canal, suscríbanse a él y no se pierdan de todos nuestros contenidos que iluminan el alma.

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