Descripción

¡Dios mío! Tú eres de una virtud demasiado extensa y de una indulgencia demasiado inmensa como para medirme por mis actos o hacerme caer por mis faltas. ¿Qué soy yo, oh mi Señor, y qué significancia tengo? Otórgame de Tu favor y concédeme en caridad Tu perdón; envuélveme con Tu cubierta y absuélveme del reproche mediante la generosidad de Tu faz. ¡Mi Señor! Yo soy el pequeño al cual criaste; yo soy el ignorante al cual enseñaste. Yo soy el extraviado al cual guiaste, yo soy el rebajado al cual elevaste. Yo soy el temeroso al cual brindaste seguridad, el hambriento al cual saciaste; el sediento al cual diste de beber; el desnudo al cual vestiste; el pobre al cual enriqueciste; el débil al cual fortaleciste; el humillado al cual dignificaste; el enfermo al cual curaste; el mendicante al cual concediste; el pecador al cual cubriste y el equivocado al cual dispensaste. Yo soy el escaso al cual acrecentaste; el oprimido al cual auxiliaste. Yo soy el expulsado al cual cobijaste. Yo soy, oh Señor, el que no tuvo pudor de Ti al estar a solas ni demostró temor de Ti en público. Yo soy el de las tremendas malas mañas. Yo soy el que fue osado con su Señor. Yo soy aquel que desobedeció al Supremo Señor de los cielos. Yo soy aquel que dio sobornos para incurrir en desobediencias al Sublime. Yo soy aquel que cuando me enteraba de las mismas me precipitaba hacia ellas. Yo soy aquel a quien concediste prórroga pero no he desistido. Has cubierto [mis faltas] pero no me he avergonzado. He perpetrado actos de desobediencia y he transgredido; me has quitado Tu miramiento y no me ha importado. Es por Tu indulgencia que me has concedido prórroga y has cubierto mis faltas como si fuera que no me prestaras atención y me hubieras apartado los castigos por las desobediencias como si fuera que Tú te avergonzaras de mí.