En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.
Hola, hoy queremos compartir contigo este nuevo episodio que hemos titulado: Agravio a la razón. La locura
En el PODCAST anterior afirmábamos que la insensatez se asociaba en muchos casos a la locura. La persona considerada insensata padece de una demencia que no es clínica sino ética; de modo que el término loco o locura es en realidad analogía. Se trata de una enfermedad del intelecto relacionada más bien a la degradación moral que a una verdadera patología. La insania mental que perturba al estúpido lo hace actuar de manera irracional; esto lo convierte en impredecible y peligroso, como ya veremos más adelante.
En el Sagrado Corán no aparece de forma explícita el término estupidez o estúpido; en cambio sí la palabra insensato asociada a la locura. Por ejemplo, en los versículos donde se hace referencia a Hud, quien fue enviado por Dios para hablarle a los aditas acerca de la unicidad o monoteísmo:
“Y a los Aditas (enviamos) a su hermano Hud. Dijo: “¡Oh, pueblo mío! ¡Adorad a Dios! ¡No tenéis más dios que Él! ¿Es que no seréis temerosos?” Los notables de su pueblo que no eran creyentes dijeron: “Ciertamente, vemos que eres un insensato y creemos que eres un mentiroso.” Dijo: “¡Oh, pueblo mío! ¡No soy un insensato, sino un Mensajero del Señor del Universo! (Sagrado Corán, capítulo 7, versículos 65 al 67).
En estos versículos observamos cómo los notables o supuestos sabios de esa tribu politeísta vieron en Hud una condición de extravío mental o de locura. Es calificado inmediatamente de insensato al proclamar una Verdad sobre la que ellos no tenían la capacidad de aceptar o asimilar por sus creencias y prácticas paganas. Sin embargo, la verdadera estupidez estaba en ellos, no en Hud. Ciegos por su ignorancia, no permitieron que Dios los iluminara a través de su mensajero. También impidieron que el resto de la población tuviera acceso a la Verdad. El mensaje divino no fue de provecho para esos pocos notables ni para la inmensa mayoría del pueblo adita. Esta es, precisamente, una de las características más funestas de la estupidez o ignorancia más profunda: no beneficiarse de algo ni permitir que otros se beneficien. Es el perder/perder. Hay en ello una combinación de ignorancia compuesta y de negación de la Ciencia, de la Religión o Verdad divina.
En el Sagrado Corán hay referencias a este estado de locura:
“Aquellos que comen de la usura, no se levantarán sino como se levanta quien ha sido tocado de locura por Satanás, y no pueden mantener su equilibrio, por haber dicho: “Ciertamente, la venta es igual que la usura.”, cuando Dios ha hecho lícita la venta y ha prohibido la usura”. (Capítulo 2, versículo 275).
En este versículo la locura se refiere a los actos, palabras, acciones y omisiones de quienes demuestran falta de conocimiento e irrespeto hacia las leyes de Dios. La persona tocada de locura satánica reúne todos los vicios execrables. En este caso, el usurero en su burda transgresión demuestra insensatez, necedad, estupidez e ignorancia. Por esa razón se dice que la estupidez es sumamente peligrosa en las relaciones humanas y sociales. Los estúpidos son impredecibles. Una persona racional está en completa indefensión ante la estupidez de alguien porque la conducta del estúpido carece de toda lógica; es sorpresiva, contradictoria y errática.
En cambio, un malvado responde a una lógica, aunque equivocada y torcida. La maldad, si bien es producto de la ignorancia y de la falta de intelecto, por lo general es un acto consciente y responde a un modelo de racionalidad. El alma del malvado se encuentra atrapada en una maraña de vicios, asociados al poder de la ira, el deseo y la imaginación, que es de naturaleza demoniaca. De allí que obtenga beneficios causándole pérdidas a terceros. La maldad en cualquiera de sus formas es aborrecible e injusta; pero previsible, porque responde a una lógica, la lógica del mal. El delincuente sabe que es ladrón, el malvado sabe que es malo. En cambio, el estúpido o quien se comporta de manera estúpida, al igual que en el grado de ignorancia compuesta o extrema, carece de conciencia acerca de su condición. Esto lo convierte en un peligro para él mismo y para la sociedad.
El imam Sadiq (la paz sea con él) narró haber recibido el siguiente consejo de su padre, el imam Baqir (la paz sea con él), quien a su vez lo recibió del imam Husein (la paz sea con él). En él se recomienda evitar o alejarse de cinco tipos de personas que son nefastas, entre ellas los necios, porque solo causan perjuicios. Aquí el término necio pudiera sustituirse perfectamente por estúpido, y de acuerdo con lo que ya dijimos, también por ignorante e insensato:
“¡Oh hijo! Observa a cinco (tipos de personas) de forma que no te juntes con ellos, ni les des conversación, ni les acompañes en un camino”. Dije: “¡Oh padre! ¿Quiénes son? ¡Enséñamelos!”. Dijo: “Abstente de alternar con el mentiroso puesto que él es igual que el espejismo; te hace parecer cerca lo lejano y te hace parecer lejos lo que está cerca. Abstente de alternar con el corrupto, puesto que te venderá por un bocado o por menos que eso aún. Abstente de alternar con un tacaño puesto que te traicionará en lo concerniente a sus bienes cuando más necesites de él. Abstente de alternar con un necio, puesto que queriendo beneficiarte te perjudicará. Abstente de alternar con quien corta sus vínculos familiares puesto que ciertamente que lo he encontrado maldecido en el Libro de Dios, Imponente y Majestuoso, en tres ocasiones”.
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