Descripción

¡Dios mío y mi Señor! ¡Por Tu grandeza y Tu majestad! Si es que me reclamas mi pecado te reclamaré Tu indulgencia. Si me reclamas aquello que me hace objeto de reproche te reclamaré Tu generosidad; y si me haces ingresar en el Fuego ciertamente que informaré a la gente del Fuego de mi amor por Ti. ¡Mi Dios y mi Señor! Si es que no perdonaras sino a Tus leales amigos y a la gente que te obedece, entonces ¿a quién se dirigirían los pecadores buscando amparo? Si es que no honras sino a la gente que cumple contigo, ¿En quién procuraran auxilio los que obran mal? ¡Dios mío! Si es que me introduces en el Fuego en ello estará la alegría de Tu enemigo; y si me haces ingresar en el Paraíso en ello estará la alegría de Tu Profeta; y yo, ¡por Dios! Sé que la alegría de Tu Profeta es preferible para Ti que la alegría de Tu enemigo. ¡Dios mío! Ciertamente que Te pido que colmes mi corazón de amor por Ti, de temor reverencial de Ti, de corroboración de Tu Libro, de Fe en Ti, de intimidación por Ti y de pasión por Ti. ¡Oh Poseedor de la Majestad y la Honra! Hazme querer Tu encuentro y quiere Tú mi encuentro. Dispón para mí en Tu encuentro el alivio, el sosiego y la nobleza.