Luego del martirio del Imam Ar-Rida, el califa abásida Al-Ma’mun se trasladó a Bagdad e invitó al Imam Al-Yawad para tenerlo cerca y así poder tenerlo bajo control y alejarlo de sus seguidores.
Luego de haber logrado varios resultados positivos en su estancia en Bagdad el Imam se traslada nuevamente a Medina para continuar su labor de guía, difusión, educación, enseñanza y formación.