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Descripción

¡Bienvenidos, queridos espectadores, a otro emocionante episodio de "Los Cuentos de la Semana" en FátimaTV! En esta ocasión, nos sumergiremos en una narrativa conmovedora que nos enseña la importancia del respeto filial y las repercusiones de la ingratitud.

En este cuento, nos sumergimos en la vida de un hijo que, cegado por su propia ambición y desdén hacia sus padres, desencadena una cadena de eventos que cambian su destino para siempre. A través de no escuchar las palabras del Profeta Muhammad (BPD), quien es el Profeta de la misericordia, presenciamos la dolorosa caída de un joven que desprecia el sacrificio y la generosidad de sus padres.

Desde el primer llanto de un padre desconsolado hasta la devastadora caída de un hijo insolente, cada momento de este relato nos recuerda la importancia de valorar y respetar a aquellos que nos dieron la vida y nos cuidaron con amor incondicional.

Pero esta historia trasciende más allá de sus personajes, pues nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y la forma en que tratamos a nuestros seres queridos. ¿Estamos verdaderamente agradecidos por el amor y el sacrificio de nuestros padres, o nos sumimos en la indiferencia y el egoísmo?

Acompáñenos mientras exploramos las lecciones profundas de este relato, recordando siempre que cada acto de desobediencia a nuestros padres puede tener consecuencias desgarradoras, incluso en la vida más allá de esta.

Al final, nos despedimos con la esperanza de que este cuento sirva como un recordatorio conmovedor de la importancia del amor filial y la gratitud hacia aquellos que nos dieron todo. ¡No olviden compartir esta poderosa historia y unirse a nosotros en nuestra búsqueda de sabiduría y compasión!

Que la paz y las bendiciones estén con todos ustedes, y nos vemos la próxima semana para otra entrega de "Los Cuentos de la Semana" en FátimaTV. ¡Hasta entonces, cuídense y que Dios les bendiga!

Transcripción

En el nombre de Dios. Hola. Te damos la más cordial bienvenida a la sección “LOS CUENTOS DE LA SEMANA” de FátimaTV, donde nos esmeramos en poder aportar conocimientos que iluminan el alma y enriquecen el conocimiento.

 

Hay personas que están tratando día y noche de brindar consuelo a los demás, noches interminables en las que pasan despiertos para salvar a otros de las penurias y problemas de la época, ¡Que noches son estas y que maravillosas sus custodios quienes lo dan todo por los demás!

 

Estas personas sacrificadas, siempre prefieren a esas otras personas, sobre sí mismas y dedican toda su vida al resguardo y búsqueda del progreso de los asuntos de esas personas a quienes buscan proteger y cuidar, sin exigir un salario a quienes protegen o cuidan y mucho menos echan en cara su labor y tampoco hacen alarde de hacer todos estos esfuerzos por ellos.

 

Pero a menudo, estas gentes que se ven beneficiadas por el cuido y protección de estas desinteresadas personas que hacen su mejor esfuerzo por ayudar, suelen responder con falta de amabilidad y mucha deslealtad. Suele ocurrir que cuando sus protectores les necesitan, los dejan solos y los olvidan e incluso en ocasiones se convierten en una amenaza para la vida de estas personas amables, compasivas y caritativas.

 

Para quienes reciben la protección y cuidado de estos seres piadosos, quienes están bajo su protección no les toman la importancia y valor que merecen y les tratan como un completo extraño o un transeúnte más que pasa por cualquier calle por desapercibido.

 

Y a lo largo de la historia, este comportamiento se siguió dando sin mutación alguna, quedando un comportamiento inalterado de crueldad, rechazo y descuido, a como los protectores nunca dejaron de ser amables y jamás se cansaron de su misión altruista y sincera.

 

Acaso ¿No es hora de que nosotros y todos los niños, vayamos juntos a donde nuestros padres y los abracemos con fuerza y ​​​​lloremos sobre sus hombros amables, tristes y arrepentidos por todas nuestras deficiencias y defectos, pero sobre todo agradeciendo por sus bondades?

 

Acaso ¿No es hora de que esas personas desagradecidas entren en razón y sepan que estas indulgencias y abandonos de quienes han querido ser sus protectores, se han convertido en dolorosos látigos y pronto golpearán sus espaldas?

 

La historia de hoy es la historia de una de las mismas personas que no apreciaron el amor de sus padres y pronto vieron el castigo por su deslealtad.

