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Descripción

Como todo ser humano te sientes en todo momento impulsado a buscar la perfección, pero si no conoces la verdadera religión será imposible alcanzar ese objetivo. Sin ello jamás conocerás el sistema de valores correcto para aplicarlos en tu vida. El intelecto se consolida, precisamente, cuando asimilas esos fundamentos religiosos que te permiten optar por el bien en todo momento. Por tanto, la perfección espiritual o material solo es posible cuando las acciones voluntarias responden a un intelecto así constituido. De allí la afirmación:
“La culminación del intelecto está en el buen trato con los demás”.

Transcripción

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.

Hola, hoy queremos compartir contigo este nuevo episodio que hemos titulado: El buen trato, cuyo contenido está basado en un video de Feisal Morhell, transmitido en vivo por Fátima TV, el 22 de octubre de 2017.

Como todo ser humano te sientes en todo momento impulsado a buscar la perfección, pero si no conoces la verdadera religión será imposible alcanzar ese objetivo. Sin ello jamás conocerás el sistema de valores correcto para aplicarlos en tu vida. El intelecto se consolida, precisamente, cuando asimilas esos fundamentos religiosos que te permiten optar por el bien en todo momento. Por tanto, la perfección espiritual o material solo es posible cuando las acciones voluntarias responden a un intelecto así constituido. De allí la afirmación:

“La culminación del intelecto está en el buen trato con los demás”.

De hecho, el buen trato con la gente es un concepto recurrente en el Islam. No es casual que el Profeta (con él sea la Bendición y la Paz y con su Descendencia purificada) le ofreciera el siguiente consejo al Imam Alí (la paz sea con él):

“¡Oh ‘Alî! Ten un buen carácter con tu familia, tus vecinos y todo aquel con quien trates o acompañes de entre la gente; de esa manera, se te registrará ante Dios, Glorificado Sea, en los más elevados niveles”.

Poseer un buen carácter, tratar bien a las personas en nuestra vida cotidiana es un mandato práctico de la razón y un paso más hacia la perfección. Por ende, la ausencia de buen trato hacia tu familia, vecinos, compañeros, amigos y gente del común es un desvío del sendero natural que degenera en atributos deleznables, tales como: la vanagloria, la hipocresía, la jactancia, el odio, el rencor, la agresión, el insulto, la indiferencia, el prejuicio, la antipatía, la discriminación, la burla. Sobre esta desviación moral el Profeta nos ofrece las siguientes enseñanzas:

 “Ciertamente que Dios aborrece a quien frunce el ceño ante los rostros de sus hermanos”.

 “Precaveos del mal carácter, puesto que el de mal carácter se encuentra en el Fuego”.

 “El mal carácter corrompe la acción así como el vinagre corrompe la miel”.

 

Sin duda, esto implica para todos un gran reto moral en nuestra relación con los demás. Dijo el Profeta:

Actuad en base a las más bellas virtudes, ciertamente que Dios majestuoso e imponente me ha enviado con ellas”. Y hay otra narración del mismo Profeta que dice: “ciertamente que fui enviado para completar las más bellas virtudes”.

Una de las más bellas virtudes es que el hombre perdone a aquel que ha sido injusto con él. Incluso, el Imam Alí en una de sus súplicas pide tener el buen ánimo y determinación para dejar de lado lo malo y poder aconsejar a quien nos engaña; ser benevolente con quien ofende; dar limosna a quien nos quita; propiciar la unión con aquel que se aleja de nosotros; referirse en buenos términos acerca de aquel que nos maldice.

Todos estos conceptos están enunciados en el sagrado Corán. Cuando por ejemplo, Dios enaltecido y magnánimo dice:

“Repele con lo que es mejor, con lo que es bueno, si alguien te hace algún mal repélelo con lo bueno, repele ese mal”.

No te pide que aceptes el mal, sino que lo rechaces de buen modo con un acto mucho más elevado. De esta manera, es posible que establezcas una entrañable amistad con alguien que te adversaba o considerabas tu enemigo. No obstante, esta conducta, poco común en nuestros días, solo puede ser practicada por aquellos que tienen paciencia, cuyo intelecto ha alcanzado su culminación, un estado sublime; es decir, aquel que tenga un gran éxito de parte de Dios, altísimo y enaltecido.

Una vez el Profeta del Islam le hizo la siguiente pregunta a sus compañeros:

“¿Qué piensan que es lo que más hará ingresar a la gente en el paraíso?”

De inmediato cada uno elaboró una respuesta basada en los preceptos del Islam. ¡El rezo!, dijo uno. Otro dijo: ¡el ayuno! ¡La limosna!, dijo otro; y otro más: ¡la peregrinación! Entonces el profeta del Islam respondió:

“Lo que más hará ingresar a la gente en el paraíso será tener un buen carácter, sé buena gente, ten un buen trato, un trato amable con los demás”.  

