En nombre de Dios, Hola.
Según el calendario islámico, estamos en el mes de Muharram y es que en el décimo día de este mes, se conmemora el día de Ashura, día en el que el Imam Hussein (P) y sus fieles compañeros y familia fueron martirizados, en el camino de la verdad y la justicia.
El número de compañeros junto al Imam Hussein era muy pequeño, sin embargo, eran las mejores y más puras personas de su tiempo.
El Imam Hussein hasta el último momento de su bendita vida, no dejó de guiar a las personas y trató de llevarlas al bien incluso a sus propios enemigos con cada uno de sus discursos.
Sin embargo, muchas de esas personas no aceptaron la invitación del Imam Hussein por temor, o por apego a lo mundanal, por lo impuro de sus corazones, o por simple codicia.
Y a pesar de que el Imam no pudo traer al camino del bien a muchos que no quisieron oír su mensaje de salvación, al menos sus pocos, pero fieles compañeros aceptaron con amor la invitación del Imam Hussein e inmortalizaron su nombre para siempre y con ese sacrificio han grabado sus nombres en el mejor lugar del Paraíso.
La historia de vida de cada uno de los mártires de Karbala está llena de lecciones y es por eso que hoy queremos contar la historia del martirio de Wahab, un joven cristiano que se unió a la caravana del Imam Hussein (P), es así que entonces escuchemos juntos el cuento de esta semana.
…
Wahab era un joven muy lleno de energía, el cual no había estado casado por más de unos cuantos días, viviendo hasta ese momento muy enamorado de su esposa "Haniyah", quedando evidenciado que el amor que existía entre Wahab y Haniyah era realmente indescriptible.
Wahab era ganadero y vivía en un lugar llamado Thaalabiyah – ثعلبیه – junto con su madre Qamar - قمر - y su esposa Haniyah. Él, llevaba las ovejas al desierto cada día a caminar y pastar retoño, siendo hecho esto día tras día con disciplina espectacular y devolviéndose a su casa, cada noche ya adentrada la obscuridad, luego de llevar a cabo todas sus tareas.
En aquel momento, la caravana del Imam Hussein (P) se dirigía hacia Karbala, siendo que de camino, el Imam invitaba a toda persona que se topaba a acompañarlo en este viaje divino y a ayudarlo de esta manera lograr su objetivo celestial.
Es así que cuando la caravana del Imam Hussein vio a esta familia cristiana en los desiertos de Thaalabiyah – ثعلبیه -, se detuvo allí.
El Imam Hussein le preguntó a Qamar - قمر – (la madre de Wahab) sobre sus problemas y todo aquello que le aquejaba, a lo que la madre de Wahab, la Señora Qamar, se quejó ante el Imam por la falta de agua en esta tierra, siendo que era una labor casi imposible el satisfacer el consumo necesario, sin que hubiese nunca lo suficiente.
Después de las palabras de Qamar, el Imam se acercó a una piedra y la quitó con un bastón, siendo que la tierra que creían muerta, cobró vida y desde debajo de esa piedra empezó a brotar con fervor, una agua pura y refrescante.
En ese instante Qamar entró en júbilo con mucha felicidad en su rostro y es así que ella comenzó a llorar del júbilo y alegría. El Imam le dijo a esa madre:
"Necesitamos de su ayuda y gente que nos de su aporte de fe. Cuando su hijo regrese, dígale que se una a nosotros y nos ayude a defender la verdad".
Es ahí cuando el Imam Hussein partió de nuevo con la caravana, rumbo a las planicies de Karb y Bala, quedando ahora sola Qamar, junto con ese milagro el cual, había sido testigo con sus propios ojos.
¿Quién fue ese hombre capaz de contestar a todas sus súplicas? ¿Quién fue ese hombre que revivió la tierra muerta? ¿Quién fue ese hombre, el cual habló con mucha amabilidad?