 

Así que, sin más preámbulos, vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.

 

El hijo delincuente y su castigo

 

انَّ شَیْخاً کَبِیراً جَاءَ بِابْنِهِ إِلَی رَسُولِ اللَّهِ صلی الله علیه و آله وَ الشَّیْخُ یَبْکِی وَ یَقُولُ

یَا رَسُولَ اللَّهِ ابْنِی هَذَا غَذَوْتُهُ صَغِیراً وَ مُنْتُهُ [۱] طِفْلًا عَزِیزاً وَ أَعَنْتُهُ [۲] بِمَالِی کَثِیراً حَتَّی اشْتَدَّ أَزْرُهُ [۳] وَ قَوِیَ ظَهْرُهُ وَ کَثُرَ مَالُهُ وَ فَنِیَتْ قُوَّتِی وَ ذَهَبَ مَالِی عَلَیْهِ وَ صِرْتُ مِنَ الضَّعْفِ إِلَی مَا تَرَی [۴] فَلَا یُوَاسِینِی بِالْقُوتِ الْمُمْسِکِ لِرَمَقِی

 

En el comentario atribuido al Imam Hasan Askari, la paz sea con él, se narra de Amir al-Mu'minin Ali, la paz sea con él, en un largo hadiz que dijo:

 

“[Un día] un anciano, llorando, llegó a la presencia del Mensajero de Dios, (BPD), con su hijo y dijo:

 

“¡Oh Mensajero de Dios! A este hijo mío lo alimenté cuando era niño y lo traté con bondad como se trata a un niño querido. Y lo ayudé mucho con mi riqueza hasta que se hizo más fuerte y su riqueza aumentó. Pero perdí mi habilidad y gasté mi riqueza en su camino y llegué a tal punto de debilidad y enfermedad que ya ves, pero ahora no me da ni el poquísimo alimento que sólo me salva de la muerte, con el que puedo ganar vida y fuerza.”

 

فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلشَّابِّ مَا ذَا تَقُولُ قَالَ یَا رَسُولَ اللَّهِ لَا فَضْلَ مَعِی عَنْ قُوتِی وَ قُوتِ عِیَالِی فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلْوَالِدِ مَا تَقُولُ فَقَالَ یَا رَسُولَ اللَّهِ إِنَّ لَهُ أَنَابِیرَ [۵] حِنْطَةٍ وَ شَعِیرٍ وَ تَمْرٍ وَ زَبِیبٍ وَ بِدَرَ [۶] الدَّرَاهِمِ وَ الدَّنَانِیرِ وَ هُوَ غَنِیٌّ فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلِابْنِ مَا تَقُولُ قَالَ الِابْنُ یَا رَسُولَ اللَّهِ مَا لِی شَیْءٌ مِمَّا قَالَ

 

Fue entonces que el Mensajero de Dios le dijo a ese joven: “¿Qué dices acerca de las palabras de tu padre?”

El joven dijo: “¡Oh Mensajero de Dios! Lo que tengo es igual a mi fuerza, ​​mi esposa e hijos, no más.”

 

El Santo Profeta le dijo al padre del joven: “¿Qué dices en respuesta a él?

 

A lo que el padre respondió: “¡Oh Mensajero de Dios! Él es rico. Tiene almacenes de trigo y cebada, dátiles y pasas y muchas bolsas con dirhams y dinares (el cual era el dinero de la época equivalente a monedas de oro y plata).”

 

A lo cual nuevamente el Mensajero de Dios le dijo al joven hijo: “¿Cuál es tu respuesta?”

 

El joven dijo: “¡Oh Profeta! No tengo nada de lo que dijo.”

 

قَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله اتَّقِ اللَّهَ یَا فَتَی وَ أَحْسِنْ إِلَی وَالِدِکَ الْمُحْسِنِ إِلَیْکَ یُحْسِنِ اللَّهُ إِلَیْکَ قَالَ لَا شَیْ ءَ لِی قَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله فَنَحْنُ نُعْطِیهِ عَنْکَ فِی هَذَا الشَّهْرِ فَأَعْطِهِ أَنْتَ فِیمَا بَعْدَهُ

 

Fue entonces que el Mensajero de Dios dijo:

 

“¡Oh, joven! Teme a Dios y haz el bien a tu padre, quien ha hecho el bien para ti (en el pasado), para que así Dios te Sea Benevolente.”