Este motivo del buen trato o buen carácter que debemos tener para con el prójimo, para con los demás aparece también en los sabios consejos que el Imam Alí ofreció a Hasán, su hijo mayor. Una especie de testamento moral que ha quedado como herencia para todos los hijos del mundo:

“¡Oh hijito mío! Disponte a ti mismo como eje de referencia, como referente entre tú y otro, de manera que desees para los demás lo que quieres para ti mismo, y aborrece para los demás lo que aborreces para ti mismo, y no tiranices, no seas injusto con otro así como no te gusta que sean injustos contigo. Sé benevolente, haz el bien a los demás así como te gusta, como anhelarías que se haga el bien contigo. Y considera feo para ti lo que consideras feo en los demás; considera un defecto en ti lo que consideras un defecto en los demás. Y complácete de la gente aquello que te complazca de ti para ti mismo. Y no digas lo que no sabes aunque sea poco lo que sabes. Y no digas lo que no te gustaría que se diga de ti.

En otro versículo del Corán, Dios se dirige al noble Profeta y le dice:

“Si hubieras tenido un comportamiento agresivo o enojoso se hubiesen alejado de tu alrededor, entonces sé indulgente con ellos, pide a Dios perdón por ellos y consúltales en los asuntos”

En conclusión, el buen trato para con los demás, sea quien sea el prójimo, su género humano, es un concepto arraigado en la tradición islámica. En consecuencia, tratemos todos de actuar con base en este ideal y difundir este tipo de virtudes en la sociedad para que la paz, las bendiciones y la misericordia de Dios sean sobre todos nosotros.

Hemos llegado al final de este episodio. Nos despedimos de ti con profundo afecto y respeto, seguros de que cada día compartirás con nosotros estas enseñanzas que abrirán tu corazón y tu pensamiento. ¡Hasta mañana!

NO OLVIDES SUSCRIBIRTE A FÁTIMA TV. ES MUY SENCILLO SOLO DEBES INCLUIR NUESTRO NÚMERO EN LOS CONTACTOS DE TU TELÉFONO MÓVIL: (+5493815390737). ENVÍANOS UN MENSAJE POR WHATSAPP CON TU NOMBRE Y YA. DIARIAMENTE RECIBIRÁS PUBLICACIONES INTERESANTES QUE QUERRÁS LEER Y COMPARTIR:

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Como todo ser humano te sientes en todo momento impulsado a buscar la perfección, pero si no conoces la verdadera religión será imposible alcanzar ese objetivo. Sin ello jamás conocerás el sistema de valores correcto para aplicarlos en tu vida. El intelecto se consolida, precisamente, cuando asimilas esos fundamentos religiosos que te permiten optar por el bien en todo momento. Por tanto, la perfección espiritual o material solo es posible cuando las acciones voluntarias responden a un intelecto así constituido. De allí la afirmación:
“La culminación del intelecto está en el buen trato con los demás”.

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.

Hola, hoy queremos compartir contigo este nuevo episodio que hemos titulado: El buen trato, cuyo contenido está basado en un video de Feisal Morhell, transmitido en vivo por Fátima TV, el 22 de octubre de 2017.

Como todo ser humano te sientes en todo momento impulsado a buscar la perfección, pero si no conoces la verdadera religión será imposible alcanzar ese objetivo. Sin ello jamás conocerás el sistema de valores correcto para aplicarlos en tu vida. El intelecto se consolida, precisamente, cuando asimilas esos fundamentos religiosos que te permiten optar por el bien en todo momento. Por tanto, la perfección espiritual o material solo es posible cuando las acciones voluntarias responden a un intelecto así constituido. De allí la afirmación:

“La culminación del intelecto está en el buen trato con los demás”.

De hecho, el buen trato con la gente es un concepto recurrente en el Islam. No es casual que el Profeta (con él sea la Bendición y la Paz y con su Descendencia purificada) le ofreciera el siguiente consejo al Imam Alí (la paz sea con él):

“¡Oh ‘Alî! Ten un buen carácter con tu familia, tus vecinos y todo aquel con quien trates o acompañes de entre la gente; de esa manera, se te registrará ante Dios, Glorificado Sea, en los más elevados niveles”.

Poseer un buen carácter, tratar bien a las personas en nuestra vida cotidiana es un mandato práctico de la razón y un paso más hacia la perfección. Por ende, la ausencia de buen trato hacia tu familia, vecinos, compañeros, amigos y gente del común es un desvío del sendero natural que degenera en atributos deleznables, tales como: la vanagloria, la hipocresía, la jactancia, el odio, el rencor, la agresión, el insulto, la indiferencia, el prejuicio, la antipatía, la discriminación, la burla. Sobre esta desviación moral el Profeta nos ofrece las siguientes enseñanzas:

 “Ciertamente que Dios aborrece a quien frunce el ceño ante los rostros de sus hermanos”.