Cuando Wahab y Haniyah regresaron, vieron al lado de su tienda una fuente que fluía milagrosamente, por lo que la madre de Wahab, inmediatamente explicó todo lo sucedido a su hijo y nuera.
Cuando Wahab escucha el mensaje del Imam Hussein (P) el cual era entregado por su madre, apresuradamente recogió sus pertenencias sin demora alguna, para así unirse a la caravana del Imam Hussein.
Lo acompañaba su madre y su esposa, siendo que lo primero que hace Wahab, al toparse con la caravana del Imam Hussain, es visitarle.
El Imam, quien era amable y muy generoso con todos, les hablaba con gran interés y amabilidad, llegando a mostrar el mensaje y el camino de la verdad a esta pequeña y adorable familia.
El Imam Hussein invitaba a todos los seres humanos a conocer la verdad, mediante el más puro y claro mensaje, pero pocas personas merecían el privilegio de ser martirizadas junto al Imam Hussein y en el camino de Dios.
Wahab era una de esas pocas personas privilegiadas y escogidas y el Imam, que conocía también por el favor de Dios, el interior de los seres humanos, sabía que Wahab era un ser humano puro y que aceptaría la invitación del Imam.
Este joven pastor, su esposa y madre escucharon al Imam Al Hussein, con sumo cuidado, desvelándose también para ellos el camino de la verdad y la Unicidad Divina, el la buena nueva sobre el último profeta de Dios también.
La fe de ellos era la fe más pura y ahora, tan solo Wahab, Haniyah y Qamar se dirigían hacia Karbala, estando al servicio del Imam Hussein y la familia del Profeta (La Paz de Dios sea con él y su Purificada familia)
Este viaje era el primer viaje que llevaba a cabo esta pareja de jóvenes enamorados. Un viaje hacia el Paraíso, acompañado ni más ni menos que por el señor de los jóvenes del Paraíso, el mismo Imam Hussein (P).
Wahab y Haniyah tan solo llevaban 17 días de casados, en día de Ashua y siendo apenas el noveno día de casados cuando llegaron a la caravana del Imam Hussein (P) para así de esta manera alcanzar la felicidad eterna.
Haniyah sabe que es ese un campo de batalla donde su amado esposo va a luchar contra la falsedad y que no hay otro camino más que el martirio. Pero de todas formas esta familia bendita, consideraban el amor por el Imam Hussein y Ahlul Bait (P), más alto que el amor entre ellos mismos.
El día de Ashura, la madre de Wahab, Qamar llamó a su hijo, e invitó a ayudar al nieto del Mensajero de Dios y le dijo:
"No estaré satisfecho contigo a menos que vayas en ayuda del hijo del Profeta de Dios... "
En ese momento Haniyah estaba muy ansiosa y muy preocupada, puesto que no podía soportar la idea de la separación de su esposo después de que este cayera mártir.
Incapaz de verlo martirizado, Haniyah le dice a Wahab:
"Cuando te martiricen, irás al Paraíso y te olvidarás de Haniyah, así que oh amado mío, llévame a donde el Imam y prométeme en su presencia que no te olvidarás de mí, estando en el Paraíso".
Ambos fueron ante el Imam Hussein. Haniyah tenía dos peticiones para el Imam, siendo que las expuso así:
“Tengo dos peticiones oh Aba Abdillah. Una es que cuando Wahab sea martirizado, yo no tendré un tutor y guardián que me proteja, entonces te pido que por favor me unas a tu familia para poder quedarme y ser parte de ellos. La segunda segunda petición es que Wahab, cuando sea martirizado, no me olvide y no ingrese al Paraíso sin mí.”
De hecho, Haniyah le pidió al Imam Al Hussein que fueran ellos dos, quienes ingresasen juntos al Paraíso en el Día de Resurrección.
Cuando el Imam Hussein (P) vio el amor de Haniyah por su esposo, la calmó y le prometió a ella, que sus peticiones serían cumplidos con el favor de Dios.