 

A lo que el joven dijo: “No tengo nada.”

 

Seguido a esta respuesta el Profeta dijo al joven:

 

“Concederemos este mes (respecto al cuidado del anciano padre) en lugar tuyo, pero a partir de los siguientes meses, debes hacerlo tú mismo.”

 

 

وَ قَالَ لِأُسَامَةَ أَعْطِ الشَّیْخَ مِائَةَ دِرْهَمٍ نَفَقَةً لِشَهْرِهِ لِنَفْسِهِ وَ عِیَالِهِ فَفَعَلَ فَلَمَّا کَانَ رَأْسُ الشَّهْرِ جَاءَ الشَّیْخُ وَ الْغُلَامُ وَ قَالَ الْغُلَامُ لَا شَیْ ءَ لِی فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لَکَ مَالٌ کَثِیرٌ وَ لَکِنَّکَ الْیَوْمَ تُمْسِی وَ أَنْتَ فَقِیرٌ وَقِیرٌ [تصیر] أَفْقَرُ مِنْ أَبِیکَ هَذَا لَا شَیْ ءَ لَکَ

 

Por lo que el Profeta le dijo a Osama - su hijo adoptivo-:

 

“Dale al anciano cien dirhams para los gastos de él y su esposa e hijos este mes.”

 

Orden que Osama cumplió a la brevedad.

 

Después de un mes, el anciano y su hijo se acercaron al Mensajero de Dios.

 

Una vez más el joven dijo: “No tengo nada.”

 

Por lo que el Profeta del Islam (BPDE) respondió:


"Tienes mucha riqueza, pero a partir de hoy te volverás pobre, llegando a ser aún más que tu padre y no tendrás nada.”

 

فَانْصَرَفَ الشَّابُّ فَإِذَا جِیرَانُ أَنَابِیرِهِ قَدِ اجْتَمَعُوا عَلَیْهِ یَقُولُونَ حَوِّلْ هَذِهِ الْأَنَابِیرَ عَنَّا فَجَاءَ إِلَی أَنَابِیرَ وَ إِذَا الْحِنْطَةُ وَ الشَّعِیرُ وَ التَّمْرُ وَ الزَّبِیبُ قَدْ نَتُنَ جَمِیعُهُ وَ فَسَدَ وَ هَلَکَ وَ أَخَذُوهُ بِتَحْوِیلِ ذَلِکَ عَنْ جِوَارِهِمْ فَاکْتَرَی أُجَرَاءَ بِأَمْوَالٍ کَثِیرَةٍ فَحَوَّلُوهُ وَ أَخْرَجُوهُ بَعِیداً عَنِ الْمَدِینَةِ ثُمَّ ذَهَبَ یُخْرِجُ إِلَیْهِمُ الکری (الْکِرَاءَ) مِنْ أَکْیَاسِهِ الَّتِی فِیهَا دَرَاهِمُهُ وَ دَنَانِیرُهُ فَإِذَا هِیَ قَدْ طُمِسَتْ وَ مُسِخَتْ حِجَارَةً وَ أَخَذَهُ الْحَمَّالُونَ بِالْأُجْرَةِ فَبَاعَ مَا کَانَ لَهُ مِنْ کِسْوَةٍ وَ فُرُشٍ وَ دَارٍ وَ أَعْطَاهُمْ فِی الْکِرَاءِ وَ خَرَجَ مِنْ ذَلِکَ کُلِّهِ صِفْراً ثُمَّ بَقِیَ فَقِیراً وَقِیراً لَا یَهْتَدِی إِلَی قُوتِ یَوْمِهِ فَسَقُمَ لِذَلِکَ جَسَدُهُ وَ ضَنِیَ

 

Entonces el joven luego de lo dicho por el Profeta Muhammad (BPD) se dio la vuelta y de repente vio que sus vecinos comerciantes, quienes tenían sus almacenes cercanos a los almacenes que eran de su propiedad y que contenían trigo, cebada, dátiles y pasas, se acercaron a donde él, le rodearon y de inmediato exigieron que trasladara todos sus almacenes lejos de donde estaba, lejos de su vecindario y de ese mercado a cualquier otro lugar.

 

Entonces asombrado por esto el joven fue rápidamente a donde sus almacenes y notó que todo el trigo, cebada, dátiles y pasas, se habían podrido y todo absolutamente todo estaba dañado.