 “Precaveos del mal carácter, puesto que el de mal carácter se encuentra en el Fuego”.

 “El mal carácter corrompe la acción así como el vinagre corrompe la miel”.

 

Sin duda, esto implica para todos un gran reto moral en nuestra relación con los demás. Dijo el Profeta:

Actuad en base a las más bellas virtudes, ciertamente que Dios majestuoso e imponente me ha enviado con ellas”. Y hay otra narración del mismo Profeta que dice: “ciertamente que fui enviado para completar las más bellas virtudes”.

Una de las más bellas virtudes es que el hombre perdone a aquel que ha sido injusto con él. Incluso, el Imam Alí en una de sus súplicas pide tener el buen ánimo y determinación para dejar de lado lo malo y poder aconsejar a quien nos engaña; ser benevolente con quien ofende; dar limosna a quien nos quita; propiciar la unión con aquel que se aleja de nosotros; referirse en buenos términos acerca de aquel que nos maldice.

Todos estos conceptos están enunciados en el sagrado Corán. Cuando por ejemplo, Dios enaltecido y magnánimo dice:

“Repele con lo que es mejor, con lo que es bueno, si alguien te hace algún mal repélelo con lo bueno, repele ese mal”.

No te pide que aceptes el mal, sino que lo rechaces de buen modo con un acto mucho más elevado. De esta manera, es posible que establezcas una entrañable amistad con alguien que te adversaba o considerabas tu enemigo. No obstante, esta conducta, poco común en nuestros días, solo puede ser practicada por aquellos que tienen paciencia, cuyo intelecto ha alcanzado su culminación, un estado sublime; es decir, aquel que tenga un gran éxito de parte de Dios, altísimo y enaltecido.

Una vez el Profeta del Islam le hizo la siguiente pregunta a sus compañeros:

“¿Qué piensan que es lo que más hará ingresar a la gente en el paraíso?”

De inmediato cada uno elaboró una respuesta basada en los preceptos del Islam. ¡El rezo!, dijo uno. Otro dijo: ¡el ayuno! ¡La limosna!, dijo otro; y otro más: ¡la peregrinación! Entonces el profeta del Islam respondió:

“Lo que más hará ingresar a la gente en el paraíso será tener un buen carácter, sé buena gente, ten un buen trato, un trato amable con los demás”.  

Este motivo del buen trato o buen carácter que debemos tener para con el prójimo, para con los demás aparece también en los sabios consejos que el Imam Alí ofreció a Hasán, su hijo mayor. Una especie de testamento moral que ha quedado como herencia para todos los hijos del mundo:

“¡Oh hijito mío! Disponte a ti mismo como eje de referencia, como referente entre tú y otro, de manera que desees para los demás lo que quieres para ti mismo, y aborrece para los demás lo que aborreces para ti mismo, y no tiranices, no seas injusto con otro así como no te gusta que sean injustos contigo. Sé benevolente, haz el bien a los demás así como te gusta, como anhelarías que se haga el bien contigo. Y considera feo para ti lo que consideras feo en los demás; considera un defecto en ti lo que consideras un defecto en los demás. Y complácete de la gente aquello que te complazca de ti para ti mismo. Y no digas lo que no sabes aunque sea poco lo que sabes. Y no digas lo que no te gustaría que se diga de ti.

En otro versículo del Corán, Dios se dirige al noble Profeta y le dice:

“Si hubieras tenido un comportamiento agresivo o enojoso se hubiesen alejado de tu alrededor, entonces sé indulgente con ellos, pide a Dios perdón por ellos y consúltales en los asuntos”

En conclusión, el buen trato para con los demás, sea quien sea el prójimo, su género humano, es un concepto arraigado en la tradición islámica. En consecuencia, tratemos todos de actuar con base en este ideal y difundir este tipo de virtudes en la sociedad para que la paz, las bendiciones y la misericordia de Dios sean sobre todos nosotros.

Hemos llegado al final de este episodio. Nos despedimos de ti con profundo afecto y respeto, seguros de que cada día compartirás con nosotros estas enseñanzas que abrirán tu corazón y tu pensamiento. ¡Hasta mañana!

NO OLVIDES SUSCRIBIRTE A FÁTIMA TV. ES MUY SENCILLO SOLO DEBES INCLUIR NUESTRO NÚMERO EN LOS CONTACTOS DE TU TELÉFONO MÓVIL: (+5493815390737). ENVÍANOS UN MENSAJE POR WHATSAPP CON TU NOMBRE Y YA. DIARIAMENTE RECIBIRÁS PUBLICACIONES INTERESANTES QUE QUERRÁS LEER Y COMPARTIR:

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