Ahora Haniyah se había sosegado y no tenía más exigencias, se despió de su esposo por última vez con todo este amor entre sus brazos y su corazón.
Ella sabía que su amor no estaría mas en este mundo dentro de muy poco tiempo, pero estaba feliz de que alcanzaría la felicidad eterna y que ella estaría con él y los profetas de la humanidad entera, especialmente con el último profeta de Dios y su bendita familia.
Wahab, ese puro y hermoso joven, partió a la guerra para defender al Imam Hussein y su familia, siendo rápidamente alcanzado y rodeado por una gran multitud del ejército de Yazid, pero era Wahab un hábil espadachín, llegando a matar a un gran número de enemigos con su fe y fuerza. Es ahí en ese instante en que el valiente y honorable Wahab, se volvió hacia su madre con los ojos empañados de sudor, lágrimas y sangre y le dijo:
"¿Estás satisfecha conmigo oh madre bendita?"
A lo que su anciana madre, le grita en forma de respuesta: "No estaré satisfecho contigo a menos que seas sacrificado por el Imam Al Hussein".
Es así entonces que Wahab, de tan solo 25 años, regresó al campo de batalla, sorprendiendo a todos los esbirros de Yazid, por su habilidad y poder para empuñar la espada, siendo entonces que los enemigos de Dios, concluyen que no podrán tener éxito en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con Wahab, por lo que deciden atacarlo al mismo tiempo desde varias direcciones con muchos disparos de lanzas, flechas y emboscadas de muchas personas.
Es cuando entonces, Wahab desenvaina su espada con tanta fuerza que hizo retroceder a los cobardes asesinos del ejército de Yazid, pero al final el enemigo le corta ambas manos a Wahab, tal como hicieron al mismo Hazrat Abbas.
Al observar tan dantesca escena desde la distancia, Haniyah su amada esposa, se apresuró al campo de batalla con tal de poder ayudar a su amado esposo, pero el Imam la detuvo y le pidió que regresara a las tiendas con tal de evitar que también la hirieran a ella.
Wahab aún con vida es capturado y llevado a Umar ibn Sa'd el mísero comandante de este ejército de brutales salvajes.
Umar está muy enojado por el coraje, fuerza y valentía mostrada por este joven musulmán, siendo que bajo la orden del Sanguinario Umar Ibn Saad, Wahab finalmente es degollado y tirado sin más nada, frente a la caravana del Imam Al Hussain, el cuerpo del jóven mártir descansa frente a la carava, más sin embargo de forma vil y despreciable, la cabeza de este jóven mártir fue arrojada frente a la mirada de su anciana madre para así traer la molestar a los inocentes.
Pero Qamar, esta madre con fe y amor, abrazó la cabeza de su pequeño hijo y le dijo:
"Alabado sea Dios, que me abrió los ojos y me ha hecho testigo del martirio de mi hijo ...
Luego con una fe desbordante, llevó la cabeza de su amado hijo, hacia ejército de Yazid, siendo que se la entregó a forma de devolución y les gritó con una fe, pura que venía desde lo más profundo de su corazón y alma; diciendo:
“No tomamos de vuelta, los regalos que damos nosotros en el camino de Dios.”
Hemos llegado al final de este cuento, con una gran enseñanza sobre la fe pura de una familia de conversos recién llegados al Islam, de la mano del Imam Al Hussain y como por amor, se puede perderlo todo de este mundo, con la certeza de ganarlo todo por igual en el mundo del más allá.
El ejemplo de Wahab, Haniyah y Qamar, nos lleva a amar profundamente su ejemplo y desear poseer tal fe, con la esperanza de al igual que ellos, alcanzar el paraíso, de la mano del Imam Al Hussain.
¡La Paz de Dios, sea con Aba Abdillah Al Hussain, la familia de al Hussain y los compañeros de Al Hussain!
Que la paz de Dios sea con ustedes y les otorgue lo mejor de esta y la otra vida, cuídense y hasta la otra semana con un nuevo cuento.
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