 

Nuevamente sus vecinos, quienes le siguieron, volvieron a hacerle la misma petición anterior, solo que esta vez, le obligaron a llevarse toda la carga de las bodegas a otro lugar, tal como lo demandaban.

 

Para ello, el muchacho contrató porteadores con salarios elevados, quienes vaciaron los almacenes y los llevaron a una zona alejada de la ciudad.

 

Cuando el joven quiso pagar el salario a los porteadores, en dirhams y dinares, de repente se dio cuenta de que todas las monedas habían desaparecido y se habían convertido en piedras.

 

Fue ahí cuando los porteadores se dieron cuenta de que ya no tenía dinero, e insistieron en que este hombre quería robar su derecho al salario comprometido.

 

Empujado por esta situación el joven, vendió todo lo que tenía, ropa, alfombras, ropa de cama y ​​hasta su casa y con esto que recolectó pudo pagar el dinero por el trabajo de los porteadores, que cargaron todo lo de sus bodegas a otro lugar. Por lo que luego de esto, el joven se quedó sin nada y su riqueza se redujo a cero, hasta que finalmente este hombre quien una vez fuese una persona acaudalada, de entre los comerciantes adinerados de su localidad, hoy se convirtiese de la noche a la mañana en un indigente y un miserable a tal punto que ya ni siquiera podía ganar nada ni para su propia comida diaria al punto que, debido a ello, su cuerpo enfermó y estaba demacrado muy delgado.

 

فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله یَا أَیُّهَا الْعَاقُّونَ لِلْآبَاءِ وَ الْأُمَّهَاتِ اعْتَبِرُوا وَ اعْلَمُوا أَنَّهُ کَمَا طُمِسَ فِی الدُّنْیَا عَلَی أَمْوَالِهِ فَکَذَلِکَ جُعِلَ بَدَلُ مَا کَانَ أُعِدَّ لَهُ فِی الْجَنَّةِ مِنَ الدَّرَجَاتِ مُعَدّاً لَهُ فِی النَّارِ مِنَ الدَّرَکَاتِ

 

El Mensajero de Dios, (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia), dijo:

“Oh vosotros que desobedecéis a los padres y a las madres, aconsejaos (Tomen una lección) y sabed que, así como las posesiones de ese joven fueron destruidas en este mundo, en el Más Allá, en lugar de esos niveles del paraíso que le estaban preparados, les serán dados el grado más profundo[1]  del Fuego.”

 

 

Oh hijos, apreciad (el valor) a nuestros padres. Antes que nuestros hijos se venguen de nosotros y enfrentemos problemas que son el resultado de nuestras propias malas acciones.

 

Para cerrar quiero apuntar a algo muy importante en referencia a los valores de este cuento. La desobediencia a los padres o ' Āqq al-Wālidayn (árabe: عاق الوالدین) o ' Uqūq al-Wālidayn (árabe: عقوق الوالدین) se encuentra entre los mayores pecados y vicios morales que se refieren a cualquier forma de molestar al padre y a la madre o a cualquiera de ellos por la lengua o acción.

En los hadices, mirarlos con enojo, faltarles el respeto o decirles "uff" (la cual, una expresión de frustración) se mencionan entre los ejemplos de "desobediencia a los padres”.

 

También se menciona que, si hubiera alguna expresión de asco menor que "uff", Dios también la prohibiría e incluso dando paso a la privación del paraíso o garantizando la entrada al infierno, entre las consecuencias de la desobediencia a los padres ('Aqq al-walidayn).

 

Se mencionan también otras consecuencias por estos actos contra los padres como el castigo de la tumba, el que las oraciones no sean aceptadas, o el total no cumplimiento de las súplicas. Incluso algunos estudiosos de la ética, mencionaron entre otras consecuencias devastadores del irrespeto a los padres, la brevedad de la vida y la intensidad de la agonía de la muerte entre las consecuencias en este mundo.

 

Hemos llegado al fin del cuento de esta semana, no sin antes desearles lo mejor de esta y la otra vida, tanto a ti como a tus seres queridos, no olvides compartir este contenido, seguirnos en todas nuestras redes, y cuidarse. Dios les bendiga y hasta la próxima semana.


 

El piso inferior del infierno.

