Cuando el ser humano comprende para qué fue creado, le es más fácil entender la filosofía de las desgracias.
La filosofía de la infalibilidad tiene que ver con que el profeta no comete pecado alguno por el grado de conciencia que tiene acerca de los efectos de éste.
Aquel que peca y desobedece a Dios es comparable a quien se aleja de su humanidad y se acerca a su animalidad, por eso es necesario el arrepentimiento para poder volver a nuestro lugar de origen.