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¡Bienvenidos, queridos espectadores, a otro emocionante episodio de "Los Cuentos de la Semana" en FátimaTV! En esta ocasión, nos sumergiremos en una narrativa conmovedora que nos enseña la importancia del respeto filial y las repercusiones de la ingratitud.

En este cuento, nos sumergimos en la vida de un hijo que, cegado por su propia ambición y desdén hacia sus padres, desencadena una cadena de eventos que cambian su destino para siempre. A través de no escuchar las palabras del Profeta Muhammad (BPD), quien es el Profeta de la misericordia, presenciamos la dolorosa caída de un joven que desprecia el sacrificio y la generosidad de sus padres.

Desde el primer llanto de un padre desconsolado hasta la devastadora caída de un hijo insolente, cada momento de este relato nos recuerda la importancia de valorar y respetar a aquellos que nos dieron la vida y nos cuidaron con amor incondicional.

Pero esta historia trasciende más allá de sus personajes, pues nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y la forma en que tratamos a nuestros seres queridos. ¿Estamos verdaderamente agradecidos por el amor y el sacrificio de nuestros padres, o nos sumimos en la indiferencia y el egoísmo?

Acompáñenos mientras exploramos las lecciones profundas de este relato, recordando siempre que cada acto de desobediencia a nuestros padres puede tener consecuencias desgarradoras, incluso en la vida más allá de esta.

Al final, nos despedimos con la esperanza de que este cuento sirva como un recordatorio conmovedor de la importancia del amor filial y la gratitud hacia aquellos que nos dieron todo. ¡No olviden compartir esta poderosa historia y unirse a nosotros en nuestra búsqueda de sabiduría y compasión!

Que la paz y las bendiciones estén con todos ustedes, y nos vemos la próxima semana para otra entrega de "Los Cuentos de la Semana" en FátimaTV. ¡Hasta entonces, cuídense y que Dios les bendiga!

En el nombre de Dios. Hola. Te damos la más cordial bienvenida a la sección “LOS CUENTOS DE LA SEMANA” de FátimaTV, donde nos esmeramos en poder aportar conocimientos que iluminan el alma y enriquecen el conocimiento.

 

Hay personas que están tratando día y noche de brindar consuelo a los demás, noches interminables en las que pasan despiertos para salvar a otros de las penurias y problemas de la época, ¡Que noches son estas y que maravillosas sus custodios quienes lo dan todo por los demás!

 

Estas personas sacrificadas, siempre prefieren a esas otras personas, sobre sí mismas y dedican toda su vida al resguardo y búsqueda del progreso de los asuntos de esas personas a quienes buscan proteger y cuidar, sin exigir un salario a quienes protegen o cuidan y mucho menos echan en cara su labor y tampoco hacen alarde de hacer todos estos esfuerzos por ellos.

 

Pero a menudo, estas gentes que se ven beneficiadas por el cuido y protección de estas desinteresadas personas que hacen su mejor esfuerzo por ayudar, suelen responder con falta de amabilidad y mucha deslealtad. Suele ocurrir que cuando sus protectores les necesitan, los dejan solos y los olvidan e incluso en ocasiones se convierten en una amenaza para la vida de estas personas amables, compasivas y caritativas.

 

Para quienes reciben la protección y cuidado de estos seres piadosos, quienes están bajo su protección no les toman la importancia y valor que merecen y les tratan como un completo extraño o un transeúnte más que pasa por cualquier calle por desapercibido.

 

Y a lo largo de la historia, este comportamiento se siguió dando sin mutación alguna, quedando un comportamiento inalterado de crueldad, rechazo y descuido, a como los protectores nunca dejaron de ser amables y jamás se cansaron de su misión altruista y sincera.

 

Acaso ¿No es hora de que nosotros y todos los niños, vayamos juntos a donde nuestros padres y los abracemos con fuerza y ​​​​lloremos sobre sus hombros amables, tristes y arrepentidos por todas nuestras deficiencias y defectos, pero sobre todo agradeciendo por sus bondades?

 

Acaso ¿No es hora de que esas personas desagradecidas entren en razón y sepan que estas indulgencias y abandonos de quienes han querido ser sus protectores, se han convertido en dolorosos látigos y pronto golpearán sus espaldas?

 

La historia de hoy es la historia de una de las mismas personas que no apreciaron el amor de sus padres y pronto vieron el castigo por su deslealtad.

 

Así que, sin más preámbulos, vamos juntos a escuchar el cuento de esta semana.

 

El hijo delincuente y su castigo

 

انَّ شَیْخاً کَبِیراً جَاءَ بِابْنِهِ إِلَی رَسُولِ اللَّهِ صلی الله علیه و آله وَ الشَّیْخُ یَبْکِی وَ یَقُولُ

یَا رَسُولَ اللَّهِ ابْنِی هَذَا غَذَوْتُهُ صَغِیراً وَ مُنْتُهُ [۱] طِفْلًا عَزِیزاً وَ أَعَنْتُهُ [۲] بِمَالِی کَثِیراً حَتَّی اشْتَدَّ أَزْرُهُ [۳] وَ قَوِیَ ظَهْرُهُ وَ کَثُرَ مَالُهُ وَ فَنِیَتْ قُوَّتِی وَ ذَهَبَ مَالِی عَلَیْهِ وَ صِرْتُ مِنَ الضَّعْفِ إِلَی مَا تَرَی [۴] فَلَا یُوَاسِینِی بِالْقُوتِ الْمُمْسِکِ لِرَمَقِی

 

En el comentario atribuido al Imam Hasan Askari, la paz sea con él, se narra de Amir al-Mu'minin Ali, la paz sea con él, en un largo hadiz que dijo:

 

“[Un día] un anciano, llorando, llegó a la presencia del Mensajero de Dios, (BPD), con su hijo y dijo:

 

“¡Oh Mensajero de Dios! A este hijo mío lo alimenté cuando era niño y lo traté con bondad como se trata a un niño querido. Y lo ayudé mucho con mi riqueza hasta que se hizo más fuerte y su riqueza aumentó. Pero perdí mi habilidad y gasté mi riqueza en su camino y llegué a tal punto de debilidad y enfermedad que ya ves, pero ahora no me da ni el poquísimo alimento que sólo me salva de la muerte, con el que puedo ganar vida y fuerza.”

 

فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلشَّابِّ مَا ذَا تَقُولُ قَالَ یَا رَسُولَ اللَّهِ لَا فَضْلَ مَعِی عَنْ قُوتِی وَ قُوتِ عِیَالِی فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلْوَالِدِ مَا تَقُولُ فَقَالَ یَا رَسُولَ اللَّهِ إِنَّ لَهُ أَنَابِیرَ [۵] حِنْطَةٍ وَ شَعِیرٍ وَ تَمْرٍ وَ زَبِیبٍ وَ بِدَرَ [۶] الدَّرَاهِمِ وَ الدَّنَانِیرِ وَ هُوَ غَنِیٌّ فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لِلِابْنِ مَا تَقُولُ قَالَ الِابْنُ یَا رَسُولَ اللَّهِ مَا لِی شَیْءٌ مِمَّا قَالَ

 

Fue entonces que el Mensajero de Dios le dijo a ese joven: “¿Qué dices acerca de las palabras de tu padre?”

El joven dijo: “¡Oh Mensajero de Dios! Lo que tengo es igual a mi fuerza, ​​mi esposa e hijos, no más.”

 

El Santo Profeta le dijo al padre del joven: “¿Qué dices en respuesta a él?

 

A lo que el padre respondió: “¡Oh Mensajero de Dios! Él es rico. Tiene almacenes de trigo y cebada, dátiles y pasas y muchas bolsas con dirhams y dinares (el cual era el dinero de la época equivalente a monedas de oro y plata).”

 

A lo cual nuevamente el Mensajero de Dios le dijo al joven hijo: “¿Cuál es tu respuesta?”

 

El joven dijo: “¡Oh Profeta! No tengo nada de lo que dijo.”

 

قَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله اتَّقِ اللَّهَ یَا فَتَی وَ أَحْسِنْ إِلَی وَالِدِکَ الْمُحْسِنِ إِلَیْکَ یُحْسِنِ اللَّهُ إِلَیْکَ قَالَ لَا شَیْ ءَ لِی قَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله فَنَحْنُ نُعْطِیهِ عَنْکَ فِی هَذَا الشَّهْرِ فَأَعْطِهِ أَنْتَ فِیمَا بَعْدَهُ

 

Fue entonces que el Mensajero de Dios dijo:

 

“¡Oh, joven! Teme a Dios y haz el bien a tu padre, quien ha hecho el bien para ti (en el pasado), para que así Dios te Sea Benevolente.”

 

A lo que el joven dijo: “No tengo nada.”

 

Seguido a esta respuesta el Profeta dijo al joven:

 

“Concederemos este mes (respecto al cuidado del anciano padre) en lugar tuyo, pero a partir de los siguientes meses, debes hacerlo tú mismo.”

 

 

وَ قَالَ لِأُسَامَةَ أَعْطِ الشَّیْخَ مِائَةَ دِرْهَمٍ نَفَقَةً لِشَهْرِهِ لِنَفْسِهِ وَ عِیَالِهِ فَفَعَلَ فَلَمَّا کَانَ رَأْسُ الشَّهْرِ جَاءَ الشَّیْخُ وَ الْغُلَامُ وَ قَالَ الْغُلَامُ لَا شَیْ ءَ لِی فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله لَکَ مَالٌ کَثِیرٌ وَ لَکِنَّکَ الْیَوْمَ تُمْسِی وَ أَنْتَ فَقِیرٌ وَقِیرٌ [تصیر] أَفْقَرُ مِنْ أَبِیکَ هَذَا لَا شَیْ ءَ لَکَ

 

Por lo que el Profeta le dijo a Osama - su hijo adoptivo-:

 

“Dale al anciano cien dirhams para los gastos de él y su esposa e hijos este mes.”

 

Orden que Osama cumplió a la brevedad.

 

Después de un mes, el anciano y su hijo se acercaron al Mensajero de Dios.

 

Una vez más el joven dijo: “No tengo nada.”

 

Por lo que el Profeta del Islam (BPDE) respondió:


"Tienes mucha riqueza, pero a partir de hoy te volverás pobre, llegando a ser aún más que tu padre y no tendrás nada.”

 

فَانْصَرَفَ الشَّابُّ فَإِذَا جِیرَانُ أَنَابِیرِهِ قَدِ اجْتَمَعُوا عَلَیْهِ یَقُولُونَ حَوِّلْ هَذِهِ الْأَنَابِیرَ عَنَّا فَجَاءَ إِلَی أَنَابِیرَ وَ إِذَا الْحِنْطَةُ وَ الشَّعِیرُ وَ التَّمْرُ وَ الزَّبِیبُ قَدْ نَتُنَ جَمِیعُهُ وَ فَسَدَ وَ هَلَکَ وَ أَخَذُوهُ بِتَحْوِیلِ ذَلِکَ عَنْ جِوَارِهِمْ فَاکْتَرَی أُجَرَاءَ بِأَمْوَالٍ کَثِیرَةٍ فَحَوَّلُوهُ وَ أَخْرَجُوهُ بَعِیداً عَنِ الْمَدِینَةِ ثُمَّ ذَهَبَ یُخْرِجُ إِلَیْهِمُ الکری (الْکِرَاءَ) مِنْ أَکْیَاسِهِ الَّتِی فِیهَا دَرَاهِمُهُ وَ دَنَانِیرُهُ فَإِذَا هِیَ قَدْ طُمِسَتْ وَ مُسِخَتْ حِجَارَةً وَ أَخَذَهُ الْحَمَّالُونَ بِالْأُجْرَةِ فَبَاعَ مَا کَانَ لَهُ مِنْ کِسْوَةٍ وَ فُرُشٍ وَ دَارٍ وَ أَعْطَاهُمْ فِی الْکِرَاءِ وَ خَرَجَ مِنْ ذَلِکَ کُلِّهِ صِفْراً ثُمَّ بَقِیَ فَقِیراً وَقِیراً لَا یَهْتَدِی إِلَی قُوتِ یَوْمِهِ فَسَقُمَ لِذَلِکَ جَسَدُهُ وَ ضَنِیَ

 

Entonces el joven luego de lo dicho por el Profeta Muhammad (BPD) se dio la vuelta y de repente vio que sus vecinos comerciantes, quienes tenían sus almacenes cercanos a los almacenes que eran de su propiedad y que contenían trigo, cebada, dátiles y pasas, se acercaron a donde él, le rodearon y de inmediato exigieron que trasladara todos sus almacenes lejos de donde estaba, lejos de su vecindario y de ese mercado a cualquier otro lugar.

 

Entonces asombrado por esto el joven fue rápidamente a donde sus almacenes y notó que todo el trigo, cebada, dátiles y pasas, se habían podrido y todo absolutamente todo estaba dañado.

 

Nuevamente sus vecinos, quienes le siguieron, volvieron a hacerle la misma petición anterior, solo que esta vez, le obligaron a llevarse toda la carga de las bodegas a otro lugar, tal como lo demandaban.

 

Para ello, el muchacho contrató porteadores con salarios elevados, quienes vaciaron los almacenes y los llevaron a una zona alejada de la ciudad.

 

Cuando el joven quiso pagar el salario a los porteadores, en dirhams y dinares, de repente se dio cuenta de que todas las monedas habían desaparecido y se habían convertido en piedras.

 

Fue ahí cuando los porteadores se dieron cuenta de que ya no tenía dinero, e insistieron en que este hombre quería robar su derecho al salario comprometido.

 

Empujado por esta situación el joven, vendió todo lo que tenía, ropa, alfombras, ropa de cama y ​​hasta su casa y con esto que recolectó pudo pagar el dinero por el trabajo de los porteadores, que cargaron todo lo de sus bodegas a otro lugar. Por lo que luego de esto, el joven se quedó sin nada y su riqueza se redujo a cero, hasta que finalmente este hombre quien una vez fuese una persona acaudalada, de entre los comerciantes adinerados de su localidad, hoy se convirtiese de la noche a la mañana en un indigente y un miserable a tal punto que ya ni siquiera podía ganar nada ni para su propia comida diaria al punto que, debido a ello, su cuerpo enfermó y estaba demacrado muy delgado.

 

فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلی الله علیه و آله یَا أَیُّهَا الْعَاقُّونَ لِلْآبَاءِ وَ الْأُمَّهَاتِ اعْتَبِرُوا وَ اعْلَمُوا أَنَّهُ کَمَا طُمِسَ فِی الدُّنْیَا عَلَی أَمْوَالِهِ فَکَذَلِکَ جُعِلَ بَدَلُ مَا کَانَ أُعِدَّ لَهُ فِی الْجَنَّةِ مِنَ الدَّرَجَاتِ مُعَدّاً لَهُ فِی النَّارِ مِنَ الدَّرَکَاتِ

 

El Mensajero de Dios, (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su bendita familia), dijo:

“Oh vosotros que desobedecéis a los padres y a las madres, aconsejaos (Tomen una lección) y sabed que, así como las posesiones de ese joven fueron destruidas en este mundo, en el Más Allá, en lugar de esos niveles del paraíso que le estaban preparados, les serán dados el grado más profundo[1]  del Fuego.”

 

 

Oh hijos, apreciad (el valor) a nuestros padres. Antes que nuestros hijos se venguen de nosotros y enfrentemos problemas que son el resultado de nuestras propias malas acciones.

 

Para cerrar quiero apuntar a algo muy importante en referencia a los valores de este cuento. La desobediencia a los padres o ' Āqq al-Wālidayn (árabe: عاق الوالدین) o ' Uqūq al-Wālidayn (árabe: عقوق الوالدین) se encuentra entre los mayores pecados y vicios morales que se refieren a cualquier forma de molestar al padre y a la madre o a cualquiera de ellos por la lengua o acción.

En los hadices, mirarlos con enojo, faltarles el respeto o decirles "uff" (la cual, una expresión de frustración) se mencionan entre los ejemplos de "desobediencia a los padres”.

 

También se menciona que, si hubiera alguna expresión de asco menor que "uff", Dios también la prohibiría e incluso dando paso a la privación del paraíso o garantizando la entrada al infierno, entre las consecuencias de la desobediencia a los padres ('Aqq al-walidayn).

 

Se mencionan también otras consecuencias por estos actos contra los padres como el castigo de la tumba, el que las oraciones no sean aceptadas, o el total no cumplimiento de las súplicas. Incluso algunos estudiosos de la ética, mencionaron entre otras consecuencias devastadores del irrespeto a los padres, la brevedad de la vida y la intensidad de la agonía de la muerte entre las consecuencias en este mundo.

 

Hemos llegado al fin del cuento de esta semana, no sin antes desearles lo mejor de esta y la otra vida, tanto a ti como a tus seres queridos, no olvides compartir este contenido, seguirnos en todas nuestras redes, y cuidarse. Dios les bendiga y hasta la próxima semana.


 

El piso inferior del infierno.